Dedico esta segunda colección de trabajos en proceso de edición a mi amigo el médico, ambientalista y cusqueñista, defensor de la cultura andina y del patrimonio cultural Dr. OSCAR LIENDO, por si gentil insistencia en llamarme "El cronista del Cusco" sin tener yo el mérito suficiente para tal honor.
La mayor parte de estos artículos fueron publicados en el diario El Comercio del Cusco, algunos fueron leídos en conferencias y otros se publicaron en Internet. Espero que quienes se sirvan de ellos se dignen citar la fuente y no caer en el plagio, ya que es muy fácil descubrir en el Internet. Algún lector hábil del ancho mundo lo descubrirá y denunciará.
Los artículos tienen un número de orden. La secuencia es cronológica. Como es una edición provisional, irá variando conforme encuentre los artículos faltantes y al final publicaré un índice, para su mejor manejo.
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URIEL GARCÍA OCHOA,
DEFENSA DEL REGIONALISMO
Una de las preocupaciones del Amauta Uriel García fue el Regionalismo, que defendió toda su vida, inclusive rebatiendo la opinión de Mariátegui, de que Regionalismo haya sido una postura del gamonalismo serrano, arguyendo que fue una corriente política de trascendencia en la que se inscribieron periodistas e intelectuales de relevancia como Angel Vega Enríquez, fundador de “El Sol”, José Angel Escalante de la revista de los universitarios de la primera huelga (1909) “La Sierra”, Luis Felipe Aguilar, de “El Sur”, José Angel Rodríguez y Juan Pablo Tresierra, del periódico “El Cusco”. Todos ellos activistas de un movimiento regionalista y anticentralista que deseaba morigerar todavía en los años veinte y treinta, la tendencia omnívora de la capital, que hoy ha llegado a niveles insostenibles. Refiriéndose a la huelga universitaria de 1909, dice García que esta “fue también contra el sistema político centralista, estrangulador de las “provincias”, absorbidas por única urbe peruana, la capital, vinculada con los terratenientes de todas partes” Hoy ad portas del advenimiento de un nuevo gobierno regional, conviene saber que las mentalidades más lúcidas del siglo XX, también creyeron que una solución al conflicto capital – provincias, era la regionalización.
LA EVOLUCION DE SU PENSAMIENTO Y LA HUELGA UNIVERSITARIA DE 1909
García y sus compañeros de la huelga universitaria, oponían una mentalidad revolucionaria en su época, contra doctrinas envejecidas de Santo tomás, Balmes, Suarez, Heinecio y de los españoles krausistas como Revilla, Giner de los Rios, que habían hecho obsoleta a la universidad, contra ello se rebelaron y la huelga fue, como dice García, “la primera insurrección universitaria, renovadora del pasado, socialmente progresista, democrática en su estructura interna “ y enfatiza que en ella tomó parte el pueblo y no fue fruto del actuar aislado de los dirigentes. Con criterio marxista reconoce que “la historia de la humanidad la hacen los hombres en su conjunto” “con sujeción a leyes que sobrepasan la voluntad”.
Décadas después Uriel García hizo un intento serio de reformular sus antiguas tesis de “El Nuevo Indio”, pertrechado del marxismo, como método científico y doctrina política de la liberación del proletariado y la creación de una sociedad socialista como fruto de la lucha contra el imperialismo, reflejando los momentos políticos del auge de la lucha de clases, entre los últimos años de la década de los cincuenta y la primera mitad de los sesenta. Período revolucionario, en que se desató la insurrección campesina, las guerrillas, y renació el movimiento obrero y campesino, a pesar de las cruentas represiones policiales y militares. En este marco político e histórico, le parecieron extravíos románticos y líricos sus disquisiciones del “El Nuevo Indio” todavía de un idealismo bergsoniano, fuertemente provinciano y racial, pero aguerrido y formador de una nueva conciencia social, y culturalista insertado en el debate por la cultura nacional, entre tradición y modernidad.
El maestro que indujera a sus discípulos por las sendas de la lucha social y la doctrina del comunismo científico, sin decidirse a la militancia abierta, culminó sus años, adscribiendo la ideología revolucionaria y procurando rehacer su discurso total, con un marxismo bebido en las propias fuentes, en una etapa en que aquella ideología sufría una de sus mayores crisis, el sisma del eje Moscu- Pekín,(maoísmo y desestalinización) y el advenimiento de una crítica desde las ciencias sociales, y la reflexión de marxistas no ortodoxos como Marcusse, y otros que darían forma a un marxismo remozado, desprovisto del dogmatismo y sectarismo, y su carácter de meta discurso fuertemente modernista en pro de una propuesta neohumanista.
Infortunadamente, el fallecimiento del maestro truncó sus estudios, y dejó a medias esa tentativa de reflexión marxista ulterior, que hubiera sido sin duda fructífera para el pensamiento socialista e izquierdista nativo, tan huérfano y venido a menos.
EL INDIGENISMO DE URIEL GARCÍA
Efraín Cristal, en “Una visión urbana de los andes, Génesis y desarrollo del indigenismo en el Perú, revela la naturaleza urbana del “indigenismo”, los indigenistas fueron fundamentalmente intelectuales urbanos, que tomaron partido por el indígena, sobre explotado por los gamonales terratenientes y por esa trinidad enbrutecedora del indio, al decir de González Prada, y que Clorinda Matto había denunciado en sus novelas, dando una dimensión política al problema. El primer núcleo indigenista fue el que se organizó como Sociedad Científica (1897) y editó su boletín, el segunda es el de la huelga universitaria al que corresponden García, Valcarcel, Demetrio Corazao, Jose G. Cosio, Rafael Aguilar, etc.
Hay dos variantes en el indigenismo cusqueño de los años veinte, el incaismo de Valcárcel y el neo indianismo de García, expresados en “Tempestad en los Andes” y “El Nuevo Indio”, posiciones casi contrapuestas, que polemizaron durante décadas.
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A LA MEMORIA DEL DR. DANIEL ESTRADA
Escribe: Julio A. Gutiérrez Samanez.
Profundo pesar ha causado el fallecimiento del Dr. Daniel Estrada Pérez, ocurrido en la ciudad de Lima, víctima de un cáncer avanzado. Con su muerte, el Perú pierde a uno de sus mejores patriotas, demócratas a carta cabal y ejemplo de político honesto e idealista. Y, el Cusco, pierde a su líder más prominente; al defensor de su patrimonio cultural; al promotor de su cultura por el ancho mundo; al político que encarnó los ideales de las masas populares y de las élites pensantes.
Hijo de una ilustre familia cusqueña. Su padre el Dr. Alcides F. Estrada, fue tribuno connotado; jurisconsulto, historiador y escritor de talento y fino estilo; autor de la “Monografía de la provincia de Calca” y de la biografía del matemático calqueño Eusebio Corazao y muchísimos estudios y ensayos.
Daniel Estrada Pérez, abogado salido de las aulas de la Universidad cusqueña, comenzó su carrera política ayudando a los más pobres, defendiendo a ciudadanos humildes de los abusos perpetrados por los poderosos, cuando fue presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, en las heroicas jornadas contra la brutal envestida de la dictadura militar del traidor Morales Bermúdez y el retorno de la reacción civil del segundo gobierno belaundista.
Estrada lidió, junto con su pueblo y sus dirigentes, contra la prepotencia gubernamental que apresó y torturó a líderes sindicales, inculpándolos, sin pruebas, por delitos de terrorismo y que asesinó vilmente a campesinos como Teresa Flores de Cutipa y al estudiante universitario Marco Antonio Ayerbe, durante las protestas por el alza del precio de los pasajes en los años 81 al 82. Allí, en el fragor de la lucha, creció el liderazgo de Daniel, como defensor indesmayable de su pueblo, como duro crítico y político intransigente con sus principios e ideales, en las heroicas épocas del FUDIC, entidad que agrupaba a todas las fuerzas vivas y organizaciones sindicales y políticas del Cusco y que presidiera Monseñor Vallejos Santoni, llamado con justicia “Obispo de los pobres”, pues llevó su apostolado a la vanguardia de la lucha por la justicia, la paz y la solidaridad, enfrentando a los más fieros esbirros de la reacción como el prefecto Rosasco Gerques. Otro líder de humilde origen que hizo relucir su grandeza y valentía fue don Gregorio Ramos Mamani, el último de los grandes secretarios generales de la gloriosa FDTC.
En ese caldeado ambiente se fortaleció la figura de Daniel, hasta la formación de la Izquierda Unida, en cuyo seno, se perfiló como indiscutible líder y llegó a la alcaldía de Municipio cusqueño.
En ese entonces, a un grupo estudiantil, nos tocó colaborar con la campaña imprimiendo afiches serigráficos sobre hojas del periódico “El Peruano”, que el propio Daniel nos proporcionaba y venía a supervisar el tiraje en nuestro taller. Aún obran en mis archivos los originales de dicho trabajo.
Durante su alcaldía, realizó una huelga de hambre para arrancarle a la cervecería cusqueña el edicto municipal 002, con cuyo sacrificio se logró la suma de 180,000 Dólares anuales para subvencionar la cultura y realizar obras de alcance social.
Cuántas obras no le debe el Cusco a Daniel Estrada, obras como la remodelación y puesta en valor de los barrios históricos de San Blas y San Cristóbal; la mejora del ornato de la ciudad, con la introducción de fuentes ornamentales o pacchas; plazas y parques nuevos; la recuperación de la explanada del Qoricancha; el mural monumental de la Historia del Qosqo, obra del maestro Juan Bravo Vizcarra; la alameda y monumentos a Pachacuteq y al Cóndor, obras del desaparecido artista, escultor y cineasta Fausto Espinoza.
Además, mostrando su sentido de equidad, justicia y su generosa visión, entregó la medalla de la ciudad a los más preclaros intelectuales, artistas, luchadores sociales, educadores y personalidades que dieron lustre y loor a esta ciudad, y a quienes, por descuido, discrepancia ideológica o simplemente por cretinismo provinciano, no se había reconocido antes.
Daniel encabezó la respuesta del mundo andino contra la pomposa celebración del “Encuentro de dos mundos” que propiciaron el gobierno español y los hispanistas, con motivo del V Centenario del mal llamado “Descubrimiento de América” en 1992, programando actividades en las que nos honramos colaborar desde la presidencia del Instituto Americano de Arte.
La obra editorial de los tres periodos del Dr. Estrada, es, fuera de duda, insuperable, pues no tuvo precedente alguno ni continuidad por las autoridades que le sucedieron. Se publicaron trabajos de gran valía en historia, literatura, arqueología, antropología, educación, ecología, bellas artes y diferentes campos de la ciencia. Y, en todo brilló el nombre quechua de esta tierra: el Qosqo; topónimo reivindicado personalmente por Estrada.
Junto a esa portentosa obra editorial, cabe destacar el inmenso apoyo a la cultura y al arte que significó la edificación del nuevo Teatro Municipal y las salas de exposición del Museo de Arte Contemporáneo del Qosqo.
Estrada inauguró una etapa de modernización de nuestra cultura arcaica y provinciana; se proyectó una visión compartida a futuro, desde las élites pensantes del Cusco; se cimentó y se llevó al poder una ideología contestataria y raigal que es el “cusqueñismo”, que no era como obtusos críticos capitalinos dijeron: “Una mezcla del indigenismo de los años 20 con el marxismo de los 80” sino, natural consecuencia de la reivindicación sentida y urgente de la cultura andina, aun con su etnocentrismo y todo; la recuperación o recreación simbólica de nuestra identidad, sin la cual, los pueblos no son sino, bazofia, carne de cañón o ganado arrastrado a la servidumbre por fuerzas invasoras e imperialistas y, al tiempo que se construía la proyección del Cusco moderno al concierto de universal de las ciudades patrimonio cultural de la humanidad, por medio de los hermanamientos.
Allí radica, según mi entender, la verdadera apreciación de la vida y obra de Daniel Estrada, la unidad entre la teoría y la práctica; la visión universalista y global de un Cusco para el siglo XXI y la obra material conducida y creada con pasión y desbordante energía. Obra cuya trascendencia crecerá con los siglos, con el transcurrir del tiempo y de las generaciones. De Daniel quedará su impulso generador de inquietudes, su terca esperanza en un mañana mejor; su postura positiva, optimista; su límpida trayectoria y honradez a toda prueba. Su lucha tenaz y viril, contra un centralismo limeño venal, corrupto, traidor, (“amariconado” como dijera Arguedas), que hasta el último instante se ensañó cruelmente con él; cuando descubrió que sus propios compañeros de bancada, habían negociado con el oficialismo su salida de la presidencia de la Comisión de Justicia. Esta ha sido la última puñalada que recibió Daniel. Quizás, en su interior murmuró como César: “¿Tú también, Bruto?”.
La experiencia parlamentaria en Lima, acabó con la salud de Daniel; lo consumió en un estrés nacido de la constante lucha, postergación, traición y derrotas, en contra de las cuales luchó como un león, como un verdadero “qosqoruna”. Y, pese a su último mensaje en que instó a preservar la unidad entre peruanos, yo me rebelo, pues desearía que esta mi tierra cusqueña fuera cabeza de un país independiente, lejos de Lima y su garra cruel, su ultra-centralismo que está destruyendo como un cáncer al Perú.
Daniel, ahora, descansa en paz. Quizás, para ser equitativos señalemos como sus únicos defectos, su soberbia e individualismo, nacidos de su propia orgullosa raigambre de cusqueño y, porque prefirió rodearse de áulicos y adulones de baja estofa y no de amistades que le señalaran los errores en el camino, le previniesen de yerros políticos y cuidasen de la siembra que él dejaba; no confió en los verdaderos amigos en aquellos que no se humillan como siervos serviles, sino que discuten y critican fraternalmente. No generó liderazgo que continúe su lucha, ni organización partidaria que debió crecer bajo su sombra protectora, más bien, contribuyó con el desmembramiento y derrota de su propio movimiento.
Al final, muchos de los leales ciento por ciento, a los que él había encumbrado, le mordieron la mano como serpientes venenosas y lo traicionaron vilmente. Esos mismos, sin ocultar su oportunismo fariseo y afán de figuración derramaban lágrimas de mujer ante el cadáver del hombre que traicionaron y combatieron.
¡El propio pueblo cusqueño! Que desfiló por millares durante el velorio y entierro ¿No lo abandonó, en las últimas elecciones, de modo que casi “Hualaycho” y otras nulidades políticas (lujos que se gasta el populacho) casi lo desplazan del parlamento?
Y... ahora... lloran al líder... cuando ya no hay nada más que hacer...
Pero, el mejor homenaje para el líder caído será que las nuevas generaciones, sacudiéndose de taras y defectos, levanten el estandarte y prosigan su lucha hasta la victoria final.
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“LAS FIESTAS DEL CUSCO Y SUS PERSPECTIVAS”
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
En la historia, algunos hechos se dan al azar, pero, la mayor parte siguen procesos de desarrollo. Después de la guerra emancipadora, en la que soldados de toda América derrotaron a soldados realistas cusqueños, el Cusco, último bastión de la reacción española, quedo relegado al olvido, la decadencia y despoblación. Sólo en los años de la Confederación tuvo la oportunidad de ser nuevamente una capital de importancia, pero Gamarra, uno de sus hijos, desvaneció ese sueño.
Algunos personajes como José Palacios, con su periódico “El Museo Erudito”; Narciso Aréstegui, autor de “El Padre Horán”; Trinidad Enríquez, primera Universitaria y fundadora de la Sociedad de Artesanos o Clorinda Matto de Turner, novelista y reformadora social, movieron el ambiente de quietud del Cusco decimonónico. Ya en 1897 se fundó el Centro Científico del Cusco para revitalizar el pensamiento con sus afanes modernistas de progreso y recuperación de la memoria histórica, la tradición y costumbres; constituyendo una primera etapa en el desarrollo de nuestra conciencia histórica social, pues se recuperó y mostró a los cusqueños la valía de su departamento; sus riquezas naturales y arqueológicas, sus tradiciones culturales y, lo más importante, se generó una visión de desarrollo a largo plazo como fue la conquista de la amazonía.
Otro hito notable es el de la generación de 1909, de la primera huelga universitaria de sud américa; el rectorado del Dr. Giesecke y el descubrimiento de Machupicchu, que fue trascendental, pues significó, también, un redescubrimiento internacional de el Cusco..
Aquella generación conocida como la “Escuela Cusqueña” , renovó la cultura y el pensamiento, creó el indigenismo cultural, base de la formación ideológica de la “peruanidad”; participó en la fundación del movimiento estudiantil y la Federación de Estudiantes del Perú. Creó con Vega Enríquez el Centro Nacional de Arte e Historia; estudió el arte incaico, con trabajos de García, Valcárcel, Alviña y González Gamarra. Valcárcel organizó la Embajada Cultural a Bolivia, Argentina y Uruguay en 1923, quizás la proyección de mayor impacto en el desarrollo cultural cusqueño, pues constituyó una sorpresa para el intelecto de esos países sureños creando nexos culturales y cristalizó el núcleo de artistas e intelectuales que fundaron el Centro Qosqo de Arte Nativo en 1924 y también la Orquestal Cusco. En ese clima intelectual y al fragor de las luchas populares nacientes, apareció “Kosko”, la revista de Roberto Latorre, para renovar la ideología indigenista orientándola resueltamente a doctrinas socialistas; luego se fundaron en 1926, los grupos Resurgimiento de Valcárcel y El Ande de Uriel García, cuyos libros( Tempestad en los Andes y El nuevo Indio) sustentaron las dos posiciones encontradas del indigenismo cusqueño, con las cuales, en Lima, El Amauta Mariátegui sustentaba sus estudios sobre la realidad nacional: El problema del indio y el gamonalismo, buscando peruanizar al Perú. José Angel Escalante, aguerrido parlamentario y escritor generó la polémica del indigenismo. Para 1930, el indigenismo, en su fase política, se fragmentó en posiciones apristas y comunistas en lucha contra las dictaduras de Leguía y Sánchez Cerro.
Hacia 1937, la corriente cultural liderada por García institucionalizó el “cusqueñismo” para recuperar el orgullo nativo, la historia, las tradiciones y el patrimonio cultural. Fundando el Instituto Americano de Arte. Por esos años surgió el intelectual, profesor de filosofía Dr. Humberto Vidal Unda, visionario que al calor del entusiasmo organizó las audiciones radiales llamadas “La Hora del Charango” en las que toda la intelectualidad, entregó sus conocimientos a los estratos populares, generando en ellos sentimientos de nacionalidad que crecieron como una ola hasta que en 1944 el propio Vidal Unda propusiera la creación del Día del Cusco, la escenificación del Inti Raymi, la Creación de la Gran Feria industrial y agropecuaria; junto con concursos de danzas, certámenes de letras, música, artes plásticas y se lanzó una ambiciosa visión para hacer de ese Raymi una fiesta de trascendencia mundial que atraiga, a la postre, turistas de todas las latitudes. Con el tiempo el Día del Cusco pasó a ser la Semana y luego el Mes Jubilar de nuestra tierra. Fue pues un movimiento de reapropiación de nuestra historia, de reinvención de mitos y valores en el imaginario popular. Generación de epistemas o seguridades subjetivas basadas en una gran emotividad en una etapa en que en Europa se definían los destinos del mundo en los desastres de la segunda guerra mundial.
Posteriormente, después de esta etapa dorada de afirmaciones, sobrevino el sismo de 1950 que remeció los cimientos y conciencias de este pueblo, perdiéndose parte del valioso patrimonio y belleza de la ciudad. Ya en los años sesenta al ochenta, época de las luchas campesinas por la tierra, la dictadura militar revolucionaria y nacionalista, frustrada por la traición de Morales Bermúdez, que volvió a entregar el poder a las partidocracias burguesas, pero que no pudo retroceder en las conquistas sociales como la Reforma agraria, sobrevino el desborde popular; la irrupción de movimientos violentistas armados conformados por terroristas y narcotraficantes que generaron tanta muerte y condenaron a grandes masas sociales campesinas a emigrar a las ciudades, llevando consigo sus costumbres ancestrales sin adaptarse a la civilidad urbana. Pese a todo hubo crecimiento de la actividad turística paralelamente al crecimiento poblacional en los cinturones de pobreza que han generado crisis de identidad y valores en las últimas décadas.
En este contexto, hacer un homenaje al Cusco y sus Fiestas Jubilares no puede ser sólo cantar sus grandezas pasadas o derramar sahumerio o incienso a la memoria de sus hombres y mujeres epónimos, es, más bien, el ensayar un análisis crítico y esclarecedor de tópicos que deben ser superados en busca de una nueva visión de futuro compartida con las nuevas generaciones en este mundo cibernético y globalizado, en demanda de madurez ciudadana y creación de élites pensantes que reemplacen a las actuales: mezquinas, cortoplacistas, incapaces de gestos de sacrificio, generosidad y dignidad para con el porvenir de la patria.
En la reciente presentación de su novela, el escritor Luis Nieto Degregori, manifestó su discrepancia con algunos aspectos del cusqueñismo, invitando a la polémica. Hay muchos malos entendidos como el uso, por decreto, de la s por la z en el nombre de la ciudad, aun sabiendo que sólo en nuestra ciudad escribimos así, pues todos los diccionarios y para usos diversos, en el ancho mundo, se sigue usando la z, a pesar nuestro; esta objeción es sólo el cabo de la madeja para poner, sobre el tapete de la crítica, temas como: lo incaico, lo indigenista y las mismas fiestas jubilares. En buena hora que alguien proclame su herejía ante dogmas y moldes impuestos desde la infancia y que es preciso madurar, legitimar o desestimar tras una revisión de los valores y significados..
Hay temas como la reforma del Himno del Cusco que en toda ceremonia generan hasta hoy confusión y la gente termina cantando las letras anteriores. Respecto a la “bandera del Tahuantinsuyo”, es grotesco ver hasta en las pantallas, por ejemplo, en el film “Túpac Amaru” de Federico García, cómo el rebelde y miles de sus guerreros portan banderas de siete colores, en una flagrante anacronía, cosa que, también se repite en el Inti Raymi. Aun, cuando sabemos que el movimiento Gay u homosexual, nos ha arrebatado ese símbolo, sin que se pueda ya hacer nada por rescatarlo. Estas cosas pertenecen a lo simbólico o el ropaje no dejan de tener significación; pero, lo objetivo es el sociocentrismo enraizado en nuestras mentes, el creernos el centro del mundo, algo así como el pueblo elegido por el Sol, la Pachamama y los Apus. Y es que un pueblo en su adolescencia crea mitologías o seudo religiones hechas de pequeñas mentiras, que a fuerza de repetirlas terminan creyendose en ellas a pie juntillas y se las defiende con fragor y fanatismo con el corazón y la propia sangre. Yo mismo me sentí poseído por esa fuerza telúrica emotiva y vibrante como un sacerdote de una religión laica. Mas, esta época caracterizada por la caída de toda certidumbre e ideologías que deformaban la realidad, nos obliga a repensar, desacralizar y racionalizar, sin recurrir a su demolición total, pues como dice Mariátegui, otro hereje del marxismo estaliniano, “La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia sino en su mito”. Pero este mito puede ser racionalmente utilizado, recreado como una visión moderna para nuestra generación que a su vez, tendrá que ser replanteado y superado por las generaciones venideras.
Lo criticable es que no estemos disfrazados de identidad, sino tengamos una propia que no se desvanezca con el primer golpe. En el conversatorio anterior el Dr. Jorge Flores Ochoa dijo que la identidad cultural es una realidad histórica que existe y se manifiesta en un momento determinado de alta emotividad y que es algo vital que se encuentra en proceso de desarrollo,. Si eso es así, entonces ¿Cuánto de verdadero o falso hay en la que nosotros asumimos como nuestra identidad? ¿Cuándo de eso ya ha caducado y cuando de novedoso hay que integrar?
En casi seis décadas del la creación de las fiestas del Cusco, al margen de los aciertos creativos, hay mucho que se viene perdiendo irremediablemente: La imagen arquitectónica de la ciudad, destruida cada día, el saqueo del patrimonio cultural, la pérdida de autenticidad y práctica del idioma nativo, la pérdida de topónimos, la despersonalización de las manifestaciones artísticas por la cultura llamada “Chicha”, nos muestran los peligros reales que amenazan destruir la cultura que nos identifica. Sin mostrarnos alternativas desarrolladas o superiores. Mientras nuestro empeño está en rescatar lo superficial y vacío,. Es penoso consentir que se nos desvanecen las certidumbres, pero es más importante saber que podemos construir otras más certeras, sólidas y útiles y que en lugar de ceñirnos a imperativos éticos, recuperemos los propios bienes tangibles y alcancemos el goce y realización al poseerlos como herramientas de desarrollo, como han hecho las países desarrollados con su herencia histórica, en lugar de despersonalizar con pacchas y adornos de cemento futiles y huachafos: “Nuestra modernidad es mezquina, trivial y grotesca” escribió Riva Agüero en su visita al Cusco y el interior del país todavía en 1912, reclamando por la despersonalización de las plazuelas públicas coloniales de severa desnudez por mediocres parques municipales sembrados de arbolitos. Desde entonces la mal entendida modernidad ha destruido y destruye monstruosamento todo lo que de auténtico tuvieron los pueblos.
La modernidad huachafa e ignorante es uno de los vectores que destruye y desfigura irreversiblemente el patrimonio cultural y las mentes de nuestras gentes, el mercantilismo y afán de lucro de las empresas monopólicas y empresarios traficantes hoteleros y del turismo, amparados por la sacrosanta propiedad privada de los medios de producción en complicidad con las autoridades encargadas de velar por el patrimonio están desfigurando el tejido urbano monumental de esta ciudad. El otro vector de la destrucción es el desborde popular causado por inmigrantes emergentes e informales sin hábitos ciudadanos y con una cultura híbrida o en formación pero pobre en valores y paradigmas que está invadiendo y lotizando áreas arqueológicas, proliferando el desorden y la basura aprovechando el vacío legal, la ineficacia de las leyes o el contubernio con autoridades corruptas y mafiosas. Pronto de la orgullosa urbe hispano inca no quedará sinó algunas copias y mediocres restauraciones.
Igualmente en la política y el pensamiento, una mal entendida democracia, donde el voto de una mayoría culturalmente analfabeta y domesticable, supera en mucho al voto de las élites pensantes permite que se impongan bandas ahítas de poder y apetitos desmedidos, postergando irremediablemente a los hombres morales y de mérito por mediocres nulidades que merodean el poder mascullando su envidia y esterilidad mental y senil, complotando contra toda renovación e ilustración.
En un siglo de cusqueñismo lírico y demagógico, sólo hemos recuperado el disfraz, las formalidades rituales, lo externo y formal, al puro estilo colonial español. Arrastrando el trauma de la conquista no hemos cuajado lo mejor de nuestro aporte cultural mestizo, como entidades morales y éticas y no agrupaciones raciales o consanguíneas ni de color de piel, como ya nos lo había esclarecido el fundador de nuestra institución el Amauta Uriel García.
Pero, en nuestro análisis , las superestructuras mentales colectivas: las culturas, no pueden basarse sólo sobre ellas mismas, sino sobre los cimientos reales de un modo de producción, de cuyas relaciones sociales y productivas emerjan como reflejo. De alí la vacuedad de nuestras fiestas jubilares. Poco sirve, pues, recuperar la parafernalia, las mitologías y rituales como el Inti Raymi, si no hay forma de recuperar o refundar las relaciones sociales productivas esencialmente colectivistas que las engendraron en el pasado incásico.
Es evidente que el incario, en el panorama de la historia, fue una de las formaciones sociales más exitosas, donde, por lo que dicen los cronistas y confiesan en sus testamentos conquistadores como Sierra de Leguízamo, no existían la pobreza, la delincuencia y el hambre y que todos tenían sus ocupaciones provechosas. Es decir, era una civilización que privilegiaba al hombre y al trabajo sobre cualquier forma de apropiación de la riqueza por ellos producida.
La conquista significó la caída de ese régimen social, moral y éticamente superior al que traía el conquistador que era el mercantilismo, la feudalidad, la esclavitud y toda forma de explotación inmisericorde del hombre en provecho de minorías ociosas, egoístas y codiciosas, que ahora se conoce como modernidad. Y, “la memoria del bien perdido” es precisamente, por la imposibilidad de recuperar en el presente un régimen de justicia y equidad.
Para Marx, la enajenación de la sociedad occidental ocurre cuando los medios usados con la finalidad de liberar al hombre de la esclavitud del trabajo y poner a la naturaleza a su servicio como son: herramientas, medios de producción, formas de administración, tecnologías: capitales. Se convirtieron en fines por sí mismos, O sea, herramientas para perpetuar y acentuar las formas de explotación y esclavitud. En palabras sencillas, la riqueza social que debería enriquecernos a todos en una justa distribución, al acumularse en pocas manos empobrece a las mayorías. De allí que la marginación y la miseria crecieron en proporción directa, con el desarrollo tecnológicos cuando debió ser al revés. Por ello, la revolución tecnocientífica del medio milenio que ha pasado, no ha logrado humanizar la sociedad humana ni alcanzó la justicia social ni la igualdad de oportunidades y en consecuencia, la guerra de rapiña, el genocidio y las dictaduras sanguinarias hayan sido siempre la respuesta del gran capital para atenuar las crisis cíclicas del mercado y mantener el gallinero humano en la paz de los cementerios.
Insertos medio milenio ya en la vorágine capitalista y sus paradigmas universalizables impuestos por la fuerza, nosotros, pueblos y culturas periféricas, étnias folclóricas: los buenos salvajes, recuperamos nuestras plumas y tatuajes primitivos, nuestros ritos y supercherías para creernos diferentes y sentirnos con “identidad” y queremos recuperar el pasado, restaurar sus ruinas, hablar idiomas muertos y retroceder en la historia. Cuando esta nos lanza de cara al abismo del mañana, donde las parafernalias, ropajes y disfraces, pagos a la pachamama, coca quíntus ya no sirven porque lo que habrá que definir es la desenagenación del hombre, la rehumanización de la sociedad o aceptar su perdición definitiva.
Por eso, hay que recuperar o refundar una cultura asociativa y corporativa en la economía. Basada en una ética de usufructuo compartido de los bienes; hay que recuperar la confianza social y la solidaridad con justicia y el diálogo entre diversos. Hay que renunciar a la avaricia del conquistador. En ese contexto si tendrá sentido revalorar los raymis, las expresiones artísticas auténticas y no copiadas y reinventar o inventar una cultura propia auténtica, renovada e innovada. Que sea, moral y éticamente, antípoda y antagónica del capitalismo salvaje.
Ese debe ser el aporte cultural de las nuevas generaciones; recuperar, ya no el disfraz o la forma, que ya lo hicieron, muy bien, nuestros padres, sino, la esencia, la estructura económica asociativa, participativa y libre de la colectividad, ya que con las armas sólo se logró inútiles derramamientos de sangre de inocentes, Así veremos, si en algunas décadas, no hayamos borrado la miseria y el abandono de tantos semejantes y recuperado o creado valores patrimoniales y espirituales dignos de la grandeza de esta tierra.
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HACIA UNA CIENCIA INTEGRAL Y TRANSFORMADORA DE LA SOCIEDAD
VINCULACION ENTRE LAS CIENCIAS FÍSICAS Y SOCIALES
(Dedicado a los doctores Jorge Flórez Ochoa, Luis Barreda Murillo y Abraham Valencia Espinoza)
Por: Ingº. Julio Antonio Gutiérrez Samanez
(En el mes de agosto se efectuó una versión más del TINKUY, un encuentro de reflexión y exposición de los estudios realizados por investigadores en ciencias sociales del mundo andino, una formidable iniciativa que aplaudimos y, a manera de aporte, presentamos las ideas siguientes).
I.- LA INGENIERIA EN LAS CIENCIAS SOCIALES
Leyendo a Henrique Urbano, un energúmeno erudito, portugués, convertido en el "cuco" de las ciencias sociales en el país, tuve la oportunidad de palpar la falta que le hace a las ciencias del hombre, una metodología que vaya más allá que el simple relativismo de los parámetros conceptuales fijados a criterio de cada autor y respetados según el prestigio de este. Urbano anatemiza la obra de autores de reconocida trayectoria pretendiendo poner en ridículo sus argumentos y afirmaciones, pero su arma no es otra que el estructuralismo de Leví-Strauss y, por supuesto, el bagaje de su vasta erudición en este espinoso campo de las ciencias humanas.
El estructuralismo brinda un andamiaje para construir o deconstruir problemas de fondo, busca las relaciones funcionales lógicas entre categorías, quiere descubrir la trabazón interna de los fenómenos culturales, religiosos o espirituales, pero, la estabilidad y solidez de su ordenamiento da mucho que desear, puesto que se trata de un andamiaje estático incapaz de servir para analizar fenómenos dinámicos y fluyentes en el tiempo. Aquí el auxilio de ciertos elementos de la ciencia y la ingeniería de los fenómenos difusionales, por ejemplo, darían muchas luces. No se trata de una transposición mecánica de teorías probadas que explican fenómenos materiales, sino, de una recreación con esa óptica, por semejanza dinámica. Es indudable que los parámetros de los procesos han de ser difícilmente cuantificables, ya que el proceso histórico del hombre depende en mucho de su voluntad individual y social, del estado de su desarrollo espiritual y de sus relaciones económicas y de mercado. Todo ello entra en el juego político y cada parámetro posee una carga potencial que determinará en el conjunto matricial un vector con un sentido dinámico mensurable por los hechos y estadísticas, o sea, una función cronológica muy parecida a las funciones cinéticas (de movimiento) estudiadas en los procesos químicos y biológicos.
Estas funciones de procesos ocurren en reactores (áreas limitadas) donde los reactivos, reactantes y catalizadores generan productos, luego de ciertas operaciones y procesos que pueden involucrar diferentes formas de movimiento con uso o generación de energía, cambios de temperatura, expansión, compresión y, finalmente, cambios físicos o químicos, hasta el logro de un nuevo estado de equilibrio. Una descripción así, trasladada a las ciencias sociales puede motejarse como vulgar materialismo mecanicista, pero si no tiene más pretensión que ser otra metodología complementaria, como el Marxismo y el Psicoanálisis, puede ser aceptable.
Los fenómenos difusionales en la materia son descritos por leyes simples como la Ley de Ohm, en la electricidad; la Ley de Fourier, en la transferencia del calor; por el teorema de Bernoulli en la mecánica de los fluidos y por la leyes de la Termodinámica en procesos que involucran cambios físicos y químicos cinéticos. En esencia son leyes del movimiento o velocidad de cambio de un estado A a un estado B, de nivel distinto, contra un factor de resistencia u oposición al movimiento o cambio. Esta concepción puede extenderse a los procesos cósmicos desde el Big Bang, al comportamiento de la galaxia, el sistema solar y la formación de nuestro planeta, la generación de la materia orgánica, la vida y el hombre mismo, en una teoría que explique todo el proceso de la realidad hasta nosotros. De allí que postulo su utilización en las ciencias sociales, por complejas que sean estas, como un método más, no como sistema filosófico ni meta discurso.
El estructuralismo me parece un análisis estático útil para la "disección" de los fenómenos quietos en su distribución diacrónica y sincrónica, adolece de la causalidad y acción recíproca de los componentes internos y externos (fuerzas motoras o reactivas y resistencias) que sí considera la dialéctica en procesos donde obran leyes objetivas, para no decir, después, con el autor Dúmezil que "sólo practico un método, el del intento" o como Marcil Granet "El método es el camino después de haberlo andado" (ambas citas tomadas de H. Urbano) con lo que se infiere que las ciencias sociales, apenas pueden llamarse tales, pues estarían debatiéndose en la jungla sin el auxilio de un método ordenador aglutinante y multidisciplinario, que garantice su desarrollo ordenado y orientado. Matematizar las ciencias sociales va ha ser el grado más extremo del racionalismo, como postulan las corrientes epistemológicas, pero sin un lenguaje así no podemos hablar estrictamente de ciencia.
Para una edad de la perplejidad, en la que predominan el cambio como constante, la anomalía como norma y la estupefacción por la insurgencia de lo inesperado, es bueno señalar que en los fenómenos naturales, las reacciones materiales involucran no sólo cambios sino retrocesos; el equilibrio es un concepto de estabilidad entre reacciones que producen nuevas sustancias y que, por acción recíproca, al mismo tiempo que estas se forman, también vuelven a formarse los materiales iniciales. El retroceso, la involución, el retorno a las condiciones iniciales en el comportamiento material se parece mucho a la época que estamos viviendo que es un retorno al salvajismo, a la intolerancia religiosa, al fanatismo demencial; la vuelta a las cavernas y a las hordas; la destrucción de los paradigmas, la pérdida de los valores, la pérdida de derechos elementales, en espera de un rediseño o reingeniería de otro proyecto nuevo, totalizador (no totalitario), para el hombre de esta época, que garantice su opción de desarrollo y bienestar en cuanto a especie completa se refiere.
Ante la crisis del pensamiento determinista por la relatividad, los principios de incertidumbre y de exclusión en las ciencias físicas, hace falta afirmar un neo-determinismo racional, natural y ético. Porque, en la historia, aún con la caída del socialismo real, como había dicho Octavio Paz, las preguntas siguen en pie, aunque las respuestas fueron deficientes; siguen en pie y en aumento la postergación de la mayoría de la especie humana, las grandes masas humanas condenadas a la pobreza, la desnutrición y el subdesarrollo; las culturas sometidas por una civilización agresora y exclusivista. Y la "libertad" es sólo ejercida por las burguesías dueñas del poder económico. En esas condiciones es difícil garantizar la supervivencia sostenible de la especie humana unos cuantos milenios más, ante la amenaza de la extinción por irracional voluntad propia.
Por ello es importante vincular el conocimiento científico y desencasillar métodos y sistemas para salvar al hombre. La ciencia, esa gigantesca palanca para el desarrollo y liberación social no puede seguir siendo la pala con que la humanidad cava su propia tumba.
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HACIA UNA CIENCIA INTEGRAL Y TRANSFORMADORA DE LA SOCIEDAD
VINCULACION ENTRE LAS CIENCIAS FÍSICAS Y SOCIALES
(Dedicado a los doctores Jorge Flórez Ochoa, Luis Barreda Murillo y Abraham Valencia Espinoza)
Por: Ingº. Julio Antonio Gutiérrez Samanez
(En agosto último se realizó una versión más del TINKUY, un encuentro de reflexión y exposición de los estudios realizados por investigadores en ciencias sociales del mundo andino, formidable iniciativa que aplaudimos, y, a manera de aporte ofrecemos las ideas siguientes.)
II.- VINCULACION ENTRE LAS CIENCIAS FÍSICAS Y SOCIALES
Las ciencias sociales se hallan vinculadas con las ciencias físicas, del mismo modo como nosotros, entidades biológicas y sociales, lo estamos, íntimamente con las moléculas y átomos de nuestra constitución corporal, sabiendo, además, que la historia cósmica de sus partículas subatómicas constitutivas, es infinita en el tiempo. Podemos afirmar que la historia humana, la civilización y la cultura, son en última instancia, funciones particulares de la historia evolutiva del universo, que, al parecer, sólo el hombre es capaz de reconocer e interpretar.
Aunque la polémica entre deterministas e indeterministas, dentro de la ciencia no ha concluido, ciertamente, la naturaleza está gobernada por leyes y hay un orden en el universo. Muchas teorías se vienen planteando para explicarse el estado de cosas que encontramos, la ciencia ha profundizado su conocimiento del cosmos, se sabe que el universo está en expansión y que hace unos 14 o 15 mil millones de años toda su materia se hallaba comprimida en una masa infinita que estalló en una gran explosión llamada Big Bang. Esta expansión tendrá un límite y luego comenzará un proceso de compresión hasta la Big Crounch.. Sabemos también que las partículas materiales y ondas de energía radiante pueden provenir de tiempos anteriores al Big Bang, pues esta explosión no pudo ser la primera.
De las pulsaciones, compresiones e implosiones de las estrellas provienen los elementos químicos y sus compuestos generados a partir de leyes genéticas precisas, que fueron arrojados al espacio al implosionar las estrellas. Materiales con los que se formaron los planetas como la tierra, en cuyo proceso de enfriamiento, algunos compuesto de cadenas de hidrocarburos de organización compleja adquirieron la propiedad de auto reproducirse y crear especies vivas de plantas y animales. Estas especies sufrieron en su evolución un buen número de extinciones causadas por desastres ecológicos o cataclismos cósmicos ocurridos entre los periodos Cámbrico y Ordoviciano; 400 a 500 millones de años; entre el Devónico y pérmico 200 a 300 millones de años y a fines del cretáceo, hace 65 millones de años, cuando el sistema solar atravesaba alguno de los brazos de la galaxia (Teoría de Leitch y Vasisht). De estas extinciones escapó el hombre, una especie de vertebrado, mamífero, homínido, que superó su extinción gracias a sus hábitos sociales y a su capacidad de respuesta inteligente y creativa para generar civilización, cultura y tecnología. Salvado el hombre, invadió el planeta dejando la huella de su prehistoria e historia, hasta lograr la capacidad de reflexionar sobre su propio proceso de evolución y desarrollo para considerarse como el producto de toda la evolución.
Por otro lado, los físicos consideran el llamado Principio Antrópico que, en su versión débil, considera que debió pasar más de diez mil millones de años para que, a través de las leyes naturales, se formasen seres inteligentes capaces de medir el tiempo transcurrido desde el Big Bang. Mientras que en la versión fuerte considera la existencia de muchos universos diferentes o uno sólo con regiones diferentes, cada una con sus propios conjuntos de leyes, principios y configuración inicial y que, sólo en algunas de ellas podrían darse las condiciones para generar organismos complicados e inteligentes capaces de aprehender y racionalizar su propia presencia en el cosmos; sea planteándose la decodificación del genoma humano o descubriendo las leyes de formación de los elementos químicos. Hay, desde luego, muchas objeciones a este principio, como que sería improbable que toda la evolución del universo sólo se hubiese verificado para nosotros.
No es raro que grupos de científicos se hayan aventurado a hacer cálculos de las probabilidades de encontrar vida inteligente en otros planetas del universo, como lo hizo el Dr. Francis Drake en 1961, al plantear una ecuación que busca el número de civilizaciones de la galaxia que puedan ser detectadas por sus emisiones electromagnéticas (N), en función del ritmo de formación de estrellas en la galaxia por año (R*); el porcentaje de estrellas que pueden alojar planetas (fs); la fracción de estos planetas que son habitables (ne); la fracción de ellos en los que se puede desarrollar la vida (fl); la fracción de planetas con vida que evoluciona hacia formas inteligentes (fi); la fracción de estos planetas en los que aparecen civilizaciones capaces de desarrollar una tecnología suficiente para comunicarse con otras civilizaciones (fc) y el tiempo medio de vida (tvida) de dichas civilizaciones antes de que se produzca su extinción. y que hayan superado su posible auto eliminación por el mal uso de sus tecnologías. Como algunos factores son desconocidos las estimaciones oscilan desde uno (lo que indicaría que estamos solos) hasta mil e incluso millones de sistemas ubicados a muchos años luz de nuestro planeta.
N = R* . fs. ne . fl . fi . fc. tvida
El fenómeno de la vida es un fenómeno transitorio que depende del equilibrio biológico peculiar de la superficie terrestre y el proceso de existencia de toda materia viva, ajustado, como cualquier reacción material, que muestra en su evolución el inicio, apogeo, decadencia y muerte de la especie, a una función cinética. La evolución humana se ve limitada interiormente por enfermedades degenerativas, taras o lastre propios originados en los conflictos sociales, raciales, políticos y religiosos; la "enajenación" de la especie humana en la economía, causante de guerras, luchas de clases y de países; la monopolización del poder y la riqueza, la tecnología de destrucción masiva y el descuido en el mantenimiento del precario equilibrio ecológico. Factores, que sumados, señalan la posible autodestrucción de la especie humana y de la vida en el planeta, acelerando un proceso natural que podría ser gradual y lento.
El proceso cinético (o en movimiento) de la existencia de la vida terrestre se puede mostrar en una curva de probabilidad entre el tiempo de existencia de la vida versus la población de seres vivientes.
En un proceso A, luego de alcanzar un máximo, la curva cae bruscamente por una extinción causada por catástrofes.
En un proceso B, la extinción es gradual o natural sea por deterioro ambiental, males degenerativos, envejecimiento, incapacidad de adaptación, etc.
En un tercer proceso, podría conducirse consensualmente una prolongación de la curva en la etapa de apogeo (meseta) para luego decaer, dejando especies hijas, colonizando otros planetas o saliendo a otros sistemas solares.
Sea cual fuere, la cinética de nuestra evolución y civilización, sólo un sector corresponde al apogeo. Allí creemos que deben actuar las ciencias sociales marcando los límites, generando estrategias para el mantenimiento de la civilización y su crecimiento racional, mejorando la calidad de las condiciones de vida y de neo-humanización o des-alienación, que se vertebre en estrategias y conductas políticas globales. Pues las ciencias sociales no sólo deben circunscribirse a describir y constatar hechos, extraer conclusiones e incrementar el corpus de conocimientos estructurados y metódicos, sino, deben plantear proactivamente las etapas de madurez y florecimiento de la especie humana. Intentando la superación dialéctica (es decir avanzando en espiral progresivo) de las viejas contradicciones en la estructura, organización y políticas de intercambio y distribución del fruto del trabajo humano.
El proceso de la historia ha estado enfocado para alcanzar formaciones económico sociales más justas y éticas, que reduzcan, cada vez más, las relaciones de explotación y mejoren las condiciones materiales de vida de toda la sociedad, desde el esclavismo hasta la sociedad ideal, sin clases, explotación, hambre ni violencia. En ese entender el capitalismo actual, cuya esencia es la contradicción entre la propiedad privada de los medios de producción y el carácter social de la producción, indica que la sociedad humana se halla a medio camino de su liberación y, como sólo esta sociedad humana puede concebir como necesidad proyectos teleológicos, es de esperar que sean sus ciencias sociales las encargadas de esa tarea.
Las ciencias sociales burguesas se entretienen en el estudio del "porqué" o la causalidad de los fenómenos sociales, especialmente de sociedades primitivas, precapitalistas, lo que se muestra como una practica reaccionaria. Por ejemplo. La antropología colonialista sirvió para espiar a los pueblos sojuzgados del África para someterlos a sus opresores, desbaratando sus intentos de liberación; en el Perú el Instituto Lingüístico de verano sirvió para estudiar lenguas aborígenes que fueron usadas para agredir al pueblo de Vietnam. El imperativo ético de las ciencias sociales debe ser el pasar al estudio del "para qué" o la finalidad que deben perseguir sus desvelos, es decir sus propósitos teleológicos que deben ser la búsqueda de un desarrollo social objetivo de la humanidad que se complemente con el conocimiento racional de las leyes naturales a través de la ciencias físicas y la tecnología. Someter el logos y el técnos, el conocimiento y la información a la sensibilidad humana y a la valoración ética, será liberar a la humanidad de la tiranía de la razón, el capital la eficacia y la ganancia que cosificaron al hombre.
En este tema es preciso indicar que el Marxismo, como ideología y practica de la liberación y transformación social, pese a las desviaciones de la etapa estalinista y a su carácter de metadiscurso totalizante, ha sido opuesto al actuar estático y contemplativo de las ciencias sociales, empeñadas en estructurar sistemáticamente los conocimientos encontrados, sin intervenir activamente en el proceso de cambio y evolución del hombre y de la sociedad.
Las ciencias sociales deben dedicarse a su verdadera tarea que es el dar luces a la política, orientar el proceso de la historia y transformar la sociedad y no estar a la saga de los acontecimientos de cara al pasado o al servicio de los intereses del sistema dominante.
BIBLIOGRAFIA
Antropología y Marxismo.- Ángel Palerm. Mexico 1980
Breve historia del tiempo . Estephen Hawking. 1990
Artículos sobre ciencias de Tomás Unger (El Comercio de Lima)
Mito y Modernidad en los andes.- H. Urbano.
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(Artículo Publicado en el diario El Comercio del Cusco del 20 de julio del 2004)
EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO
NERUDA EN EL CORAZÓN
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
El pasado 12 de julio, en el programa radial “La Jornada Informativa”, nuestro amigo, el periodista Mario Carrión, rindió un emotivo homenaje poético a Pablo Neruda, en ocasión de cumplirse el centenario del nacimiento del vate chileno, premio Nóbel de literatura. Ello nos motivó a glosar este pequeño homenaje.
Tengo, para Neruda, el mismo respeto y admiración para con Picasso, Einstein, Vallejo o el Che Guevara.
Neruda, el poeta océano, por la inmensidad de su obra, por la profundidad de las figuras metafóricas de sus versos, por su vida plena como residente en la tierra, por sus odas elementales, sus “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” y, sobre todo, por su “Canto General”, que es un grito de esperanza para los pobres, desvalidos y explotados de este mundo: un gigantesco homenaje a la belleza y grandeza de la obra humana y al sacrificio de millones de hombres anónimos en esta edad tiranizada por el imperio Yanqui. También, es un recuento del caminar del poeta por el ancho y ajeno mundo.
Imagino a Neruda, como un barco anclado en su “Isla Negra”, o como quería él: sentado frente al fuego, leyendo sus viejos libros comprados en ventas de segunda mano, entre sus dos perros guardianes.
Nacido hace cien años en Parral, al sur de Chile; vino con su padre, ferroviario, a Temuco, donde forjó su alma entre las maestranzas de hierro negro y oxidado; sufriendo la “cochinada gris de los suburbios”; entre “las almas de los obreros muertos”.
Muchacho “hostil como una lanza”, decidió conquistar Santiago, como estudiante universitario y antes que todo, como poeta; que buscaba encontrar el fondo mismo de su patria entre “poetas naturales de la tierra…con guitarra harapienta y ojos conocedores de la vida”.; forjando su canto entre las luchas populares de los sindicatos obreros donde conquistó el título insigne de Camarada.
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche, escribir, por ejemplo.....”
Claro que sí, él podía dar en el clavo de nuestros dolores juveniles, la primera sensación de desaliento por el amor perdido; la primera desazón de despecho al abrirse las puertas de la vida en el caro oficio de ejercer al hombre.
Cierto día oí recitar esos versos al Dr. Alfredo Yépez Miranda, quien, en vida fuera patriarca literario de mi tierra, ciego como el inmortal Homero; dulce y tierno como un aedo bíblico, al recordar a Neruda, se incorporó con ademán enérgico y recitó aquellos versos con voz solemne, mientras nuestras almas embelesadas palpaban el latir eterno de aquellos instantes.
Después, trashumando por Europa, conocí la voz del vate, en casa de camaradas chilenos en el exilio; aprendí más de él leyendo su confesión de vida; supe de su lucha antiimperialista, de sus destierros, su posición antifascista, sus cantos de amor por Stalingrado, donde quedó clavada y barrida la bota nazi y la humanidad comenzó a reconquistar la luz y la esperanza, contra el crimen alevoso del militar demente que quiso tiranizar al mundo por mil años.
Neruda, vivió como diplomático, cónsul de Chile, en el exótico lejano oriente, amando mujeres de celos enfermizos o criando una mangosta; coleccionando caracoles y discos de música romántica; huyendo de amores desenfrenados o embrujados y escribiendo, siempre escribiendo: sobre el sabor de la manzana o la belleza sutil de la cebolla.
Pronto tuvo que mudarse a Europa donde disfrutó París; vivió la España Republicana cantada por Vallejo y García Lorca. Conoció al poeta triste de Santiago de Chuco, de quien dice: “Vallejo era más bajo de estatura que yo, más delgado, más huesudo. Era también más indio que yo, con unos ojos muy oscuros y una frente muy alta y abovedada. Tenía un hermoso rostro incaico entristecido por cierta indudable majestad…”, Seguramente por su preocupación por un mundo que empezaba a destruirse y una España que el dictador turbio desangró asesinando niños por las calles de Madrid, fusilando poetas y degollando a cuchillo a la España republicana; bombardeando, sin piedad, al pueblo sagrado de Guernica, pesadilla atroz denunciada por el pincel valiente de Picasso.
“Bandidos en aviones y con moros/ venían por el cielo a matar niños/ y por las calles la sangre de los niños/ corría, simplemente, / como sangre de niños/ Chacales que el chacal rechazaría,/ piedras que el cardo seco mordería escupiendo /víboras que las víboras odiarían./ Frente a vosotros vi la sangre de España levantarse/ para ahogaros en una sola ola de orgullo y de cuchillos/ generales traidores, mirad mi casa muerta/ mirad España, rota./ Pero de cada casa muerta saldrá el metal ardiendo en vez de flores;/ pero de cada hueco de España, saldrá España/ pero de cada niño muerto saldrá un fusil con ojos/ pero de cada crimen nacerán balas que os hallarán un día el sitio del corazón/ Preguntaréis ¿Porqué su poesía no nos habla del sueño de las hojas/ de los grandes volcanes de su país natal?/ ¡Venid a ver la sangre por las calles!/ ¡Venid a ver la sangre por las calles!/ ¡Venid a ver la sangre por las calles!.”
Poeta entre poetas, en su olimpo, admirado y alabado; odiado y detestado, al lado de Éluard, Aragón, el travieso Lorca, el solemne Vallejo, Alberti, Miguel Hernández y, aún, con el inefable Huidobro, cuya envidia corrosiva lo persiguió por cuarenta años, y Juan Ramón Jiménez, el de “Platero y yo”, que también sintió celos envidiosos por los triunfos del poeta latinoamericano.
Neruda, gordo, alto, bonachón, llegó al Perú donde sus amigos capitaneados por el gran Ciro Alegría, le condecoraron. Años antes, en 1944, había paseado su figura noble por las calles del Cusco, caminando con poetas, pintores y artesanos: el “Cholo” Nieto, Juan Bravo, el maestro Mendivil y otros que le hicieron conocer la bohemia cusqueña en teterías y chicherías, y le acompañaron, a lomo de mula, para ascender hasta las “alturas de Machupichu” donde escribió: “Entonces en la escala de la tierra he subido/ entre la atroz maraña de las selvas perdidas/ hasta ti Machupicchu./ Alta ciudad de piedras escalares,/ por fin morada del que lo terrestre/ no escondió en las dormidas vestiduras./ En ti, como dos líneas paralelas, la cuna del relámpago y del hombre/ se mecían en un viento de espinas. / Madre de piedra, espuma de los cóndores. Alto arrecife de la aurora humana.”.....
Compenetrado con las luchas de su patria anduvo entre los obreros del salar escuchando historias de infames masacres colectivas de mineros en Antofagasta, Chuquicamata, en las alambradas de Pisagua, en la Escuela Santa María de Iquique, experiencia que fue como bajar a los infiernos para redimir al dolido proletariado.
El cantante revolucionario y mártir chileno Víctor Jara, cantaba estos versos:“De nuevo quieren manchar mi patria con sangre obrera,/ los que hablan de libertad y tienen las manos negras,/ los que quieren dividir a la madre de sus hijos/ y quieren reconstruir la cruz que arrastrara Cristo/ quieren ocultar la infamia que legaron desde siglos/ pero el color de asesinos no borrarán de su cara./.Ya fueron miles y miles los que entregaron su sangre y en caudales generosos multiplicaron los panes./ Ahora quiero vivir junto a mi hijo y mi hermano/ la primavera que todos vamos construyendo a diario/ no me asusta la amenaza, patrones de la miseria./ La estrella de la esperanza continuará siendo nuestra./ Vientos del pueblo me llaman,/ vientos del pueblo me llevan, y me esparcen el corazón avientan la garganta/ así cantará el poeta mientras el alma me suene/ por los caminos del pueblo/ desde ahora y para siempre.”
Del mismo modo, los versos que siguen, fueron cantados por el grupo Intillimani: “Por estos muertos, nuestros muertos/ pido castigo/ para los que de sangre salpicaron la patria/ pido castigo/ Para el traidor que ascendió sobre el crimen/ pido castigo/ ....Los quiero ver aquí juzgados/ en esta plaza, en este sitio./ Quiero castigo.
En ese camino encontró a Fidel, el revolucionario de sierra maestra, le pareció un niño al que de pronto se le habían estirado las piernas conservando la voz y la cara de niño. Conoció al “Che”, con su hablar pausado y meditado, que entre todas sus obligaciones de Estado, dejaba un lugar para la poesía, y, se estremeció, cuando supo que entre otras armas que llevó hasta la muerte el guerrillero heroico, estaban: un libro de aritmética y “El Canto General”, con lo que se cumplió con la escritura de un poema del mismo comandante: “Sé que el día del combate a muerte/ hombros del pueblo apoyarán mis hombros,/ que si no veo la total victoria/ de la causa por que lucha el pueblo,/ será porque caí en la brega/ por llevar la idea hasta un fin supremo”.
Poesía, metralla, sangre y sacrificio heroico para fundar otra vida del hombre, una nueva cristiandad, la era del Che, del guerrillero heroico. Un sacrificio que los ricos y poderosos, los escribas y frailes fariseos no podrán tergiversar, como lo hicieron antes, traicionando los ideales del heroico maestro Nazareno.
Pablo, el inmortal Pablo Neruda, recibió el Premio Nóbel en 1971, encontrando “una risueña semejanza entre aquel desfile de eminentes laureados y un reparto de premios escolares en una pequeña ciudad de provincia”. Su amiga y maestra Gabriela Mistral, poetiza dulce y maternal, había recibido igual distinción en 1945.
Hasta allí brilló su estrella; el vate comunista saboreó el hidromiel, la ambrosia de los dioses, la gloria y el amor perenne de Matilde, su musa amante. Había sido nominado candidato a la presidencia de su país, honor que declinó en favor de Salvador Allende, quién llegó a ser el primer presidente socialista elegido democráticamente para gobernar un país americano. Neruda fue nombrado embajador en Francia. Pero, por debajo, la CIA, los chacales, los traidores y corruptos afilaban sus cuchillos y, nuevamente, “generales traidores” acabaron con la esperanza, sembraron el terror y el crimen, calculados desde Washington. El once de setiembre (fecha que después, también, los Yanquis recordarán por el resto de su historia), el presidente Allende, entregó su vida, valientemente, metralla en mano, sin rendirse al traidor reptil uniformado. Y su amigo, el poeta, reducido a su “Isla Negra”, (que asaltaron alevosamente los fascistas), murió de Chile, murió de pena y de humanidad, dejándonos como una joya preciosa la herencia de su poesía, una semilla de esperanza para nuestros corazones.
Pese a todo, sobre los crímenes y murallas alzadas por el imperio del Dólar, construiremos una humanidad mejor y un lugar privilegiado para la poesía.
Así sea.
Algunos versos tomados al azar son los que siguen: “Cuando sonó la trompeta, estuvo/ todo preparado en la tierra/ y Jehová repartió el mundo a Coca – Cola Inc., Anaconda, / Ford Motors, y otraentidades”…
“Hermanos: sabed que nuestra lucha/ continuará en la tierra./ Estará nuestra lucha en todas partes/ y en nuestro corazón, estas banderas/ que presenciaron vuestra muerte, / se multiplicarán como las hojas/ de la infinita primavera.”.
“No me siento solo en la noche/ Soy pueblo, pueblo innumerable”....
“Me entregué a los desiertos y el hombre de la escoria/ salió de su agujero, de su esperanza muda y supe los dolores de mi pueblo perdido./ Entonces fui por calles y curules y dije/ cuanto vi, / mostré las manos que tocaron/ los terrones ahítos de dolor, las viviendas/ de la desamparada pobreza, el miserable/ pan y la soledad de la luna olvidada./ Y codo a codo con mi hermano sin zapatos/ quise cambiar el reino de las monedas sucias”...
“Nadie sabe dónde enterraron/ los asesinos estos cuerpos/ pero ellos saldrán de la tierra/ a cobrar la sangre caída/ en la resurrección del pueblo”.....
“Triste república en la mano/ del que vendió su propia hija/ y su propia patria entregó/ herida, muda y maniatada”... “En mi patria preside la vileza”....
“Mi pueblo, pueblo mío, levanta tu destino!/ Rompe la cárcel, abre los muros que te cierran!/ Aplasta el paso torvo de la rata que manda/ desde el Palacio: sube tus lanzas a la aurora,/ y en lo más alto deja que tu estrella iracunda/ fulgure, iluminando los caminos de América.”.......
“Mi pueblo vencerá. Todos los pueblos vencerán, uno a uno”.... (De “Canto General”)
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El Comercio, 19 01 2005
FUE UN MAESTRO DEL PERIODISMO CUSQUEÑO
CENTENARIO DE JULIO G. GUTIÉRREZ LOAYZA.
El escritor, profesor, periodista y crítico de arte Julio Genaro Gutiérrez Loayza, nació, hace cien años, en la ciudad del Cusco, el 19 de enero de 1905. Fueron sus padres Serapio Gutiérrez Canal y Lucía Loayza Vargas. Casado con la señora Consuelo Samanez Cáceres, fallecida en 1974, con quien tuvo seis hijos: José Carlos, Tania Consuelo, Blanca Lis, Julio Antonio, Sandro Virgilio y Lucía Esperanza.
Estudió la primaria en el Colegio Peruano del maestro Isaac Tejeira, y en el Colegio Pestalozzi dirigido por el distinguido pedagogo Humberto Luna. Realizó estudios secundarios en el Colegio Nacional de Ciencias, egresando en el año de 1920.
Se dedicó por algunos años a la agricultura, para adquirir independencia económica y autoeducarse. En esa época se aficionó a la lectura y al arte.
En el año de 1924, ingresó a la universidad del Cusco y estudió en las facultades de Letras y Educación; terminando ambas carreras, no habiéndose graduado, como los otros representantes de su generación, por ser «alérgico al título profesional», considerado como un caro emblema del gamonalismo y la feudalidad, puesto que, por entonces, como dice el Dr. Valcárcel en sus memorias, «se era doctor o no se era nada”. Aquel año, participó en las actividades de la “Universidad Popular”del Cusco y comenzó su labor de escritor en la Revista Kosko.
En el año de 1925, realizó un memorable viaje a Machupicchu, con la comitiva del prefecto Vélez, encontrándose entre ellos el fotógrafo Martín Chambi. En 1926, inició sus actividades periodísticas en «El Diario», como redactor principal, bajo la dirección del canónigo Vega Centeno. Ese mismo año, con un grupo de intelectuales jóvenes formaron el grupo Ande, cuyo vocero fue «Pututo» Revista oral de arte, letras y polémica, dirigida por Román Saavedra. Julio Gutiérrez, figuró allí como artista grabador e ilustrador, junto con: Mariano Fuentes Lira, Alfonso González Gamarra, Francisco Olazo y Alcides Frisancho. Estos pintores del grupo organizaron el Primer Salón del Ande.
En 1927, el grupo Ande organizó y dirigió la gran Huelga Universitaria del Cusco, en apoyo al «Maestro de la juventud» Dr. Uriel García. y publicó los dos únicos números de la Revista «KUNTUR», revista de ideas y arte, que mereciera el elogio de José Carlos Mariátegui y al mismo tiempo, la campaña de silenciamiento y persecución de sus autores por parte del gobierno, el gamonalismo y el clero. Julio G. Gutiérrez, participó como grabador y crítico de arte.
En mayo de 1929, fue uno de los fundadores de la Primera Célula Comunista del Perú, cuyo legendario documento de fundación, que firmaron con su sangre, se halla perdido, y organizó, junto con los artistas Mariano Fuentes Lira y Agustín Rivero, el primer Sindicato Clasista cusqueño: el Sindicato de Construcción Civil y Artes Decorativas, el mes de marzo de 1930, siendo elegido su primer Secretario General. Los fundadores del sindicato, en su mayoría estudiantes de la pequeña burguesía, sufrieron un proceso de proletarización: de artistas del pincel se convirtieron en obreros del andamio y pintores de brocha gorda, acercándose así a la clase obrera para organizarla.
Julio G. Gutiérrez L. fundó y dirigió “Constructor”, primer periódico sindical del Cusco, órgano del Sindicato de Construcción Civil y Artes Decorativas. Fue cofundador de la Federación Obrera Departamental (hoy Federación Departamental de Trabajadores del Cusco (FDTC), en 1930. Fundó y editó los periódicos políticos: «El Ayllu» y «Jornada. Estos hechos fueron estudiados y reconocidos posteriormente por los historiadores: Arturo Aranda y María Escalante en el libro “Lucha de Clases en el Movimiento Sindical Cusqueño (1927-1965)”; José Tamayo Herrera en “Historia Social del Cusco Republicano” (1978); Nicolás Linch en la Revista Crítica Andina No.3 (1974) y Carlos Ferdinand Cuadros en su obra “La Vertiente Cusqueña del Comunismo Peruano. Finalmente, fueron esclarecidos, en el libro testimonial de Julio G. Gutiérrez: “Así nació El Cusco Rojo”, publicado en Lima, 1986.
Perseguido por sus ideas políticas fue apresado y llevado a la prisión política de “El Frontón” en 1932 y deportado a Bolivia en 1933, en plena guerra del Chaco, entre esa nación y el Paraguay, en esa oportunidad trabajó como obrero en una fábrica cervecera. Posteriormente, en 1963 y 1964, sufrió prisión política en «El Sepa», como fruto de esa injusta carcelería escribió su testimonio novelado: “Vacaciones en el Sepa”, obra aún inédita.
Dedicado al periodismo trabajó en el diario “El Comercio”, desde 1936 hasta 1942, escribiendo la sección “Perspectiva” y popularizando el seudónimo de PANCHO FIERRO.
En el año de 1937 fue uno de los fundadores del Instituto Americano de Arte, junto con los valores más importantes de la intelectualidad cusqueña, dirigidos por el sociólogo e historiador Dr. José Uriel García Ochoa, entre ellos se encontraban: José Gabriel Cosio, Rafael Aguilar, Víctor M. Guillén, Domingo Velasco Astete, Roberto Latorre, Alfredo Yépez Miranda, Humberto Vidal Unda, Martín Chambi, Francisco Olazo, Roberto Ojeda, Carlos Lira, Oscar Saldívar, Víctor Navarro del Águila, Julio Rouvirós, Alberto Delgado y los hermanos Federico y Francisco Ponce de León.
Julio G. Gutiérrez, presidió esta importante institución en tres períodos.
En 1938, realizó un viaje a caballo por las provincias del departamento de Apurimac, acompañando a don Emilio Samanez Ocampo en su campaña política. También formó parte de la comitiva el fotógrafo Horacio Ochoa. Con motivo de este viaje escribió una crónica recogida en su libro inédito “Arquitectura Colonial del Cusco y Apurimac”.
En 1941, viajó a Santiago de Chile, formando parte de la Delegación Obrera del Cusco a las fiestas del IV Centenario de la Fundación de esa capital, junto con Julio Lira Rojas, Sergio Caller, Luis Coronado Flores y Julio Alzamora; representantes de la Sociedad de Artesanos, Sociedad de Empleados, Escuela de Artes y Oficios y la sociedad de Tiro. La comitiva cusqueña fue recibida por el “Presidente de los pobres de Chile” Pedro Aguirre Cerda, representante del Frente Popular. Julio G. Gutiérrez escribió entonces la crónica “Del Sacsayhuamán al Santa Lucía”.
El 12 de abril de 1942, fue fundador y primer Secretario General del Sindicato de Periodistas del Cusco, organización fundada a raíz de su alejamiento del diario “El Comercio”.
Desde 1945, trabajó en “El Sol”, bajo la dirección de Mariano E. Velasco y del Dr. José Gabriel Cosio, escribiendo las secciones «Perspectiva», «Rayos X», Comentarios internacionales y artículos sobre arte y crítica de arte, hasta 1957, en que, como consecuencia de un editorial sobre las víctimas de la sequía, abandonó ese diario.
Colaboró en diarios y revistas del Cusco, Arequipa y Lima, como las revistas: KOSKO, KUNTUR, WAMAN PUMA, TRADICIÓN, AYLLU, LIWI, PANORAMAS, EXCELSIOR, GARCILASO, JORNADA, EL BURRITO CIENCIANO, EL CIENCIANO, CIENCIAS Y ARTES, CUSCO, OIGA (revista del Cusco), etc.
En 1950, a causa del terremoto, fundó el vocero «Reconstrucción», encabezando campañas periodísticas en pro de la conservación y preservación del patrimonio cultural cusqueño; de la fundación de la Escuela de Bellas Artes y la creación de la Facultad de Arquitectura de nuestra universidad. Por esos años alternó sus actividades periodísticas con la docencia en la enseñanza del dibujo y dibujo técnico en los centros educativos locales.
Fue Director y Jefe de Redacción de la Revista del Instituto Americano de Arte en varios de sus números, que fueron difundidos en el ámbito internacional, escribiendo en ellos artículos y comentarios sobre arte popular y crítica de arte.
Muchos de sus artículos fueron publicados en periódicos y revistas de Lima como «El Comercio», «La Prensa», «Expreso», «Unidad», «Democracia y Trabajo»; las revistas: «Expresión», «Peruanidad», «Hora del Hombre», «Limeña» y «Cambio»; fue colaborador de «La Verdad» de Sicuani; «El Pueblo» y «Noticias» de Arequipa. Fuera del país, colaboró en «La Revista» de Bolivia, «La Razón» y el «Diario de la Paz», y en “La Nación” de Santiago de Chile. Varios de sus artículos fueron traducidos al inglés y publicados en países extranjeros.
En 1950, fue cofundador de la Federación de Periodistas del Perú, como Delegado del Cusco al Primer Congreso Nacional de la Federación de Periodistas del Perú. Asimismo, fue delegado al III y IV Congresos.
Fue cofundador y miembro de Número de la «Academia Peruana de la Lengua Quechua» de la que fue Vice-Presidente. Publicó y dirigió la revista INKA RIMAY No.l , de esta academia, en diciembre de 1965.
Fue miembro de la Asociación de Maestros Primarios y fundador de la “Casa del Maestro”. Miembro de la Asociación de «Profesores de Técnica» y del Sindicato de Profesores Secundarios del Cusco.
Fue Alcalde del Concejo Distrital de Santiago en dos períodos 1959-1960. Realizando una proficua labor como el adoquinado de las vías centrales, la remodelación de la plaza principal, la creación de la Biblioteca Municipal, para cuya formación, realizó una gran campaña periodística que fue apoyada por toda la intelectualidad cusqueña. Lamentablemente, la dejadez y poco apego por la cultura de las gestiones ediles posteriores hicieron que este rico patrimonio se perdiera.
En 1964, fue llamado por el artista Mariano Fuentes Lira para laborar como profesor de la Escuela de Bellas Artes. Desde ese año enseñó las asignaturas siguientes: Historia Universal del Arte, Metodología de las Artes Plásticas, Arquitectura, Estética y Filosofía del Arte. En varias ocasiones se le encargó la Dirección de la Escuela.
En el año de 1976 se jubiló de la docencia en la que trabajó con mucho empeño y entusiasmo desde 1941 es decir 35 años, en los niveles Primario, Secundario, Técnico, Normal y Artístico.
Fue profesor de los centros escolares de la ciudad, en el Colegio Nacional de Ciencias, la Gran Unidad Escolar Inca Garcilaso de la Vega, el Politécnico Regional Sur Oriente, Colegio de Santa Ana, Colegio Cooperativo José Gabriel Cosio, Escuela Regional de Bellas Artes.
El profesor y periodista Julio G. Gutiérrez Loayza, falleció en nuestra ciudad el 30 de diciembre de 1993. Una nutrida comitiva de trabajadores, luchadores sociales, políticos e intelectuales le rindieron homenaje y le dieron el último adiós. Con él desaparecía una generación de hombres que habían enarbolado la bandera de la lucha social, a la que dedicaron abnegación y entrega mística, invalorables, manteniendo una alta moral y ética en su actuación; sufriendo tortura, carcelería y destierro; posponiendo todo interés material o privado en beneficio de sus ideales: la construcción de una sociedad sin explotadores, en la que las oportunidades y la cultura están al alcance de las grandes mayorías. La concreción de este caro ideal es el legado hereditario y tarea que las nuevas generaciones tenemos que hacer realidad.
OBRAS PUBLICADAS.
«PORTADAS Y BALCONES DEL CUSCO».- Separata de la Revista del Instituto Americano de Arte. (1957).
“OLLANTAY”.- Ediciones Populibros del Cusco (1958)
«ASI NACIÓ EL CUSCO ROJO» Contribución a su Historia Política. Lima 1986.
«HOMENAJE A JOSÉ SABOGAL EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO» Publicado por la Dirección de Actividades Culturales del INC.-Cusco (1988).
“SESENTA AÑOS DE ARTE EN EL QOSQO” publicado por la Honorable Municipalidad del Qosqo, 1994.
«OLLANTAY» Versión en quechua y castellano, publicado por sus hijos en conmemoración al centenario de su nacimiento, Cusco 2005.
OBRA INÉDITA.
«ARQUITECTURA COLONIAL DEL SUR ANDINO» CUSCO Y APURIMAC.
«VACIONES EN EL SEPA» Libro testimonial de sus prisiones políticas.
«50 AÑOS DE POLÍTICA CUSQUEÑA» Compilación de sus escritos políticos.
«PERSPECTIVA 30 AÑOS DE PERIODISMO CUSQUEÑO».
Cusco, enero del año 2005
202
Legendario líder sindical es “El personaje de mi tierra” de R.P.P.
GREGORIO RAMOS MAMANI
De humilde origen campesino indígena, en cuyas venas circula la sangre venerable de nuestros antepasados los Incas y en su espíritu la brilla el fuego revolucionario de Túpac Amaru y Huamantica, Don Gregorio Ramos Mamani, ejemplar líder del proletariado peruano, nació el 18 de noviembre de 1935, en la comunidad de Qonchatanka, situada en la provincia de Carabaya, entre el límite de los departamentos de Puno y Cusco, en cuya Escuela Primaria estudió sólo hasta el primer año de primaria, pues, desde niño sufrió los abusos del gamonalismo, cuando sus padres “colonos” de un hacendado, fueron despojados de sus tierras y animales de cría, quedando condenados a la pobreza y el desarraigo.
Muy joven, ante las inclemencias del altiplano y la violencia del gamonalismo, y no teniendo más que su fuerza de trabajo para sobrevivir, emigró a Arequipa donde comenzó a trabajar como peón en el gremio de Construcción Civil, alternando con dirigentes sindicales de experiencia e iniciándose en la ardua lucha por conseguir los beneficios sociales y el derecho a una vida justa y digna para todos. Cinco años después fue elegido Secretario General del Sindicato de Trabajadores en Bares y Hoteles de Arequipa, donde participó en la lucha para lograr la promulgación de la Ley Nº 14701, que reconoció legalmente los derechos de ese sector de trabajadores.
A los 34 años, en 1969, perseguido por su actividad sindical arribó a la ciudad del Cusco, vinculándose con los líderes de la Federación Departamental de Trabajadores del Cusco. En 1973, ingresó a laborar en el Hotel “Tambo” de la Sociedad de Beneficencia Pública del Cusco, donde trabajó casi tres décadas, y fue fundador de su Sindicato de Trabajadores, siendo abusivamente despedido en los tiempos trágicos del nefasto régimen de Fujimori.
En el año de 1981, después de haber ocupado varios cargos gremiales asumió la Secretaría General de la Federación Departamental de Trabajadores del Cusco y al año siguiente en un histórico Cabildo Abierto de la Municipalidad del Cusco, fue elegido Vicepresidente del Frente Único de Defensa de los Intereses del Cusco, FUDIC, -que presidieron el “Obispo de los pobres” Monseñor Luis Vallejos Santoni, y el Alcalde de la Ciudad Dr. Willy Monzón Vásquez-, desde donde lucha indesmayablemente para hacer realidad las obras reclamadas por la ciudadanía del Cusco, contra el alza del costo de vida, contra la brutalidad policial, por la libertad de dirigentes sindicales, maestros, campesinos y estudiantes acusados falsamente de ser terroristas. Tuvo un rol protagónico durante las jornadas populares de 1981, cuando la policía atacó la universidad y asesinó al joven estudiante universitario Marco Antonio Ayerbe Flórez y dio muerte a los dirigentes campesinos de San Jerónimo Toribia Flores de Cutipa y Lucio T’ito Huamán. Gregorio Ramos encabezó las luchas populares, los mítines multitudinarios de repudio a la violencia, y finalmente los paros contundentes que determinaron la caída del ministro de Gobierno José María de la Jara y Ureta, y sancionaron la violencia policial y la torpeza del Prefecto Rozasco Gerkes, responsable político de las violaciones de los derechos humanos y los crímenes de Ayerbe Flórez y de los dirigentes campesinos.
Su valiente y decidida actuación en apoyo de las luchas reivindicativas de los mineros despedidos de las minas de Cata-Acarí, Atalya o Tintaya. y su constante vigilancia para hacer de la FDTC un baluarte de la defensa de la clase trabajadora y del pueblo, a través de comunicados, artículos periodísticos y acciones de lucha junto con dirigentes como Roberto Rojas Grajeda, Miguel Cancha, Rubén Acurio Rivas, y a nivel nacional con Isidoro Gamarra y Pedro Huilca Teqse, lo hicieron el émulo más importante del legendario líder sindical cusqueño Emiliano Huamantica Salinas y del maestro de éste, el carpintero Simón Herrera Farfán, ambos muertos en diferentes épocas, por la persecución y el odio de clase de la burguesía terrateniente.
Pero, la venganza de la burocracia parasitaria, coludida con los enemigos del pueblo, no se dejó esperar, pues, hostilizaron a este valeroso líder despojándole de su trabajo en como Maitre del Hotel “El Tambo”, propiedad de la Beneficiencia Pública del Cusco; con cobardes artimañas; al amparo de la corrupción Fujimontesinista, le fabricaron una “Evaluación” amañada, como revancha, por haber denunciado la pérdida de obras de arte colonial y los actos de corrupción e ilícitos cometidos por los directivos innombrables de entonces, empeñados en enajenar o privatizar los bienes de la institucionales.
Por su lucha desigual contra la mafia enquistada en esa entidad los periodistas cusqueños lo reconocieron como “El hombre del Año” en 1990.
Hoy, a la edad de 69 años –a punto de cumplir 70 años– ha terminado de escribir un libro autobiográfico referente a la Historia del Sindicalismo del Cusco y luchando contra dolencias en la espalda y los hombros (Espóndilo–Artrosis), que según los especialistas son las secuelas de antiguas torturas y maltratos físicos cuando estuvo preso por defender con hombría los derechos de los trabajadores cusqueños y que habrían derivado en un incipiente mal de Parkinson. Nada recibió ni pretendió recibir a cambio, y vive humildemente con una pequeña pensión que le regateó, durante años, la miserable burocracia, en espera de verlo muerto en la mendicidad y la tuberculosis. Su familia sufre con él, esta suerte injusta e infame. Gregorio Ramos es casado con doña María Ignacia Cusicuna Huamán, nacida en el Cusco, y tienen ocho hijos y varios nietos.
Por todo ello y con la certeza de lograr la justicia de su pueblo, como iniciativa de honor, lejos de las componendas y cálculos políticos, propusimos a Gregorio Ramos Mamani, para la nominación de “El Personaje de Mi Tierra” que organizó Radio Programas del Perú (RPP) en esta última semana, por tratarse del hombre que simboliza la reserva moral de la clase trabajadora cusqueña, por ser el ejemplo viviente para las nuevas generaciones de líderes sociales; por su consecuencia a toda prueba, su persistencia y valentía en la defensa de los derechos laborales; por su capacidad para sobreponerse al odio de clase, las vejaciones y torturas que soportó heroicamente. Prueba de ello, es que teniendo sólo primero de primaria, pero habiendo estudiado con ahínco en la universidad de la vida, maestra de los grandes hombres, que le enseñó a conducir gremios sindicales, redactar manifiestos, conclusiones de eventos congresales, llamamientos y arengas; hoy ha culminado un documentado libro autobiográfico de más de 500 páginas que esperan su publicación ya que son la herencia sublime que un verdadero revolucionario deja a sus seguidores; en él testimonia su actuación en la vida como dirigente y luchador social, agradecido con sus maestros y guías políticos, disciplinado y severo consigo mismo, estudioso de la teoría revolucionaria. Cuenta cómo desde el FUDIC, dirigió la lucha por que se hagan realidad reivindicaciones no sólo para su gremio sino para toda la comunidad como la construcción del Hospital de ESSALUD, entre otras obras que hoy son útiles al Cusco.
Felizmente, el pueblo sabio, demostrando que no ha perdido la memoria de sus luchadores y defensores heroicos -pues, la ingratitud no podía manchar su propia honra-, ha premiado a su líder con generosidad y justicia nominándolo, limpiamente y con ventaja, “Personaje de mi Tierra”. Ahora toca al Cusco entero lograr que este honor se le reconozca a Gregorio Ramos a nivel de toda la república.
Cusco, mayo del 2005.
Julio Gutiérrez Samanez y Roberto Romero Arce.
203.1
UNA LAGRIMA DE ACERO POR GUIDO AVENDAÑO
“Porque hemos cerrado el pasado
Con gruesas lágrimas de acero…”
Javier Heraud.
Guido, ya tu espíritu alzado y rotundo ondula por el universo y tu voz ha callado junto con tu violín y tu pututo.
Guido, viejo amigo ¿Qué se siente después de la buena muerte? ¿Cómo se agita el alma al transustanciarse con los Apus en su viaje a la última morada? ¿Bulle de alegría tu espíritu al encontrarse con el de tu hijo Erasmo? ¿Danzarán juntos una khaswa por el reencuentro en el otro mundo?
Pero tu cuerpo yaciente y tu rostro yerto, tu barba cana y lozana de viejo profeta caído, ante nuestros ojos llorosos, sólo alcanza a enseñarme la dolorosa realidad de la muerte. Tú ya no estás. Tú has partido. Estás ya libre, por fin, de las cadenas, aguijones y púas con que esta vida injusta te constreñía.
Ya no está el rebelde, revolucionario de verbo lacerante e implacable que esgrimía como arma contra toda hipocresía frailuna, contra todo actuar rastreante y cobarde de los que considerabas: “ovejos”. Ahora, que las líneas metálicas de la muerte se apoderaron de ti, para borrar tu frágil figura material, percibo más claro, el éter de tu alma. Entiendo tu postura fundamentalista de afirmar o negar sin medias tintas.
Cuantas veces hice descargar sobre mí ti ira santa, al provocarte, con mis ejercicios dialécticos y contra-dictorios; con mis posiciones postmodernas de alteridad, diálogo entre diversos y civilizada tolerancia con los antagonistas de pensamiento.
Recuerdo que chocaba de raíz contra el muro pétreo de tus convicciones, y nuestros diálogos se tornaban en candente lucha de gladiadores, nuestras frases eran sablazos filudos y estocadas violentas, hasta darnos cuenta de lo avanzado de la hora y la inutilidad práctica de nuestras querellas filosóficas y políticas, que al fin y al cabo, no resolverían el complejo problema social de este perro mundo, no moverían un ápice la voluntad pertinaz de los explotadores. Entonces posponíamos el diálogo para otro momento y con un abrazo cordial, nos despedíamos. Muchas interrogantes quedaban flotando para revivir en el próximo encuentro; muchos reproches irrespetuosos míos, algunas disculpas para zanjar las diferencias y encontrar consensos y puntos de encuentro.
Recuerdo que celebraste mi poemario “Oficio del Barro” el que quisiste traducir al Quechua, al idioma materno con que nutrías nuestros encuentros y desencuentros; celebraste mis esculturas de barro, con motivos rebeldes
y yo amaba tu actitud valiente contra toda injusticia, contra todo acto prepotente de los caciques de turno de la política; contra toda agresión de lesa cultura que “gamonalillos” y tiranuelos se permitieron ejercer. En tu enojo encontraba recuperada la capacidad de indignación que habíamos perdido en la rutina y el ocio, en el “dejar hacer y dejar pasar”, cómplices, por omisión o cobardía.
Recuerdo que un día, cuando protestábamos contra la ignominia de cierto alcalde “analfa-bestia” que había atentado contra el museo del IAA y contra natura, al derribar impunemente añosos árboles de nuestra plaza de armas, estuviste decidido, garrote en mano, a sacarlo de su despacho, y fuimos en demanda de su cabeza y no lo hallamos por que escapó, cual rata de cloaca, por las alcantarillas y puertas falsas.
Amábamos tu hablar rotundo y sin ambages ni incertidumbres, tu “cantar claro”. Esa extraña actitud, ya perdida en este mundo de desclasados y buscavidas, y seres domesticados y amarrados por la cerviz con la humillante coyunda. ¿Cómo iban a comprender tu acento alzado? ¿Tu verbo cortante, tu sorna hiriente, los indolentes y castrados de alma?
Te odiaban por que, permanentemente, les enrostrabas su cobardía; convocabas, en vano, las fuerzas liberadoras de sus espíritus y cuerpo muertos en vida y les echabas en cara la hediondez de sus almas podridas y apoltronadas en la burocracia: esa doble muerte moral y social. Pero éstos pordioseros morales, en el fondo, te admiraban; mas, por su doble moral, terminaban repudiándote. ¿Cuántas veces, junto con Faure Dueñas y otros amigos, fui testigo de cómo desarmaste a cuanto “calzonazo” burócrata se interponía en tu camino, sólo enrostrándole su ignorancia, su “humilde condición de subalterno, descerebrado e insolente”.
Eras un “comecuras” auténtico y terrible como Román Saavedra, que esperaba asistir al último auto de fe laico, cuando se incinere la última sotana y se eche creso espiritual para desinfectar las catacumbas morales de los perversos descendientes de la inquisición.
¿Cómo esperar que descanses en paz? ¿Cómo aceptar que la muerte consumió tu vida y tu lucha?
Sólo quiero decir, como dicen nuestros hermanos tawantinsuyanos:
“Manan wañunchu, wayqey; samaqapullanmi”
(No, no ha muerto, hermano; sólo está descansando)
Julio A. Gutiérrez Samanez, Kutiry@hotmail.com
205
UNIFICACION DE LOS PARTIDOS….FALTA ESTÁ INCOMPLETO O CORTADO!!!!!!
Es menester desarrollar las herramientas sociales como la CGTP y los partidos; desarrollar herramientas políticas como el Frente Amplio, acorde con el pensamiento del Amauta.
Esta unificación cae a pelo a los comunistas dispersos y desorientados que habían perdido la esperanza en la política, pues consideraban que la derecha la había convertido en un potrero de la corrupción y el aventurerismo.
Alberto Moreno, constató el daño que se le hizo al pueblo con la división de 1963, habiéndosele dado en bandeja todo el país a la oligarquía. Era pues el momento para resarcir daños y aunar esfuerzos, convocar a los mejores hijos de la patria a una obra histórica que asuma el reto de cambiar al país. Puesto que, por el camino de la derecha y el imperialismo, el Perú es “inviable”. Esta casta gobernante ha fracasado en su proyecto político, ha destruido la fe del pueblo, condenándolo al nihilismo, la inacción y la incertidumbre y, -algo interesante como esfuerzo autocrítico-, hizo una excepción con el gobierno de Velasco Alvarado,
Moreno, comprende que se requiere de una visión de futuro que genere certidumbre, pasión y fe para “polarizar” al país entre las fuerzas renovadoras que promuevan el cambio anhelado y que se opongan a las fuerzas reaccionarias de la derecha, quienes con la máscara del “centrismo” pretenden engañar, una vez más, al pueblo para continuar con la política de saqueo de los recursos, privatización de empresas y bienes, en el más vulgar entreguismo vende-patria.
Moreno, dijo que se tiene el deber de ofrecer un mito renovado y una fe al país, para devolverle la esperanza; pues, la izquierda, al no superar sus errores y barreras, ha defraudado al país y es necesario revertir ese estado de cosas que nos ha relegado a la zaga de países hermanos como: Venezuela, Brasil y Uruguay; donde la Izquierda, madura, ha logrado aglutinar a las grandes mayorías y en limpia disputa electoral le ha arrebatado el poder a la oligarquía y sus aliados, creando nuevas perspectivas al gran pueblo: “Abriendo Las grandes alamedas de la historia”, como quiso Salvador Allende, antes de caer acribillado por las balas asesinas de la milicia fascista, en Chile.
Ahora, el planeta todo sabe hacia donde nos lleva el imperialismo con su globalización: al descalabro, a la destrucción sistemática de nuestro propio medio ambiente.
Este líder político recordó, también, cómo los últimos fenómenos climáticos como el Huracán Katrina, mostraron el verdadero rostro del imperio yanqui, la pobreza de las poblaciones de negros y latinos que era muy bien ocultada por los medios controlados por el imperio; mostró, además, que las transnacionales aumentan sus ganancias multimillonarias con la plusvalía y la especulación usurera, con la guerra de rapiña criminal, lejos de sus fronteras, puesto que el 4% de la población que son los millonarios norteamericanos, se comen la cuarta parte de los alimentos del mundo y por ello la tercera parte de la población yanqui está constituida por obesos. Esta gente, en el reparto del mundo nos ha condenado a ser países productores de materias primas baratas. Nuestro país, el Perú, es considerado “inviable”, es decir sin posibilidad de desarrollo, un país con un territorio de más de un millón de kilómetros cuadrados, lleno de recursos y con 27 millones de habitantes. ¡No tenemos futuro, ni con la globalización, ni mucho menos, con el TLC!
No hay salida para este país si no es con el socialismo, -ha dicho Alberto Moreno-; cambiando este Estado centralista, autoritario y excluyente que poseemos, por un Estado moderno, que fomente la justicia social y la prosperidad económica colectiva, y que, “acabe con la corrupción y su presencia obscena, que constituye el peor cáncer social”.
Alberto Moreno, denunció que tenemos un ejército maltrecho y desarmado mientras Chile se arma hasta los dientes para jugar, a corto plazo, el papel de Israel, en esta región, pues, sus inversiones, en nuestro territorio, llegan a cuatro mil millones de dólares.
207
CONMEMORANDO EL CENTENARIO DE SU PUBLICACIÓN
SOLUCIÓN GRÁFICA AL TEOREMA DEL SABIO CORAZAO
Casi desapercibido pasa el centenario de la publicación de los teoremas matemáticos del científico cusqueño Dr. Eusebio Corazao (1850 – 1913), quien realizó la contribución científica cusqueña más importante en el campo de la ciencia matemática, especialmente en la geometría, pues su Teorema (publicado en el diario El Sol del 18 de noviembre y 2 de diciembre de 1905) fue reconocido como exacto nada menos que por el sabio lambayecano Dr. Federico Villareal y fue estudiado y presentado en las más prominentes universidades de Europa como un nuevo descubrimiento científico.
Corazao, descubrió el camino para encontrar la solución al milenario problema de la Cuadratura del Círculo y la Rectificación de la Circunferencia, al formular su teorema que reza:
“Todo polígono regular de n lados es medio proporcional entre el círculo inscrito en él y su círculo isoperímetro”
Lo que significa que la relación entre el área (a) del círculo inscrito a un polígono regular y el área de este polígono (b), es constante e igual a la relación existente entre el área del polígono (b) y el área de cierto círculo (c) que posee el mismo perímetro o contorno del polígono, como se muestra en la figura Nº 1.
Si el radio del círculo inscrito es 1, su área (a) será igual a Pi, por lo tanto, el lado del cuadrado circunscrito será 2; su área (b) igual a 4 y su perímetro igual a 8. Este perímetro será igual al del círculo de área (c) (por ser isoperímetro). Como el Perímetro de C = 2 Pi x radio = 8, el radio será 4/Pi y su área = 16/Pi
Según el teorema la proporción será: Pi:4 = 4:16/Pi
Si dividimos esta proporción entre Pi, esta subsiste, es decir, sigue siendo la misma,
1: 4/Pi = 4/Pi : 16/pi2
Entonces Corazao escribió: “Si, pues, por alguna combinación feliz se pudiera construir geométricamente la expresión 16 sobre Pi al cuadrado, entonces quedaría hallado el círculo isoperímetro al cuadrado de perímetro 8, es decir, conseguida la rectificación de una circunferencia”
Afirmando a continuación: : “Si la rectificación de la circunferencia del círculo no es un problema que está fuera del límite de los alcances del entendimiento humano, como hasta el presente parece serlo; si algún día admitiese solución posible, no temo afirmar que esta tendría por base, el teorema que llevo expuesto”.
Un siglo después, el autor de este artículo ha encontrado la interpretación gráfica de esa: “combinación geométrica feliz”. Como vemos en la fig. 2
Donde se aplicó el teorema de la altura de un triángulo rectángulo inscrito en la semicircunferencia y se ha trasladado ese criterio de proporcionalidad al plano cartesiano para hallar la función de primer grado Y= 4/Pi X que corresponde a nuestro teorema:
“Cuando la relación constante entre el radio de cierto círculo y el radio de otro círculo inscrito en un polígono cuadrado es 4/Pi; entonces el polígono cuadrado y el primer círculo son isoperímetros”.
Con la función de primer grado obtenida se dibuja la Fig. 3, con la que se consigue hallar gráficamente la rectificación de la circunferencia pues los perímetros de las figura de área (c) y (b) son iguales. Este método se extiende para cualquier radio que genere circunferencias y polígonos cuadrados, pues para otros polígonos la constante o ángulo de la función, será diferente.
Obviamente, para realizar este gráfico había que encontrar un método para hallar el valor gráfico más aproximado para el número inconmensurable Pi y ese método nuestro se muestra en la Fig. 4. en que la aproximación es de 1.2 milésimas de centímetro, es decir casi exacta para trabajar con la regla y el compás.
En mi libro próximo a salir: “La Cuadratura del Círculo. ¡Sí, es posible!” trato con amplitud el tema y expongo mi método para la cuadratura gráfica del círculo, a partir de hallar gráficamente la raíz cuadrada de Pi. Nuestro paisano el Dr. Corazao bien merece este homenaje científico al conmemorar cien años de la edición del teorema que le dio la inmortalidad.
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15 AÑOS DE 7 CULEBRAS
Este artículo falta no hay el texto ojo
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RECORDANDO AL AMIGO AUSENTE
LUCES Y SOMBRAS: FOTOGRAFÍAS DE YURI ESPEZÚA
Escribe Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Desde el 4 de noviembre, la Sala Cultural del Banco Wiese, viene exhibiendo una excelente exposición fotográfica denominada “LUCES Y SOMBRAS”, en recuerdo de nuestro desaparecido amigo el odontólogo Yuri Espezúa Sánchez, quien falleciera trágicamente hace un año junto con su señora esposa, en un accidente de tránsito en la ruta Cusco Arequipa. La noticia enlutó a familiares y amigos de la pareja, la indignación ante este crimen perpetrado por la irresponsabilidad de una empresa de transportes causó el repudio general y los amigos organizamos una velada de protesta en la plaza de armas.
Con la muerte de Yuri se iba un científico y un artista, pero, sobre todo, perdimos a un amigo noble y sincero.
Yuri Espezúa fue uno de los organizadores del Partido FUERZA NUEVA, la agrupación política descentralista que núcleo a una generación de profesionales y jóvenes preocupados por el porvenir de la región más que por el cuidado de dogmas y sectas perniciosas.
Ha pasado un año de aquel abominable hecho que dejó dos huérfanos y los amigos y colegas han montado esta bella muestra de arte fotográfico, que grafica el legado artístico del Dr. Espezúa, mostrándonos los altos quilates de su sensibilidad. Muchas fotos como: “Arco Iris en la Plaza de Armas del Cusco”, “Tumba Real”, en Machupicchu; “Paisaje de Siena” y “Arco Veneciano”, en Italia; “La Catedral de Arequipa”. Son trabajos profesionales, por la maestría de la toma, la elección exacta de la luz, los contrastes estudiados que no son solamente espontáneos. Espezúa, buscó el foco, realizó el encuadre, eligió el momento más optimo para disparar el obturador de la cámara y aprisionar la belleza, el encanto de la imagen; en una búsqueda orientada, principalmente, a la contemplación del paisaje o a la observación de aspectos de la vida y cultura indígenas de las que se sentía admirador, al igual que captar estampas de su largo recorrido por el mundo.
No son fotografías de un aficionado cualquiera, sino, de un autodidacto que estudió con serenidad y profundidad, los secretos del arte fotográfico. La composiciones: “Chulpas”, “Nube”, “Otoño”, “Pileta”, son cuadros de alto valor plástico, en cuanto a composición, simetría, armonía, sentido natural para encontrar la proporción áurea o divina, en el diseño y distribución de los elementos: cielo, horizonte y suelo; equilibrio armónico de color y volúmenes que, por ejemplo, en “Nube”, me parecen extraordinarios.
La fotografía llevada al nivel de pasión por un talento educado da por fuerza como fruto, la belleza; revelando un alma inquieta y vital, en su búsqueda entusiasta del valor estético: lo excelso y lo bello.
Nacido en Juli – Puno, el 12 de octubre de 1961, hizo estudios en Cusco en el Colegio Inca Gracilaso de la Vega y en la ESEP Túpac Amaru; se graduó de Cirujano Dentista en 1985, en la Universidad Católica Santa María de Arequipa; hizo una destacada carrera en el ejercicio profesional que lo llevó a ganar el Primer Premio KAELIN – 2003, con el trabajo de investigación: “Endodoncia en una cita” con el que echó por tierra muchos prejuicios técnicos de su profesión y nos cupo ser testigos de ese formidable alcance científico.
Yuri Espezúa, fue docente de la UNSAAC en la carrera de Odontología y participó en Congresos Odontológicos con sus trabajos de investigación. Su alma fina y cultivada no era ajena a la poesía, cuando escribió: “Me veo caminando/ perpetuando rostros/ y paisajes en un papel/ que me acompañan/ en mi vida.../en mi refugio... / en mis amigos”
Sean, pues, estas glosas el homenaje de gratitud y reconocimiento al artista, al científico y al amigo inolvidable con quien compartimos ideales y la fe en la humanidad.
212
EL PINTOR OCTAVIO MEJÍA BARRANTES
Octavio Mejía Barrantes, nació en la ciudad del Cusco probablemente en 1929, pues hay poca información acerca de la vida de este gran valor de la plástica cusqueña contemporánea.
Se sabe que hizo estudios en la Escuela de Bellas Artes del Cusco, reorganizada después del terremoto, en 1952, por el maestro Mariano Fuentes Lira, y egresó con la primera promoción de artistas, en 1956. Según se puede ver por su participación en las muestras colectivas con sus compañeros de promoción tales como: Hugo y Justo Béjar Navarro, Fernando Olivera Begazo, Juan de la Cruz Machicado, Carmen Vargas, Armando Medina, entre otros. (Alberto Quintanilla se había iniciado con ese grupo pero se fue a estudiar a Lima en 1954 y luego viajó becado a Francia). Este conjunto de artistas se organizaron, en 1958, en el Grupo Illary, una de las agrupaciones de artistas que más influyó en la segunda mitad del siglo XX, por la calidad de sus participantes y por el lenguaje plástico con que irrumpieron en claro rompimiento con el academismo de sus maestros y el indigenismo o localismo pictórico que, por entonces, ya decaía.
El GRUPO ILLARY, propugnó la renovación del arte plástico abriéndose camino hacia las nuevas corrientes de vanguardia. José Carlos Gutiérrez S., artista plástico que inició estudios por los años 60- nos comenta que se introdujo el aformalismo o Informalismo abstracto (de Kandinsky, Mondrian y Klee); el “Action painting”creación de Jackson Pollock; la corriente de la Escuela de Nueva York, (Kline, Kooning); la Escuela de París (Soutine y Modigliani) y el informalismo español de Tàpies y Debuffett. Esta especie de moda universal en la plástica llegó al Cusco traído por pintores argentinos transeúntes y con las exposiciones itinerantes anuales que hacían las promociones de estudiantes de la Escuela Nacional de Bellas Artes y la Asociación Artística y Cultural Jueves, de Lima, con artistas como: Macedonio de la Torre, Ricardo Grau, formado en la Escuela de París y que fue el introductor del no figurativismo en el Perú, desde 1938; Manuel Ugarte Eléspuru, Alberto Dávila, Carlos Aitor Castillo, Sabino Springett, el profesor húngaro Lajos D’Ebnet, que había colaborado con la Bauhaus y Der Sturm de Alemania, y los artistas jóvenes de entonces: Fernando de Szyszlo, Miguel Neri, Arturo Kubota, Milner Cajahuaringa, Miguel Ángel Cuadros, Eduardo Moll, Venancio Shinki, Enrique Galdos Rivas, como se puede ver en un catálogo de una exposición realizada en Cusco de 1966.
Mejía, durante su etapa estudiantil profesó un arte formal de un academismo disciplinado que lo llevó a dominar el oficio a la manera de su maestro Fuentes Lira, pero libre ya de las ataduras académicas e influido por el informalismo europeo y limeño, rompió con el formalismo y junto con el Grupo Illary, inició una serie de exposiciones de tipo abstraccionistas que fueron duramente criticadas por quienes veían en el arte moderno una forma de escape de la realidad, como sometimiento a los dictados del arte burgués y preferían el realismo social, como arte de propaganda política y de compromiso con el pueblo.
Pero en respuesta, el grupo forjó sus propios críticos, comentaristas e ideólogos como la pintora argentina Rosa Julia Faccaro, que organizó la “Peña de Estudios Libres”; el escritor Víctor Raúl Loayza y el poeta Raúl Brozovich. En 1966, toda esta pléyade de artistas fundó la Asociación de Artistas Plásticos del Cusco.
El arte de Mejía, se destacó por la soltura de sus trazos, el cromatismo libre y experimental que nos recuerda al pintor nacional Sérvulo Gutiérrez y al americano Pollock; también se nota alguna influencia del cubismo de Picasso y Bracke. Sin embargo, acusa un sello distintivo personal.
En cuanto a la técnica, Mejía trabajó el óleo, la acuarela y la tempera; el pastel y el crayón, generalmente, hizo uso de técnicas mixtas.
Ángel Avendaño dice que: “Mejía abjuró del formalismo en los inicios de su obra pictórica. Primero hizo pintura concreta de tendencias geometrizantes, basados en sus fondos cerrados. Luego acometió lo abstracto, sin referencias a la realidad visible. Arte sin representación de formas objetivas, explicadas por sus valores color-color como lenguaje fundamental de la pintura”.
La pintura de Mejía fue una perpetua búsqueda de la informalidad, una experimentación sin fin, con los colores y estructuras despojadas de la forma, con la intensión de encontrar un lenguaje personal, propio, en medio de la aventura de la búsqueda interior del alma que, finalmente, lo llevaría a naufragar en la locura.
De temperamento introvertido y apagado, el pintor Octavio Mejía, fue víctima del abandono moral y material y el desprecio con que esta sociedad suele pagar al artista de talento. Se refugió en la bohemia destructiva y el alcohol que hicieron estragos en su imaginativo espíritu hasta trastornarlo, perdiéndose, finalmente, en un centro psiquiátrico de la capital, sin que se supiese más de él.
Esta muestra retrospectiva de homenaje propiciada por el ICPNA, es el primer, y, acaso el único, homenaje que se realiza en Cusco a la memoria de este atormentado pintor, nimbado por el genio.
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LUIS CISNEROS BARRIOS,
ESCRITOR CUSQUEÑO QUE TRIUNFA EN ARGENTINA
(Artículo publicado en el diario El Comercio del Cusco el 5 de agosto del 2006)
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Casi desconocido en su propia tierra a la que añora y recuerda en cada uno de sus cuentos ejecutados con magistral oficio, el narrador Luis Cisneros Barrios, cusqueño, radicado en La Argentina, hace cuatro décadas, ha publicado varios libros de cuentos y novelas en ese país austral, donde se acoge lo peruano y especialmente lo cusqueño con especial unción. Cabe recordar que La Argentina de Belgrano acogió al Inca Juan Bautista Tupac Amaru, a su retorno a tierras americanas, después de cuarenta años de cautiverio en las prisiones de Ceuta, en el África. La inmortal escritora indigenista cusqueña Clorinda Matto de Turner, se exilió en ese país, después que la turba pierolista, incendiara su casa y destruyera su imprenta, tras la caída del régimen cacerista en 1895, Clorinda, con apoyo de Argentina recibió los lauros y el aplauso universal, en su viaje por Europa, como transluce en su obra “Viaje de Recreo”.
En 1923 viajó a Buenos Aires la “Embajada Cultural Cusqueña” presidida por el ilustre intelectual Luis E. Valcárcel, que fue acogida triunfalmente en el Teatro Colón donde se representó el drama incaico “Ollantay”. En esos años el Musicólogo cusqueño Policarpo Caballero investigó y publicó su obra “Influencia de la música incaica en el cancionero del norte argentino” y, otro cusqueño, el padre Jorge A. Lira, publicó, con la Universidad de Córdoba, su famoso “Diccionario de la Lengua Kechua”. No es raro, pues, que el talento cusqueño sea reconocido y admirado en aquel país que tiene nuestro Sol de los Incas en su pabellón nacional, de allí que Luis Cisneros, con sus obras: “CON LAS ILUSIONES FUERA DE FOCO” (1999) o con “A ORILLAS DEL VILCANOTA” (2001), haya conquistado el interés del público lector, logrando un lugar en la narrativa argentina y latino americana, hecho que debe enorgullecer a sus paisanos.
No se trata de un aficionado que de buena voluntad o por “chichazo” logra el favor de los lectores. No. Una vez leídos y estudiados, los cuentos de Cisneros nos revelan un mundo trabajado con arte y disciplina, un oficio pulido y pulcro, que ofrece en forma de giros, metáforas poéticas, expresiones del habla popular cusqueña, sus retruécanos y modismos, etc. En el fondo nos proyecta una dura crítica al sistema feudal de explotación cruel que imperaba en el Perú antes de la Reforma Agraria impulsada por el gobierno de Velasco Alvarado. En estos relatos, la denuncia de Cisneros al gamonalismo serrano en el cuento “Gregorio Pic”, recusa la malignidad de los gamonales por el abuso contra un niño indígena, hecho que marca el destino del personaje narrador para luchar a favor de los desvalidos.
En otro cuento, “Así era ella”, el lector, aguijoneado por los constantes abusos perpetrados por la policía en contra de un inocente, recibe la placentera sensación de venganza, por la confesión que hace el ex-reo al cura del pueblo, rebelándole que fue su mujer -la recién fallecida-, la que había envenenado a los custodios policías que lo habían torturado para que se autoinculpara por un crimen que no cometió.
“Un mentiroso” es un cuento surrealista, pues unos extraños hurtan las pertenencia del personaje protagonista y al volver este a su casa encuentra a los ladrones posesionados en ella, pero toda la casa estaba llena de palabras escritas en relieves que explicaban el significado de cada cosa, la lectura nos recordó la peste de insomnio en “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez.
En el cuento “El padre Joaquín Ureta” Cisneros saca a relucir su alma cusqueña, pues trata de temas de “aparecidos” o almas en pena que conocemos como “condenados”. Cuentos con los que nos entretenían o asustaban las abuelas en épocas en que la luz eléctrica era escasa. Un cura, después de muerto, le “apareció” al protagonista del cuento, galopando en su caballo.
En “Hasta esa suerte he tenido”, el lector atribulado, presencia, junto con el protagonista, la paliza que unos hermanos propinan a un patrón abusivo, como él no intervino, la represalia fue para los hermanos, aunque él mismo recibió una tanda de palos y patadas para que vaya a reconocer los cadáveres de los insolentes y recibir un obsequio por su ayuda.
“A la entrada del infierno” es un divertido y aleccionador cuento referido a todo un pueblo que se defiende de la ponzoñosa e insidiosa práctica llevada por un abogado ganster, que sembraba la cizaña en un pueblo acostumbrado a vivir en concordia, pues este abogado estaba haciendo eso de “pueblo chico, infierno grande”. Al saberlo, un segundo abogado, decidió volver por su camino sin revelar su identidad y mucho menos su profesión.
“Tirar por la borda”, produce un aflojamiento de estómago y ganas de arrancarse los cabellos, pues, el joven protagonista, en su ignorancia supina, terminó quemando y deshaciendo la herencia de antigüedades, muebles, cuadros. Imágenes en bulto, lienzos y esculturas coloniales que su abuela había dejado al fallecer. El intonso heredero redujo a cenizas lo único valioso de su herencia que él consideró “basura”. Este cuento es, a la vez, una metáfora de cómo en la actualidad, cada día, estamos destruyendo y descaracterizando la belleza de nuestra ciudad.
El cuento “La hijastra de Amílcar Avendaño” nos recuerda a Pedro Páramo de Rulfo, el personaje principal llega a un pueblo fantasma y es alojado en una casa de condenados. A media noche llega una bella joven que le pide cobijo, el joven la aloja y de tanto conversar, termina seduciéndola y amándola. Al día siguiente se enteró que esa mujer era la joven que había sido violada y asesinada por su tío, hecho acaecido hacía un año. El forastero también murió ahogado en el mismo río.
Del mismo estilo es “Hijo mío la felicidad no existe”, donde el protagonista viaja de retorno a su lejano pueblo y, en sueños, vuelve ver a su difunta madre quien le dice: “hijo mío, la felicidad no existe”. Al día siguiente va al cementerio para adornar con flores la tumba de su madre y allí encuentra a un anciano que había sido su maestro, y platican sobre el significado de los sueños. Al volver al pueblo, se entera que dicho maestro había fallecido hacía ya años.
“Porque aún latía su corazón”, es una historia trágica de amor. Después de un golpe de estado, en el país, deponen a un dictador. Al saberlo, en un lejano pueblo del interior, los ciudadanos se levantaron a favor del nuevo gobierno y designan como nuevo gobernador a un joven que tenía amores ocultos con la hija del antiguo gobernador. Esa misma noche, el joven, ansioso de darle la primicia a su furtiva novia, sorprendido entrando a la casa, muere abaleado por los guardias que custodiaban la vivienda del viejo gobernador.
“La sombra de un puñal”, es la venganza por la traición de un cadete que enamoró y embarazó a una bella joven de un pueblo, para luego olvidarla con el fruto de sus amores. Cuando el cadete volvió al pueblo, después de la muerte de sus padres, es apuñalado y muerto en su propia casa, posiblemente por la propia mujer. La familia de esta se fue a vivir a la hacienda de los padres del cadete que había sido comprada a sus padres, antes que estos murieran.
“El círculo de Seistán está completo”, narra un episodio político autobiográfico del autor, cuando un grupo de jóvenes militantes de un partido político proscrito, iluminaron una montaña cercana a la ciudad con las siglas de su partido, justo en la noche en que decepcionaban por su llegada al presidente de la nación. Como consecuencia, muchos jóvenes fueron arrestados y pasaron buen tiempo encarcelados.
“Ella no le pudo dar un hijo”, un pescador de merluzas, es decir de muy bellas féminas, termina casándose con una bella joven que no le da hijos, por lo que la repudia, divorciándose; sin embargo, se supo la verdad: el estéril era él. La pobre mujer no se volvió a casar pero tuvo mellizos con un valluno.
Esta es una brevísima reseña del primer libro de Cisneros, curiosamente, mientras los literatos cusqueños tratamos de desterrar los localismos, quechuismos, expresiones tradicionales etc., en el afán de parecernos más universales,-más por el temor a la crítica limeña, siempre implacable y dispuesta a desterrar a los “provincianos”-, Cisneros hace gala de esos recuerdos, tiene el mismo síndrome del Inca Garcilaso: la nostalgia; que hace que se aferre a su memoria, a sus recuerdos íntimos, a su lenguaje, a los giros idiomáticos locales o cusqueñismos, que afloran en su escritura con la fuerza de la necesidad, como un sello inconfundible de identidad, como timbre de orgullo. Y no es, precisamente, por eso, que sus cuentos son “cusqueños”, sino, por su fondo, su contenido, su espíritu; pues, expresan la fraternidad humana, se conduelen por los oprimidos y ansían liberarlos; sus escritos conmueven, sublevan el alma, llevan algo subversivo por naturaleza intrínseca, por eso son cusqueños … cusqueñísimos. Distan de la bazofia literaria atesticulada, de tanto escribidor que exuda tinta con olor a dólares; porque escriben por encargo y ofrecen su pluma como hembras de alquiler a cualquier postor. Por ello, por la idoneidad, la franqueza de su verbo y la firmeza de sus convicciones es que reivindicamos el “cusqueñismo y peruanismo de la literatura de Luis Cisneros Barrios, así sea escrita en la pampa argentina, en las estepas de Rusia o en las montañas del Himalaya.
Pero, como todo no puede ser color de rosa, es preciso, reprocharle cordialmente al amigo Cisneros, diciéndole que su visión cuentística es un tanto unilateral y pesimista, por estar anclada en el pasado; un pasado por demás vergonzante y derrotista, cuando imperaba el autoritarismo, la prepotencia y la impunidad; además, por su alejamiento de cuarenta años, ha guardado en su memoria una sociedad feudal que el proceso histórico ya ha superado, ya no existe el gamonalismo abusivo de esos años, ahora, después de dos décadas de terrorismo y gobiernos corruptos, después de setenta mil muertos, el peruano, el andino del Cusco y del valle del Vilcanota ha demostrado su vocación pacifista y de progreso, su apuesta por la vida. Ya surgen empresas campesinas, los nuevos propietarios de la tierra, que, ante el desafío de la globalización, ajustan sus productos a las exigencias de la demanda y entran a competir en el mercado mundo, haciendo rentables y competitivos sus productos. El paisaje social que narra nuestro caro amigo, es una pesadilla que quedó atrás. Ahora, por la incesante lucha social el campesino está organizado; la combatividad de los desposeídos y la solidaridad de clase, han alcanzado frutos, valores y paradigmas dignos de otra narrativa, más positiva, más entusiasta y triunfante, que sería bueno desarrollar como innovación en las letras. Estamos dejando lo sombrío y doloroso; la alegría, el buen humor, la risa, que siempre fueron elementos constitutivos de nuestra mentalidad, aún en las circunstancias más adversas, se abren paso, haciendo más llevadera la vida, innovando con creatividad y abonando los fértiles campos de la patria: la Qashua o fuga alegre del huayno desplaza al doloroso yaraví.
Por eso, entre los nuevos elementos narrativos están, por ejemplo: el brichero, ese enamorador simpático e imaginativo “cazador” de gringas; el viajero impenitente que revela historias y anécdotas de sus relaciones interculturales en otras latitudes, razas y costumbres; el investigador y recreador de mitos, leyendas de una oralidad andina quechua que se hallaba perdida y en proceso de extinción.
El síndrome colonial, está siendo curado en el alma andina; la disonante y destemplada cultura “Chicha” (del alcoholismo y el derrotismo del “sufre peruano, sufre”) de las masas populares desbordadas y traicionadas por los gobiernos corruptos, comienza a dar frutos maduros en el pensamiento, el arte, las letras. Y esta cultura indo-mestiza, atropellada y vilipendiada, comienza a reflexionar para entenderse a sí misma y recuperar su fuerza e identidad, haciendo uso de los medios más modernos, enfrentando con inteligencia positiva la globalización impuesta por el imperio del Dólar, y está apropiándose de medios como el Internet.
La gran serpiente, el alma y el cuerpo del “Inkari” se unifican debajo de la tierra, el ciclo del renacimiento o Pachacuti, está por cumplirse. Los hombres andinos ya tenemos el mito unificador que sacudirá la tierra para reformarla, por que un nuevo “Taqui Oncoy” ha preñado a la vida para producir más vida. Por todo ello, una literatura tan buena y tan bien lograda como la de Luis Cisneros, no puede ser ajena a esta epopeya.
kutiry@hotmail.com
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A DIEZ AÑOS DE SU PARTIDA
FAUSTO ESPINOZA FARFÁN
Hace diez años, el 13 de setiembre de 1996, víctima del cáncer, falleció en esta ciudad, el cineasta, escultor y talentoso artista Fausto Espinoza Farfán, un amante de esta tierra cusqueña a la que defendía con ardor y la representaba en cuanto certamen artístico en que participaba, sea en Europa, América Latina y, especialmente, en Cuba, cuya revolución admiró y fue un decidido propagandista de esa gran obra creadora de la humanidad: una sociedad sin clases explotadoras ni seres condenados a la miseria extrema.
Nacido en la bella ciudad de Paucartambo el 10 de febrero de 1940, donde pasó sus días infantiles, hablando el Quechua, idioma que dominaba a perfección, fue hijo del ilustre Quechuista y maestro del idioma máter Don Faustino Espinoza Navarro y de la Sra. Julia Farfán Álvarez. Hizo estudios de arte en Lima, en la Escuela Nacional de Bellas Artes en las especialidades de pintura y escultura. Estudió los secretos del séptimo arte en la Escuela de Cinematografía, de la capital, de donde egresó en 1968. Perfeccionó sus conocimientos en escuelas privadas y en un taller de escultura en Holanda, en 1988.
De su nutrido currículum vitae, extraemos que tuvo siete exposiciones individuales de pintura, entre 1959 a 1969 y 12 exposiciones colectivas; en dibujo, realizó dos exposiciones individuales entre 1961 y 1967; en escultura, realizó, también, dos exposiciones, una de ellas en Holanda.
Tampoco la fotografía le fue ajena, realizó una exposición individual en 1984.
Pero la pasión de su vida fue el cine, basta recordar que participó, como director, actor, guionista, camarógrafo, realizador, etc., en 54 filmaciones entre cortometrajes, largometrajes y videos para televisión. Podemos enumerar: Sami, (1968), cortometraje en formato de 8 mm.; La Muralla Verde, (1969), largometraje a color del que fue foquista. Esta película recibió el premio del periodismo en USA. El Lustra, (1969) cortometraje en 16 mm., del que fue Directo y obtuvo el premio al mejor cortometraje, otorgado por la televisión chilena; Qollana (1970), cortometraje en 16 mm, del que fue realizador; Qoyllur rit’i, (1971), cortometraje, de color; Corpus, (1973) Cortometraje, del que fue realizador; Santurantikuy, (1973) cortometraje de 16 mm del que fue director. El Montón (1975), mediometraje en 16 mm donde aparece como Co-director; Ritos Andinos (1979) en 16 mm. De color, productor de campo., Mitología Andina (1982) mediometraje del que fue realizador; Qosqo, (1986) en 35 mm, a color, Fausto fue el realizador y recibió el premio CINED ’86 en el VIII Festival Internacional del nuevo cine Latinoamericano, en La Habana, Cuba, la película fue invitada a festivales en Ecuador, Brasil, Hungría, Holanda y Checoeslovaquia. Esta es sólo una muestra de su amplísima trayectoria como cineasta.
Otra faceta que engrandece la obra de este artista es la escultura monumental, pues legó a nuestro pueblo un conjunto de obras que merecen ser recordadas por las nuevas generaciones:
En 1991, durante la alcaldía del recordado Burgomaestre y legislador cusqueño Dr. Daniel Estrada Pérez, esculpió un conjunto monumental -familia de cinco pumas-, realizado en piedra, que está ubicado en la plazoleta de Santa Catalina o Pumapata.
Ese mismo año, por encargo de la Municipalidad y por espacio de dos años trabajó el monumento colosal al Inca Pachakuteq, obra que se encuentra en el óvalo del mismo nombre, y que costó el esfuerzo sobrehumano de nuestro recordado amigo.
En 1992, ejecutó el Monumento al Kuntur Apuchin, que se halla a la entrada del Cusco en la zona de San Sebastián, otra tarea colosal en la que participaron profesionales e ingenieros para resolver los problemas de orden técnico que plantaba la obra.
Como corolario de esta labor titánica, escribió un libro donde sintetizaba sus investigaciones históricas y filosóficas en torno a la obra de Pachakuteq, y sobre el Kuntur como deidad andina, es de lamentar que esta obra se encuentre inédita y perdida hasta el día de hoy. Del mismo modo, a como están perdidas, sus películas, sus equipos de cine, su biblioteca particular que era amplia y contaba con volúmenes selectos.
Por todo ello y para que la memoria de este ilustre hijo del Cusco no se pierda del corazón y pensamiento de sus conciudadanos, es que haciendo un alto en la brega cotidiana, le rendimos homenaje, en la persona de su señora madre Doña Julia Farfán Álvarez y de sus familiares y hermanos.
Fausto Espinoza, el artista, el amigo, el maestro, vive en los corazones en que supo sembrar las semillas de su arte magnífico; pues, él nos lo recordaba que al amigo, se le aconseja cordialmente y con franqueza cuando lo necesita, se le secunda en sus iniciativas renovadoras, se le defiende cuando está siendo impunemente atacado, se le recuerda, se ensalza y difunde su obra cuando ya no está presente.
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SE FUE UN GRAN MAESTRO DEL ARTE PLASTICO CUSQUEÑO
NEMESIO VILLASANTE Y SU OBRA
Profunda Consternación ha causado el deceso del Maestro Nemesio Villasante Gonzáles, uno de los grande valores de la plástica cusqueña contemporánea y, también, del arte popular cusqueño. El artista Nemesio Villasante fue un destacado profesor de la Escuela de Bellas Artes de nuestra ciudad, donde formó una legión de artistas profesionales. Nacido el 8 de abril de 1919, en la bella población de Paucatambo, cuna de artistas y próceres; hizo estudios secundarios en el Colegio de Ciencias, al concluir la secundaria viajó a Chile y estudió en la Escuela de Bellas Artes de Santiago, teniendo como maestro al artista francés Pablo Bouchard; después siguió estudios en Lima, en la Escuela Nacional de Bellas Artes bajo la dirección de los maestros Juan Manuel Ugarte Eléspuru y Carlos Quispez Asín, de donde egresó en 1949. Posteriormente, a su retorno al Cusco, dedicó sus desvelos a la creación artística, la docencia y la artesanía.
En vida el profesor Villasante realizó innumerables exposiciones de arte en Cusco y Lima, sus obras, por su calidad plástica, estética y por el fuerte contenido cultural peruano, han sido apreciadas y adquiridas por coleccionistas extranjeros. En su prolongada vida dedicada al cultivo del arte, transitó por varias etapas del arte universal, desde el academismo, al informalismo y abstraccionismo; sin encasillarse en ningún “Ismo”, pintó paisajes y sabrosas escenas costumbristas de su tierra paucartambina. Muchos de sus óleos son de corte indigenista, pero, también, hizo impresionismo, expresionismo, cubismo y abstraccionismo figurativo. Es en el tratado del color donde destaca su trabajo pictórico; sus obras son derroches de colorido y de luz. Usaba el empaste grueso, texturado, y sin titubeos, conforme a su carácter fuerte y a su temperamento nervioso.
No obstante, era un gran conversador y activista de la vida cultural cusqueña en entidades como la Asociación de Artistas Plásticos y el Instituto Americano de Arte.
Su faceta de artesano artista, es también relevante, pues fue un innovador de la técnica mascarera e introdujo nuevos estilos y diseños de máscaras en papel y pasta de yeso, por lo que el Instituto Nacional de Cultura, el Instituto de Desarrollo del Sector Informal (IDESI), la Confederación Nacional de Artesanos del Perú (CONAP) y la Feria Internacional del Pacífico lo premiaron otorgándole el galardón de “Gran Maestro de la Artesanía Peruana” en el año 2000.
Fue un “Gran maestro” en el sentido pleno de la palabra, pues se caracterizaba por su exigencia en las labores docentes y por su estilo de enseñar con el ejemplo. Vimos cómo alternaba la docencia con la creación plástica y participaba, junto con sus alumnos y colegas, en las exposiciones colectivas y en los Salones Anuales de nuestra Asociación.
Cuando me cupo dirigir los destinos del IAA, y tuvimos que sortear la peor calamidad que sufriera esa institución cultural, por causa de la acción alienada de una autoridad edil de ingrata recordación, el maestro y profesor Nemesio Villasante, indignado por la afrenta, estuvo en la primera fila del combate que emprendimos para defender nuestra sede institucional.
Por todo ello, nos aunamos al dolor de sus familiares y de sus hijos: Ana María, Eva, Pablo y Luis, que lloran la partida de este noble artista del pincel. Pero nos consuela el saber que cumplió con su cometido y pregonó su credo estético con el ejemplo.
Sus amigos, discípulos y colegas le rendimos sentido homenaje. Sabemos que la vida es breve frente a la eternidad del arte y, una vida ilustre y generosa de un artista de los méritos del profesor Villasante, no termina con la muerte. Por el contrario, comienza una nueva etapa con la presencia invalorable de sus obras que el juicio de la posteridad sabrá ensalzar en su verdadero valor y dimensión.
No podríamos soslayar, la militancia política del maestro Villasante en el partido Aprista Peruano, porque fue fiel a sus principios, sin llegar al sectarismo ni al fanatismo. Fue tolerante con sus adversarios, por lo que se ganó la simpatía y admiración de muchos de ellos. Por ello nos sorprendió que sus compañeros de partido no se hayan hecho presentes para rendir el adiós postrero a uno de sus más antiguos y consecuentes militantes; pues jamás cambió la camiseta para acomodarse a las circunstancias. Tampoco, las autoridades paucartambinas se acordaron de este hijo ilustre de esa provincia, a la que diera toda su vida y creatividad.
Su obra plástica y artesana, hoy dispersa por el mundo en colecciones privadas y museos, debe ser reunida, catalogada, fotografiada y publicada, como un tributo de la presente generación a la memoria del maestro. El IAA, atesora una colección de sus máscaras paucartambinas que, según el propio artista, le habían brindado más satisfacciones que la misma pintura.
El año 2000, año de las “Bodas de Oro” artísticas del profesor Nemesio Villasante, nos cupo presentar la exposición, que para dicha conmemoración, se realizó en el Museo de Arte de la Municipalidad cusqueña. Ese mismo año el profesor Villasante recibió, como ya lo tenemos dicho, el galardón de Gran Maestro de la Artesanía Peruana, en la ciudad de Lima.
A la edad de 87 años, luego de una prolongada enfermedad, este pincel mayor de la plástica cusqueña ha rendido tributo a la vida. Una vida ejemplar e ilustre de docente, padre y amigo. Cualidades que recordaremos y emularemos sus colegas y admiradores de su arte egregio.
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SE FUE EN ABRIL
RAUL BROZOVICH, EN EL RECUERDO
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez.
Con mucho dolor recibimos la noticia del fallecimiento del poeta Raúl Brózovich Mendoza (Cusco,1928); último representante de una generación de artistas contestatarios, revolucionarios y bohemios, que hicieron del arte todo un apostolado.
Poeta por antonomasia, amigo entrañable pleno de entusiasmo, aún, en sus últimos días caminaba tocando puertas y corazones con el deseo de publicar una revista cultural en la que participarían las principales voces de la literatura y el pensamiento de esta parte de América, sin importarle la mala voluntad de los burócratas apoltronados en su mediocre reino de falsedades y que siempre le dieron largas o le tiraron las puertas en la cara; Raúl caminaba con paso lento, pausado, fumando, a veces, un cigarrito; aunque los vicios ya los había dejado para las nuevas hornadas de poetas en ciernes.
Pensativo, taciturno, con el alma llena de pensamientos positivos no desperdiciaba un momento para trasmitirnos sus ideas, sus ideales, sus experiencias, abriendo y mostrando las heridas sangrantes de su alma; como un ser que adivinaba el próximo fin de sus días, sin temor, sin exaltación; como un guerrero viejo acostumbrado al paisaje de la muerte, con la seguridad de la eternidad de sus cantos, sus poemas y la fuerza descomunal de sus metáforas, sean estás surrealistas, vanguardistas, nerudianas, vallejianas, que en el alambique de su alma se destilaron como licor o elíxir de inmortalidad.
De enorme personalidad poética, humilde, modesto, simple como un niño; lejos de él la auto-alabanza de los pobres diablos, los narcisistas y egolátricos, que con poemitas de sonido de hojalata y brillos falsos de oropel se llamaban a sí mismos: “poetas”.
“Brozo” era único, siempre se salía por la tangente, sin poder reprimir sus instintos rebeldes, desesperaba a quienes le hacían “homenajes en vida”, burlándose del afán filisteo de los que querían hacerlo morir en olor de santidad, que el despreciaba. Admirador de los poetas malditos, él mismo, con su intransigencia díscola y burlona, era uno de aquellos redivivo entre nosotros.
Desapegado de las banalidades de este mundo materialista e hipócrita, vivía en su poesía, en sus pinturas expresionistas hechas al carbón y crayola de cera, las cerámicas que decoró y grabó en mi taller, las veces en que me cupo el enorme placer de compartir las soleadas horas del trabajo artesano, siempre charlando, recordando anécdotas, de sus viajes, de sus frustradas empresas quijotescas, fue aquella vez que me hizo un reportaje bellísimo sobre mi pasión por el barro cocido y vidriado. En el taller, Raúl hacía sus modelos pensando en que podrían ser replicados por jóvenes pobres o campesinos para ganarse el sustento. Él, que vivía en una pobreza franciscana, obsequiaba lo que tenía en la mano: un libro, una herramienta, un poema, un consejo sabio. Tranquilo, sereno, como un apóstol, olvidado por sí mismo, abandonado por el mundo ¿gozó, acaso de la seguridad de una pensión “decente” por su trabajo en la universidad? Quizá la alegría más grande que tuvo fue cuando sus compañeros de trabajo le publicaron su último libro, “Los Versos del Gran Capitán”. Por que como gran capitán lo admiramos y lo tuvimos en la más alta estima.
Seguramente, su entierro convocará a “connotadas personalidades”, jefes de instituciones “culturales”; hablarán de él hasta los que no lo conocieron, harán la exégesis de su obra justamente los que lo detestaban, por lo de siempre: por artista irreductible y rebelde, por comunista o, algo peor que eso, por ser subversivo y maestro en el arte de la subversión del espíritu.
Los que lo amamos por su grandeza, los obreros de su “Fábrica de sueños” que apenas reprimimos unas lágrimas viriles, seguiremos orando con sus poemas diciendo:
“Nosotros ingenieros del alma somos una/ Fábrica de sueños, / Energía – una locomotora del entusiasmo, nosotros / Queremos que la novia – poesía,/ sea algo así/ como un manifiesto saludable, repartida como el polen…/ hacia los 8 vientos de la patria”.
Raúl, gracias por enseñarnos a transitar sin miedo en el arduo camino a la inmortalidad.
Ahora que ya debes estar en el Olimpo, disfrutando con la aristocracia del talento, sería insulso llorar por tu partida.
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APUMARKA, REVISTA CULTURAL SUR ANDINA
Puno, la bella ciudad lacustre, ha sido desde antaño un venero de cultura; pero, su principal aporte cultural se hizo durante las primeras décadas del siglo XX, pues en ese periodo se gestaron importantes movimientos de las élites intelectuales tributarias de esa gran corriente renovadora peruana que fue el Indigenismo.
Las ciudades de Cusco y Puno estuvieron unidas en esta gesta cultural indigenista y, para muestra, recordemos que en la huelga universitaria de 1909, la primera de Sud América, que fue conducida por los editores de la revista “La Sierra”, estuvieron presentes estudiantes puneños. Uno de ellos fue el célebre intelectual Dr. Pastor Ordóñez, que fuera compañero de aula y de lucha de Luís E. Valcárcel y Uriel García. El Dr. Ordóñez, posteriormente, tuvo una gran actuación en su pueblo, fue fundador y presidente del Instituto Americano de Puno en 1941, junto con Temístocles Enríquez, Vicente Mendoza, Reinaldo Briones, Samuel Ramírez, Néstor Molina, Miguel Garcés, Inocencio Mamani y Francisco Montoya.
Durante los años veinte, en el Cusco se formaron muchos grupos culturales. El principal de ellos fue “Kosko” que editaba una revista de ese nombre en cuyas páginas se introdujo por vez primera el ideario socialista, fundaron y pusieron en actividad la Universidad Popular, como una iniciativa formidable para educar a las masas proletarias y sembrar líderes. Kosko, también, fue una tribuna del pensamiento puneño. Román Saavedra escribió:
“El lector de la revista Kosko podía saborear la prosa poemática, con dejo bíblico y dulzor de miel silvestre de Gamaliel Churata, las sinfonías andinistas del gran poeta Kolla: Alejandro Peralta, los himnos cargados de escencias vitales de Luís A Rodríguez (Luís de Rodrigo), los febriles cantos báquicos de Dante Nava, las magníficas producciones de Emilio Armaza, Luís Chevarría y de Aurelio Martínez, poeta colorista de gran plasticidad. El vanguardismo, con una tónica propia y música de zampoña kollavina, venía a sacudir el marasmo de la sediente poesía cusqueña”.
Cercano a “Kosko” fue el Grupo Resurgimiento que lideraban intelectuales como: Valcárcel, Rado, Tupayachi y Latorre. Les siguieron el grupos Ande (formado en 1926), que editó la revista “Kuntur” en 1927 y el grupo femenino que publicó la revista “Albores” en 1926. Román Saavedra o Eustakio Kallata, director y animador de Kuntur y el grupo Ande, había nacido en Puno, aunque fue de familia mareña. El grupo Ande, de Oscar Rozas, Julio G. Gutiérrez, Rafael Tupayachi, los hermanos Agustín y Rosa Rivero, Sergio Caller y Mariano Fuentes Lira, entre otros, avanzó del estudio crítico de la sociedad a su transformación revolucionaria, constituyendo la primera célula comunista, los primeros sindicatos y la primera federación obrera en 1930.
Por esos años, desde 1926, se fundó en Puno el grupo ORKOPATA, -liderado por el poeta Arturo Peralta, quien escribía con el seudónimo de Gamaliel Churata-, y estaba integrado por un grupo de jóvenes pintores, escritores y poetas. Orkopata publicó el “Boletín Titicaca” que salió entre 1926 y 1930
En este boletín, como en la revista “Amauta” de Mariátegui y “La Sierra” de J. Guillermo Guevara, salieron publicaciones de muchos cusqueños, sobre temas indigenistas, literatura y política. Generando una nutrida actividad de esclarecimiento político, estético y cultural.
Hemos encontrado, también, que los artistas pintores, Francisco Olazo (cusqueño); Manuel Domingo Pantigozo y Víctor Martínez Málaga, publicaron la revista “Cunan”, en Cusco, en 1931; y luego en Puno en 1932, con la colaboración de los escritores puneños Mateo Jaika, Federico More, Dante Nava y Gamaliel Churata. El gran periodista Federico More, quizá el más connotado periodista peruano del siglo XX, se declaró admirador del Cusco escribiendo que le hubiera gustado ser cusqueño pues no había duda de que serlo “era un modo muy interesante de ser americano y el modo más sublime de ser peruano”. Como él, grandes personalides puneñas como José Antonio Encinas, Emilio Romero, Francisco Chuquihuanka Ayulo y Alfredo Macedo Arguedas (escritor puneño que fundó en 1942 el IAA. de Tacna), dedicaron sendos estudios al Cusco
Algunos escritores puneños como Alfredo Macedo Arguedas, Mateo Jaika participaron en la revista “Alma Quechua” que dirigió Humberto Pacheco en el Cusco, entre 1932 y 1936.
En 1937, Uriel García núcleo a la intelectualidad cusqueña en el Instituto Americano de Arte: allí estuvo, entre los fundadores el reconocido fotógrafo puneño de Coaza, don Martín Chambi.
Uno de los fundadores, Roberto Latorre, que fundara “Kosko” en 1924, vivió exiliado en la Paz y trabajó en Puno. A instancias suyas, se fundó el Instituto Americano de Arte de Puno. Latorre fue un escritor, periodista y cuentista de destacada labor, fue amigo de Mariátegui y difundió la revista Amauta en Cusco.
En 1944, en plena efervescencia de las festividades del “Día del Cusco” inspiradas por Humberto Vidal Unda y el IAA, el escritor puneño Héctor Cano Torres fue premiado por su novela “El Retorno” en un concurso patrocinado por el IAA. El poeta Luís Nieto Miranda fue otro cusqueño muy vinculado con la cultura collavina.
El Centro de Estudiantes Puno, con sede en el Cusco publicó su “Revista” en 1949 con el propósito de “investigar nuestra realidad, con miras a solucionar los problemas múltiples que nos aquejan”, sus inquietudes estaban “consustanciadas con las bases de la nacionalidad peruana: campesinado, proletariado y pueblo en general”. Así esperaban aportar los jóvenes estudiantes puneños a nuestra cultura local. Dirigió esta revista José Sotomayor y participaron: Florencio Díaz Bedregal, Luís Espezúa Hinojosa, José Luís Manrique, Román Saavedra, Samuel Aguilar, Andrés Flores Valdez, Leonidas García M., Rubén Chávez Aramayo y Oscar Delgado Aragón.
Los cusqueños de la hora presente no podemos olvidar la obra cusqueñista de intelectuales puneños radicados en esta tierra de los incas, como el Dr. Manuel Chávez Ballón, que participó en la revista “Tradición” del Dr. Efraín Morote Best en 1950 y fue un excelente profesor universitario; el Arqueólogo Luís Barreda Murillo, otro ilustre maestro antoniano o del topógrafo y político Teodoro Portugal Carvajal, promotor de las riquezas de la ubérrima provincia de la Convención; el pintor Juan de la Cruz Machicado, así como, de la valiente labor sindical del líder proletario Gregorio Ramos Mamani.
Son pues, muchas las ligazones que hubieron entre intelectuales cusqueños y puneños, por esa razón, la revista APUMARKA, (Revista de Arte y literatura del Grupo Sur de Escritores Andinos) en su décimo número, amerita nuestro fraternal aplauso, en especial para su director el poeta Jorge Flórez Aybar, intelectual formado en nuestras aulas universitarias antonianas y que estuvo vinculado a artistas y políticos del grupo “Llaqta” y la “Agrupación Cultural René Ramírez Lévano”; ha sido autor del poemario “Obaydina” (Cusco 1968). Flórez Aybar es un connotado analista de la literatura andina con su obra “Literatura y violencia en los andes” (Puno 2004) que tiene 510 páginas; él es el animador de la revista Apumarka.
Este nuevo número de Apumarka, está dedicado a celebrar los 110 años del nacimiento de Gamaliel Churata y el cincuentenario de la publicación de la obra “El Pez de oro” (1957) a través de sendos artículos firmados por el profesor italiano Ricardo Badini de la Universidad de Siena, José Luís Velásquez Garranbel, Aldo Medinaceli. La poesía de Dante Nava es estudiada por Feliciano Padilla; también, hay trabajos de Cusqueños como el interesante ensayo sobre la novela “Muchas lunas en Machupicchu”, recientemente publicada por Enrique Rosas Paravicino; un artículo sobre la obra de Dino Jiménez o Pepe Limón, destacado teatrista cusqueño, escrito por Mario Carrión; un trabajo sobre la evocación del Inti Raymi y la modernidad, escrito por Enrique Rosas Paravicino; “La trasformación social en el Cusco”, por Julio Miranda; una Apología del Panfleto, escrito por el joven y talentoso escritor Roberto Ojeda Escalante
Siguen artículos de Inés Luque sobre un tema feminista, Francisco Ortega, sobre los Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega; un estudio sobre la Poética de María León Bascur, de Gloria Mendoza Borda y trabajos de varios otros autores, en crítica literaria, cuento y poesía, que sería largo ennumerar.
La revista APUMARKA, de 197 páginas, concluye con el poemario “Interludio Bruníldico” de Gamaliel Churata que había publicado el Comercio del Cusco, todavía en el año de 1931 y rinde un sentido homenaje a nuestro vate Raúl Brozovich, fallecido el 5 de abril del año pasado.
Es pues un importante aporte de la intelectualidad puneña a la cultura sur andina y una excelente contribución al conocimiento y esclarecimiento de temas trascendentes como la formación de la literatura andina, la identidad cultural basada en la creatividad y modelos autóctonos o propios, como lo hacen otras revistas peruanas: Atake Lírico, Sieteculebras, Arteidea, Crónicas Urbanas, Educa, Tradición (Revista de la Universidad Ricardo Palma), etc.
Recomendamos, pues, la lectura de esta revista que está fortaleciendo los lazos de amistad y compañerismo entre intelectuales sur andinos y auguramos que pronto salga una versión electrónica por Internet, para estar a la altura de los nuevos tiempos.
Cusco 9 de julio del 2007.
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“MANCO INCA”, UNA OPERA CUSQUEÑA DEL SIGLO XXI
Escribe Julio Antonio Gutiérrez Samanez
No es usual encontrar compositores y mucho menos de una ópera, ese género totalizador del arte, pues es música, actuación, canto y hasta ballet.
Para más datos se sabe que la última vez que se presentó una ópera en el Cusco fue en 1957, hace cincuenta años; el maestro Carlos Delgado, director de la Escuela de Música, junto con la “Orquestal Cusco” y solistas de la localidad, presentó la famosa “Traviata” de Verdi, en el antiguo Teatro Municipal. Desde entonces, nadie se animó a montar ni a componer una ópera, hasta el estreno de “MANCO INCA” la noche del 20 de diciembre último, en el teatro del Colegio Nacional de Ciencias.
A teatro lleno con un público que premió con su aplauso a los numerosos participantes se culminó este caro sueño del gran arte en el Cusco; su director, compositor y realizador es el joven talento cusqueño Luis Edmundo Ochoa Revoredo, creador nato, músico excepcional, dotado de la paciencia y denuedo del genio que es capaz de mover montañas para dar paso al torrente caudaloso de su talento.
Como un arquitecto, Luis Edmundo Ochoa (Cusco 1964) fue construyendo, desde los cimientos, piedra sobre piedra, nota por nota, frase por frase, esta obra gigante; investigó la historia de nuestro inca rebelde y creó las escenas, los cantos, los guiones y las innumerables partituras. Luego, convocó a grupos organizados de artistas como: el Grupo de Teatro Puertabierta, el Coro de Cámara Cusco, la Orquesta Sinfónica Juvenil del Cusco y artistas de reconocida trayectoria como el actor Guido Guevara, decano de las tabla cusqueñas: la notable soprano Tula Taype, que pudo exhibir aún más, su preciosa voz, y jóvenes actores y cantantes, quienes hicieron revivir en nuestras mentes la memoria histórica del trauma cruel de la conquista; trauma aún no superado tras medio milenio, pues, persiste la “memoria del bien perdido”, puesto que alguna vez nuestro pueblo fue exitoso y feliz, sin necesidad de TLC, convenios, ONGs., y ayuda o “caridad” internacional. Sin embargo, sabemos que con trampas, dobleces y traiciones se perdió el Estado Inca, aún cuando este resistió durante cuarenta años en Vilcabamba.
Pero, como dijera en el discurso de entrada el inca relator, el pueblo incaico nunca se sometió al invasor y es larga y heroica historia de su resistencia contra el sistema de opresión del invasor, sus leyes de extirpación de idolatrías, su administración, su religión opresora y abusiva, que “evangelizaba” para esclavizar mejor.
En tres siglos, las rebeliones incásicas se hicieron sentir desde la rebelión de Manco Inca, el insurrecto insigne, y tras su muerte sus seguidores de Vilcabamba. Ya en la colonia Juan Santos Atahuallpa, Tambohuacso, el gran Túpac Amaru, los hermanos Katari, los hermanos Angulo y tantos valiosos héroes pusieron en jaque el poderío español y que aún en la República criolla, se alzaron innumerables veces con Atusparia, Rumimaqui, Eduardo Quispe, Simón Herrera, Huamantica y Saturnino Huillca. Enfrentándose al gamonalismo que ensangrentó criminalmente la patria, masacre tras masacre. Es pues, cierto que el pueblo incásico o tahuantinsuyano nunca bajó la guardia ni tuvo la cerviz inclinada ante el yugo opresor, tampoco es cierto que la libertad la trajeran por el mar como se falsea la historia en nuestro propio himno patrio, compuesto por criollos.
Manco Inca, la ópera, obra cumbre del arte de la generación presente, nos lo recalca así, para recuperar las raíces, erguirse, sacudir las cadenas sicológicas del vencido, y liberar a todas las generaciones siguientes para construir un país próspero y una nación trabajadora y feliz que haya superado la corrupción, el crimen y haya redimido la patria, para decir con Javier Heraud: “hemos cerrado el pasado con gruesas lágrimas de acero”.
Saludamos el estreno de esta obra, concientes de los inauditos esfuerzos que ha costado, infinidad de prácticas; marchas y contramarchas, dificultades económicas, y, sobre todo, su lucha contra la ignorancia, el cretinismo y la imbecilidad de las autoridades que olvidan su rol protector y promotor de las bellas artes y de la creación estética. Contra viento y marea, “entre Escila y Caribdis”, el navío llegó a su puerto y se plasmó esta hazaña cultural que perdurará en la memoria de nuestro pueblo.
¿Acaso no recordamos? En 1923, una pléyade de artista, músicos e intelectuales, dirigidos por el amauta Luis E. Valcárcel, llevaron a La Paz, Buenos Aires y Montevideo, el drama Ollantay; allí están, en la obra “Inkánida”, los testimonios, notas de prensa y documentos oficiales con la vergonzosa actuación de las autoridades que en su chatura intelectual se opusieron a que la compañía salga del país y se lavaron las manos como Pilatos, dejando toda la responsabilidad a su director. Cuando la “Misión Peruana de Arte Incaico”, regresó triunfante, no hubo felicitación oficial; así ha sido siempre, por eso no se debe esperar del Estado ni de su burocracia, salvo alguna excepción especial, verbigracia el Qosqoruna Daniel Estrada Pérez, lumbrera y alto faro que en muchas décadas no ha tenido epígonos sino caricaturescos seguidores, pues, él sí protegió las artes, las letras, las ciencias y recuperó nuestra cultura y el orgullo de ser cusqueños.
Recuerdo haberle oído en alguna intervención pública diciendo algo así como: ¿Por qué no soñar que alguna vez los hijos del Qosqo puedan crear ópera, ballet, grandes obras, si para todo eso debemos prepararnos?
Pues, aquí esta la ópera y su creador, Luis Edmundo Ochoa Revoredo, asistido por Mijail Echarri en la Dirección de Escena, Raúl Carreño como Coordinador General, y con algunos auspiciadotes como Ayar Grudec, Xstrata Cupper, Tintaya y el Convento de Santo Domingo.
Todos sabemos que lo que se siembra, se cosecha. Conocí a Luis Edmundo por los inicios de los ochenta, cuando en mis arrebatos juveniles, solía hacer música con mis amigos. Yo había retornado de Europa, luego de participar como músico invitado en el Festival de Berlín, gracias a la maestra alemana Ingrid Birgman, allí vi a Mikis Teodorakis, en el estreno de su poema sinfónico “El Canto General” inspirado en el poema nerudiano, con coros, orquesta sinfónica y una pareja de solistas; se lo había pedido Salvador Allende antes del holocausto fascista.
A mi vuelta, luego de rodar el viejo mundo, me enrolé en el grupo “Sindicato”, donde estaban Wendell Núñez del Prado; Dwight, su finado hermano y Abel, su primo; Jorge Olazábal, un excelente pianista y Luis Edmundo Ochoa, extraordinario talento juvenil, por sus dotes personales, su creatividad y su dominio de los instrumentos y las partituras. El tiempo y las circunstancias desactivaron Sindicato, pero quedaron algunas grabaciones.
Desde entonces, con orgullo de amigo, vi surgir a Luis Edmundo en el Coro “Inti”, en la Escuela de Música “Leandro Alviña Miranda” como profesor, cuando se fue becado al Brasil para estudiar una Maestría en Composición en la Universidad Federal de Bahía, donde se pertrechó como un guerrero del arte para regalar a su pueblo obras de la categoría de ésta ópera “Manco Inca”, su ópera prima, sin olvidar su “Misa en Quechua” y su “Plegaria a la Ecología”, entre muchas otras. En ese constante evolucionar, Luis Edmundo Ochoa es un digno émulo del maestro Armando Guevara Ochoa, ahora ya en su venerable ancianidad, gloria del arte musical cusqueño, que paseó por el mundo. Además, Luis Edmundo inscribe su nombre como continuador de los “Cuatro Grandes de la Música Cusqueña”: Francisco González Gamarra, Juan de Dios Aguirre, Baltasar Zegarra y Roberto Ojeda Campana.
Fue, pues, maravilloso ver a nuestro amigo dirigir, batuta en mano, como el mejor de los directores, a cantantes y actores jóvenes, una sinfónica juvenil y un estupendo coro de voces educadas de esta pléyade de talentos en floración capaces de encarnar una obra capital madurada, modelada, construida o gestada a fuego lento, para brindar, a nuestros embelesados sentidos, los brillos y matices de su áureo esplendor imperial. (www.kutiry.blogspot.com)
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EL ARTE POPULAR EN EL CUSCO
Por: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
ORIGENES DEL ARTE POPULAR CUSQUEÑO
Los orígenes de la artesanía y el arte popular de la ciudad del Cusco, antigua capital del imperio de los incas, se pierden en la historia, pues se hizo artesanía u objetos utilitarios hechos a mano, desde las primeras ocupaciones del espacio cusqueño en Marcavalle (cestería, talla en huesos y piedras), Cotacalle, Chanapata y Quillke (invención de la cerámica, talla de piedras preciosas, textiles rústicos); Huari (alta cultura con cerámica policromada, textilería fina, arte plumario, metalística, etc.) y, finalmente, el periodo inca, síntesis de la cultura andina prehispánica.
Con la llegada de los españoles, se inició el proceso de occidentalización de la cultura andina para lograr un sincretismo cultural, una cultura mestiza en la que se fundieron técnicas precolombinas y técnicas de orígen árabe y grecolatino tales como: tejido con telares verticales y de pedal, nuevas técnicas de teñido, cerámica enlozada con plomo y estaño, imaginería colonial en yeso y madera, pintura con resinas polícromas sobre keros de madera, orfebrería y platería sacra, pintura al óleo sobre lienzo de la "Escuela cusqueña", talla en madera para altares, púlpitos y marcos de estilo Churrigueresco o "crespo cusqueño", dorado con hojas de pan de oro; talla en piedra con cinceles de hierro y acero (fuentes ornamentales, columnas, esculturas como las "indiátides" (cariátides india), sierpes y relieves para la arquitectura, etc.
La explotación del trabajo textil tuvo visos de esclavismo, pese a su forma administrativa semi industrial, en los obrajes y chorrillos; del mismo modo que en los grandes talleres de pintura, regentados por las órdenes religiosas, donde se fabricaron cientos de varas cuadradas de lienzos pintados, por día.
En el periodo republicano decayó la industria artesanal colonial por la pérdida de los mercados europeos. La artesanía se redujo a la práctica de pocos maestros que cultivaron y mantuvieron vigentes las técnicas artesanales coloniales.
En las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX, el movimiento indigenista, propugnado por intelectuales como: Clorinda Matto de Turner, el grupo del “Centro Científico” y los intelectuales de la Reforma universitaria de 1909, alentaron el cultivo de la artesanía y el arte popular. Se realizaron varias tesis universitarias sobre el arte peruano y cusqueño (como los trabajos de J. Uriel García, Ángel Vega Enríquez, Francisco González Gamarra y Luis E. Valcárcel.)
En 1919, el pintor cajabambino José Sabogal, que volvía de Europa por el camino de la Argentina y Bolivia, pasó una larga temporada en el Cusco y advirtió la necesidad de conservar, proteger y desarrollar el arte popular cusqueño, incitando a los intelectuales a interesarse en el tema.
En 1924, con motivo del centenario de la independencia nacional, se realizó una gran exposición en la que se mostró artesanía con reminiscencias inca y colonial de la Fábrica Ruiz Caro; tejidos indígenas de las comunidades nativas, trajes típicos y joyería artesanal.
En el diario "El Sol" del 24 de diciembre de 1929, el periodista y artista Julio G. Gutiérrez Loayza, observando la decadencia de la feria popular navideña del "Santuranticuy" (Compra de santos), propugnó el apoyo y estímulo pecuniario a los artesanos participantes.
Todas estas iniciativas en procura de rescatar el legado cultural y el arte popular cristalizaron en 1937, cuando el Dr. J. Uriel García Ochoa, humanista, filósofo y esteta cusqueño, fundó el Instituto Americano de Arte con el objeto de revalorar la cultura y las artes populares en todas sus manifestaciones, instaurando la premiación de los mejores trabajos de la Feria navideña del "Santuranticuy" y creando el Museo de Arte Popular, para su conservación y difusión. Como consecuencia de esa labor fueron descubiertos los artistas populares y artesanos más importantes del siglo XX y, algunos de ellos, durante el primer gobierno del arquitecto Belaúnde (1962-68) y durante el régimen militar nacionalista de Velasco Alvarado (1968-74), fueron promovidos a nivel internacional; me refiero a: Hilario y Georgina Mendívil, Edilberto Mérida, Antonio Olave, Santiago Rojas y los esposos Sierra Palomino. A esa lista hay que agregar a las Familias Béjar, La Torre y Aller, en imaginería; Villalobos, en pintura popular; Ormachea y la familia Cachi, en orfebrería y platería; Angel Gutiérrez, Carlos Ruiz Caro y Sabino Tupa en cerámica arquitectónica, utilitaria y grotesca, respectivamente. Rosa Moreno y sucesores, en cerería artística; la familia Cruz Simbort, en madera tallada y dorada; Nemesio Villasante, en mascarería de Paucartambo, etc.
PRINCIPALES LINEAS DEL ARTE POPULAR CUSQUEÑO
En el libro "Sesenta Años de arte en el Qosqo" de Julio G. Gutiérrez L (Cusco 1994) se consignan las siguientes líneas artesanales:
1.- PINTURA POPULAR.- Pintura de réplicas de la "Escuela Cusqueña"; pintura de carteles y pendones de "Chichería".
2.- ESCULTURA.- Imaginería religiosa: cristos, santos, niños, vírgenes, arcángeles, nacimientos, retablos. "Imágenes de cuello largo" de Mendivil; Imágenes de comparsas de bailarines de Santiago Rojas.
3.- CERÁMICA.- Réplicas de cerámica inca, con la técnica precolombina de óxidos naturales y engobes o arcillas de colores bruñidos en crudo y la técnica de pintado "al frío" con colores de témpera al agua. Cerámica vidriada de estilo colonial español, con reminiscencia árabe (Hidras o raquis, tinajas y vajilla). Figuras escultóricas de cerámica de tipo "grotesco".
4.-EBANISTERÍA Y TALLA EN MADERA.- Mueblería tallada con incrustaciones de maderas de colores, nácar y conchaiperla. Muebles, retablos, marcos y puertas talladas y doradas a la hoja, al estilo colonial. Espejería de tipo colonial ( marcos tallados con incrustaciones de retazos de espejos). Muebles tallados en miniatura. Vasos, juguetes, trompos y recipientes de madera torneada.
5.- TEXTILERÍA.- Tejidos en telar de cintura y de “estaca”, para prendas de la indumentaria indígena y popular: ponchos, llijllas, gorros o chullos, cintas labradas o fajas. Muñecas y tejidos a crochet y palitos.
6.- METALÍSTICA.- Platería litúrgica: Custodias, Cálices y patenas de estilo colonial. Joyería: aretes, anillos, pendientes, collares y broches con incrustaciones de perlas y piedras preciosas, de estilo prehispánico, colonial y moderno. Vajilla doméstica. Orfebrería suntuaria: joyas de oro de uso doméstico, aretes, collares, anillos, sortijas y prendedores. Bisutería: Aretes, collares, brazaletes, etc. de alambre alpaca o de bronce con piedras semi-preciosas, malaquita, cuarzo, lapislázuli, hematita, etc. y piedras de fantasía o cuentas de cerámica decorada y vidriada. Herrería: Arañas, verjas y rejas de fierro forjado; candados y cerrajería tradicional. Hojalatería: juguetería de navidad, cruces, adornos y figuras típicas cusqueñas.
7.- REPUJADO EN CUERO.- Muebles de madera y cuero repujado y policromado, monturas, petacas, baúles y cartapacios. Zapatería, gorras y sombreros de cuero con tejido típico "away".
8.- TENERÍA.- Fuetes, zurriagos y látigos de cuero trenzado.
9.- COREOPLASTÍA Y CORNUCOPIA.- Tallas, cofres y bastones en cuerno y hueso. Bocinas o "huajra p'uccus" de cuerno. Decoración y pintura sobre vidrios y espejos en marcos; "Altares de Corpus".
10.- CERERÍA.- Velas, ciriones y blandones policromados y decorados ("labrados") típicos del Cusco.
11.- FLORERÍA.- Flores artificiales en tela, papel, plumas y hojalata. Arreglos con flores secas, etc.
12.- LENCERÍA.- Encajes, trabajos y bolillo. Bordado en diferentes procedimientos. Prendas litúrgicas: casullas, dalmáticas, estolas, albas, roquetes, etc.
13.- REPOSTERÍA ARTISTICA.- Tortas de bodas y de cumpleaños. Figuras en dulce de almendra. figuras de nacimiento en miniatura en dulce.
14.- PIROTECNIA.- "Castillos", "paradas" y fuegos de artificio.- Las típicas salas de la pirotécnia cusqueña".
A esta clasificación del profesor Gutiérrez Loayza, podemos agregar algunas artesanías nuevas, aparecidas por el auge del turismo en el Cusco, tales como:
15.- TRABAJOS EN PALITOS DE FOSFORO.- Escultura y escenas costumbristas talladas en palitos.
16.- TALLA EN PIEDRA.- Joyería y pequeñas esculturas, relieves, souvenirs, réplicas de objetos rituales andinos (tumis, conopas, pumas, cóndores) juegos de ajedrez, en piedra de alabastro, pizarra y serpentina.
17.- MASCARERÍA.- Máscaras de papel tiza y yeso encolado para atuendo de las diferentes danzas indígenas y mestizas.
18.- BORDADURÍA.- Confección y bordado a mano de trajes de imágenes religiosas y escapularios, "detentes", pendones y estandartes. Vestidos y ropa de cama en miniatura para las imágenes del nacimiento de navidad. Bordado a máquina o “maquinasca” de trajes típicos indígenas.
19.- MUÑEQUERÍA INDÍGENA DE TRAPO. Muñecas de tela, bayeta, tejido de punto y en telar de cintura, realizadas por las comuneras indígenas.
20.- CONSTRUCCIÓN DE INSTRUMENTOS TÍPICOS.- Construcción de quenas, zampoñas, antaras de caña de bambú y madera torneada. Ocarinas y silbatos de cerámica. Bombos y tambores de cuero y madera terciada. Sonajas o "chacchas" de cuero y pezuñas de auquénidos.
21.- BISUTERÍA CERÁMICA.- Cuentas o “vedas”, placas circulares, botones, dados de cerámica decorada a mano y vidriada. Placas y dados con decoración serigráfica de tercera quema. Zoológico o animalitos en miniatura en cerámica blanca esmaltada a fuego.
22.- CERAMICA "EN FRIO" Y CON PASTAS EPÓXICAS.- "Canastitas de la abundancia", animalitos, esculturas sobre botellas, cuchillos, pipas, cortaplumas, encendedores, amuletos.
23.- VITROFUSIÓN.- Botones, cuentas, bisutería decorada con serigrafía sobre vidrio fundido.
ARTISTAS POPULARES CUSQUEÑOS REPRESENTATIVOS
HILARIO Y GEORGINA MENDIVIL
Maestros del arte popular, innovaron creativamente la imaginería con sus imágenes religiosas “de cuellos largos”, logrando una dimensión moderna y estilo personal propios. Haciendo uso del decorado clásico de la escuela cusqueña del dorado y estofado con flores y líneas. Son famosas la Virgen de la Espera, los arcángeles y reyes magos de cuello largo. En ese mismo estilo siguen creando sus descendientes.
EDILBERTO MÉRIDA
Creador de un estilo escultórico cerámico nuevo conocido como "grotesco", en el que caricaturiza las características o rasgos étnicos del hombre andino. Son famosas sus madres indias, sus cristos desgarrados y esculturas de hombres y mujeres en actitudes de protesta, igualmente son conocidos sus santos y nacimientos. Su estilo ha hecho escuela y tiene innumerables discípulos en el Cusco y Pucará. Una universidad norteamericana le concedió el título de Doctor Honoris Causa en Bellas Artes.
SANTIAGO ROJAS
Imaginero paucartambino que popularizó comparsas de bailarines minuciosamente decorados con sus trajes típicos y en actitudes propias de sus danzas. También ejecuta imágenes de santos y vírgenes así como escenas costumbristas, nacimientos navideños, máscaras e imágenes ecuestres del patrón Santiago.
MAXIMILIANA PALOMINO DE SIERRA
Hija y discípula del gran maestro imaginero Fabián Palomino, de quién heredó la técnica de creación de muñecas con trajes típicos de las diferentes regiones del Cusco, con una altísima calidad expresiva e interpretativa.
ANTONIO OLAVE
Discípulo de Fabián Palomino es el depositario de una serie de técnicas precolombinas en la cerámica decorada de tipo inca con engobes, óxidos y pigmentos naturales y antiguas técnicas de imaginería colonial fina, con la que logra realizar vírgenes, santos, niños y figuras sagradas de pasta de yeso, tela encolada, con ojos de vidrio, dientes de cánula de pluma y cabello ensortijado con precioso acabado, decorado o estofado sobre pan de oro y plata, realmente insuperables.
CARLOS RUIZ CARO NIN
Industrial y empresario heredero de una tradición de un siglo de trabajo artesanal en la cerámica utilitaria y artística. Ha sido el introductor de las famosas chaquiras o cuentas cusqueñas, para collares y aretes, productos de joyería artesanal, sin duda, más exitosos de los últimos tiempos. Su creación ha tenido un gran impacto en la economía regional, pues dió trabajo y ocupación a cientos de personas.
GREGORIO CACHI
Platería de San Pablo (Canchis), descendiente de orfebres y plateros ancestrales, depositario de antiguas técnicas y diseños de tipo incaico y colonial. Ha producido joyas, vajilla sagrada, coronas de plata labrada que son reconocidas por su alta calidad.
EL ARTE POPULAR Y SU PERSPECTIVA
En el imaginario popular, el arte es un medio creativo de expresión que conserva las tradiciones y costumbres que afloran del inconsciente colectivo, a diferencia del llamado arte culto que está sujeto a cánones estéticos de las escuelas occidentales, a las tendencias de moda y a los "ismos".
El arte popular es un venero de creatividad con infinitos grados de libertad que le dan capacidad para crear o recrear técnicas u oficios, con la finalidad de captar los motivos de la tradición y de la actualidad, no con el simple afán mercantilista o búsqueda de renombre y fama para sus autores, sino, como expresión libre del ingenio popular en su nivel más básico o elemental y, por lo tanto, natural; de allí que sus ingredientes sean, también: el humor, la sorna, la picardía, la caricaturización de la vida diaria, las controversias políticas, costumbre inveteradas y exabruptos de personajes anecdóticos, etc.
Aunque los temas religiosos sean los abundantes, la temática profana empieza a abrirse paso, en estas obras, el artista anatemiza y se burla de las autoridades y de los poderosos, con ironía. Denuncia hechos escandalosos, abusos de poder, situaciones de protestas populares que el ciudadano común, el hombre de la calle, aprecia y goza, identificándose plenamente con el mensaje. Este aspecto del nuevo arte popular, desmiente la acusación de ser repetitivo. Lo repetitivo resulta siendo lo que se ha consagrado en el mercado, tanto como pieza única u obra de arte (a imitación del mal llamado “arte culto”) que posee alto valor comercial y aunque se le llama "arte popular", no está al alcance de la modesta economía del pueblo. Por otra parte tenemos al "producto artesanal", semi-mecanizado, producido en serie como "gift" (regalo) o como objeto de consumo turístico, "souvenirs". Este arte popular hecho para el mercado, lamentablemente, sufre distorsiones tales como: amaneramiento, gigantismo, barroquismo o profusión y mezcolanza de diseños, por causa, principalmente, de la manipulación propiciada por los organizadores de concursos y premiaciones, mal asesorados.
Aún en estas condiciones, el arte popular propiamente dicho, es siempre ingenuo y primitivo; modesto y barato; rico en simbolismo y creatividad. Por ser una expresión primaria, es más bien sobrio, adolece de los afeites del producto para exportación, pero es exhuberante en su capacidad creativa y audacia innovadora tanto en la técnica como en la temática, pues hace uso de materias primas provenientes de recursos naturales renovables y materiales de reciclaje, y, sabiamente, nutre su acervo del imaginario colectivo, de la crítica de la vida política y social, la tradición y la modernidad.
Como ejemplos cito los altares de Corpus, escenas costumbristas de artistas como Jesús La torre, Villalobos y Alex Martínez, este último muestra en sus obras maestría en la expresión creativa en temas como: El zapatero remendón, el fotógrafo de plazuela, etc., que ostentan rótulos siempre satíricos y burlones.
En cuanto a la pintura popular de tipo colonial que conocemos como réplicas de Escuela Cusqueña, se ha incrementado el repertorio de temas ( vírgenes de la leche, del rosario, la pastora, la peregrina, la vírgen de la espera, etc.) y se las reproduce en diferentes formatos.
Finalmente, el arte popular cusqueño mestizo que se nutre, a la vez, de la fantasía creativa del arte indígena contemporáneo y de la artesanía universal, por el cosmopolitismo de esta ciudad turística y globalizada por la comunicación moderna, está adoptando técnicas nuevas y orientando su producción a las sugerencias del mercado mundial, pero sin perder la fuerte personalidad estética y orgullo étnico que la caracteriza.
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EL FORO IBEROAMERICANO DE ARTESANÍA REALIZADO EN MONTEVIDEO, URUGUAY
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Entre los días 16 y 18 de abril pasado se llevó a efecto en Montevideo, el FORO IBERO AMERICANO DE ARTESANÍA, cuyo objetivo fue el generar una instancia de diálogo y actualización de la información entre actores estatales y las asociaciones artesanales de nuestros paises iberoamericanos, con la finalidad de promover el fortalecimiento del sector artesanal y revalorizar la artesanía como producción cultural que dota de identidad a los pueblos y fomenta su economía.
En este Foro, al que concurrimos como representantes del artesanado peruano, intercambiamos ideas sobre los problemas más álgidos que constriñen a la actividad artesanal, para formular lineamientos y políticas destinados a resolver esa problemática y alcanzar recomendaciones que fortalezcan y desarrollen el sector.
Durante nuestros 25 años de ejercicio en la labor de artesano, hemos tenido la oportunidad de observar la problemática de este sector y ahora el Foro nos acercó a la problemática existente en los paises hermanos. El presente artículo es un resumen de las cuestiones planteadas en el evento, al que asistieron casi la totalidad de las naciones de Ibero América representadas por un artesano en actividad y un funcionario de las entidades públicas encargadas del manejo de la artesanía.
Después de recibir las acreditaciones respectivas, la mañana del día lunes 16 recibimos un amplio informe de las actividades del Programa de fortalecimiento de la Artes, Artesanías y Oficios del Uruguay (PAOF), que busca mejorar la calidad de vida de los artesanos de este país contribuyendo con ello a la revitalización de su tejido productivo. Con este loable fin han constituido dos centros de formación profesional y producción, en los que se realizan las capacitaciones técnicas y dos viveros de empresas con su unidad de comercialización respectiva. El programa de formación profesional realizará acciones de recuperación del patrimonio cultural arquitectónico y artesanal de las ciudades de Montevideo y Artigas. Las especialidades desarrolladas son: trabajo en piedra, joyería, cuero, cerámica, textiles. Los beneficiarios son jóvenes faltos de recursos que serán preparados e insertados en el mercado laboral. Evidentemente, también los artesanos en ejercicio podrán capacitarse y actualizarse para afrontar los retos del mundo fuertemente competitivo en que vivimos. Representan al PAOF: Gabriel Dambrauskas (Coordinador General), Luis romero Largo (Jefe de la Asistencia Técnica europea) y Matilde Diverio.
Arrancaron con las ponencias los representantes de Argentina, Hugo Da Silva dijo que su tiene una cultura indígena, mestiza y cosmopolita viviente en pleno desarrollo, por lo que mantiene su identidad cultural, su diversidad cultural y étnica y su rica herencia; pese a que son muchos los organismos que manejan el sector, hay programas de apoyo desde el gobierno y por convenios con financieras internacionales y fondos de la Comunidad Económica Europea, pero el sector no se ha desarrollado por no tener peso político y los nuevos artesanos aparecen empujados por la pobreza. El funcionario representante de una entidad dio a conocer que a pesar de tener 150 000 artesanos no tienen información sistematizada. También agregó con un poco de sorna dijo que artesanía es todo aquello que no aparece en “Utilísima”, mostrando con esto la diferencia entre la artesanía y las manualidades urbanas que difunde ese programa televisivo.
Bolivia, el país altiplánico, posee una pujante cultura indígena quechua y aymara que ha llegado al poder pero aún la artesanía no posee un marco legal, no hay instituciones públicas que trabajen el sector y la mayoría de los artesanos son informales y son organizados y dirigidos por algunas ONGs e instituciones como el Banco Mundial, BID y Banco del Sur, que apoyaron a los artesanos, en capacitaciones. Christian Peralta, artesano productor de artículos de cuero mostró la variedad y calidad de sus creaciones con diseño cultural para el mercado exportador.
Siguió en el orden Puerto Rico, que tiene trasfondo cultural español, africano e indígena, y posee una ley para la artesanía que prevé incentivos, capacitaciones y promoción de los artesanos en los mercados turísticos que son muy fuertes en este país asociado a los Estados Unidos. La artesana Idalia Velásquez, nos puso al tanto de los éxitos que tienen los artesanos en su posicionamiento, puesto que las organizaciones artesanales cogestionan con los municipios. Su capacidad organizativa impidió que el gobierno grave sus productos con mayores impuestos, como ventaja tienen una gran actividad turística pero no hacen exportaciones y les falta innovar los productos.
A Costa Rica Representó Cecilia Cordero por los funcionarios de la Dirección General de la Pequeña y mediana empresa, dijo que aún les falta una ley artesanal y sólo poseen un decreto, pero tienen logros en los programas de capacitación y comercialización para las pequeñas empresas que son unidas a nivel gremial; presentó un análisis FODA de la situación del sector artesanal.
Siguieron las ponencias de los representantes de Colombia (Dra. María Teresa Marroquín) que a través de la entidad “Artesanías de Colombia” han alcanzado alta calidad y nivel organizativo, aun conviviendo con la guerra interior; el objetivo ha sido el mejorar las condiciones de vida de los artesanos con nuevas estrategias y programas, poniendo énfasis en dignificar los oficios artesanales para ayudad a construir una imagen renovada de su país. Hicieron un diagnóstico real para determinar las necesidades del sector y establecer políticas de desarrollo y estrategias de comercialización. Apoyan a los artesanos en diseño creaciones innovadas y diversificación de su producción. En sus ferias artesanales o Expo artesanías, tienen ventas del orden de los 3.5 millones de dólares. Tiene puntos de venta en varias ciudades y realizan ventas por Internet. Generaron iniciativas como: Identidad de Colombia, Colombia Moda, la Casa Colombiana, etc. El maestro platero Samuel Ricaurte, habló del origen historia y desarrollo de la platería de Mompos
Destacamos la actuación de Cuba que demostró gran profesionalismo de sus instituciones y asociaciones y una política estatal inmejorable en el trato de la artesanía, el diseño, la producción, comercialización, etc., frutos de los logros del sistema socialista, que involucra a grandes grupos de artesanos asociados y organizados, que, pese al bloqueo económico, muestran indiscutibles acciones exitosas: para muestra un botón: “La salud pública y la educación son para todos los cubanos y los artesanos gozan de retiro y jubilación; además, en cuba, todos los artesanos son considerados artistas”. Participaron: Mercy Correa y Dámaso Crespo.
El día martes 17, escuchamos la ponencia de Chile, cuya representante Gladis Huanta, artesana de origen aymara, nos ilustró sobre su cultura nativa y de cómo el gobierno y las organizaciones artesanales coordinan en pro del beneficio colectivo, la recuperación de la identidad en un esfuerzo multidisciplinario, Chile es una economía de mercado abierto, tiene tratados de libre comercio con muchos paises y está trabajando para desarrollar la competitividad del sector artesanal e integrarlo a su sistema provisional según informó la funcionaria Celina Rodríguez.
Ecuador presentó las razones por las que su artesanía está muy cotizada y prestigiada en el mundo, pues los artesanos se encuentran organizados y permanentemente capacitados, participan en ferias internacionales y desde hace años son beneficiarios de políticas acertadas de los gobiernos, participaron el artesano textil y tejedor de sombreros Raúl Cabrera y la Sra. Diana Sojos.
España, haciendo gala de su inserción en la Comunidad Económica Europea, que le acredita como país del primer mundo, mostró los alcances de las legislaciones estatales y de las regiones autónomas, en las que se vienen aplicando políticas de incentivos, capacitación y organización de la actividad artesanal, a la que consideran como una actividad productiva y empresarial, con la finalidad de elevar el nivel de vida de los artesanos y la competitividad y sostenibilidad de las empresas artesanales; a través de una Fundación paras la Innovación dependiente del Ministerio de Industrias. La fundación realiza acciones de cooperación asistencia técnica y formación, para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado y el entorno competitivo. Hablando de las empresas artesanales y los trabajadores “por cuenta propia” que son en sí los artesanos, dijeron que “les fallaba una pata” pues por lo general no tienen seguros y eso es lo que están tratando de superar, participaron como artesana Soledad Santisteban y como funcionaria Elena Castellanos.
Honduras mostró cómo han vinculado la actividad artesanal con la recuperación del patrimonio cultural y la explotación turística de sus recursos geográficos, alcanzando éxitos, aunque su marco legal no está reglamentado y no se protege la artesanía. Participaron Patricia Cardona y el artesano de la etnia Garífuna, Ricardo Lacayo, quien presentó una queja por que una transnacional hacía uso de su imagen sin pagarle ni ayudar a su comunidad.
México, que es una potencia en el desarrollo artesanal y un mundo de diversidad en sus manifestaciones artesanales, mostró cómo el manejo de más de medio siglo de políticas acertadas y beneficiosas convirtieron la humilde actividad los artesanos en un importante rubro de sus exportaciones y una inmejorable alternativa para dotar de ocupación rentable a su numerosa población. Participaron la artesana de Michoacán, Maribel Acosta Reyes y la funcionaria Rafaela Luft Davalos.
Paraguay el pequeño país mediterráneo, nos mostró la calidad y amplia gama de sus artesanías con fuerte componente cultural indígena al que están poniendo mayor valor agregado a través del diseño y la innovación. Participaron Arminda Careaga y Arístides Snied.
Representando a nuestra patria, el Perú, me tocó explicar un ejemplo de mi propia actividad que es la recuperación o rescate de la cerámica colonial española en la ciudad del Cusco, desde los grandes cacharros de barro realizados por comunidades campesinas tradicionalmente alfareras como Raqchi y Pucará, hasta el estudio de los diseños y adecuación de nuevas tecnologías de esmaltado y decoración para la obtención de las piezas vidriadas. Trabajo que mereció el Premio Tenerife de fomento a la investigación de la Artesanía de España y América, 2006. En seguida la Dra. Madeleine Burns, Directora Nacional de Artesanía, expuso, con la suficiencia profesional que la caracteriza, sobre el origen y desarrollo de la cerámica de Chulucanas, sin duda el producto artesanal más exitoso del momento en el Perú.
Por el Brasil el gigante de nuestra región, participaron la artesana Isabel Goncalves y por el sector administrativo Gilberto Saldaña, mostraron un botón de la diversidad artesanal de su país y las bellezas de esa tierra amazónica en la que el gobierno central y los gobiernos estaduales están generando un entorno legal promisorio para el desarrollo de la artesanía, con énfasis en la artesanía indígena o nativa.
Venezuela estuvo representada por la funcionaria Milagros Cordobés, y Pedro Reyes, artesano comprometido con su régimen, quien ensayó una definición innovadora del artesano y la artesanía, haciendo un análisis sociológico de inspiración marxista de la artesanía, a la que considera ser un “modo de producción”, que tiene como característica, que tanto el talento, los conocimientos tecnológicos, las destrezas del artesano como los medios de producción, herramientas, equipos y maquinarias, “no pueden ser apropiadas por la burguesía” razón por la que, esta emprende acciones para desaparecer este “modo de producción” dentro de las formas de la empresa capitalista del lucro la explotación asalariada y la obtención de plusvalía. Como una estrategia para ampliar la base tributaria de los estados capitalistas. Estos conceptos fueron ilustrados con las acciones que el artesanado venezolano viene realizando en pro de su mejora como sector.
Finalmente escuchamos las ponencias de los dueños de casa, los artesanos y los funcionarios uruguayos, Helena Almirati y Alberto De Betolaza (representante de DINAPYME). Ellos coincidieron en que su artesanía no tiene origen indígena por que esa tradición se ha perdido en el Uruguay, pero hacen esfuerzos por recuperar y mantener lo que queda al tiempo de reinventar e innovar propuestas novedosas. También se recordó la labor de la entidad “Manos del Uruguay”
Por la noche participamos de un bello espectáculo musical en la nueva cede de PAOF en ciudad Vieja de Montevideo, en la peatonal Sarandí, donde pudimos hacer oír algunos arpegios de nuestra quena andina. Fue grato reencontrarnos con la Sra. Ismanda Correa, destacada promotora del Consejo Mundial de Artesanía .
El día Miércoles 18, último día del foro, formamos dos grupos separados, por una parte los artesanos y por otra los funcionarios y representantes de instituciones. Luego de ardua labor los artesanos formulamos recomendaciones y conclusiones del Foro, algunas de las cuales son las que siguen:
En cuanto a la LEGISLACIÓN:
Se propone uniformizar las definiciones de artesano y artesanía; crear un organismo Iberoamericano para el fomento y desarrollo de la artesanía, integrado por representantes artesanos. Conseguir que se incluya al sector artesanal en los sistemas de seguridad social. Que se genere políticas de fomento, desarrollo y comercialización desde el Estado, y que se difunda la artesanía como expresión cultural de cada país. Igualmente, se debe legislar la labor de rescate de procesos y técnicas en vías de extinción y protección de la artesanía tradicional. Así como, proponer a los gobiernos la exoneración de impuestos a la exportación de artesanías.
Que los ministerios de trabajo incluyan políticas de reinserción laboral con la actividad artesanal y que se legisle la actividad como trabajador independiente (que no es ni patrón ni empleado).
En cuanto a ORGANIZACIÓN DEL SECTOR:
Se recomendó promover la organización del sector a niveles nacional e internacional. Crear banco de datos y página web para registrar a las entidades actoras en el tema artesanal: Asociaciones artesanales, ONG, instituciones, fundaciones y organismos estatales. Crear instancias de intercambio como encuentros temáticos, registros de experiencias, etc. Exigir que las entidades actoras cumplan con sus propósitos planteados; Desarrollar instrumentos para la circulación de las informaciones y espacios de comercialización. Promover que se cree beneficios para el sector artesanal organizado. Promover la renovación del sector e involucrar a los jóvenes. Fiscalizar el buen uso de las ayudas económicas al sector.
En cuanto al PRODUCTO
Se convino en promover la creación de marcas colectivas, regionales o locales, para defender el producto artesanal y su comercialización; promover el diseño innovado y la denominación de origen.
Sobre la COMERCIALIZACIÓN.
Se decidió crear espacios de intercambio de información sobre áreas de comercialización, para artesanía tradicional, comercio justo y economía solidaria, con el fin de ayudar a los artesanos a mejorar su calidad de vida: Se impulsarán tratados comerciales de artesanía entre nuestros países. Se contribuirá a la creación de ferias internacionales en cada país institucionalizando la instancia del Foro sobre Artesanía; Se creará una Bienal itinerante desde el 2009 y se estudiará facilitar el ingreso de artesanías por nuestras fronteras etc.
Sobre la EDUCACIÓN
Se buscará la revaloración del trabajo manual y creativo y su inclusión en la educación formal; Se buscará relacionar la educación formal y el sector artesanal. Se promoverá la profesionalización del artesano y la acreditación certificada de sus capacidades a los Maestros Artesanos; los centros de formación específica deben ser atendidos por maestros del sector artesanal y que se creen niveles de coordinación entre las diferentes áreas del estado que participan en la formación artesanal.
Finalmente se recogieron propuestas como:
Que la artesanía se atienda en el tema de Desarrollo económico y no sólo en Cultura; que se cree universidades técnicas para artesanos; que se uniformice costos y calidades de productos en nuestros países y que se unifiquen los órganos de gobierno que atienden la artesanía elevándose al rango de Ministerio de Promoción Artesanal.
Por su parte la delegación de funcionarios de instituciones públicas o privadas que atienden el tema artesanal, presentaron, también, las conclusiones a que arribaron.
De esta manera nuestro Foro realizado en la tierra del prócer José Gervasio Artigas, de José Enrique Rodó, el profeta de “Ariel” o de la innovación espiritual y de la poetisa “Juana de América” (Juana de Ibarbourou), ha marcado el inicio de una comunicación fluida entre artesanos y funcionarios de nuestros paises, haciendo uso intensivo de los medios modernos de comunicación, como el Internet, para potenciar nuestras actividades y construir una gigantesca red de hermandad y colaboración entre creadores artesanales y artistas, en la perspectiva de hacer realidad el sueño bolivariano y dejar de ser provincianos de este inmenso país continental que el historiador peruano Jorge Basadre llamó “Los Estados Desunidos de América”.
Antes del retorno, los dos delegados peruanos, visitamos al Embajador del Perú en Uruguay Dr. Max de la Fuente, a su Ministro Dr. Eric Anderson y al Consejero Económico Dr. Ricardo Romero. Todavía, el suscrito tuvo tiempo para visitar el Museo de Historia, y los museos Gurvich y Joaquín Torres García, para admirar las contribuciones uruguayas al arte universal. (Envíe sus comentarios a: kutiry@hotmail.com)
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CARTA AL PUEBLO DE SANTIAGO
Santiago, noviembre del 2002
Amigo Santiaguino:
En mis recuerdos infantiles Santiago es un jardín lleno de niños jugando libres y felices, en los bosques de Qoripata o Manahuañoncca y en el río de Chocco, lugares limpios y sin basura. Crecimos con Santiago, sus pueblos jóvenes y barrios marginales, nos hicimos jóvenes, tocando guitarras y quenas, muchos amigos se fueron; mi padre, fundador del distrito y tercer Alcalde (Ad Honorem), murió, dejándonos la esperanza de vivir en un distrito mejor. Yo mismo me ausenté y fui a recorrer el ancho mundo, estudiando, trabajando, aprendiendo de otras culturas y enseñando lo que aprendí aquí: mi cultura nativa.
Retorné, por eso me llamaron Kutiry, y pude constatar todo el caos, desorden, inseguridad y abandono del distrito, alcohólicos, delincuentes, locales de prostitución,,paraderos informales, calles y plazas abandonadas, atrás quedó el Santiago de nuestra infancia. ¡Vivimos en el peor distrito de Cusco!
Como vecino y antiguo contribuyente he exigido a las autoridades municipales para que mejoren esta situación pero no hicieron nada.
Por eso estoy postulando a la Alcaldía, como vecino de la zona urbana, la más abandonada, para hacer respetar, yo mismo, nuestros derechos, tantos años atropellados por falsas autoridades a causa de nuestra desidia, negligencia y desorganización. Mi prioridad es rescatar al ser humano, al poblador y sus problemas esenciales, las obras de fierro y cemento serán consecuencia de nuestra organización por calles, barrios y sectores para ser parte del gobierno municipal, para garantizar limpieza y transparencia.
No soy un candidato autodigitado, surgí de una asamblea magna de dirigentes barriales del distrito, donde por elecciones se me encargó encabezar esta lista, eso me da autoridad moral y me diferencia.
Apóyame en estas iniciativas, yo no entro en la guerra sucia, ni en los intereses creados de grupos y partidos. Nuestra propuesta no es política, es cívica. Debemos adecentar la política, y cerrar el paso a gentes sin escrúpulos, que sin ser santiaguinos o habiendo ya ejercido, sin éxito, la alcaldía, quieren repetir el plato, porque han visto al Municipio como un botín de guerra, invirtiendo miles de dólares, para someter conciencias y “comprarse” la alcaldía, como si estuviese en remate con dineros de dudosa procedencia, nos han invadido con pintas, bambalinas y propaganda en radio y TV , engañándonos con falsas promesas, para después recuperar su inversión en el Municipio. Esto nos avergüenza e indigna.
Por eso pido tu voto conciente, como vecino de trayectoria conocida, que desde hace años viene trabajando en la promoción de la cultura y la defensa del patrimonio cultural; en la generación de empleo y capacitación de jóvenes para el trabajo productivo. No defraudaré tus anhelos de construir un distrito desarrollado, ordenado, con gente trabajadora y cultivada.
Atentamente,
Ing. Julio Gutiérrez Samanez.
211.1
GENIOS PERDIDOS
(Nota publicada en la Revista CARETAS de Lima)
Federico Villarreal, matemático eminente, casi un desconocido en la Internet. El geómetra Eusebio Corazao, pariente del ex presidente Valentin Paniagua, corre peor suerte.
Cusco, 9 de enero del 2006
Con la finalidad de instruirme y tener más datos sobre la vida del sabio peruano Federico Villarreal, he revisado cerca de cincuenta páginas web que aluden a tan ilustre peruano, pero no he podido encontrar su biografía, pese a que hay una universidad que lleva su nombre.
Peor es el caso del sabio cusqueño Eusebio Corazao, quien hace un siglo (1905), publicó unos teoremas concernientes a la rectificación de la circunferencia y a la cuadratura del círculo, que, a excepción del Dr. Villarreal (en la Revista Científica de Lima, en 1906), ningún matemático comentó, estudió ni desarrolló.
Ing. Julio A. Gutiérrez Samanez
jgutierrezsamanez@yahoo.com
Advertida la Universidad Federico Villarreal, inmediatamente incluyó en su página web la biografía de su mentor. Información sobre el ilustre científico puede también encontrarse en: http://
www.arrakis.es/~mcj/villarreal.htm y http://www.ciberdocencia.gob.pe/
index.php?id=853&a=articulo_completo.
Respecto a Eusebio Corazao, geómetra vinculado por línea materna al ex presidente Valentín Paniagua, en efecto matemáticos consultados señalaron desconocer al personaje y su obra. ¿Cuadratura del círculo?, preguntaron. Eso parece política.
REVISTA CARETAS Edición Nº 1909 fecha 26 de enero de 2006.
COMENTARIO DE ARTE
UNA EXPOSICIÓN DE GUSTAVO ROMERO Y ADOLFO SARDÓN.
Escribe Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Después de peregrinar por el mundo y por la patria, vuelve a su tierra natal el artista cusqueño Gustavo Romero de la Cuba, trayendo en sus óleos y acuarelas el aire místico y mágico de la amazonía.
Gustavo Romero fue uno de los animadores más recordados de la bohemia cusqueña de los años setenta y ochenta, en la Galería de Arte “Justo Béjar” de la Asociación de Artistas Plásticos del Cusco. Participó en los Salones Anuales de dicha institución e hizo varias exposiciones individuales exhibiendo su estilo característico, enmarcado en el surrealismo. Gustavo Romero y el pintor calqueño Jesús Venero, eran entonces, los cultores más destacados de aquella escuela de arte. La obras de Romero poseían un encanto místico preciosista oriental, contrastaban sus fondos oníricos y cósmicos, con sus extraños personajes y escenarios derivados de sus excelentes historietas dibujadas a pluma.
Gustavo Romero, con melena y abundante barba, anduvo por el mundo, trayéndonos las novedades, como Melquíades a Macondo en “Cien Años de Soledad”, en cada retorno; eran cargamentos de historias extraordinarias y conquistas de bellas mujeres que alimentaban nuestras fantasías de adolescentes. Su espíritu creador y múltiple lo llevó a cultivar el arte cerámico del que hizo profesión de fe, sin dejar los pinceles que esgrimía con maestría singular.
Así lo encontré en bienales, encuentros y ferias de Arte en Lima y otras ciudades. La última vez, como representante de los artistas de Iquitos, la legendaria ciudad del Amazonas, a donde, el hado del destino lo había llevado para formar una bella familia.
Hombre de mundo, después de recorrer los rincones ignotos, lagunas y reservas naturales de la selva, pintando, enseñando y aprendiendo de los pueblos nativos. Fue invitado a Taiwán, donde viajó gozando de una beca de estudios en cerámica y escultura.
Ahora radica en Chiclayo y ha vuelto por los fueros excelsos de la pintura.
Sus telas son retratos vívidos, de un hiperrealismo fantástico; son escenas amazónicas que muestran bellas jóvenes indígenas de ojos brujos y cuerpos de ensueño que emergen como diosas del agua entre los nenúfares. En la maraña vegetal, la noche nigérrima y calma se dibuja el espectro de alguna deidad del pueblo Shipibo; entre mantas de trazos tomados de la alucinante geometría de la piel de la anaconda; una mujer diosa-madre se muestra preñada y lleva en su vientre a la pachamama o planeta azul en el que moramos transitoriamente. Una bella ninfa con alas de mariposa posa en el edén amazonense; o un relámpago ilumina el monolito de una deidad Chavín, tallada en piedra, en medio de un espejo de aguas de alguna Ccocha desconocida.
Pero el pincel de Gustavo, no desdeña estampas de pulido realismo como en el cuadro titulado “La Fruterita”, un escorzo que, en su ejecución, es un derroche de técnica y composición; o en otro titulado “La Bananera”.
Un cuadro que nos invita a la reflexión filosófica es precisamente “El Pensador”, en el que un nativo amazónico, ensimismado en sus elucubraciones, lleva a manera de “alter ego”, un monito vivo prendido de su cabellera, como una caricatura o metáfora de sí mismo.
Pletórico de creaciones e ideales infinitos como estrellas por alcanzarse, Gustavo es de los que no tienen tiempo para las minucias y miserias en que se entretiene la mediocridad viciosa y abúlica del gremio; ha notado cómo han envejecido los seres domesticados y sin ideales. Por eso, nos asegura que los ideales, junto con la capacidad de creación y el trabajo constante y disciplinado constituyen, en verdad, la fuente de la juventud del alma.
Luego de un paseo para cargar el espíritu de energías metafísicas incontrastables, de retorno por las sagradas huacas pétreas de Lanlacuyoq y Cusilluchayoq, en las alturas de Sacsayhuamán, nuestro amigo retomará el vuelo al nido de su querencia, con la retina y la alforja cargadas de sueños y motivos que plasmar en sus próximos lienzos.
En esta exposición también interviene al reconocido pintor Adolfo Sardón Abarca, quién, ya retirado de la docencia y de la dirección de la Escuela de Bellas Artes, está entregado a su arte y a la plasmación de su ilusiones de artista. Ha refinado su técnica en el trabajo, ha madurado sus motivos temáticos y el propio discurso de su propuesta plástica. Y, también, es importante decirlo, ha inaugurado su propia galería de arte. Entre las obras presentadas por Adolfo, encontramos lienzos al óleo, con su temática preferida: estampas de las costumbres folklóricas del Cusco, como son: el Cruz velacuy, la “T’anta wawa”, “Torito de Pucará en un techo cusqueño”, con un exuberante colorido de rojos y verdes planos y crudos; pero, lo que realmente nos atrajo, por su novedoso tratamiento, fue un cuadro pintado al pastel sobre cartón texturado; el tema es de una pareja de mestizas vendedoras de pan; el color es sobrio, más bien oscuro, y en gamas frías que armonizan muy bien con el fondo negro del soporte. Aquí veo una evolución en los recursos del artista que nos gustaría que él pueda desarrollar.
Hace tres décadas, todavía en sus floridos años mozos, ambos pintores habían expuesto juntos y ahora, a la vuelta de los años, el ciclo acompasado de la vida los ha vuelto a reunir en esta fiesta del color, la fantasía y el inescrutable lenguaje de las formas que nos son, ahora, generosamente, ofrecidas en sus lienzos.
Nos satisface plenamente admirar sus obras, percibir sus mensajes y confundirnos en un fraternal abrazo.
CONMEMORANDO EL CENTENARIO DEL DIARIO EL COMERCIO DEL CUSCO
(NO ESTÁ ESTE ARCHIVO)
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SANTIAGO: CULTURA, EDUCACIÓN, DEPORTE Y TRABAJO
(Volante de propaganda política)
Cierto día, mi padre me leyó un libro en el que se decía que joven es aquel que ara su propio surco, y que se es joven cuando no se tiene complicidad con el pasado y se puede ver el amanecer sin remordimientos; que la nueva generación debe abrir las alas donde las ha cerrado la anterior, para volar aun más lejos; que la vejez es respetable por la cantidad de juventud que la precedió y que cada vez que una generación envejece, reemplazando su ideario por bastardos apetitos, la vida pública se abisma en la inmoralidad y la violencia. En esa hora deben los jóvenes empuñar la antorcha y pronunciar el verbo.
Ese libro era “Las fuerzas morales” de José Ingenieros.
La juventud de un país en crisis deberá madurar pronto y acceder a la cultura y la política por la autoeducación, para ser arquitectos de su propio destino y ejercer el liderazgo social.
La cultura, para muchos, es la quinta rueda del coche, pero es el rostro que nos representa. Por eso, hay que fomentar una cultura creativa y participativa, basada en una educación con valores, pero no valores en abstracto, sino, sobre paradigmas o ejemplos de personas que los encarnaron: Héroes, artistas, escritores y sabios. La educación y la cultura no sirven sino promueven excelencia y superioridad espiritual, creatividad e innovación permanentes.
Es en el espíritu del hombre donde hay que trabajar si queremos ser grandes en el futuro.
Es bueno crear bibliotecas, pero, primero hay que fomentar el amor a la cultura y la auto educación, instituyendo festivales, concursos para premiar a los talentos juveniles. Santiago debe ser un pueblo culto.
El deporte debe ser formador y preventivo, que sirva para socializar y recuperar salud y vigor, y eso no se puede lograr sólo con lozas deportivas ni domingos de “fulbito” que acaban en “fulvaso”. No.
Hay que promover el deporte sano para todos, niños y adultos. Maratones, caminatas, excursiones, es decir, deporte reparador, desestresante y no puramente competitivo (22 hacen deporte y el resto mira desde la tribuna). Qué mejor deporte que el trabajo colectivo en las faenas populares.
La educación en época de crisis no debe ser libresca ni memorística sino pragmática, para el trabajo, como un arma de lucha por la existencia. Fomentemos la educación técnica, traigamos politécnicos, dependencias del SENATI, institución donde laboro y he capacitado en todo el país a más de un millar de artesanos y técnicos que hoy viven del arte cerámico.
Para ser exitosos, decía mi padre, hay que tener una profesión, un oficio y un arte, es decir, educar nuestras vocaciones productivas, capacidades destrezas y fortalezas.
Todo se logra con organización participativa y social. Ustedes requieren capacitación y oportunidades de trabajo y mercado para vuestros productos y negocios. Hay que articular producción y mercado, renovar ofertas de exportación para atraer divisas. Para no tocar puertas generemos empresas y talleres, creemos nuestro propio puesto de trabajo y daremos trabajo a los demás. La iniciativa y la voluntad suplen la falta de capitales, consorciémonos.
Yo estaré siempre presto a atender vuestro llamado, desde la municipalidad y fuera de ella. Quienes me conocen, saben que trabajo permanentemente para los jóvenes, en su formación cultural y preparación técnica.
Un sabio había dicho que, desgraciadamente, la juventud era un preciado bien que se desperdiciaba entre los jóvenes y que la mayoría de ellos usaba esta bella etapa de la vida en hacer desgraciada el resto de ella. Ustedes están aquí para negarlo.
Los reto a preparar vuestra siembra y arar vuestro propio surco cogobernando con nosotros, asumiendo la conducción de vuestro destino en la creación de grandeza y excelencia, entre tanta miseria y desolación que hemos heredado.
Ing. Julio Antonio Gutiérrez Samanez
¡EL 7 ES FUERZA NUEVA Y FUERZA NUEVA ERES TU!
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“CRÓNICAS URBANAS” Números 9 Y 10
COMENTARIO SOBRE LOS TEMAS CULTURALES
Escribe: Julio A. Gutiérrez Samanez
Por invitación de José María Gómez, Director de la Revista “Crónicas Urbanas”, comentaré algunos artículos referentes al tema cultural, insertos en el último número de la Revista, recientemente aparecido.
Este volumen doble contiene tres ejes temáticos, a saber: El reto de la descentralización; Municipalidades y desarrollo local, y Cusco: Lugar, representación y conflicto.
Voy a referirme sólo a los temas culturales.
CULTURA Y DESARROLLO, por el Dr. Jorge Flores Ochoa. Es un artículo esclarecedor que trata de las relaciones de la cultura con el proceso evolutivo o de crecimiento de la sociedad humana, es decir, con el desarrollo, desde la perspectiva de un país inmerso en condiciones de pobreza, que sigue recetas para sus planes y proyectos en busca de un quimérico desarrollo, que se nos muestra como un espejismo imposible de ser alcanzado. La meta es conseguir mejores condiciones de vida, incremento de los ingresos, mejoramiento de servicios básicos, etc., para la población.
Las propuestas de desarrollo ahora se fijan en la cultura como un recurso a ser explotado a través del turismo para lograr el progreso. La cultura deviene en actividad “turisteable”, como cualquier mercadería. Con ella se puede atraer a ingentes cantidades de recursos y personas de los países ricos que, por tener excedentes de dinero y tiempo para el ocio, pueden hacer largos viajes con la finalidad de recrearse y aprender visitando otras culturas, expresiones culturales, festivales, peregrinaciones religiosas y modelos de vida diferentes a los suyos. Nada escapa a esta lógica mercantilista; los centros arqueológicos son “destinos turísticos” u oportunidades de negocios; hasta la religiosidad andina viene siendo explotada como “Turismo místico”, las artes populares y las danzas están siendo falsificadas con la finalidad de agradar al turista. Y para ampliar la “infraestructura hotelera” se viene destruyendo casa coloniales, andenerías, acabando con el tejido urbano monumental de la ciudad.
“La cultura es débil, enfatiza Flores Ochoa, el Turismo, al usarla como recurso, debe aceptar que esta explotando algo que por sus características es notoriamente vulnerable, susceptible de sufrir deterioro, contaminación, agotamiento”... “La cultura, convertida en mercadería, posee la condición de recurso natural no renovable”... “No hay otro Machupicchu, ni otro Tipón o Qoyllurit’i”. Por todo eso se debe tomar en cuenta las recomendaciones de la UNESCO.
DE QUIGUARES, MUINAS Y PINAGUAS
Es un trabajo de interpretación y cotejo de los datos arqueológicos, históricos y etno históricos, realizado por el escritor Luis Nieto Degregori, sobre los asentamientos humanos preincas de los valles de Cusco, Quispicanchis, Lucre, y su importancia para el esclarecimiento del origen del estado inca. En este espacio los Wari habían constituido un centro provincial en “Piquillaqta” hacia los años 600 o 650, que abandonaron hacia el año 1000, dejando su influencia en las culturas denominadas Qotacalli y Lucre, que rivalizaron con los Killke, antecesores de los Inca. Para su estudio, Nieto cita las crónicas de Garcilaso, Betanzos, Sarmiento, Cieza y teje su argumento usando documentación arqueológica de Mc. Ewan, documentos de antiguos litigios entre indios Pinaguas con el conquistador Diego Maldonado y de la Visita ordenada por el virrey Toledo. Datos con los que ensaya esclarecer las áreas de influencia y asentamientos de esos pueblos que rivalizaron con los incas en sus albores y que después fueron sometidos por Wiracocha y Pachakutec. Este último inca habría ordenado que se borraran las huellas materiales dejadas por aquellos pueblos.
CUSCO Y LOS VIAJEROS DEL 1900: LUGAR, REPRESENTACIÓN Y CONFLICTO.
De la investigadora Yazmín López Lenci, quien invita la lector hacer un viaje al Cusco de 1900; con la finalidad de “transitar por los contornos de un mapa tramado por imaginarios e invenciones de un lugar palimpsesto, cuya geografía de encrucijadas sostiene los sueños, construcciones y luchas por una modernidad peruana”.
En efecto, siguiendo las lecturas de los diferentes tipos de viajeros que pasaron por el Cusco de aquellos años se percibe que en sus visiones, ellos configuraron un Cusco según sus intereses, por un lado los Exploradores, misioneros protestantes ingleses y norteamericanos, como Harriet Chalmers, Hiram Bingham, James Bryce, Marie Robinson y Geraldine Guinness, Encontraron como “marcas” de excelencia, la monumentalidad arquitectónica de la ciudad y su pasado histórico épico, en contraste con lo que consideraron el atraso y traba para la modernidad, en los propios habitantes, los indios, marcados prejuiciosamente con características despreciables (faltos de higiene, idólatras, alcohólicos, etc.) Con lo que construyeron un cuerpo escindido del Cusco: lo monumental, y excelente para utilizarse como baldón de la modernidad, y sustentarlo como símbolo de raigambre antigua y propia, para el emergente imperialismo norteamericano y, por otro lado y en contraposición, lo arcaico y contramoderno de lo indígena (indio y mestizo), ingredientes con los que se vertebró una visión de una ciudad sepulcral. Visión que heredaron algunos representantes del Centro Científico como Hildebrando Fuentes y Benjamín Dávalos, a los que López Lenci los denomina viajeros “despobladores”; pues, difundieron esos mitos y pensaron en estrategias racistas y excluyentes de modernización (sin el indio), con la apropiación del pasado grandioso y sus monumentos sobre la “barbarie” indígena a la que debía educarse, civilizarse y hacerla útil a los intereses patrióticos. Es decir, el sometimiento al paradigma occidental, norteamericano y cristiano del progreso.
A otro tipo de visitantes caracteriza el letrado erudito limeño José de la Riva Agüero que visita la ciudad en 1912, y la redescubre para la élite limeña. Viene para encontrar la ciudad que contiene al ser nacional; que es el corazón y símbolo del Perú; útil para su proyecto del mestizaje integrador; pero se encontró con la realidad de una ciudad abandonada, sucia, con lo que se refuerza el mito “despoblador” del Cusco como espacio urbano sepulcral, cuya grandeza está en el pasado y su belleza sólo apreciable desde las alturas de Carmencca o Sacsayhuamán. O sea, en la perspectiva “de lejos” o “desde arriba”.
Un cuarto tipo de viajeros es descrito como los “Desenterradores”, que ante la visión desalentadora y derrotista, buscan una salida en la reivindicación de una “triple estirpe del Cusco: Imperial incaica, española y libertadora”. Valcárcel instaura un discurso “reconstructor”, profetiza un renacimiento cusqueño y J. G. Cosio, le encuentra justificación histórica para “construir una posición de liderazgo del Cusco, dentro del campo intelectual nacional”, por lo que habría que desenterrar la historia, recuperar la memoria (del modo cómo se desenterró Machupicchu), y en esa labor se revelarían y descifrarían los arcanos de “la cultura e historia andinas”. “Los muros sombríos – dice Yazmín López- se transforman en la alegoría del gran palimpsesto (viejo manuscrito en el que se borraron sus caracteres para escribir otros encima) que es el cuerpo del Cusco, cuerpo sagrado, cuerpo vivo y habitado por cuerpos ancestrales y contemporáneos”.
Viajeros contemporáneos, como nosotros, diremos que ese desenterrar llegó hasta la recuperación del folklore, la reinvención de los fastos y los ritos del Inti Raymi; pero, no se encontró aún el “tapado” subyacente bajo los muros incásicos; porque, aunque estuvieron siempre presentes, los indios y su cultura colectivista -que han supervivido a todas las calamidades-, han permanecido invisibles a nuestra ceguera, apenas como elementos decorativos; cuando en realidad, en ellos y su cultura, está la antítesis del proceso demencial que el imperialismo globalizador, consumista y guerrerista, impone al mundo parasitándolo y condenándolo a la decadencia y autodestrucción. Un sistema de vida racional y en equilibrio con la naturaleza, que otrora brindó calidad de vida, productividad y abundancia, convive con nosotros, pero nuestros ojos están aún ciegos para verlo.
MACHUPICCHU Y LA ÉTICA DE LA ARQUEOLOGÍA
En este artículo la Dr. Mariana Mould, admirable luchadora por la conservación del santuario inca, denuncia la falta de ética de personajes que aprovecharon de las circunstancias para cosechar fama y fortuna. Uno de ellos fue el explorador norteamericano Hiram Bingham, que descubrió lo ya estaba descubierto (Agustín Lizárraga, Gabino Sánchez y Enrique Palma habían llegado en 1902; el Ingeniero Herman Göring había situado a Machupichu, con ese nombre en un mapa confeccionado en 1874). Bingham, con anuencia del gobierno de Leguía, continuó el saqueo de Machupicchu, que antes ya había sido huaqueado por el extranjero Augusto Berns, quien, extrañamente, mediante una resolución suprema del 16 de junio de 1887, se había constituido en “socio” del Estado Peruano para “extraer de las huacas incásicas y las construcciones gentilicias ubicadas en la Convención, bienes culturales para su comercialización”. O sea, era un huaquero legal que había enviado sus “productos” a Alemania. Sabido es que Bingham saqueó cientos de objetos y momias y se las llevó a su país para ser devueltas en 18 meses, han transcurrido 90 años y no los devuelven. La Dra. Mould, para este y otros casos propone ceñirse al código de ética de la Sociedad Arqueológica Americana (SAA) y denuncia, también, cómo funcionarios del gobierno actual, con el pretexto de mejorar el turismo, promovían desde sus despachos la construcción del teleférico, dentro del área protegida de Machupicchu.
MUSEOS Y PATRIMONIO CULTURAL EN LA CIUDAD DEL CUSCO
Artículo firmado por Helaine Silverman, y que trata de un análisis crítico comparativo de los museos para ver “cómo (los países en desarrollo) presentan sus realidades antiguas y contemporáneas y qué factores, como la economía transnacional capitalista, afectan a estas instituciones”. En ese empeño, encuentra que el Museo Inka es un museo modesto y didáctico, que cumple con el cometido de ser, además, un “lugar de resistencia postcolonial” y “una voz apasionada de los derechos sociales de la población cusqueña local”. “En su guión enlaza a la población de sociedades precolombinas del valle del Cusco, sus descendientes durante la opresión colonial; los cambios durante la reestructuración republicana y los moradores actuales”. En contraste, encuentra al Museo de Arte Precolombino (MAP) –a pesar de considerarlo como una extraordinaria galería de arte precolombino-, como un museo caro, para la élite privilegiada y para el lucro mercantil a expensas del turismo. Por estar, los objetos, descontextualizados de las sociedades a las que pertenecieron, deduce que es una propuesta “reaccionaria”e “hiperestetizada”, donde la mostración de los objetos culturales como piezas de arte universal es, además, dañina porque puede conducir al tráfico de bienes culturales del que medran los “coleccionistas privados”.
Sin ánimo de terciar en la disputa diremos que ambos museos se complementan, y que le haría mucho bien al MAP, “ver y mostrar” el arte y la cultura de la población actual del Cusco, que hasta hoy, parece serle invisible.
LA NARRATIVA CUSQUEÑA: UNA REALIDAD TRASCENDIDA EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO. Texto de Mario Pantoja que nos brinda un panorama de la narrativa cusqueña contemporánea, partiendo del Inca Garcilaso, en el siglo XVI, como “memoria de un pasado que se hace presente en la evocación”, pasando a la primera novela peruana: “El padre Horán” (1848) de Narciso Aréstegui, a las novelas “Aves sin Nido” (1889) “Indole” y “Herencia”, de Clorinda Matto de Turner, que son novelas de denuncia social sobre la condición del indígena.
Ya en el siglo XX, Pantoja nos presenta a escritores como Lisandro Caller autor de “Kori Champi” (1925) obra indigenista y a Alfonso Latorre (1958) con su obra “En la noche” que “busca desentrañar el alma humana, atrapada en la noche bíblica, en espera de una luz que la redima”. Rubén Sueldo Guevara, con “Los agrarios” (1960) que contiene “historias narradas con real maestría” al decir de Pantoja. Ángel Avendaño, con “Historias de Mesa Pelada (1982), sobre las guerrillas de la Convención y “Los cuervos de San Antonio” (1989), dentro del “realismo crítico, por su prosa cargada de agresividad y vehemencia”.
En la década de los 80, aparece en escena un grupo de narradores jóvenes como: Enrique Rosas Parravicino, con sus relatos “Al filo del rayo” (1988) en los que el crítico encuentra “perfil documental, tensión, poesía y excelsa plasticidad”. “El Gran señor” (1994) novela sobre la peregrinación a Qoillurut’i; “Ciudad Apocalíptica” (1998), relatos con “lenguaje poético sostenido y eficacia técnica”.
Luis Nieto Degregori, con trabajos como: “Harta cerveza y harta bala”(1987), “La joven que subió al cielo” (1988); “Como cuando estábamos vivos” (1989); “Con los ojos para siempre abiertos” (1990) cuentos cuya temática gira en torno a la violencia en Ayacucho. “Señores destos Reynos” (1994), excelentes relatos de recreación histórica de las épocas de la conquista, la colonia y hechos de la época republicana; “El Cuzco después del Amor” (2003) novela de “marcado realismo en escenas de sexo y la pasión por esta ciudad”.
Mario Guevara Paredes, con “El Desaparecido” (1988); “Cazador de gringas y otros cuentos” (1995) y “A matar al negro” (2003) que lo sitúan entre “los buenos narradores de su generación”.
Siguen los narradores Alberto Osorio con “El hijo mayor” (1995) y Jaime Pantigozo Montes, quien obtuvo el 2º lugar del Premio COPÉ 1994 con el cuento “El canto del tuco” y su libro “Y se fue con el viento” (1998) con lo que se completa este interesante ensayo del crítico literario Mario Pantoja.
Por el excelente contenido cultural, además, de los temas de debate sobre la construcción de la Región, este número de “Crónicas Urbanas” es un gran aporte a nuestra tierra. Recomendamos su lectura.
199
“KHIPUCAMAYOQ 2004” DE LA ASOCIACION CIVIL “KHIPU”
Dr. JORGE FLORES OCHOA, UN CIENTÍFICO SOCIAL
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez.
Por gentileza de nuestro amigo Roberto Portugal, Presidente del Directorio de la Asociación Civil de Investigación Tecnológica y Cultural “KHIPU”, fui honrado, para decir las palabras de presentación y la semblanza del distinguido intelectual cusqueño Dr. Jorge Aníbal Flores Ochoa, en la ceremonia de reconocimiento como “Quipucamayoq 2004”
Cómo no podría hacerlo, si se trata de un estudioso de renombre internacional y de gran trayectoria cultural, y, sobre todo, de un amigo, respetado y admirado, con quien me unen los vínculos de esa familia cultural que es el Instituto Americano de Arte, alma máter de la cultura cusqueña, y nuestros comunes afanes por la preservación, conservación y defensa del patrimonio cultural monumental y viviente de esta tierra.
Han sido ya varias las ocasiones en que quise tratar sobre la vida y obra del Dr. Flores Ochoa, pero las circunstancias me fueron esquivas. Sea, pues, ésta la ocasión propicia para expresar nuestros caros sentimientos, aun a riesgo de herir la natural modestia del homenajeado, porque no se debe escatimar los elogios a quien bien se los merece, por su obra, por su firme actitud cusqueñista, por su esfuerzo y dedicación sincera al cultivo de la ciencia y el pensamiento, y por ser un paradigma o valioso ejemplo para las jóvenes generaciones que hoy emergen.
Confieso que me alegró mucho saber que la Asociación Civil “KHIPU”, Corporación Educativa con más de veinte años de actividades, reiniciaba su loable labor de reconocer, en vida, a los grandes valores de la cusqueñidad, en la persona del Dr. Jorge Flores Ochoa. Ya lo habían hecho antes con el poeta Gustavo Pérez Ocampo, el Amauta Dr. Manuel Chávez Ballón, el artista músico Don Eleodoro Justiniani, el político Sr. Teodoro Portugal Carbajal, animador de esta casa cultural, entre otras personalidades de valía.
En una sociedad de consumo, decadente, que exalta la guerra, el odio irracional; en la que se privilegia el antivalor y la usura para cosificar y enajenar al hombre; al mismo tiempo que se socializa el conocimiento y la información con el Internet, actitudes ejemplares como las de la asociación “KHIPU”, son ya raras; en ella, mentes lúcidas y generosas de este tiempo, siembran, a contracorriente, vientos de amistad, justicia, lealtad, verdad y belleza, nacidos de la entraña de nuestra cultura de matriz andina, honrando el mérito conseguido por la inteligencia a fuerza de trabajo y sacrificio. Mérito simbolizado en una personalidad de trayectoria, un maestro que ha forjado con el ejemplo contundente de su obra, generaciones de investigadores sociales, antropólogos, sociólogos, arqueólogos e historiadores. Y que, fundamentalmente, enriquece con su pensamiento e investigaciones el acervo de la peruanidad y los alcances de las ciencias sociales. La obra escrita por el Dr. Flores Ochoa es un referente inapreciable en el estudio de la cultura continental y en especial de la cultura andina. A sus discípulos se les plantea la difícil tarea de superar al maestro para honrarlo plenamente.
Quienes recibimos esas cátedras radiales de cusqueñismo, cada domingo, en el programa “Tinkuy”, y tenemos el privilegio de escuchar sus conferencias o nutrirnos con sus monografías y libros publicados, sabemos del hondo significado de este galardón, porque estamos seguros que el Cusco le debe un reconocimiento unánime, que resultaría tardío si “Khipu” no se adelantaba, pues ilustres casas del saber, instituciones y universidades de renombre mundial le hicieron merecedor de títulos y honores que la mezquindad provinciana le regateaba, quizás por intereses subalternos o por diferencias de índole política, a quién, por derecho y con el respaldo sólido de su obra, podría presidir muy bien la tricentenaria universidad cusqueña.
Desearía acercarme a la obra y pensamiento del Dr. Flores Ochoa, a sus estudios enjundiosos sobre los pastores de puna, sus esclarecedoras tesis sobre la continuidad cultural de los incas en el periodo colonial y republicano, a través de sus usos y costumbres, vestimentas, q’eros pintados, cerámica enlozada, pintura popular y todas las formas de las que se revistió la cultura sometida para mantenerse vigente y con éxito, enfrentándose a la cruel inquisición y extirpación de idolatrías. Después de centurias de oprobio, el imaginario popular, sustento de la estética nacional y de la identidad cultural andina, aflora en las obras de las manos de los artistas populares, en el credo de sus visionarios políticos, pensadores y estetas. Estos estudios son, también, el tributo del discípulo a la obra señera de maestros como el ilustre peruanista norteamericano Dr. Jhon Howland Rowe, el Dr Tom Zuidema, nuestro recordado Amauta Dr. Manuel Chávez Ballón y los fundadores de las ciencias sociales en nuestra universidad, maestros eméritos, como Víctor Navarro del Aguila, Efraín Morote Best, Oscar Núñez del Prado y Demetrio Roca Wallparimachi.
La copiosa obra del Dr. Flores Ochoa ha sido publicada en países extranjeros como México, Estados Unidos, Europa y Sudamérica.
Cusqueño de nacimiento y prosapia, con estudios escolares en el colegio Salesianos, estudió en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNSAAC, en la especialidad de Antropología, en la que optó al grado de Doctor. Realizó estudios Posdoctorales en la Universidad de Cornell, USA, y en la Universidad de Berkeley, California, USA. Ejerce hoy la cátedra universitaria en la Universidad de San Antonio Abad del Cusco, casa de estudios de la que fue Director del programa Académico de Antropología en 1978 y Vicerrector Académico entre 1984 y 1989. Presidió el Instituto Americano de Arte del Cusco, en 1977; fue Director del Instituto Nacional de Cultura, Cusco, en 1979; fue elegido Regidor de la Municipalidad Provincial del Cusco entre 1990 y 1992 y presidió el II Congreso Mundial sobre Camélidos realizado en el Cusco en 1999. Junto con los doctores Luis Barreda Murillo y Abraham Valencia Espinoza, conducen el programa cultural “Tinkuy” por las ondas de Radio la Hora. Por estas consideraciones la Municipalidad cusqueña le confirió la Medalla de la Ciudad y la Coordinadora Cultural del Cusco, le hizo entrega de la Medalla “Personajes de mi Ciudad”.
El Dr. Jorge Flores Ochoa es profesor visitante de las universidades de Bonn, Alemania; California, Chicago y Michigan, en USA; Casa de América, España y del Museo de Etnología del Japón.
Es, asimismo, consultor del Museo de América, del Nacional Museum of the American Indian; del Fine Arts Museum de Denver y del The Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
Los campos de acción de las investigaciones del Dr. Flores Ochoa son: La Etnohistoria andina de los siglos XVI y XVII; la Antropología expresiva (el arte y el flolklore); Ideología y Simbolismo; Ecología Cultural de Pastores Altoandinos de llamas y alpacas, y la Antropología del Turismo.
Son muchísimas sus obras publicadas desde: “Los pastores de Paratía”, Cusco 1968; “Principios Fundamentales de Antropología”, Cusco 1971; “Pastores de Puna. Uywamichiq Punarunakuna”, IEP, Lima 1977; “Rebeliones Indígenas Quechuas y Aymaras”, Cusco 1980. En coautoría con Abraham Valencia; “Q’ero. El último Ayllu Inka”, CEAC. 1983. En coautoría con Juan Núñez del Prado; “Llamichos y Pacocheros. Pastores de llamas y alpacas”, CEAC. 1989; “Puna, Queswa, Yunga. El hombre y su medio en Q’ero”, Lima. 1989. En coautoría con Ana María Fríes; “Cuzco. Resistencia y continuidad”, CEAC. 1990; “La Casa de la calle Tigre. Recuperación y puesta en valor de una casa del Cusco”. 1992. En coautoría con Elizabeth Kuon Arce y Roberto Samanez Argumedo; “El Qosqo. Antropología de la ciudad”. CEAC. 1992. En coautoría con Hiroyasu Tomoeda; “Pintura Mural en el sur andino”. Colección de Arte y tesoros del Perú. Lima. 1993. en coautoría con la Dra. Kuón y el arquitecto Samanez Argumedo; “Oro en los andes”. Tomos I y II. Madrid. España; “Q’eros. Arte Inka en vasos ceremoniales”. Serie Arte y Tesoros del Perú. Lima. En coautoria con la Dra. Kuon y el Arquitecto Samanez; “Pastoreo Altoandino. Realidad, sacralidad y posibilidades”. La Paz, Bolivia, 2000. En coautoría con Yoshiki Kobayashi; “Cusco. Barro, Plata, Fundición Artística”. Lima. En coautoría con Abraham Valencia, José Torres La Pina y Paloma Caicedo y “Culturas Prehispánicas”. Lima. Tiene en preparación el libro “El Qosqo de los Inkas”. “Indigenismo e incanismo cusqueño del siglo XX”.
El Dr. Flores Ochoa, se encargó personalmente del cuidado de la edición de la obra “Los incas del Cuzco, siglos XVI – XVII - XVIII” del Dr. Jhon Howland Rowe, que el INC publicó el año pasado.
Felicito, pues, a los miembros del directorio, trabajadores y estudiantes de KHIPU, por enaltecer la brillante trayectoria cultural del Dr. Jorge Flores Ochoa, al designarlo “KHIPUQAMAYOQ 2004”, honor que enorgullece a sus familiares, amigos, consocios, discípulos y al Cusco entero.
Salud y prosperidad a nuestro “Khipuqamayoq 2004”, Dr. Jorge Flores Ochoa.
Nota.- El presente discurso fue pronunciado en la ceremonia especial de reconocimiento al “Quipukamayoc del año” el día 14 de setiembre de 2004.
188.1
EN MEMORIA DE “LO ANGEL”
EL PINTOR YA ESTÁ EN EL PARAÍSO.
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez.
Un mal rebelde y tenaz iba minando y anquilosando su magra humanidad, causándole una relativa discapacidad, pero, ese mal, por muy rebelde que fuera, no podía triunfar sobre su espíritu poderoso: el más entusiasta, positivo y lúcido; el más verás y talentoso de artista fino y excelente que él era.
Eduardo Paliza Becerra, llevó una vida digna y respetable que hay que imitar.
Las veces que lo visité en su galería de Hatunrumiyoq, fueron pocas, pero suficientes, para recibir de él lecciones de alta humanidad. ¿Cómo podían coexistir dentro de él, un espíritu grandioso en un cuerpo frágil y enfermizo?
Apologista y filósofo del entusiasmo, esa rara cualidad inteligente que ha elevado al género humano, desde la animalidad hasta preciarse de ser el simio doblemente sabio, de esta era.
Alguna vez fui a visitarlo con el espíritu apocado y decaído, por que el negocio emprendido no funcionaba o porque el estro poético o la inspiración creadora, parecía habérseme apagado.
Era suficiente ver esos ojillos socarrones e inteligentes que infundían amistad y echaban chispas de fuego interior – fuego que no sólo sostenía el arte y le hacía aferrarse a la vida, sino que estaba allí para iluminar almas desvaídas, desgastadas o, simplemente, cansadas de tanto bregar contra una sociedad decadente y subyugada- para volver con nuevos bríos al trabajo, sintiendo un poco de vergüenza íntima por nuestras flaquezas del alma:
“¡Ten fe, pon empeño en lo que haces y, “ahorita”, todo irá mejor!”
“¡Tu tienes que tener confianza en lo que haces; tienes que ser el más convencido! ¡Sólo así convencerás a los demás!”.
Estos eran sus consejos más frecuentes.
Yo, que naturalmente soy pesimista y herético, solía salir de allí con el alma renovada, preguntándome, cómo él, en sus condiciones difíciles e injustas, mantenía un alma reluciente. Y me maravillaba entender que toda su potencia luminoso radicaba en su sencillez espiritual, su humildad; riqueza natural que compartía, como el pan cristiano, con todos los que lo rodeaban.
Así fue...así fue.
Cuántos colegas artistas que se yerguen con petulante alevosía y egolatría exultantes, abriéndose paso a codazos, pisotones y emitiendo sonidos de latón, pretenden llamar la atención para con su obra, generalmente, mediocre. Ellos deberían aprender de Eduardo: el manso, humilde, sencillo, sincero y, por lo mismo, grande.
Pero aquella lámpara humana de apacible luz azulina, se iba extinguiendo, como todo lo excelso, sin remedio. El invencible mal consumía su materia y él -en su poético vivir de artista creador, frente al lienzo y los pinceles- dejaba en cada trazo, pincelada o palabra, los versos pausados de un poema vital, inmortalizado con su obra.
La muerte, ese accidente final que a todos nos llega, no ha triunfado sobre su persona, porque él, con su preclaro espíritu, la había derrotado una y mil veces.
Eduardo Paliza Becerra, cusqueño raigal -nacido en el barrio de San Blas, el barrio de selectos artífices y artistas que engalanan el Olimpo o el Parnaso cusqueño, el 8 de enero de 1943-, estuvo dechado de esa noble cualidad del creador de arte, que perfeccionó en la Escuela de Bellas Artes, bajo el influjo benigno de sus ilustres maestros.
Fue artista especializado en la acuarela, la más difícil y sutil de las artes pictóricas, el óleo y la pintura mural, en las que destacó, obteniendo sendos premios y honrosas distinciones, por su creatividad y dominio sincero y devoto del oficio.
Desde sus inicios en 1965, ganó el Primer Premio en el concurso de acuarela propiciado por la Honorable Municipalidad del Cusco; ganó el primer premio en el concurso de afiches convocado por el Instituto Nacional de Cultura; igualmente, se le adjudicó un segundo premio en el concurso “Paisaje andino a la acuarela” en 1966 y, en 1967, pintó varios murales históricos en la Gran Unidad Inca Garcilaso de la Vega. Desde entonces, integró varios grupos de artistas como Illari 70, participó en salones colectivos nacionales y extranjeros, y su obra, ya copiosa, fue difundiéndose por diferentes colecciones del mundo entero. Así, calladamente, sin bombos ni platillos, mucho menos, autobombo. Eduardo Paliza ha mantenido por más de treinta años su galería personal, en la que difundió, no sólo su arte, sino, el de sus paisanos y colegas más cercanos. Por todo ello, la Asociación de Artistas Plásticos del Perú, con justicia, le condecoró en 1999 con su máximo galardón: “El Sol de Oro”.
Todo esto y mucho más se merecía nuestro llorado amigo: el tributo de su pueblo, el cariño de todos los que lo conocimos y admiramos -los que tuvimos el privilegio de contarnos entre sus amigos-, el reconocimiento como un valor de la plástica cusqueña y nacional.
Ahora, ese corazón amplio y generoso descansa el sueño de los justos. Qué gran falta hará a las nuevas generaciones, a los centenares de alumnos y alumnas que forjó como maestro excelso y entregado del gran arte. Y cómo quedará de vacía aquella callejuela incaica, donde su magra y simpática figura de Quijote del arte, era infaltable.
Vaya, pues, esta sencilla corona de laureles, para ornar su tumba y honrar su ilustre memoria.
xxx
EL “BOOM” DE LA ARTESANIA PERUANA
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez (Kutiry) (*)
“¡Cómo han cambiado los tiempos! Hace treinta años, cuando llevaba artesanías a casa, mi padre me decía… ¡echa esas cosas que huelen a cholo! …Y ahora la artesanía peruana se encuentra exponiéndose en Saga, Ripley, Larcomar, Museo de la Nación y en las principales galerías de Lima… Por sólo soñar esto, hace treinta años te hubieran tildado de loco.”
Estas palabras las escuché en una conversación con dos amigos que dedicaron casi toda la vida al estudio, conservación y reconocimiento de la artesanía peruana, con devoción y apasionamiento ilimitados: Luis Repetto Málaga, Director del Museo Riva Agüero e Ivan Macha, diseñador, artista y profesor de la Universidad Villareal; justo, el último día del “Forum Internacional: Artesanía, Innovación y Desarrollo Sostenible” en el marco de la Exposición: “Exhibe Perú, Artesanía para el Desarrollo sostenible”, organizado por Mincetur, Onudi, Comunidad Europea, UNDP, Prom Perú, INC, Inwent, Swisscontact y catorce co-auspiciadores, en el auditorio “Los incas” del Museo de la Nación, el 23 y 24 del mes en curso.
Y es cierto lo que dijeron, pues, en mis años de experiencia en el ámbito artesanal he podido participar del ascenso de esta expresión de la creatividad popular y la identidad nacional en la preferencia del gran público peruano y extranjero. No sin antes haber pasado por un arduo proceso de mejoramiento de la calidad, adaptación de los diseños y promoción en los mercados.
Pasaron ya los nefastos años en que la artesanía peruana se vendía a precios bajísimos por su escasa calidad, con la disculpa de que era el trabajo de la gente más pobre y humilde del Perú: los indios.
Hoy día, la artesanía en el mundo, como dijera el Ing. Suresh Kumar invitado de ONUDI - India, es un puntal en el desarrollo de los países del tercer mundo, por ser un vehículo para preservar y ejercer la identidad cultural de los pueblos y ser una alternativa de ocupación sostenible, usando recursos naturales propios y creatividad, con lo que se obtienen recursos y divisas para superar la pobreza; punto de vista opuesto a la visión que tienen los países industrializados como Alemania (que tuvo como representante a la Prof. Ursula Tischner), sobre la artesanía; pues, la consideran sólo una alternativa para dar ocupación a minusválidos y desplazados, ya que sus economías de producción manufacturera son de gran escala y allí no hay lugar para la pequeña y micro producción manual, artesanal.
Nos sorprendió saber que tanto en China (Tibet) como en la India, millones de personas son ocupadas en la producción artesanal. Yo mismo comprobé este acierto en el Japón.
El Sr. Kumar, fue más allá al involucrar el concepto de salud y trabajo saludable para el artesano, en razón a que no se le puede extenuar con pedidos de volumen desmedido que afectarían su bienestar y salud al tiempo que disminuiría la calidad de su trabajo. Abogó por el uso de máquinas simples que ayudarían a multiplicar la producción sin dañar a la persona del artesano ni al medio ambiente.
Este concepto de “responsabilidad social y ecológica” viene unido al de “comercio justo” que es un valor ya regulado por los países europeos desde hace varias décadas, para evitar la especulación de los intermediarios; certificar que se produce sin explotar mano de obra infantil ni trabajo de presos, ni bajo injustas relaciones laborales.
En este forum se hizo hincapié en la importancia del tema del diseño y la adaptación a los cambios que el mercado global demanda y a la realización de procesos productivos “limpios” o “amigables” con el medio ambiente, así como el uso racional de los recursos naturales, justas relaciones de trabajo y equidad en la distribución de los recursos obtenidos.
Tampoco fueron ajenos temas como: productividad, identidad, género, cultura local, marca, certificado de origen, producto bandera, etc.
También se habló de valores agregados como: la mega diversidad biológica y cultural de nuestro país, que deben acompañar a la “comunicación” del producto a los consumidores finales, a través de folletería, hand tags, etiquetas, sellos, etc. En los que se debe informar sobre el origen, historia, mitos y leyendas; autores e identidad de los pueblos o talleres de donde provienen los productos artesanales o las artesanías propiamente dichas.
El Sr. Kumar ha prevenido que estamos en el camino del fortalecimiento y posicionamiento de la artesanía en el mercado mundo, y se espera que su demanda se vea multiplicada exponencialmente en los próximos años, para lo que debemos prepararnos y generar un sector líder de su propio desarrollo. Esta responsabilidad implica que todos los actores: artesanos, diseñadores, marketistas y funcionarios, deben trabajar bajo políticas de largo aliento y no sólo iniciativas pasajeras y asistencialistas.
Respecto de la CITES (Centros de Innovación Tecnológica para la artesanía) nos agradó que uno de los expositores de Turquía, valore en extremo esta iniciativa, diciendo que la debíamos compartir con los otros países del área, por su enfoque acertado y por sus logros; aunque muchas Cites como la de Sicuani, hasta hoy no ha podido funcionar, y son humildes los logros para el volumen de inversión que estos representan. Al respecto, otro expositor, Sr. Germán Freyre, representante de la empresa privada ha alertado que “existen proyectos estatales en los que se invierte 40 millones y se saca 10” y se los presenta como exitosos. Lo que no ocurre en la actividad privada pues los proyectos se miden por los resultados y no por cantidad de papel impreso en los informes o por la propaganda. Bien sabemos que el papel aguanta todo.
Nos interesaron iniciativas como las del proyecto “Recurseando”, novedoso e innovador en el reciclaje; los proyectos de Concytec, que convirtieron, con un poco de ingenio, los desechos industriales en rentables oportunidades de negocios. Fueron valiosas y aleccionadoras las intervenciones de la Sra. Madeleine Burns, Directora Nacional de Artesanía; las doctoras María Luisa del Río Mispireta y Victoria Bedoya del CONAM; el Dr. Haoming Huang, de China; el diseñador Ricardo Geldres; Vladimir Kozharnovich de ONUDI, Dr. Luis Repetto Málaga Director del Museo Riva Agüero del la PUCP; Emilia Bustamente del PNUD; los arquitectos Iván Macha y Javier Ponce Bueno, Ing. Alfredo Oliveros D. de CONCYTEC; Soledad Mujica del INC; Hugo Gonzáles de INDECOPI; Josefa Nolte; Josefa Paredes, Elizabeth Taboada y Germán Freyre; Dra. Agnes Franco, Dra. Mara Seminario de PROMPERU; Isaías Flores de la CITEs de Mincetur; Luis Cueva del Consejo Regulador de Chulucanas;
A propósito del publicitado “Concurso a la Innovación Artesanal, 2007”, promovido por Mincetur, desde luego con las mejores intenciones y con la inteligente dirección de la Dra. Madeleine Burns. Debo decir en honor a la verdad que no nos pareció ético que los concursantes del sector privado: artesanos, artistas, investigadores libres y pequeños empresarios, -que de hecho sólo cuentan con sus propios recursos, siempre escasos-, compitan en condiciones de desigualdad con las CITES, que, además, son proyectos promovidos por el propio ministerio, que en el certamen resulta siendo juez, parte ¡y parte ganadora! de su propio concurso. Señalo este punto, con el único afán de contribuir al perfeccionamiento futuro de esta iniciativa; quizá, estableciendo categorías, para que no se dé la impresión de que los participantes privados sean sólo la comparsa anónima de una farsa.
También, nos parece excesiva la sobre valoración que desde Mincetur se hace de la cerámica de Chulucanas, al convertirla en “Producto Bandera”, con “denominación de origen”, etc., olvidándose de las otras expresiones cerámicas de un país diverso y pluricultural como es el Perú. Uno de los funcionarios -que actuó de conductor, locutor y propagandista, evidenciando una voluntad de direccionamiento en la premiación de los proyectos concursantes-, decía que era el rescate de la cerámica Vicús, seguramente aludiendo a la técnica del ahumado, el engobe bruñido, etc.; pero, no dijo que el diseño original fue tomado de la artesanía africana -que usa el marfil y el ébano-, (y ha olvidado que fue trabajo del convenio ADEX-MSP, con la visionaria y apasionada labor de Javier Escandón); que ahora las formas son completamente modernas, con colores contemporáneos tomados de la escuela minimalista europea o norteamericana; que es una artesanía “innovada”, decorativa e influida por las tendencias del mercado y muy bien adaptada al “gusto americano”; lo cual es, precisamente, su verdadero valor y la causa de su éxito comercial; pero que no se diga que es el rescate de la cultura Vicús, ni mucho menos la única cerámica con identidad peruana y de bandera.
Chulucanas, es un acierto en los negocios y ha generado ingente riqueza a unas cuantas empresas exportadoras y es una realidad, que todavía coexiste con la pobreza extrema de sus artesanos, a los que no ha llegado aún la “justa distribución”; por ejemplo, en el pueblo de La Encantada.
Amigos de Mincetur, cerámica bien peruana y no sólo ornamental sino utilitaria, hay en el centro, sur y oriente del Perú y reclama, también, vuestro concurso, ya se trabajó muchísimo con Chulucanas y ahora es necesario brindar el mismo apoyo e interés a las otras manifestaciones cerámicas y artesanales.
El hecho extraordinario de que el Forum, el concurso y la exposición de productos artesanales peruanos sean acogidos “patrióticamente” en este mes de julio, en Lima, por el Museo de la Nación y entidades privadas de alto nivel como Saga Fala Bella (con su exposición “Perú hecho a mano”) y Ripley, es porque ahora se trata de productos artesanales de alta calidad, que han costado años de esfuerzo y sacrificio a los artesanos y a las entidades de apoyo y fomento.
De esta manera podemos constatar que estamos ante un “boom” o el triunfo de la artesanía peruana en el medio más difícil: Lima, -que siempre fue hostil y prejuicioso contra lo indio y lo cholo; ya González Prada, Mariátegui, Basadre y Arguedas, en sus tiempos, fustigaron este carácter-, y se augura un salto en el desarrollo hacia la conquista del mercado mundial.
Para contribuir con ello es necesario el aporte y el consenso de los entes privados y públicos: Se requiere una amplia visión de futuro, sana ambición, generosidad e inteligencia y, sobre todo, una nueva cultura asociativa, permeable a la crítica y la autocrítica. Qué más se puede pedir si las condiciones se nos muestran favorables, el mundo entero ha votado –On line y “democráticamente”- por Machupicchu como una maravilla y eso debemos capitalizar en favor del ser humano que habita nuestra patria
Se ha convenido en este Forum que debemos producir usando procesos que no afecten al medio ambiente y que contribuyan con el bienestar social, la superación de la pobreza, practicando la responsabilidad social, etc., para no aportar con el calentamiento global por emisión de sustancias nocivas. Sin embargo, el efecto invernadero que es causado por los países industrializados es sufrido y pagado por los países pobres a un precio demasiado alto. Nos han explicado que está previsto un cambio climático drástico, catastrófico y la mayoría de las víctimas serán de los países pobres.
Iván Macha, otro de los expositores, esclareció el hecho de cómo la sociedad ha devenido, peligrosamente, del colectivismo a un individualismo exultante, grosero y agresivo para con el desarrollo del propio ser humano y la conservación de su entorno natural. Esta cultura, moderna, capitalista salvaje, es la que pretende arrebatarles la amazonía a las etnias que la conservaron en equilibrio hasta hoy día, usando racional y armónicamente sus recursos. Macha explicó el concepto de Pachacamaq o dios tutelar andino, como el principio de la dinámica de regulación entre el hombre y la naturaleza, que recientemente, la “post-modernidad”, pretende “descubrir” como parte de su discurso de distracción (o el desencanto post moderno).
También explicó que en nuestra política impera el engaño y la viveza criolla o “pendejada” que se traduce en la estafa que realizan los dueños del poder con las oportunidades de reivindicación colectiva de los pueblos.
Irresponsablemente, en cada gestión gubernamental, se inicia todo, nuevamente, desde cero, sin dar continuidad a lo realizado por las generaciones o gobiernos pasados, y se aplican, a raja tabla, métodos y modas en el discurso, hasta en la jerga especializada, sin lograr que, en la práctica, se vertebren cadenas productivas ni equipos técnicos que bien podrían revertir las cosas desde el mismo espíritu y con una actitud mental positiva y pragmática. Antes, fue el cuento de la sustitución de exportaciones, calidad total, reingeniería, gestión ecológica; ahora, se habla de sostenibilidad, medio ambiente y justa distribución o responsabilidad social. Todo eso lo practicó y lo sigue practicando el mundo andino: nuestra cultura, que abarca, -como dice la Dra. Rowstorowski-, costa sierra y selva. Y, como dijera Mario La Riva, -un amigo analista de nuestra realidad-, en una tertulia cusqueña: “En el territorio peruano tuvimos como diez mil años de vida exitosa sin necesitar programas de asistencia técnica internacional. Y ahora, con esos programas, somos cada vez más pobres”.
Ese último día del Forum, Rubén Baldeón, -otro trabajador apasionado e incansable del tema artesanal-, nos comunicó de la aprobación de la Ley del Artesano y del desarrollo de la actividad artesanal, en el Congreso de la República.
Dice esta Ley en su Artículo 1º.- OBJETIVO DE LA LEY:
“La presente Ley establece el régimen jurídico que reconoce al artesano como constructor de identidad y tradiciones culturales, que regula el desarrollo sostenible, la protección y la promoción de la actividad artesanal en todas sus modalidades, preservando para ello la tradición artesanal en todas sus expresiones, propias de cada lugar, difundiendo y promoviendo sus técnicas y procedimientos de elaboración, teniendo en cuenta la calidad, representatividad, tradición, valor cultural y utilidad, y creando conciencia en la población sobre su importancia económica, social y cultural”.
Artículo 2º.- FINALIDAD.
“Son fines de la presente Ley promover el desarrollo del artesano y de la artesanía en sus diversas modalidades, integrándolos al desarrollo económico del país, facilitar el acceso del artesano al financiamiento privado, mejorar sus condiciones de productividad, competitividad, rentabilidad y gestión en el mercado, fomentar la formación de artesanos y la divulgación de sus técnicas, desarrollando sus aptitudes o habilidades. Y recuperar y promover las manifestaciones y valores culturales, históricos y la identidad nacional, con el fin de hacer de la actividad artesanal un sector descentralizado, económicamente viable y generador de empleo sostenible”.
Este marco legal, si alcanza su pronta reglamentación y aplicación, está llamado a impulsar la actividad artesanal peruana del siglo XXI y esperamos que esté a la altura de la época y sea la herramienta que permita colocar al arte del pueblo del Perú como otra maravilla del mundo. (jgutierrezsamanez@yahoo.com, www.kutiry.org)
Nota.- El autor agradece los datos aportados por los participantes Ing. Celso Suma Quispe y el diseñador Pierre Vidal Letona.
(*) Artesano, artista plástico e ingeniero químico cusqueño, galardonado en España, con el Premio Tenerife a la Investigación de la Artesanía de España y América, 2006. http://premio-artesania-tenerife-2006.blogspot.com/
EL PINTOR Y MUSICO FRANCISCO GONZÁLEZ GAMARRA
Escribe: Julio A. Gutiérrez Samanez
Hablar de Francisco Gónzalez Gamarra, es hablar del pintor cusqueño que logró mayor trayectoria, notoriedad internacional, mayores galardones y trascendencia en la vida republicana del Cusco.
González Gamarra nació en el Cusco el 4 de Julio de 1890, hijo de una familia acomodada de artistas. Su abuelo don Francisco González, fué un famoso ebanista y pintor, igualmente su padre don Tomás González, casado con doña Eufemia Gamarra Saldívar, fue un pintor que también tuvo sus méritos. La familia vivía en el Palacio Inca de Hatunrumiyoc donde nació el artista.
Desde muy niño el ambiente familiar lo aficionó a la pintura y a la música, hizo estudios secundarios en el Colegio de Ciencias donde tuvo como condiscípulo al historiador Luis E. Valcárcel; realizó sus estudios superiores, primero, en la Universidad San Antonio Abad y, después, en Lima en la Universidad de San Marcos, donde se graduó de Bachiller en Letras con la tesis “El Arte Inca”.
EL PINTOR
Ya en Lima trabajó como caricaturista, en la famosa revista “Variedades” dirigida por el escritor Clemente Palma, hijo del tradicionista Don Ricardo Palma, allí conoció al pintor y crítico de arte don Teófilo Castillo quien elogió su alta calidad artística y se convirtió en el mentor de este joven y privilegiado talento.
En 1915 viajó a los Estados Unidos a la mayor metrópoli del mundo moderno, Nueva York, hastiado de la asfixiante bohemia limeña. En la gran ciudad lucha con energía para lograr una posición en el mundo del arte y logra hacerse dibujante de una de las mayores diarios del mundo “El New Times”, triunfando también como retratista excepcional. Uno de sus trabajos, el retrato del Cardenal Belga Joseph Mercier fue publicado en el “The New York Herald Tribune” a todo color y en doble página, suceso este calificado por Teófilo Castillo como “un triunfo formidable, el más alto alcanzado por un artista peruano”.
González Gamarra expuso sus obras en las galerías de arte siguientes: South-west Indian Hall, del American Museum de New York en el Avery Architectural Hall de la Universidad de Columbia, en el Instituto Smitheoniano de Washington D.C. y una exhibición de sus obras en la sociedad de Acuarelistas de Nueva York. Su obra fue acogida favorablemente por la crítica especializada en diarios y revistas estadounidenses. En ella representaba bellas composiciones alusivas al pasado incaico valiéndose de sus profundos estudios de la indumentaria inca, basados en los hallazgos arqueológicos y en los monumentales vestigios arquitectónicos de su tierra natal, sus composiciones como : El Inti Raymi, Willca –Uma, el Inca, Inti Muchay, etc. Reviven escenas del fastuoso imperio andino.
Sus acuarelas mostraron la belleza de las estampas costumbristas cusqueñas, las procesiones religiosas como el Corpus, el Lunes Santo, los personajes, las mestizas, las fiestas indígenas, etc. Mostraron un mundo de encanto y colorido desconocido por el público yanqui.
En 1924 González Gamarra viajó a Europa y se consagró en París, presentando sus óleos en 1926 y en 1927, participando en el Salón Nacional.
En medio de la decadencia del arte occidental y cuando los “Ismos” surgían como hongos sobre el guano, el arte de González Gamarra fue acogido con entusiasmo. El gran pintor español Ignacio Zuloaga acudió a felicitarlo personalmente.
Luego de estos rotundos triunfos en las capitales de la cultura y el arte como Nueva York, París, Roma, Florencia, etc. El artista retornó a su patria en 1928, el gobierno lo galardonó con la Orden del Sol, y el artista ofreció una gran exposición en los salones de la sociedad “Entre Nous” la misma que fue su apoteosis.
Pero no todos sus críticos coinciden en ensalzar su obra magnífica; los indigenistas, con mayor sentido realista, le reclaman el aspecto social porque el gran pintor de la “Resurrección multicolor del Cusco Inca” olvidó o no dejó traslucir en sus telas la miseria del indio contemporáneo, no pintó a los infelices colonos que, como en su hacienda anteña de Andenes estaban siendo sometidos y explotados, tampoco pintó, con tantos recursos plásticos con que contaba, la tiranía con que los incas debieron someter a sus vasallos sublevadizos; pintó, en cambio, temas de interés histórico como las fundaciones españolas de Lima y Cusco, las batallas y los generales participantes en la independencia y, por encargo, a los multimillonarios banqueros norteamericanos y a las damas y señores de la aristocracia limeña. En suma, pintó a los “ccapac” o ricos de ayer y de su tiempo y se olvidó de los “huacchas” o parias de estos y de aquellos tiempos.
Otros, en cambio, apologistas del “modernismo”, para minimizarlo y regatearle lauros, le critican el no haberse contagiado con el síndrome del abstraccionismo y arte-purismo que de modo servíl importaban, con gran pompa, seudo pintores de esos días, caídos en el muladar de los ismos. Pero nada de esto desdice ni desamerita su obra estética peruanista de finísimo estilo. Por que el arte, aún que, como superestructura, supone ideología, es, ante todo, oficio, artesanía, dominio de los medio, instrumentos, materiales y herramientas, hasta el virtuosismo.
El pintor González Gamarra recibió el Premio Nacional de Cultura “Ignacio Merino” en 1944; fue también Director de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Es autor y creador de la iconografía más difundida y aceptada del Inca Garcilaso de la Vega y del famoso Juan Espinoza Medrano “El Lunarejo”.
EL MUSICO
Considerando como uno de los “Cuatro Grandes de la Música Cusqueña”, Gonzáles Gamarra brilla con luz propia en esta faceta de su talento educado en el aristocrático y culto ambiente familiar.
Fue discípulo del maestro José Castro quien canalizó su inquietud creadora. Publicó en 1935 un álbum titulado “Qosqo” con una bella composición a “Machupicchu”; compuso una importante obra titulada “Preludio” y algunas suites inspirados en su tierra natal, en su historia y costumbres, trabajos que fueron ejecutados por la Orquesta Sinfónica Nacional.
Ganó el Premio Nacional de Cultura “Dunker Lavalle” en 1950, que lo consagró como eximio Compositor. La Municipalidad del Cusco durante el periodo del Dr. Daniel Estrada, se publicó sus obras en la excelente compilación titulada “Antología de la Música Cusqueña” dedicando varias páginas a la vida y obra musical de González Gamarra. Algunas de sus obras más representativas figuran en la edición discográfica de esta Antología.
Un álbum de dibujos a pluma y unas partituras publicadas en Lima junto con copias manuscritas de partituras y revistas pertenecientes al gran maestro, rescatamos, hace poco, con agradable sorpresa, en el baratillo cusqueño.
El gran artística de la paleta y el pentagrama cusqueño falleció el 15 de Julio de 1972 en Lima y sus restos no han sido traídos a la tierra que lo viera nacer, y a la cual dedicara los frutos de su talento.
BIBLIOGRAFIA
1. “Sesenta años de Arte en el Qosqo”. 1994., Julio G. Gutiérrez Loayza.
2. “Semblanza de los Cuatro Grandes de la Música Cusqueña” Por Luis Angel Aragón” El Sol, Cusco 28 de julio 1959.
3. “Francisco González Gamarra” artículo publicado en El Sol” 28 de julio 1972 en la columna Balcón Cusqueño de Max Galdo con el seudónimo de Mac Cervantino.
4. “Pintura Contemporánea en el Cusco” Ángel Avendaño Farfán.
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EL SANTURANTICUY, FERIA DEL ARTE POPULAR CUSQUEÑO
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Los orígenes del SANTURANTICUY o feria navideña del arte popular cusqueño, se pierden en la historia. Investigadores sociales como los doctores Abraham Valencia, Luis Barreda y Jorge Flores Ochoa, dicen que tradicionalmente, los artesanos alfareros del Collao, en la época incaica, trían, entre las vasijas, tinajas y ollas, objetos pequeños con formas de llamas, alpacas, etc., como objetos rituales u ofrendas para propiciar la fertilidad del ganado o de la tierra; miniaturas como idolillos que representaban a Tunupa o dios aimara de la abundancia. Objetos que intercambiaban en trueque con productos de la región, esta actividad al parecer se hacía en la plaza de Haucaipata, en especial, en la zona de la actual calle Triunfo, que en la época de la conquista española se conocía como calle de los Collas. Esta es la razón por la tradicionalmente, en la parte del atrio de la catedral que conduce a la calle Triunfo, hasta día hoy, se posesionan los artesanos de Pucará, Santiago de Pupuja y Domingo Choquehuanca. Los abalorios y ofrendas sagrados devinieron con la cristianización en juguetes o “pujllanas” para el niño dios, y se integraron a la costumbre española de “armar” los nacimientos.
De esta manera se habrían entroncado dos grandes tradiciones culturales La tradición pre-inca que venía desde la antiquísima cultura Tiahuanaco, la cultura incaica y la occidental, manteniéndose una continuidad que ha servido de sustrato para el nacimiento del arte mestizo cusqueño.
Como centro ceremonial de primer orden de la antigüedad andina, la plaza cusqueña debió ser lugar donde se desarrollaban esos juegos propiciatorios que se ven en las ferias llamadas alasitas en el Collao y en las festividades religiosas de Qoyllorit’i y del Señor de Huanca
El antiguo Tunupa o Tunapa y el dios que aparece en los ceramios mochicas, era una divinidad representada por un hombrecillo andrajoso y piojoso, que estaba adornado con frutos y mazorcas de maíz, se convirtió, con el paso del tiempo en el “Ekeko”; la antigua konopa de piedra o arcilla se trocó en el torito de pucará, el gallo, o el caballo, y así, aquella tradición milenaria perseguida y “extirpada” en otras regiones, encontró cómodo asiento en la feria del “Santuranticuy” que etimológicamente significa “compra de santos”, es decir divinidades.
Se sabe que la tradición cristiana de armar los nacimientos venía de Italia y España, donde los artesanos realizaban escenas del nacimiento del niño dentro de baúles especiales de madera, los que se abrían y exponían para la noche buena. El artesano indígena pudo explayar su imaginación sin límite alguno, creando las imágenes sagradas, del “misterio de la concepción”, el pesebre, los reyes magos, los pastores, los animales, angelillos, etc. Y, el nacimiento salió del baúl para armarse en habitaciones íntegras, en iglesias, conventos y casa particulares. A ello se agregó el uso de leños, musgos, salvajina, ichu, piedras de formas agradable, etc., para recrear el poblado de Belén, donde naciera Cristo..
La más antigua alusión al “Santuranticuy”, que hemos podido encontrar data ya del periodo republicano, y es del diario de la visita del presidente Orbegoso al Cusco, en diciembre de 1834, un diario escrito por el padre José María Blanco, quien dice lo siguiente: “En la pascua de navidad forman sus nacimientos en casi todas las casas comprando en el día de la noche buena de las gradas de la catedral, los pastores y figuras de pasta, que en ese día venden con mucha baratura los oficiales que las trabajan, los que desde las seis de la mañana las cubren con ellas de un extremo a otro. Aquí también compran las pajas para cubrir el portal, las champas, que las venden a medio, y el Uco-urco, que son hermosas ramas labradas por la naturaleza en figura de cubos”.
No he podido determinar cual es el Urco urco, ni en el artículo que el destacado botánico Dr. César Vargas escribiera para la revista “Wamán Puma” en diciembre del 43, dando una larga lista de las especies vegetales que los campesinos traen a la venta para el Santuranticuy.
En 1937, esa feria única del sincretismo andino, ya desfallecía, sólo se realizaba en el atrio de la Catedral, como nos lo cuenta don Santiago Rojas, el más antiguo artesano cusqueño y paucartambino, que, continuamente, por siete décadas viene exponiendo sus bellísimos trabajos. Él y su hermano Abraham habían venido desde su poblado natal trayendo como novedad, no sólo los pastores en miniatura, sino, también escenas de conjuntos de bailarines de la festividad de la Virgen del Carmen, que tuvieron mucho éxito; pues, fueron adquiridas y premiadas por el Instituto Americano de Arte, entidad cultural que inauguraba sus actividades bajo la presidencia y aliento del sociólogo Uriel García Ochoa, con la finalidad de promover una estética peruana recuperando la tradición y potenciando sus posibilidades, como reza en los primeros números de la Revista de esa institución, donde escritores como Julio G. Gutiérrez, Roberto Latorre, Víctor M. Guillén o Luis Felipe Paredes, se ocuparon de esta feria, y en general de la valía e interés del arte popular cusqueño.
Es al calor de esa institución que fijó los ojos en el talento popular, que se promocionó a artífices imagineros como Hilario Mendívil, cuya amistad fue frecuentada por Sabogal y Pablo Neruda; Edilberto Mérida, creador de la escultura cerámica denominada “grotesca” que ha merecido el reconocimiento internacional y un doctorado honoris causa, el maestro Antonio Olave, discípulo del gran imaginero Fabián Palomino, quien ha perfeccionado las antiguas técnicas del dorado y estofado hasta obtener obras de belleza insuperable. Son familias y generaciones íntegras de artesanos como los Béjar, Latorre, Follana, Aller y Estrada, que son imagineros; los Pareja, Gutiérrez, Tupa Llavilla, Ventura, ceramistas; los descendientes de la Sr. Rosa Moreno, artífices en cerería; las familia Cachi, Ormachea, plateros y orfebres; Nemesio Villasante, Santiago Rojas y los descendientes de ellos en escultura y mascarería; Alex Martínez en imaginería con escenas humorísticas; trabajos en palo de fésforo, piedra pizarra, serpentina, etc. Sin olvidar a los anónimos artesanos que hacen los vestidos para el niño, que son joyas de bordaduría, los que construyen primorosos pesebres de leños viejos, líquenes y paja brava, los que trabajan en hojalatería, piedra y madera talladas, hacen del Santuranticuy una feria extraordinaria, una explosión del talento y la creatividad de este pueblo milenario; una festividad que todavía no ha sido dañada por el turismo y el mercantilismo pues, por su fecha especial, 24 de diciembre, hace que sólo se realice, prácticamente, para cusqueños.
Felizmente, la Municipalidad Cusqueña, a través de Emufec, ha normado la participación en esta feria, priorizando la presencia de los artesanos tradicionales y ha creado otros mercados para la venta de objetos foráneos, mercaderías común, alimentos, bebidas y materiales naturales traídos por los campesinos, pues abarrotaban la plaza, desvirtuando el contenido tradicional de esta feria.
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EPOPEYA DE LOS DIOSES ANDINOS
50 MITOS, LEYENDAD Y OTRAS NARRACIONES
UN LIBRO DE SALUSTIO CONCHA TUPAYACHI
Escribe Julio Antonio Gutiérrez Samanez.
Con mucho agrado hemos leído la obra EPOPEYA DE LOS DIOSES ANDINOS del escritor Salustio Concha Tupayachi, un peruano nacido en el soleado Valle Sagrado de los Incas y que creció recogiendo mitos leyendas y cuentos de las abuelas y los taitas de su tierra, como dice Luis Castro García en el prólogo.
Tarea gratísima el recopilar y rescatar del olvido la riquísima cultura oral de su pueblo, que se suma a las obras realizadas por estudiosos como el padre Jorge Lira, autor de Isicha Puito y muchas historias añejas de este valle de privilegio; igualmente, cabe recordar la bellísima obra del padre Maximiliano Rendón: “Cuentos y Leyendas del Valle Sagrado de los Incas”; los libros de Luis E. Valcarcel: “De la Vida Incaica”, “Tempestad en los Andes” y muchos otros trabajos que se me escapan de la memoria como: “Cuentos Cusqueños”, “Vale un Perú” de Manuel E. Cuadros Escobedo; los cuentos de los escritores Lisandro Caller, autor de la novela “Qori Champú”, José Angel Escalante, Roberto Latorre Medina, Roberto Barrionuevo Navarro, Román Saavedra, etc., que tratan de temas agrarios, mitos y leyendas de esta zona. No podríamos olvidar a la autora de “Aves Sin Nido”, nuestra gran paisana, sin duda la intelectual peruana más importante de la historia universal, Doña Clorinda Matto de Turner, quien en muchos de sus trabajos como: “Tadiciones Cusqueñas”, recogió mitos y leyendas de este ubérrimo valle del Vilcanota; también, tenemos a la mano la obra publicada por Doña Genara Elorrieta y los libros del tradicionista Ángel Carreño, los escritores Rubén Sueldo Guevara, Hernán Velarde, Alfonsina Barrionuevo, Ángel Avendaño, a los que se suma la pluma del ilustre calqueño Dr. Alcides F. Estrada.
La cultura de la región se ve incrementada y enaltecida con la publicación de este bello libro, muy bien cuidado, pues hemos encontrado muy pocas erratas, que aunque notables, no desmerecen el texto, por el contrario nos demuestran que es una obra humana y muy humana.
El imaginario andino, concretamente el de la hoya del Urubamba, en milenios de desarrollo ha creado toda una mitología que se trasunta en esta obra, desde la creación del Agua hija del Sol y la Luna, casada con la Tierra para engendrar a las plantas, animales y al propio hombre; como la historia del maíz, que brotara de las tumbas de dos amantes, uno mortal, que fungía de pescador de la laguna de Yanakocha y la otra divina, pues era hija del Sol y la Luna, y que, al infringir las estrictas normas celestiales, muere junto con su amante, dejándonos el maíz blanco que recuerda el albor de la luz selenita y el maíz amarillo a la blonda cabellera solar. De cómo el ratón Hukucha, enviado por el dios Antakillka, fue hasta el cielo para traer la semilla de la papa en su propio vientre.
Epopeyas guerreras ocurridas entre Tampus, Mascas, Maras, hijos del dios Paquarina, que se trensaron en feroces combates para fundar el Cusco, con la intervención de los Apus como el Pachatusan, el Wanakaure y otras montañas que les conceden las semillas de la papa y el maíz. En imaginario viaje al pasado recóndito vemos a los Poques y Lares luchando contra Manco Kapaq por la posesión del Cusco.
El autor nos cuenta, paso a paso, la historia del desafío de dos enamorados que debían llevar el agua hasta las propiedades de Urko Waranka, para recibir en recompensa el matrimonio con su bella hija, pero ella ya amaba en secreto al contrincante que salió desfavorecido en la justa, por lo que tuvo que fugar. Sahuasiray y Pitusiray, fueron petrificados en la agreste montaña de Calca por haber burlado la autoridad paterna. Estos monolitos pueden verse claramente desde Wayllabamba y Wayokhari. En ese lugar, no hace mucho, se descubrieron extrañas sombras gigantescas en las montañas, en las que aparecen siluetas de un inca, una ñusta y un otorongo. Tal y como describe el cronista indígena Guamán Poma en uno de sus dibujos.
Salustio Concha Tupayachi, nos habla de los por menores del derrumbe de la montaña Yawarmaki a causa de un crimen execrable en el caserío de Qosqo kawarina.
El autor narra sobre los legendarios sitios de Wayokari donde este dios andino, que vivía en unas extrañas lagunas envió, al principio de los tiempos, grandes aves que sembraron el maíz blanco, el maíz amarillo y la papa en los parajes de Urquillos, Kalka y Paucartambo. Dice que hace miles de años salieron de Kellokocha hombres gigantes (wayokharis) cubiertos de salvajina y que dejaron sus pinturas rupestres en Wawayoq rumi. En las alturas agrestes de Wayo khari, esas míticas lagunas, todavía esconden amores perdidos y tesoros inimaginables.
Toponimias como Arín y Huarán que recuerdan nombres de los titanes gemelos Hariyoc y Warayoq que trataron de salvar los tesoros de los incas cuando eran hurtados por un español avaro que había seducido a la ñusta Qolque Sonqo, hija de Wayna Kapaq. Cuando la mujer, empujada por ese español, cayó al río Katachillay y quedó convertida en piedra.
A su turno, enardecidos amantes engendraron monstruosos seres; bellas mujeres raptadas por cóndores o por osos, trajeron al mundo hijos híbridos; amores incestuosos de un hombre que cohabitaba con su madre y su hermana, y que huyó a Quillabamba con sus amantes convertidas en feroces animales que comían niños, trajo, como castigo, el terrible mal del Chuqcho o terciana que diezmó la población valluna.
Trágicos hijos de los reyes incas que en su perdición crearon las lagunas gemelas Huaypo y Piuray. Dolorosos episodios de amores traicionados a un inca por una bellísima mujer mochica, que al ser descubierta embarazada de otro hombre fue lanzada a la laguna de Wachaq en Yucay. De cómo se desenlaza la tragedia en los amores furtivos de una Qoya o princesa prometida de un Inca y un hombre común que prefiere huir con la confidente de aquella, llamada Lamay. Esos nombres quedaron en dos pueblos de este valle.
De cómo los constructores de fortalezas o Tanqaq, titanes de la raza de bronce, encargados de construir las fortalezas del Inca se plegaron al levantamiento de Ollanta dejando inacabada esa fortaleza incaica del pueblo de Tampu.
Las guerras dinásticas de los primeros pobladores de la región incaica, los Ayarmacas del poderoso Tocay Cápac, amedrentaron a los Wayllacanes quienes ofrecieron a la bellísima Mama Micay para que los dejasen en paz, pero Inca Roca el principe cusqueño se enamoró de ella, la desposó y tuvo un hijo. El joven vástago fue raptado por los Ayarmacas con el objetivo de asegurarse la paz y no ser sometidos a vasallaje en guerra. Cuando fue devuelto el niño, emocionado de ver a sus padres había llorado sangre.
Tantas historias se pueden leer en este libro, que es una recopilación y recreación que nos recuerda a los poemas del legendario Homero, aeda ciego de los helenos; las narraciones bíblicas de Pentateuco o los poemas indios del Mahabharata y el Bhagada Gita; las narraciones celtas que hablan de druidas, duendes y magos.
Entre líneas de estos relatos, como en un escrito palimpsesto, es decir un antiguo escrito borrado sobre el que se volvió a escribir, se pueden encontrar revelaciones de hechos reales históricos y prehistóricos.
Un detalle importante es que el autor buscó el concurso de un buen corrector de estilo, en este caso, el Sr. Nelson Coronel Mariño, de allí la calidad del texto.
La fantasía indígena y mestiza, entremezcladas, nos entregan abiertas las venas discurriendo la sangre de nuestros ancestros, en la esperanza de que al beberla, como en un manantial de la eterna juventud, rejuvenecerán nuestras letras, artes y ciencias, y que, al viejo y añoso árbol de Chachacomo de nuestra cultura, le nacerán nuevos brotes remozados que han de dar mejores frutos en el porvenir.
Saludo al autor con optimismo, lo felicito efusivamente, creo firmemente que es así cómo se debe construir la patria, desde el fondo de sus raíces inescrutables.
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ESTÉTICA Y PRODUCCIÓN ARTÍSTICA EN EL CUSCO
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
El Instituto Americano de Arte del Cusco fue fundado el 5 de octubre de 1937, con la finalidad de fomentar las investigaciones estéticas, la protección y conservación de los monumentos culturales y la promoción y difusión de la cultura y el arte contemporáneos. En su acta fundacional, uno de los ilustres suscritos, el Dr. Alfredo Yépez Miranda, escritor y jurista, para reforzar la tesis de la necesidad de recuperar y preservar la identidad cultural cusqueña y los valores monumentales y artísticos, dijo estar de acuerdo con la creación de esta institución “porque considera que a falta de una constante preocupación en servicio de dicho arte, incluso en música, se despersonaliza rápidamente lo nacional, pues él ha tenido oportunidad de observar que en el campo los indios mismos silban músicas exóticas, fox, one steps, etc” Para el Dr. Yépez, esta era la manifestación de la descaracterización de la cultura indígena, entendida como la matriz, el alma o médula de “nuestra” cultura mestiza, por lo que había que actuar para que el “indio” vuelva a su isla cultural, su folklore y sus costumbres, tan antiguas y únicas, sin sufrir contaminación con los “virus” culturales extranjeros.
Resulta que juzgando con criterios de hoy -cuando asumimos a todas las culturas como “mestizas”, es decir, resultados o mezclas de mezclas culturales, préstamos y hasta apropiaciones de elementos culturales-, la cultura indígena (aún en 1937) era ya una cultura mestiza, pues se bailaba “Contradanza” (de origen español), Negrillo o Capaq negro (de origen colonial) y el poblador indígena usaba “tabla casaca”, poncho chullo y montera. Entonces, era natural que comience a “silbar músicas exóticas”. Al tiempo que, por esos años de la primera mitad del siglo XX, las creaciones de música mestiza fueron: Valses, fox incaicos, etc., junto con los yaravíes y huaynos, y no causaban crítica alguna de parte de los intelectuales.
El tema, me parece que ejemplifica una forma del subjetivismo estético en cuanto a la experiencia estética y la captación o contemplación de la belleza (o la fealdad), lo que obedece más a patrones estéticos del sujeto que al objeto mismo: “El objeto bello no lo es por que hay algo intrínseco, inherente a él que le confiere belleza sino ... el sujeto lo experimenta de cierta manera y es esta manera de experimentar lo que lo hace aparecer como bello”, (dice el Dr. Francisco Miro Quesada ). O es lo que lo hace detestable, por inauténtico, en el caso del ejemplo que comentamos. Hume filósofo agnóstico e irracionalista pensaba que la belleza no estaba en el objeto sino en la reacción subjetiva ante él.
En suma, era inadmisible que el “indio” esté silbando músicas exóticas, teniendo un acervo propio de bellas melodías.
Qué diría, ahora, el recordado y venerado maestro del indigenismo y cusqueñismo Dr. Yépez Miranda, al constatar que la “indiada” y en buena cuenta todos los peruanos, en especial los de las clases “bajas”, dominadas y desposeídas, cantan y bailan la cumbia, el rock; las toadas, bailantas, baladas, “perreo chacolanero”, etc., en mezcolanza con el huayno, que es lo que conocemos como música “chicha”, “tecno cumbia” o cumbia andina.
Ante la contundencia de la propaganda masiva en los medios de comunicación globalizados, que imponen formas descaracterizantes, poco pudieron hacer los intelectuales puristas, pues, el folklore indígena de esas épocas ha quedado en los informes científicos y en algunas estampas y danzas captadas por entidades como el Centro Qosqo, las mismas que se ofrecen hoy como mercancías o productos turísticos, al visitante extranjero. El profiláctico ideológico no pudo impedir el contagio y el “virus” cultural ha calado en todo el organismo.
Siguiendo los conceptos de la concepción subjetivista en la estética, el hecho de que muchas personas encuentren bello o no bello algunas manifestaciones artísticas, se debe a la existencia de una estructura sicológica común a todas ellas, lo que hace que capten y reaccionen de modo parecido, sólo diferenciados por variaciones de humor o temperamento. Como esta estructura va cambiando, cambian los parámetros y los gustos. Y nosotros a fuerza de festivales, Cds piratas y emisoras que los propalan todo el día, hemos terminado aceptando como “nuestro” la música de los “Shapis”, “Rosy War”, “Dina Paucar”, “Pascualillo” y “Chacalón”, etc., y las otras manifestaciones como las creaciones de origen indigenista: “Cóndor pasa”, “Vírgenes del sol”, etc., son relegadas a ser escuchadas sólo en las festividades del Cusco; o los criollísimos valses de Pinglo Alva, Chabuca o Polo Campos, etc., -que sirven, únicamente, para abrirnos el apetito a medio día- reviven cada 28 de julio o compiten en desventaja con el “Halloween” el 31 de octubre, terminaron siendo “músicas exóticas”.
Continuando con nuestra revisión de la Estética, encontramos el punto de vista del “Objetivismo”, según el cual todo objeto concreto, es bello, por que en su contemplación encontramos que su apariencia es lo suficientemente aproximada a su esencia o idea.
Al haber escuchado silbar “músicas exóticas” a los indígenas de 1937, el Dr. Yépez Miranda, pensó que estos se estaban alejando o degradando, peligrosamente de su esencia o de la idea de autenticidad e idoneidad cultural, del ideal que él tenía de ellos; y esa constatación, a priori, le hacía entender la actitud indígena como antiestética, detestable; podríamos decir, huachafa o cursi. Pero, Yépez Miranda estaba juzgando la actitud o el atrevimiento del indígena silbador; no, la música que silbaba ni la composición, ni el estilo, armonía, mensaje, forma o contenido de esas “músicas exóticas”. En tal caso, lo estético deriva en lo ético. ¿Debían silbar o no, tales músicas exóticas esos “indios”? el dilema nos obliga a tomar una posición para favorecer o limitar esa conducta. Mas, la producción estética al silbar una melodía (creación, reproducción, disfrute) no admite limitaciones, ni orientaciones; es, precisamente, la forma superlativa, acaso única, de la libertad.
Los descendientes de los indios de 1937, liberados de las ataduras feudales por la Reforma Agraria, y llevados por la necesidad a poblar los cinturones de pobreza en ciudades, como vimos, se divierten hoy bailando rock and roll y música chicha en las discotecas y pubs del Cusco; en los setentas fueron hippies y “bricheros”; pues, balbuceando inglés y tocando quena y charango enamoraban gringas; en nuestra época llenan los salsódromos, pubs, karaokes y llenan los coliseos y festivales. ¿Qué actitud tomarían ellos al reconocer los retratos de sus abuelos indígenas en las acuarelas de González Gamarra, Olazo, Fuentes Lira o en las fotografías de Martín Chambi?
Los indios de ahora dejaron la naturaleza, su estado inicial de partida, hoy viven en su “artificialeza” (para usar un feliz término del polígrafo Marco A. Denegri), a saber: libertad sexual, limitada por el temor al SIDA; la revolución informática, el internet y la globalización (o universalización del imperialismo cultural). El arrollador avance del sistema económico ha tirado al basurero muchos valores culturales supérstites de la feudalidad, la aristocracia patriarcal e inclusive burguesa, junto con los remilgos puristas de la intelectualidad conservadora que estuvo más preocupada en apuntalar ruinas, preservar momias, defender la pureza del quechua, sin darse cuenta que la expansión urbana actual ya ha invadido Sacsayhuamán.
Esto nos enseña que la apreciación estética no puede ser puramente subjetivista ni objetivista, ante un estado de cambio cuantitativo constante que, de vez en cuando, genera cambios cualitativos profundos como el cambio de época que estamos viviendo.
Es el medio social el que influye y este medio es renovado por los conflictos de intereses esencialmente económicos y políticos, en interdependencia con estos ejes es que giran las concepciones ideológicas y las apreciaciones filosóficas, éticas y estéticas. Todo individuo ocupa una posición en ese gigantesco engranaje o estructura social y, generalmente, piensa como lo determinan y manipulan los dueños del poder económico, que relativizan, a su medida y manejo económico, toda la condición humana. Vivimos, pues, convencidos que “así son las cosas”, sin preguntarnos si “así serán siempre”.
Esta es la preocupación de los estetas de la corriente sociologista, entre ellos los marxistas y los sociólogos del saber, pues, es evidente que la visión de la clase dominante es lo que finalmente se impone orientando los deseos, los gustos y las modas, en una dictadura totalitaria para afianzarse y perpetuarse en el poder.
De este modo se explican los visos de decadencia de la cultura dominante observados en el estilo de vida escandaloso o degradado de Hollywood o Miami, la doble moral del imperio decadente, que de una parte pregona la libertad (en estética: el artepurismo) y se muestra decadente en sus expresiones éticas y estéticas, al mismo tiempo que genera guerras de exterminio y conquista para apoderarse de recursos estratégicos y garantizar la supervivencia de un régimen social de despilfarro, destrucción de la naturaleza y explotación del hombre.
Este régimen tiene secuestradas a la ciencia, la tecnología y al propio arte, que es usado como un mero sirviente de la industrialización, un medio servil y mediocre de propaganda
Ante esta negra realidad, se alza y revela la sensibilidad artística, la inteligencia y el pudor humano. Entonces el artista se torna en crítico ácido que caricaturiza y anatemiza con ironía la realidad a la que se enfrenta; denuncia y desenmascara la hipocresía maligna de los poderosos traficantes de los medios de comunicación en la plástica con el cubismo, el abstracto, el socialrealismo, el surrealismo, el Pop-art, los happening e instalaciones. En todo se observa la inconformidad, la necesidad de crear otros mundos oníricos alternativos al mundo real, como oasis a donde puedan huir los creadores, consumidores o simples contempladores de la belleza o de la motivación artística.
Desde aquel indio silbador de músicas exóticas del Dr. Yépez Miranda, el nuevo indio cultivado y rebelde del Dr. Uriel García, al indígena de la aldea global de hoy día, que tiene todas las razas en su sangre y todas las culturas en su intelecto, se ha desarrollado un gigantesco salto cuyo denominador común es la masificación y la reducción de la cultura a un paradigma espúreo de dominación neo colonial.
De allí la descaracterización huachafa de la cultura popular, dominada y manejada por los medios y las mafias de poder; enmarcada en una cultura decadente (comparable a las Sodoma y Gomorra bíblicas) que nos muestran varones gays disfrazados de cholas, cantantes “chicha”, con los cabellos teñidos como rechazo a su auténtica choledad, con polleras de brillos de oropel y canciones melosas exentas de creatividad y buen gusto, plagios descarados de huaynos y baladas difundidas con el sólo afán avaro de acumular ganancias a toda costa. Tal es la estética de nuestra decadencia que es como un primitivo caldo de cultivo del cual, esperamos, salga, algún día, una expresión genial que voltee la tortilla.
Del mismo modo en la plástica, observamos que está poblada de experimentos y plagios de las modas y los “ismos”, cuando no, de simples mercaderías artesanales para el consumo turístico: acuarelitas con las mismas callecitas y cholitas con sombreros y q’epes, sentadas junto a sus llamitas, como haciéndose la “pichi”; óleos colorinches hechos casi industrialmente a lo Disney, con los despojos del indigenismo de Sabogal, Camilo Blas o Fuentes Lira. Es decir: “arte de a montón”, arte comercial. Como si los artistas se encontrasen desposeídos de creatividad y de entendimiento crítico de su medio ambiente y social. Ciegos y sordos, como gran parte de nuestros músicos que van envejeciendo en el plagio o “interpretación” y dudosos “arreglos”; casi todos domesticados por el mercado, explotados, sumidos en la pobreza material y espiritual, como decía Ángel Avendaño: “aclimatados en la mediocridad” viciosa.
No sé si esta crítica peque de estetismo subjetivista, objetivista o sociologísta pero, lo que deseo dejar en claro a nuestros “indios” que silban todavía tozudamente músicas exóticas, aburridos del folklorismo ramplón y el plagio de la música boliviana, y a los que no nos convence la melosa propaganda pro-yanqui de Gianmarco; es decir, a los indígenas (por ser individuos propios y auténticos de esta parte del Perú) que deseamos ver pinturas, esculturas o creaciones musicales extraordinarias y ya no más viciosas repeticiones de lo mismo. Invocamos por la creatividad, por la recuperación de valores de vanguardia, por la instauración de un arte viril y no servil ni comercial.
Felizmente, muestras de este arte renovado y genial se vienen dando ya, por ejemplo en las caricaturas incisivas de César Aguilar “Chillico”; las esculturas monumentales en piedra, los alucinantes personajes y novedosas esculto-pinturas lúdicas de Carlos Olivera; las originales esculturas del neo imaginero pintor y fotógrafo Edwin Chávez; las propuestas novedosas en escultura cerámica de Miguel Ángel Guevara y Jaime Inquillay; los lienzos de gran formato de Brady Romero, las ventanas y maderas pintadas de Carlos Hurtado y Mario Curasi; las pinturas de Luis Vargas o los metales de Heber Huamán. Los excelentes lienzos hiperrealistas de Gustavo Romero, recientemente expuestos en la Galería del IAA.
En la música, las composiciones de Luis Edmundo Ochoa, Wendell Núñez del Prado, Grupo Expresión y los amigos de “La Grieta”.
En la poesía el trabajo de Miguel Ángel Fuentes “Piwi” y Carlos Velásquez.
La crítica literaria de Mario Pantoja; los textos literarios de Enrique Rosas y Luis Nieto Degregori. La excelente revista “Sieteculebras” de Mario Guevara
En el teatro, la tesonera, tozuda y valiosa obra en quechua de Giliat Zambrano; los trabajos de los grupos Capuli, Punto Aparte, Volar Distinto y las expresiones renovadas de Hugo Fernando Salazar y el mimo Rodolfo Rodríguez. La invalorable puesta en escena de la obra: “La Controversia de Valladolid” con la actuación de Pancho León, Beto Chaparro y Luis Castro García.
Posiblemente estén ausentes en este recuento trabajos valiosos que desconozco, pero los que menciono son una muestra que me hace pensar que el “Gran Arte” que esperaba mi generación está ya maduro y dispuesto a hacernos saborear sus jugosos frutos universales. (Kutiry@hotmail.com)
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En la Galería de la Alianza Francesa
UNA EXPOSICIÓN DE EDWIN CHÁVEZ FARFÁN
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
En el mes de mayo último, la galería de la Alianza Francesa presentó la exposición del pintor e imaginero cusqueño Edwin Chávez Farfán, artista plástico, con quien nos une una vieja amistad nacida en los talleres de la Escuela de Bellas Artes y en la bohemia artística de los años setenta y ochenta, como socios de la Asociación de Artistas Plásticos y la Galería Justo Béjar, cuando, todavía, casi adolescentes y palomillas, hacíamos nuestros primeros pininos en el arte. Comandaban las actividades, artistas consagrados como Don Mariano Fuentes Lira, los profesores Hugo Béjar, Juan de la Cruz Machicado, Edgard Torres Calderón, Rubén Vera Hermoza, Julia Chambi, Abel Jiménez, Federico Huamán, Tolo Olivera, Adolfo Sardón y Antonio Huillca, entre muchos otros.
Integrar la Asociación de Artistas Plásticos fue una manera forzada de formalizarnos y adaptarnos a la rigidez institucional, a la que Edwin fue siempre refractario. En aquella efervescencia entusiasta por montar exposiciones y editar catálogos se forjó la amistad con Luis Condori, Juan Ascue, Nestor Farfán, Alcides Enríquez, Eva Béjar, Hebert Huamán, María Elena Alvarez Calderón, Angel Acurio y jóvenes reunidos en los grupos Yawar y Tres de Setiembre. Con el tiempo, algunos se dedicaron a la restauración y otros a la docencia. Todos trabajamos el montaje de los salones como el de 1974, que contó con un catálogo encuadernado de 60 páginas con ilustraciones fotografías de dibujos y óleos, que después ya no pudimos volver a realizar.
Ya, años más tarde, del 77 al 80, nos reunimos en el “Vortex”, célebre grupo del barrio de Santiago, un caótico amasijo de voluntades, talentos, virtudes y defectos en plena efervescencia y lucha contra la agónica dictadura militar de Morales Bermúdez. Participamos comunalmente en marchas y mítines populares con el Frente Cusqueño de Cultura presidido por el Dr. Julio Miranda y realizamos en 1978 nuestro I Festival de la Juventud, en los salones de la Fartac, paralelamente al festival internacional que se llevaba a efecto en la Habana – Cuba. Coordinamos esfuerzos con Amauta Agrupación Artística que dirigía Jiliat Zambrano; el grupo “Emiliano Huamantica” de Zarzuela con Héctor Alegrìa y el grupo Llaqta, en el que militaban, casi niños, Rodo Rodríguez y Hugo Contreras. Edwin Chávez era uno del los principales artistas del grupo; ilustraba la revista “Rimaq Perka” que, como muchas cosa nuestras, era hecha a mano, dirigía, además la “Galería de arte”. El grupo, pese a sus contradicciones suscitaba entusiasmo pues invitábamos a las reuniones o “Runajuñunacuy” a destacados intelectuales del medio, en especial al Dr. Manuel Chávez Ballón, padre de Edwin, ¡Cuánto de lo que somos ahora no lo debemos al magisterio de aquel amauta! Su lógica andina, su razonamiento científico y crítico ácido de la realidad propició muchísimas inquietudes, contagiándonos del fuego sagrado de sus ideales peruanistas. Así se forjaron nuestras mentes y almas. Recuerdo a los mílites de Vortex junto con Edwin: Nacho Zelada, Armando Loza, Carlos Noriega, Jefrey Gamarra, Augusto Delgado, Marco Venero, Lizart Vera, Daniel Cáceres, Ronald Marín, Henri Castelo, Freddy Guillén, Antonio Espejo, otros más.
Edwin Chávez, el “Homo pictoricus”, como lo llamaba el satírico Pichicato, después, cuando el tiempo, la vida y las discrepancias políticas nos dispersaron y cada uno, como los guisantes de la parábola cristiana, fuimos a parar, sembrados, para crecer y desarrollarnos en otros terrenos, pues, algunos fuimos al extranjero; Edwin viajó invitado a los Estados Unidos y al volver, trabajó en la docencia de Bellas Artes. Formó su taller en el que organizó a su alrededor a los más jóvenes, y, como un profeta moderno, les insuflo de ideales y personalidad; muchos de esos jóvenes hoy ya están en plena floración y saboreando triunfos. Edwin, que en su modestia prefiere llamarse “imaginero” por que sus trabajos exceden los límites de la pintura y escultura convencionales, trabajaba en silencio, promoviendo juventud con su ejemplo, cumpliendo, a su manera, el imperativo reclamado por su padre: “Crear, generar desarrollo, evolucionar”. Muchos retoños jóvenes nacieron y crecieron a la sombra de su generosidad amical, al calor acogedor de su casa taller y escuela de calle Tres Cruces de Oro, donde el artista cuidaba con dedicación filial a su señora madre.
Por eso celebré con alegría el hecho de que, más que el mismo Edwin, hayan sido sus amigos y discípulos los que prepararon esta hermosa exposición, con el objetivo claro de mostrar los frutos de su maestría artística, los altos quilates de su talento, injustamente preteridos, por la propia modestia del artista, que se ruboriza con sólo escuchar una alabanza o un halago a su persona. La muestra exhibe oleos, pasteles, tintas, esculturas y fotografías muy bien logradas, tanto en calidad plástica como en el mensaje que portan.
Toda la “Fauna artística” con faunos, bacos y musas; todo el parnaso de estrafalarios ex – hippies, ex –ultra-revolucionarios y artistas serios, enternados y bigotudos; muchachitas puncks y nosotros: los “antonovs”, herejes y antihéroes de aquellos tiempos que estuvimos presentes, escuchando la música de Rodo Rodríguez y su collera y las palabras de presentación del director de la Alianza. Nos saludamos con Juliat, Hebert, Tolo y Tolito, Brady, Vladi, Frida, Anita, Cecilia, Gonzalo, Mike, Piwi, Chillico, Sonia, Natalia, Eliana, Vera, David, Marina, en fin, faltaría papel para nombrarlos a todos.
Gracias Edwin por generar tanto entusiasmo colectivo. Contigo comienza el renacimiento esperado: el Pachacutiy, el retorno de nuestra generación.
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CARLOS OLIVERA, DEL CUSCO A NUEVA YORK
EXPOSICIÓN: DEL TRUENO Y OTROS TELURIOS
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
El pasado 17 de octubre se inauguró, en el museo Inca la Exposición de trabajos del artista cusqueño Carlos Olivera Aguirre. Para comentar esta obra, hay que tener valor y estar pertrechado de sabiduría. No se trata de sorprender con malabarismos verbales ni estridencias de fuegos artificiales. Es preciso decir la verdad abierta y francamente para asomarse a esta obra privilegiada, con rigor y claridad. Pues, para acompañar al artista en su vuelo, hay que tener la contextura de sus alas y saber templar la lira de Apolo o el arco de Odiseo, para cantar la gesta creativa o cazar las ideas exactas de la inspiración inhiesta y aguerrida.
No me toca hacer la exégesis estética de la obra, tarea que no es fácil. Como amigo del artista deseo valorar sus virtudes: talento extraordinario, personalidad desbordante, contagioso entusiasmo y total entrega al trabajo creativo y liberador. Condiciones humanas éstas, dignas de todo mérito, emulación y sincero aplauso.
El artista pertenece a la pléyade de “herejes” de la escuelas de artes, esas entidades desalentadoras de talentos, conducidas por burócratas abúlicos y donde jamás sería llamado por temor a su cegadora luz y capacidad titánica de trabajo. Carlos, forma parte de los segregados, ahuyentados e ignorados por esa escuela. Es decir, de los verdaderos artistas que tuvieron que sacudirse de andaderas y férulas deformantes y de la yunta bobina de los domesticados, para ejercer el temple de sus alas aquilinas y volar libremente a los más lejanos horizontes. Desde el inicio, él no tenía la aptitud terrestre, para aclimatarse al vivir pasivo y mediocre del reptil: copiando pastiches, “ismos” y modas trasnochadas. “Rara Avis” de elegante vuelo, no perdió el tiempo en estaciones banales bajo la tutela de profesorcitos improvisados de espíritu áptero y pedestre. Se nutrió, más bien, de la vida bullente de los talleres creativos, bebió de la savia de los verdaderos maestros, del sublime trabajo del arte y, ahora, alza, orgulloso su vuelo triunfal de cóndor “mallku”, dejando atrás la insana envidia impotente de los batracios que reptan por las fondas aldeanas.
El artista, en plena floración madura, alcanza la cumbre de sus aspiraciones, cosa que enorgullece a su generación, sus amigos y admiradores, pues, uno de los nuestros, un cusqueño, alcanza tales éxitos, con el fruto de sus esfuerzos. Su brillante trayectoria de un par de décadas, como una avalancha, le ha abierto campo hasta el mismo corazón del imperio global norte americano, para demostrar que la conquista de la belleza y la fantasía, puede darse, aún, cuando las exiguas libertades políticas, los aprietos económicos y las restricciones materiales propias de un país atenazado por el hambre, la crisis y la injusticia social, tiendan a anular voluntades y hacer de los artistas, parias incomprendidos y segregados. Pero, no, con Carlos olivera; no, con su espíritu rebelde, combativo y fervoroso; dispuesto a destruir todo rasgo de mediocridad o negligencia en su propia obra, de la que él mismo es el más incisivo y obsesivo crítico; pues, no da tregua ni se rinde ante los imperativos del fácil mercado turistero; ni cede un ápice a la informalidad ni a la inacción. Así se ha hecho esta impecable exposición, de cuyo proceso soy testigo presencial y partícipe, como obrero, pues sabía que será llevada a Nueva York, la capital mundial del arte, para mostrar la potencia creadora del genio andino contemporáneo y como un reto a los espíritus más selectos, expertos y críticos de arte.
Cabe recordar, también, el mérito de sus padres, en especial del pintor Fernando “Tolo” Olivera, que desde la infancia encaminó a su hijo, viéndolo crecer y desarrollarse hasta brillar con luz propia. Mención aparte merecen Zoilita, su esposa, y sus pequeños hijos, por su comprensión con el artista, al dotarle del ambiente y condiciones para crear y producir su obra.
La exposición, muestra el enorme potencial de las fuerzas creativas y cognoscitivas del escultor al vuelo de la imaginación creadora y la fantasía en plenitud y libertad; es un todo armónico, unido por el hilo fecundo de lo telúrico, del cual nacieron alucinantes criaturas, imposibles, que te interrogan, motivan, inquietan y rompen tus esquemas haciéndote sacudir el polvo acumulado en la inconciencia, para insuflarte de extraño fluido insustancial, que, como un elíxir alquímico, remueve los “cconchos” y renueva el alma colectiva.
Conciente de su inmortalidad, el artista infunde a sus obras un halo extraterreno y formas supra humanas que despiertan, en la subjetividad del observador, sensaciones de incertidumbre y perplejidad. La aprehensión de estas obras artísticas, exige un esfuerzo superior para liberarse del asombro y establecer un diálogo entre sujeto y objeto artístico en procura de “deconstruir” en imágenes mentales y captar la esencia del discurso propuesto. Discurso que tiene de poético y armónico, expresado en catarsis de valores estéticos. Es pues, difícil explicarse la totalidad de la obra, en su proceso dialéctico, gnoseológico y creativo; como producto específico y sublime del trabajo humano en su más alta y suprema forma: el trabajo artístico.
Olivera propone un mundo creado por sus demonios interiores, un lugar utópico poblado por seres idealizados, dotados de fortaleza en sus ademanes y actitudes teatrales; congelados en sus porfías y expresados en la multiplicidad de sus materias constitutivas: madera, piedra, metal, cerámica, polímeros y resinas, explotadas en lo mejor de sus propiedades táctiles o sensoriales: texturas, asperezas, pulidos y bruñidos que realzan, al máximo, la propuesta escultural. Destacan “Pachatusan”, “La decisión de Librelulo”, “Nutre tu espíritu”, “La gran sabia o gran prostituta” que se inscriben, a decir del maestro, dentro de un expresionismo abstracto andino,
Las obras apuntan a las dos flechas del infinito: lo objetivo y lo subjetivo; algunas, invaden el espacio y el tiempo como la formidable esculto-pintura cinética “El mágico ludo del super ego” que presenta 36 posibilidades observables en escultura, relieves y pintura con el agregado del movimiento; otras son máscaras y siluetas de hombres, mujeres y niños con ojos escrutadores llenos de esperanza; creo que son la imagen de nuestros pueblos. Hay rostros y cabezas dobles bicéfalas (ego y super ego, conciencia y subconciencia) de seres idealizados a partir del hombre: superhombres nietzscheanos, que han desarrollado prominencias adventicias, como conexiones periféricas o anillos exteriorizados del pensamiento, en cráneos macrocéfalos, con los ojos cerrados en actitud de meditación trascendental; absortos, ensimismados, dueños de una paz absoluta, como escuchando el sonido cuántico del éter universal. Acusan una conexión entre la mente del artista y la morada de los dioses olímpicos, de donde descienden a nuestro rescate ángeles desalados, desafiando la gravitación universal.
Sus personajes son seres dotados de personalidad y cualidades espirituales superlativas que el artista les ha infundido con su genio y que nos hablan en los múltiples idiomas de las formas topológicas y antropomórficas, dispuestas en versátiles circunstancias. (“Falopio”, “El abrazo”, “Bicéfalo”, “Ciclonbulo”, “El sétimo trueno”)
En sus dibujos, también, Olivera muestra la maestría de su propuesta y una exquisita dimensión de creaciones que parecen ser transmutaciones de sí mismo, collages, metáforas visuales como: “Lunes Santo en el Cusco”, “Las novias”, “Corro al aquelarre”.
Son trabajos de calidad profesional y madura. Son joyas de alta creación artística que van a ser expuestas en el Museo del Indio Americano, que, como nos ilustraba el Dr. Flores Ochoa, ocupa el antiguo local de la aduana neoyorquina, en la gran manzana de Manhattan, en la puerta de entrada marítima de la ciudad, cerca de Wall Street y frente a la isla de la Estatua de la Libertad.
La crítica, internacional ya ha dado su veredicto a la propuesta de nuestro camarada. El escultor español Amador Braojos, ha dicho de él, con elocuencia:
“Carlos Olivera es uno de esos seres elegidos por los Dioses universales para transformar la materia en concepto, modelar la poesía y sacar de sus cinceles filosofía...”
Alejandro alonso escribió: “¿Cuál fue el exceso cometido por Carlos Olivera para dar paso a un virtuosismo sin freno? Tengo la impresión de que este artista robó el fuego, y que por su posesión precoz del dominio de las formas recibió como pago el peor de los naufragios, el del espíritu”.
Yo no creo en ese naufragio, creo, más bien, que su barca, víctima de Poseidón, un tiempo extraviada en el mar de la locura de la vida y la bohemia; orienta, ahora, firme, la proa hacia puerto seguro; pues, tiene a Eolo y las nereidas, como sus fieles aliados.
Exigíamos vuelo de la imaginación, expresión salvaje y primigenia; trabajo y presentación impecables, pues, aquí lo tenemos. Esta exposición es un desafío a la hipócrita mediocridad, asentada en el mundillo de artistas y artesanos. Un puntapié a los masculladores de insidias y chismes, que, como siempre, al no poder emular al artista, lo ignoraban y minimizaban
Carlos Olivera, será el heraldo del mensaje estético milenario y contemporáneo a la meca del arte universal, para mostrar lo que vale el Cusco, el Perú y la cultura de los Andes: lleva el fuego divino del Quimsach’ata, como una fragua ardiente en el corazón del Inkarri y, en sus alforjas, entre wayruros y jiwayas, van: el aliento de sus amigos, la fuerza telúrica de nuestros sagrados Apus, apachetas y dioses del panteón andino y un “k’intu” de las sagradas hojas de Mama coca, que los sabios amautas del viejo imperio nos delegaron para entregarle.
Carlos, que Choquechinchay, dueño del trueno, te acompañe.
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COMENTARIO DE ARTE
UNA EXPOSICIÓN DE GUSTAVO ROMERO Y ADOLFO SARDÓN.
Escribe Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Después de peregrinar por el mundo y por la patria, vuelve a su tierra natal el artista cusqueño Gustavo Romero de la Cuba, trayendo en sus óleos y acuarelas el aire místico y mágico de la amazonía.
Gustavo Romero fue uno de los animadores más recordados de la bohemia cusqueña de los años setenta y ochenta, en la Galería de Arte “Justo Béjar” de la Asociación de Artistas Plásticos del Cusco. Participó en los Salones Anuales de dicha institución e hizo varias exposiciones individuales exhibiendo su estilo característico, enmarcado en el surrealismo. Gustavo Romero y el pintor calqueño Jesús Venero, eran entonces, los cultores más destacados de aquella escuela de arte. La obras de Romero poseían un encanto místico preciosista oriental, contrastaban sus fondos oníricos y cósmicos, con sus extraños personajes y escenarios derivados de sus excelentes historietas dibujadas a pluma.
Gustavo Romero, con melena y abundante barba, anduvo por el mundo, trayéndonos las novedades, como Melquíades a Macondo en “Cien Años de Soledad”, en cada retorno; eran cargamentos de historias extraordinarias y conquistas de bellas mujeres que alimentaban nuestras fantasías de adolescentes. Su espíritu creador y múltiple lo llevó a cultivar el arte cerámico del que hizo profesión de fe, sin dejar los pinceles que esgrimía con maestría singular.
Así lo encontré en bienales, encuentros y ferias de Arte en Lima y otras ciudades. La última vez, como representante de los artistas de Iquitos, la legendaria ciudad del Amazonas, a donde, el hado del destino lo había llevado para formar una bella familia.
Hombre de mundo, después de recorrer los rincones ignotos, lagunas y reservas naturales de la selva, pintando, enseñando y aprendiendo de los pueblos nativos. Fue invitado a Taiwán, donde viajó gozando de una beca de estudios en cerámica y escultura.
Ahora radica en Chiclayo y ha vuelto por los fueros excelsos de la pintura.
Sus telas son retratos vívidos, de un hiperrealismo fantástico; son escenas amazónicas que muestran bellas jóvenes indígenas de ojos brujos y cuerpos de ensueño que emergen como diosas del agua entre los nenúfares. En la maraña vegetal, la noche nigérrima y calma se dibuja el espectro de alguna deidad del pueblo Shipibo; entre mantas de trazos tomados de la alucinante geometría de la piel de la anaconda; una mujer diosa-madre se muestra preñada y lleva en su vientre a la pachamama o planeta azul en el que moramos transitoriamente. Una bella ninfa con alas de mariposa posa en el edén amazonense; o un relámpago ilumina el monolito de una deidad Chavín, tallada en piedra, en medio de un espejo de aguas de alguna Ccocha desconocida.
Pero el pincel de Gustavo, no desdeña estampas de pulido realismo como en el cuadro titulado “La Fruterita”, un escorzo que, en su ejecución, es un derroche de técnica y composición; o en otro titulado “La Bananera”.
Un cuadro que nos invita a la reflexión filosófica es precisamente “El Pensador”, en el que un nativo amazónico, ensimismado en sus elucubraciones, lleva a manera de “alter ego”, un monito vivo prendido de su cabellera, como una caricatura o metáfora de sí mismo.
Pletórico de creaciones e ideales infinitos como estrellas por alcanzarse, Gustavo es de los que no tienen tiempo para las minucias y miserias en que se entretiene la mediocridad viciosa y abúlica del gremio; ha notado cómo han envejecido los seres domesticados y sin ideales. Por eso, nos asegura que los ideales, junto con la capacidad de creación y el trabajo constante y disciplinado constituyen, en verdad, la fuente de la juventud del alma.
Luego de un paseo para cargar el espíritu de energías metafísicas incontrastables, de retorno por las sagradas huacas pétreas de Lanlacuyoq y Cusilluchayoq, en las alturas de Sacsayhuamán, nuestro amigo retomará el vuelo al nido de su querencia, con la retina y la alforja cargadas de sueños y motivos que plasmar en sus próximos lienzos.
En esta exposición también interviene al reconocido pintor Adolfo Sardón Abarca, quién, ya retirado de la docencia y de la dirección de la Escuela de Bellas Artes, está entregado a su arte y a la plasmación de su ilusiones de artista. Ha refinado su técnica en el trabajo, ha madurado sus motivos temáticos y el propio discurso de su propuesta plástica. Y, también, es importante decirlo, ha inaugurado su propia galería de arte. Entre las obras presentadas por Adolfo, encontramos lienzos al óleo, con su temática preferida: estampas de las costumbres folklóricas del Cusco, como son: el Cruz velacuy, la “T’anta wawa”, “Torito de Pucará en un techo cusqueño”, con un exuberante colorido de rojos y verdes planos y crudos; pero, lo que realmente nos atrajo, por su novedoso tratamiento, fue un cuadro pintado al pastel sobre cartón texturado; el tema es de una pareja de mestizas vendedoras de pan; el color es sobrio, más bien oscuro, y en gamas frías que armonizan muy bien con el fondo negro del soporte. Aquí veo una evolución en los recursos del artista que nos gustaría que él pueda desarrollar.
Hace tres décadas, todavía en sus floridos años mozos, ambos pintores habían expuesto juntos y ahora, a la vuelta de los años, el ciclo acompasado de la vida los ha vuelto a reunir en esta fiesta del color, la fantasía y el inescrutable lenguaje de las formas que nos son, ahora, generosamente, ofrecidas en sus lienzos.
Nos satisface plenamente admirar sus obras, percibir sus mensajes y confundirnos en un fraternal abrazo.
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EN EL RECUERDO DE UNO DE SUS ALUMNOS
OSCAR DELGADO ARAGON, INGENIERO Y EDUCADOR
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez.
Tarea difícil y dolorosa es despedir a maestros y amigos que con sus vidas ejemplares insuflaron de ideales nuestra prosaica existencia. La vida, tempranamente empieza a poblarse con la muerte y los recuerdos, la pena y la congoja oscurecen nuestro paisaje y el dar el postrero adiós se vuelve cotidiano.
Ayer recibimos con dolor la trágica noticia del fallecimiento de un insigne maestro de las aulas antonianas, el Ingeniero Químico Oscar Delgado Aragón, docente emérito por causa del honor, pues dedicó cincuenta años de su vida a la enseñanza, sin esperar recompensa alguna y cayó en su ley: trabajando y estudiando, con asombroso empeño, sea frente a su computador o revisando sus preciados libros y apuntes de clase, allí lo encontró la parca traicionera. Tanto en la cátedra ejercida desde 1953 como en la vida cotidiana, el maestro ejercía su magisterio, su palabra admonitoria y elogiosa para sus alumnos, siempre orgulloso de tener miles de discípulos, muchos de ellos, ostentando cargos de relevancia en el ejercicio profesional o en la vida pública.
Recuerdo sus clases, verdaderas cátedras no sólo del conocimiento inherente a las asignaturas, sino, lecciones para el desempeño profesional ético y moral, con ejemplos tomados de su experiencia como ingeniero y docente. Calidad compartida con aquella pléyade de ilustres catedráticos como los doctores Lionel Cano, Alfredo Catacora y los ingenieros Orestes Luizar y Orestes Villafuerte. Generación forjada bajo el magisterio severo del sabio Oswaldo Baca Mendoza y los doctores Enrique Gonzáles Willis y Juvenal Salas Rodríguez.
El Ingeniero Delgado nació el 26 de febrero de 1928, en Macusani, provincia de Carabaya, departamento de Puno, a 4336 m.s.n.m. ciudad protegida por el Apu “Allin Cápac”, como bien resalta su hermano mayor el Dr. Julio Delgado Aragón, abogado y ex magistrado radicado en Lima, quien nos confirió algunos datos y anécdotas. Fue el cuarto de ocho hermanos, que de niño tuvo el bello gesto de entregar sus zapatos nuevos a un niño que no los tenía para marchar; esa generosa aptitud lo signó de por vida, para con sus discípulos, amigos y familiares. Había estudiado en la escuelita más humilde, la 821; fue becado por sus cualidades excelentes al Colegio San Carlos de Puno y terminó sus estudios escolares en el Colegio de Ciencias de nuestra ciudad. Ingresó a las aulas universitarias en 1948, en el Instituto de Ingeniería Química, como nos lo comunicó el Ing. Orestes Villafuerte, su colega y entrañable amigo, donde, se distinguió por sus dotes intelectuales y fue llamado por el Dr. Juvenal Salas a desempeñar una ayudantía, “ad honorem” ascendiendo después a jefe de prácticas, cuando todavía era estudiante, con lo que pudo costear parte de sus estudios; egresó con la Primera Promoción de Ingenieros Químicos en diciembre de 1954 y, en 1956, optó al título de Ingeniero Químico, siendo el primer ingeniero graduado no sólo en esta carrera profesional sino a nivel de todas las ingenierías en la UNSAAC. Este año, 2003, cumplía sus “Bodas de oro” en la docencia universitaria, apenas interrumpida por sus trabajos como Jefe de planta en La Oroya y funcionario de la CRIF.
Desde 1963 pasó a la categoría de catedrático a tiempo completo, hasta su jubilación en 1983, en cuyo largo lapso de tiempo le cupo desempeñar importantes funciones administrativas como Jefe del Departamento de Ingeniería Química, Director de ese programa; Decano de la facultad de Ingeniería Química; Director Universitario de Economía y Vice- Rector, durante el Rectorado del Dr. Juvenal Salas, en las épocas más difíciles de la vida universitaria, en circunstancias en que la universidad, abanderada de las luchas populares, sufrió la feroz arremetida de las fuerzas policiales que causaron el fallecimiento de un estudiante. Hechos luctuosos que generaron la valiente protesta de nuestro Vice-rector quién no se amilanó ante la brutal represión y denunció los atentados. En esas épocas, la Facultad de Ingeniería Química brillaba con luz propia y era reconocida y respetada a nivel nacional, por la valía y competencia de sus egresados y, sobre todo, por la calidad profesional de sus docentes, prestigio que fue decayendo en favor de insignificantes entusiasmos deportivos. Excepción hecha con la labor personal de algunos docentes que no cayeron en el marasmo y la esterilidad de la rutina. Que sea, pues, esta dolorosa despedida a uno de sus ilustres maestros, una invocación a sus autoridades para realizar los esfuerzos necesarios por recuperar el brillo, prez y liderazgo de nuestra facultad en el terreno académico y en la investigación tecno-científica, tan venidos a menos.
El Ingeniero Oscar Delgado, fue un ejemplo arquetípico del docente estudioso preocupado por su propia superación y actualización de sus conocimientos, pues, estudió en la ESAN, obteniendo el grado de Magister en Administración y se especializó en el manejo de las nuevas tecnologías informáticas y herramientas modernas como el internet. Participó en eventos congresales con brillantes ponencias de su especialidad.
Después de su jubilación de la docencia en la UNSAAC, continuó su labor con nuevos bríos en la Universidad Particular Andina, de la que fue uno de los artífices para su reconocimiento oficial; creador y organizador de muchas de sus facultades. Incansable para el trabajo, asumía las tareas más tediosas y difíciles, como la presidencia de la Asamblea Estatutaria de la Universidad Andina y la redacción de documentos normativos y currículas de estudio.
Su indesmayable vocación de servicio lo hizo miembro activo de importantes instituciones sociales y culturales como el Rotary Club Internacional del Cusco, cuya presidencia ejerció en el período del 2001 al 2002; fue dirigente nacional de la Federación de Colegios de Ingenieros Químicos, reconocido como miembro distinguido de esa orden; fue Decano de la Filial de Ingenieros Químicos del Perú en esta ciudad y se le nombró presidente de la Comisión Nacional de Ética del Colegio de Ingenieros del Perú, en momentos en que el país vivía las secuelas de una etapa signada por la corrupción y el abajamiento moral, hombres como él, de indiscutible catadura moral, honraron nuestra profesión cuidando celosamente su prestigio. Fue, igualmente, presidente de la asociación de catedráticos Jubilados y Cesantes de la UNSAAC. Hasta el momento de su deceso, fue Decano de la Facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad Andina. A todos estos méritos y galardones se unieron en él las virtudes excelsas de la sabiduría y la modestia. Lástima que en vida no le fueran reconocidos ni premiados estos altos méritos, por las entidades académicas a las que sirvió con desvelo y dedicación. Pero tuvo el reconocimiento y admiración sincera de sus alumnos.
En vida el Ingeniero Oscar Augusto Delgado Aragón estuvo casado con la Sra. Mary Luz Obando Valdivia y tuvo seis hijos: Augusto, Mary Elena, Julio José, Jannete, Javier y Oscar Fernando; todos profesionales, para quienes fue un ejemplo de padre y guía espiritual y, para nosotros, sus amigos y discípulos, un hombre muy humano: un maestro a carta cabal cuyo recuerdo guardaremos eternamente en el corazón.
Cusco 24 de abril del 2003.
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INSTITUCIONES FUNDADAS POR LA GENERACION “LA SIERRA”
(Ponencia presentada en el Coloquio Nacional Sobre Historia del Cusco –2003)
Escribe Julio Antonio Gutiérrez Samanez.
El estudio de la historia ha dejado de ser sólo la descripción concatenada de hechos y personajes. El historiador busca recrear el proceso histórico en su propia mente y en la mente colectiva; quiere captar el movimiento, la dialéctica o la trabazón de los hechos para encontrar la explicación, la interdependencia con las ideas y las circunstancias o el entorno y el grado de desarrollo de las mentalidades. La historia es el fluir de la realidad en su dinámica interna y externa, con su carácter o régimen de cambio en oposición a sus resistencias interiores y resistencias exteriores que ofrece su cause.
Los conflictos pretenden solucionarse recurriendo a las ideologías o cuerpos ordenados de ideas, sino antifaces para deformar la realidad y establecer relaciones de dominación. Ante los hechos, los hombres investigan, piensan, generan visiones, establecen estrategias, programas y actúan. Experimentalmente, por prueba y error, más que por puro raciocinio, nos acercamos a la verdad y al conocimiento.
Cada generación responde al espíritu de su época, elabora su credo, su ideario o ideología y sus proyectos, frecuentemente, contra las barreras alzadas por las generaciones que le anteceden y eso le obliga a ser iconoclasta y, hasta cierto punto, parricida. Muchas veces esos ímpetus de renovación son acallados o ahogados por el reaccionarismo de la mediocridad; raras veces, eso ímpetus juveniles son canalizados por mentes lúcidas y llevadas a su ejecución de modo creativo. Esos momentos son los de las grandes realizaciones, las épocas de oro.
Las élites pioneras comienzan por estudiar el pasado entre arrebatos líricos, románticos e incendiarios, reinventan el pasado para ocultar el presente, los hijos explican la historia desde el ángulo de sus intereses, perfeccionan la ideología y los nietos se involucran en ella hasta buscar la transformación política y económica en otra suerte de romanticismo revolucionario. Las élites,-soslayando el estado de la infraestructura y priorizando lo superestructural-, de una fase romántica pasan a la fase ideológica y de esta, a la fase política. Si acceden al poder, realizan transformaciones, impactan en el hecho social, es decir, hacen la historia. Finalmente, la pradera se incendia y los antiguos incendiarios operan de bomberos.
No sólo las élites generan la historia sino que lo hacen en unidad y oposición con el movimiento popular, tratando de detener (en la mayoría de los casos) o canalizar la insurgencia de las masas populares. Las generaciones se encarnan en líderes y guías que forjan una visión, una imagen de la realidad y del hombre; crean o recrean su identidad o conciencia social siempre en proceso y cambio; crean hitos simbólicos, sus ángeles y demonios, leyendas y mitos; realizan acciones para encausar los procesos históricos hasta generar transformaciones sociales radicales; cambios de paradigmas y valores.
Lo que debemos valorar de la generación “La Sierra” es el esfuerzo por crear un ideario regionalista y anti-centralista y el indigenismo, en busca de un nuevo concepto de la peruanidad que no excluya al indígena y reivindique un pasado entendido, casi siempre, como “el bien perdido y la oportunidad desperdiciada”, exaltando el incario; un incario demasiado idealizado y por lo tanto, falsificado.
Ya en el Centro Científico (1897-1907) se había labrado el terreno con el fermento reformador que capitalizaba resentimientos de la clase dominante contra los detentores del poder capitalino, dueños de la economía subsidiaria de los centros mundiales y que se encarnó en el grupo “La Sierra” protagonista de la huelga universitaria de 1909, más propiamente, la “Asociación Universitaria” (conformada por Demetrio Corazao, Luis E. Valcárcel, Arturo Astete, Nicolás Cáceres, J. G. Cosio, Rafael Casanova, U. García, etc.). Pues “La Sierra” era el nombre de la revista que publicaron bajo la dirección de José Ángel Escalante y el aliento de Vega Enríquez (desde su diario El Sol). El grupo planteó su propia reforma universitaria, su modernización entendida como pragmatismo tecnológico, la misma que se efectuó sólo por la feliz coincidencia de la llegada del profesional norteamericano Alberto Giesecke, venido al Perú para reformar el modelo educativo bajo los moldes de la cultura de dominación, para ahondar el servilismo y disuadir inquietudes rebeldes (Leguía le escribe felicitándole por su “discreción para extirpar la política de círculo” que jugaba un papel en la universidad). Giesecke asimiló inteligentemente las demandas de los estudiantes, canalizó sagazmente sus ímpetus revolucionarios, peligrosos al régimen, hacia la investigación científica de la realidad circundante y su pasado, llevando a esa generación más allá de sus propias expectativas (esto nos recuerda que la dialéctica cuenta con la incertidumbre, hay cosas que se convierten en su contrario y en todo proceso hay que tomar en cuenta la novedad y la sorpresa). Las investigaciones cristalizaron en propuestas ideológicas pragmáticas y en instituciones con fines específicos, como la búsqueda de identidad cultural, por el rescate y cultivo del arte y de la historia. Lo que significó una orientación hacia la modernidad y la inserción en una economía competitiva que agudizaría sus contradicciones en la primera guerra imperialista mundial. Para ser parte de esa historia y legitimarse había que investigar las raíces pasadas: el inkario, la colonia y la república.
Giesecke, como excelente pedagogo y administrador ejecutó un plan estratégico de gestión para alcanzar frutos extraordinarios a corto plazo. (Censo poblacional, edición de revistas, modernización de la biblioteca, estudiantes cusqueños becados en el extranjero, etc.). Pero también hay que sospechar del sesgo culturalista, superestructural, para introducir un pragmatismo reaccionario y cómplice del régimen de explotación feudal del gamonalismo y alejar a la juventud estudiosa de tentaciones revolucionarias.
Con el tiempo los objetivos se institucionalizaron para manejar programas que impactarían en el proceso social y cultural, es así cómo aparecen institutos y centros intelectuales.
EL INSTITUTO HISTÓRICO DEL CUSCO.
El 25 de octubre de 1913 fue reconocido por la Dirección General de Instrucción Pública, la fundación del Instituto Histórico del Cusco, dirigido por Luis E. Valcárcel e integrado por J. Uriel García, Lucas Caparó Muñiz, Romualdo Aguilar, Antonio Lorena, Fernando Pacheco, Félix Cosio, etc. Con el objeto de hacer estudios de la historia incaica, según comenta el Dr. Valcárcel en sus “Memorias”. El grupo había llegado a publicar la revista “Nuestra Historia” en 1914. Aunque no tuvo larga existencia, constituye un hito en el proceso de institucionalización de los estudios sobre historia; su propulsor el Dr. Valcárcel, estaba en plena producción de sus primeros libros como “Kon, Pachacamac, Wiracocha” (1912); ”La Cuestión agraria en el Cusco”. Uriel García, había realizado una importante tesis sobre el “Arte incaico en el Cusco” (1911). Lucas Caparó Muñiz, quechuista y coleccionista de antigüedades incaicas, había vendido a la universidad su colección para formar el museo arqueológico. Romualdo Aguilar, abogado y estudioso de la problemática del indígena. Antonio Lorena introductor del positivismo y de los estudios antropológicos en la universidad. Fernando Pacheco, religioso versado en la historia del Cusco y Félix Cosio, intercambiaron experiencias y publicaron el fruto de sus investigaciones. Siempre preocupados en reinventar al inca, diferenciándolo del colono indio de las haciendas, considerado por algunos como un elemento degenerado que había que mejorarlo por cruce biológico con otras razas “superiores”. (Había el temor generalizado de que los indios sublevados harían una limpieza étnica matando blancos “mistis” o “puca cuncas” y reinstaurarían el incario)
Como dato, en junio de 1914 este instituto gestionó la colocación de placas conmemorativas a la revolución de 1814.
EL CENTRO NACIONAL DE ARTE E HISTORIA
Fundado en 1915 por Ángel Vega Enríquez, el antiguo fundador y propietario del diario El Sol, uno de los activistas del Centro Científico y animador espiritual de la Huelga universitaria de 1909, estaba acompañado por los hermanos Cosio ( Félix, Romualdo y José Gabriel), J. Uriel García, Rafael Aguilar entre otros, para “rescatar el regionalismo del arte en el Perú, como norma única de actividad intelectual a partir de la cual, la literatura nacional ganaría cohesión y personalidad propia” según palabras del Dr. Valcárcel en sus “Memorias”. Siempre con el parámetro de la cultura, la educación, la vacuidad de la superestructura fundamentada en la reinvención del incario. Este Centro se propuso impulsar la formación del arte peruano en todas sus manifestaciones, la revalorización del arte incaico, la difusión de la cultura artística y la conservación del patrimonio artístico nacional. Vega Enríquez fue el propugnador de un ideal acariciado por todos los cusqueños: la creación de la Escuela de Bellas Artes.
Entre los años 1922-23 el Centro organizó la Academia de Dibujo para jóvenes aprendices, entre los alumnos figuraron Mariano Fuentes Lira y Julio G. Gutiérrez.
Según el Dr. Eulogio Tapia, las finalidades de este centro fueron:
1º.- La formación del arte peruano en todas sus manifestaciones, completando el esfuerzo original y autóctono transmitido por la tradición de los periodos incaico y colonial.
2.- La difusión de la cultura artística.
3.- La extensión del arte nacional y su propaganda en el exterior.
4.- La conservación del patrimonio artístico de la nacionalidad.
Es indudable que estas iniciativas fueron en parte frutos de la experiencia europea de Vega Enríquez (se dice que estuvo hasta en dos oportunidades en Europa) él mismo fue el iniciador del regionalismo anticentralista y el cusqueñismo; fue el primero en realizar campañas periodísticas abiertas contra el gamonalismo y la explotación del indígena, rompiendo con el parámetro culturalista y asomándose a una actitud crítica y hostil contra lo establecido.
El Centro Nacional de Arte e Historia, publicó “Estudios” (1915), Revista mensual de Literatura y Arte, en la que intervinieron el propio Vega Enríquez, Luis E. Valcárcel, José Gabriel Cosio, Romualdo Aguilar, Miguel Angel Nieto, Saturnino Olañeta, Eufrasio Alvarez, Carlos Rios Pagaza, Roberto F. Garmendia.
Los temas son referentes al arte cusqueño, hay comentarios a la obra del gran escultor Benjamín Mendizábal Vizcarra.
En 1915 se fundó la Sociedad Unión Letras, según un documento hallado en el archivo Giesecke, lo conformaron José Ignacio Ferro, E. Muñiz, Rafael Calderón, Casiano Rado, Leonidas Colunge, Roberto Barrionuevo y el Dr. José Gabriel Cosio como presidente honorario.
La orientación hacia la cultura y el arte, promovida por Giesecke y “La Sierra” nos muestra una generación pequeño burguesa acomodada, terrateniente, liberal y progresista.
LA SOCIEDAD ANÓNIMA DEL ARTE
Esta es otra de las instituciones fundadas por artistas de la generación de “La Sierra” en 1919, Su principal propulsor fue el escultor y pintor Ernesto Olazo quien ejerció el cargo de director, le siguieron el artista pintor y fotógrafo, Juan Manuel Figueroa Aznar, natural de Caráz – Ancash, quien había ejercido su arte en Lima y Arequipa y se trasladó al Cusco en 1902, según un estudio de Deborah Poole, Figueroa se afincó en Paucartambo, era un hombre de vida refinada y bohemia, fotógrafo excelente, cultor de la técnica del foto-óleo, consistente en iluminar con colores ampliaciones fotográficas, especialmente en retratos; pero lo remarcable de su obra fue el paisaje al óleo de estilo impresionista de insuperable calidad plástica.
Otro de los maestros de esta institución fue el escultor y formidable imaginero don Natalicio Delgado, heredero de las técnicas y secretos de los artífices de la colonia, al parecer estudió en una academia europea. Hacía también restauraciones. Finalmente, el artista y abogado Dr. Víctor M. Guillén que fuera también crítico y comentarista de arte en los diarios y revistas locales y fue uno de los fundadores del Instituto Americano de Arte en 1937.
Por aquellos años entre 1814 al 19, algunos artistas cusqueños triunfaban en el extranjero: Francisco González Gamarra, hijo de la aristocracia terrateniente, en Nueva York y París; una de sus obras fue publicada a todo color y en página entera en el The Nueva York Herald Tribune, que el crítico de arte Don Teófilo Castillo calificó como el mayor triunfo alcanzado por un artista peruano. Benjamín Mendizábal Vizcarra, escultor y poeta que estudió becado en Italia, alcanzó notoriedad en Europa, aunque Castillo lo tipificó como “helenista” y lo combatió acremente. Ambos artistas representan con sus obras el más refinado academismo clásico realizado por cusqueños, una suerte de Renacimiento tardío en nuestro arte ciertamente con modelos idealizados o heroizados muy distantes del genotipo indígena real. Amadeo de la Torre, pintor, caricaturista y escultor obtuvo triunfos en Lima, sus trabajos se publicaron en la revista “Variedades”.
En 1919, de regreso de su periplo europeo, por la ruta Buenos Aires – Lima, estuvo en Cusco el creador del indigenismo pictórico peruano, el pintor cajabambino José Sabogal, quien con su extraordinaria laboriosidad y sentido de observación influyó en los artistas aficionados. Fue por él que comenzaron a coleccionar tiestos cerámicos para confeccionar álbumes con diseños (Rafael Tupayachi, Genaro Fernández Baca y, posteriormente, Francisco Olazo). Seguía vigente el paradigma de buscar el incario soslayando la lucha campesina intensa en esos días, en épocas en que se alquilaban pongos que servían gratuitamente en las haciendas y en las fábricas textiles.
La ecuación para integrar al indígena a la sociedad y al mercado no era función de la cultura y el arte sino de la supresión de la feudalidad, para lo que había que subvertir el orden establecido. Pero ¿quién iba a asumir ese reto?
Además de las entidades señaladas hemos encontrado que existieron instituciones como la “Sociedad de Bellas Artes” cuya primera exposición de arte fue comentada por Julio G. Gutiérrez en la revista Qosqo Nº 64 de junio de 1934, en dicha muestra participaron: Ángel Rozas, Fortunato Salvatierra, Francisco Olazo, Alejandro Gonzáles, Agustín Rivero, Víctor Chambi, Roberto Gonzáles, Juan Manuel Figueroa Aznar, el fotógrafo Martín Chambi, Fernando Butrón y el pintor ecuatoriano Wallpher.
Aunque no hemos encontrado sino alusiones, existió el Grupo Cultural Cusco, que era animado por el periodista Roberto Latorre Medina y contaba con la presencia del anciano maestro Ángel Vega Enríquez.
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LOS DISCÍPULOS DE LA GENERACIÓN “LA SIERRA”
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Esa brillante pléyade de intelectuales que formaron la generación “La Sierra” eran, a su vez, discípulos de la llamada “Escuela Cusqueña” que conformara el Centro Científico del Cusco. Y tuvieron el privilegio de secundar la labor reformadora, docente y administrativa del Dr. Alberto Giesecke. Ellos fueron, entre muchos, José Uriel García, Luis E. Valcárcel, José Gabriel Cosio, Demetrio Corazao, los hermanos Cosio, Aguilar y tantos otros que rindieron frutos en sus áreas de estudio correspondientes.
Una generación cuya obra dio forma y contenido al indigenismo e influyó sobre la cultura local y nacional hasta nuestros días. Su obra fue el estudio o redescubrimiento de la historia incaica y colonial; el descentralismo y regionalismo con fuerte orientación terrateniente, en la política (aún con el sesgo elitista de búsqueda de autolegitimación), (algunos personajes llegaron a alzarse en armas por sus ideales, tropas de montoneros tomaron Abancay y murieron, como Robledo, en enfrentamientos con el ejército, en 1910). La mayor parte de esa generación se dedicó a la docencia, a la investigación, las letras, al arte y las profesiones libres, en la forja de una nueva generación que cristalizara sus caros ideales. Y su influencia persistió por varias generaciones como los casos de Valcárcel y García.
En 1920, se realizó el Congreso Fundacional de la Federación de Estudiantes del Perú (FEP), extrañamente sin estudiantes cusqueños, y con la presencia de Haya de la Torre, Jorge Basadre. El congreso aprobó la fundación de las universidades populares “González Prada”, al año siguiente (1921) volvió a publicarse “La Sierra” en su segunda etapa, allí aparecen las primeras reflexiones a cerca de la actividad generacional y aparecieron algunos discípulos como Luis Yábar Palacio, que dirigió la revista “Más Allá” Luis F. Paredes, Luis Velazco Aragón, enfervorizado panfletista autor del discurso “La verdad sobre el fango”, contra el régimen corrupto de Leguía, mientras los representantes de “la Sierra” ya daban los frutos de su madurez intelectual: Valcárcel, F. L. Herrera, Luis F. Aguilar, etc.
Bajo la dirección del Dr. Valcárcel se organizó en 1923 la Embajada Cultural a Bolivia, Argentina y Uruguay, con la participación de Figueroa Aznar, Roberto Ojeda y el actor Luis Ochoa. El informe de esta actividad se encuentra el “Inkánida”. La consecuencia más directa de ese viaje fue la fundación del Centro Qosqo de Arte Nativo. Donde se encuentraban muchísimos artistas.
Con el giro de los acontecimientos el desprestigio del régimen de la Patria Nueva de Leguía, el interés de la nueva generación se volcó a la política, se organizó la Universidad Popular, con la intervención de Leonidas García, Genaro Fernández Baca, Casiano Rado, Alberto Delgado, Guillermo Ballenas, Rafael Tupayachi, Leandro Pareja, Federico Ponce de León y la inspiradora presencia de maestros como Valcárcel, García y Lorena. Allí se educó a la vanguardia proletaria que insurgiría años después.
En este contexto de lucha política aparece, en 1924, la revista “Kosko” de Roberto Latorre, Luis Yábar Palacio y Luis F. Paredes. Kosko fue la primera tribuna en que se predicó el indigenismo y el socialismo antes que “Amauta” de Mariátegui, revista fundada en Lima. Mariátegui tenía al grupo “Resurgimiento” de Valcárcel como su contacto en Cusco, junto con Casiano Rado y Roberto Latorre. El año 26 un grupo de estudiantes de la pequeña burguesía emergente, liderados por Román Saavedra organizaron el grupo “El Ande”, y al fracasar en su intento de llevar al rectorado de la universidad al Dr. U. García, bajo un ideario reformador, declararon la segunda huelga universitaria el año 27, para entonces salió “Kuntur” con Oscar Rozas, Sergio Caller, Fuentes Lira, Rafael Tupayachi y Julio G. Gutiérrez. El gobierno clausuró la universidad, pese a que tanto estudiantes como profesores elaboraron un proyecto de estatutos que Mariátegui aquilató por su lucidez y audacia en sus “Siete Ensayos” En la redacción de este estatuto estuvieron conspicuos miembros de “La Sierra” y discípulos.
Muchos estudiantes cusqueños se vieron forzados a emigrar como es el caso del Dr. Alfredo Yépez Miranda y el Dr. Alcides Estrada. En ese año los estudiantes e intelectuales cusqueños radicados en Lima publicaron otra revista “La Sierra”, dirigida por J. Guillermo Guevara, revista que difundió el indigenismo cusqueño a nivel continental. También en estos años se editaron dos libros que impactarían fuertemente en el desarrollo intelectual sur peruano:” Tempestad en los Andes” de Valcárcel y “El Nuevo Indio” de García y como consecuencia del artículo “Nosotros los indios” de Escalante, periodista y diputado cusqueño, se realizó la famosa polémica del indigenismo con la intervención de Mariátegui, Luis Alberto Sánchez, Enrique López Albujar.
El cierre de la universidad duró tres años, en los cuales, los estudiantes de El Ande formaron una organización de tipo celular y secreta, se adhirieron al APRA, como movimiento continental, pero rompieron con esta organización cuando se desenmascaro el objetivo personalista y electorero de su jefe, Haya de la Torre, cuando el APRA, en el Congreso de la Internacional Socialista en Bruselas, tomó distancia del ala revolucionaria de este. Entonces, dentro del grupo Ande se fundó la primera célula comunista y los discípulos de “La Sierra” se vieron divididos en dos bandos. En esta fase política se encarnizó la lucha contra la dictadura legiísta; los comunistas formaron los primeros sindicatos y federaciones obreras, iniciaron la organización del campesinado indígena; difundieron los ideales socialistas y el marxismo, y se enfrentaron a las fuerzas represivas del régimen, sufriendo asesinatos, tortura, encarcelamientos y expatriaciones y, nuevamente, los antiguos montoneros del año 10 liderados por Samanez Ocampo y Francisco Tamayo, conspiraron contra la dictadura. Pero Sánchez Cerro se hizo del poder mediante un golpe militar y persiguió y encarceló a apristas y comunistas por igual. A su muerte el poder pasó al antiguo montonero Samanez Ocampo, pero su Junta de Gobierno siguió con la política represiva.
A esta altura los antiguos maestros de “La Sierra” tomaron distancia, a excepción de García y Vega Enríquez que simpatizaban con el movimiento, Valcárcel, que había sido el primero en predicar el Socialismo y reclamar un Lenín para el proletariado indígena, ya radicado en Lima tomó una posición neutral que fue derechizándose por sus vínculos con el gobierno norteamericano, prefirió aislarse en el gabinete de investigador de la arqueología y etnología, creando sus postulados y métodos de la etnohistoria muy valorados para la ciencia Como dije: los abuelos soñaron y romantizaron; los hijos investigaron e ideologizaron; los nietos insuflados de un romanticismo revolucionario emprendieron los cambios y sufrieron las consecuencias. El autor de Tempestad en los andes, sembró los vientos pero la tempestad la sufrieron sus discípulos.
Pasada esa época de auge de la lucha de clases, la intelectualidad se núcleo en el Instituto Americano de Arte, bajo la dirección de Uriel García, Todos sabemos la cantidad de iniciativas regionalistas e identitarias que nacieron de esta institución que forjó el cusqueñismo, preservó el patrimonio cultural, alentó las bellas artes y letras, y el arte popular, en años de concordia social y democrática por causa de la segunda guerra imperialista.
Sin embargo creemos que sólo se rescató el disfraz, la forma exterior, los ritos y fastos descaracterizados y vendidos como producto para el turismo. Se reinventó el escenario y la actuación teatral y el libreto. Pero no se llegó a impactar en la estructura social y económica, sino hasta la llegada de un gobierno militar que implantó en los años 70, desde arriba, cambios irreversibles como la liquidación de la feudalidad. El fracaso del reformismo, la sectarización y dogmatización de la propuesta de izquierda y la inoperancia de los gobiernos democráticos burgueses, condujo a la insurrección armada y la guerra en los años 80. La clase dominada y postergada, a espaldas de la ciencia social y la investigación antropológica anti-evolucionistas empeñadas en mantener estructuras primitivas, se abrió paso, enfrentada a los fuegos irracionales del extremismo terrorista y la fuerzas exterminadoras del gobierno con estrategias elaboradas desde el Pentágono, la crisis y empobrecimiento del campo confirmaron la edad del “Yawar inti o sol de sangre” prevista por Valcárcel. Esta clase ha emprendido la epopeya de forjar su sincretismo; se ha constituido en una fuerza innovadora, una cultura en construcción, una alternativa seria a la decadente cultura occidental. No se trataba, pues, de buscar un indio de raza pura, ni un nuevo indio amestizado u occidentalizado, sino de resolver la problemática de un pueblo multi-étnico y pluricultural que busca sobrevivir con éxito ante la arremetida de todas las plagas y maldiciones bíblicas, apoyándose en sí mismo, reinventando su propia historia, mitos y leyendas; visiones, estrategias y democracia participativa, al mismo tiempo que innovando sus métodos para resistir el embate criminal de una cultura excluyente, usurera, enajenada, autodestructiva. Y, considerando el actuar de una clase política parasitaria, egoísta, ciega, improvisada y corrupta que sigue practicando la “imbecilidad en acción” en palabras de González Prada y que, hasta hoy, no tiene un proyecto, una visión compartida del Estado-nación que se debe forjar.
Muchos puntos programáticos de la generación “La Sierra”, no sólo no se han resuelto sino están agudizándose. La universidad está en la peor crisis, no hay una élite o vanguardia organizada capaz de emprender un nuevo proceso reformador y hay un abismo que separa la sociedad civil de la institucionalidad establecida. La regionalización es un experimento destinado al fracaso por falta de responsabilidad y visión. La pobreza esta llegando a niveles extremos y urge repensar la realidad y tentar su transformación o cambio. Rescatando lo esencial de la herencia incaica, su espíritu colectivista y su ética de bienes más que de valores abstractos: el ayni, la minca, la solidaridad y reciprocidad en el trabajo en la producción de la riqueza social y su reparto equitativo que supere la pobreza, y no sólo la eficacia y rentabilidad del liberalismo capitalista, bajo paradigmas ahora conocidos como post-modernos, como la alteridad o posibilidad de coexistir entre diversos.
Este es el reto que los hijos o nietos de los discípulos de la generación “La Sierra” tenemos que asumir.
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EXPOSICIÓN DEL NUEVO ARTE ANDINO
IVAN MACHA Y EL SÍMBOLO DE LA PAZ
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Después de muchos años, volví a encontrar en el Cusco, al arquitecto, pintor y especialista en diseño prehispánico, Iván Macha; limeño con ancestros serranos, su apellido proviene de una étnia aimara y de la lengua Hakaru y él es orgulloso de su genotipo marcadamente andino.
“El Indio”, como lo conocíamos en los años 80, cuando lideró el movimiento de los llamados hippies, y dirigió el “Para Raymi”, un festival juvenil de arte total por la lluvia, llevado a efecto en setiembre de aquel año, en el cual, muchos de los jóvenes estudiantes y artistas de Bellas Artes, participamos con gran entusiasmo, en las exposiciones, presentaciones musicales y ferias artesanales, que se realizaron en diferentes parques y plazas cusqueñas. Yo regresaba de mi periplo europeo y encontré a mis amigos hippies, que eran vistos con desconfianza y ojeriza por la prensa intolerante, dando una lección de trabajo grupal y organizado, buscando el apoyo oficial de autoridades como Don Jesús Lambarri B. entonces Director del INC y el alcalde de turno. En aquel “Para Raymi”, participaron músicos como el legendario Beto Martínez, (ex-integrante del grupo Polen); artesanos artistas como el ceramista Pablo Seminario y el platero Tuto Merelo. Un médico como Oscar Liendo, una joven venezolana llamada Linda, que era la encarnación de la belleza y tantos otros personajes; todos ellos, aquella vez, todavía con abundantes cabellos, barbas e indumentarias estrafalarias que incluía ponchos, ch’ullos, ch’uspas e instrumentos musicales. Ahora, 23 años después, ya los cabellos encanecieron o se cayeron dejando semblantes nimbados por la sabiduría de los años y testas coronadas de ralos mechones blancos o sino, brillantes calvas ilustradas.
Iván Macha, ha recorrido medio mundo, llevando consigo aquellos ideales juveniles, el compromiso de trabajar por el rescate de la cultura andina o la reelaboración de ella. Por ello estudió las leyes de formación del diseño precolombino, investigó su iconografía y trabajó para muchísimas instituciones en los temas de artesanía y diseño; fue invitado y becado por distintas universidades del mundo y trabajó en programas en pro de la paz en el medio oriente, fruto de los cuales es el diseño del “Símbolo de la Paz”, un poliedro pétreo formado por una tetraedro truncado, en cuyas caras, con incrustaciones de malaquita, se halla representado el hombre, en la misma posición que el “Señor de los Báculos” de las culturas precolombinas; los tres personajes, que representan la ciencia, el arte y las religión, están tomados de las manos; sendos conductos taladrados unen sus corazones en una cavidad central (representando el sentimiento del amor y la tolerancia) que se proyecta verticalmente hacia arriba, representando la sabiduría. Esta creación ha sido reconocida a nivel mundial y un centenar de artistas del mundo entero realizaron creaciones inspiradas en ella. Por tal motivo, Iván Macha recibió el reconocimiento y aplauso de prominentes personalidades como el Papa, el Dalai Lama y grandes políticos y artistas internacionales.
En su exposición individual, recientemente inaugurada en el Museo de Arte Contemporáneo del Cusco, muestra acuarelas y esculturas en madera en las que exhibe su depurada técnica y mensaje estético de fuerte personalidad, como sus convicciones. Iván es un creador nato, ejerce la docencia en la Universidad Federico Villarreal, como arquitecto, pero su alma es de artista plástico, la calidad de sus obras, el empeño y prolijidad puestos en ellas, así lo atestiguan.
De las largas conversaciones que tuvimos durante su exposición, en el “Café Extra” o en la caminata por los centros arqueológicos de Sacsayhuaman y Kusilluchayoc, redescubriendo dioses tallados en piedra o degustando comidas típicas en la picantería junto con el pintor Edwin Chávez y Anita Enciso, hemos recogido notables disquisiciones sobre el arte, la artesanía, la vitalidad de la cultura andina y su racionalidad específica; su desarrollo en el diseño y la infinidad de modelos desde la cultura Caral, (asiento pre-cerámico ubicado cerca de Supe, en el norte de Lima) pasando por Chavín, Pucara, Tiahuanaco y la cultura Inca. Concluyendo en que lo “accidental” es siempre el principio de toda creación, cuando el artista decide ser él mismo, separándose de moldes tradicionales y de las rutinas estéticas e irrumpe con el caudal de nuevas creaciones que generarán ciclos diferentes.
Su búsqueda de un lenguaje plástico contemporáneo de raíz andina, lo ha llevado a la especialización pues está haciendo una maestría en Arqueología. Su propuesta dista mucho de las expresiones mediocres del indigenismo trasnochado, panfletario o turistero. Sus cuadros no son mercancías baratas hechas por encargo o destinadas al mercado artesanal, no. Son, más bien, propuestas estéticas, fruto de largos estudios y tanteos que comienzan en los apuntes de bitácora, pasan al ensayo en la mesa del diseñador, se revisten de colores meditadamente colocados en planos sobre formas arquitectónicas, en las que la luz es el elemento más saltante, en la transparencia de los colores puestos sobre las texturas de papeles hechos a mano. Sus obras proyectan armonía, unidad en la composición de la propuesta: estudio concienzudo. Como en los estudios del diseño de un cangrejo con los cánones precolombinos, para un mural en el Instituto de Neoplásicas; o esa bellísima composición fractálica de un campo con plantas de maíz, el mismo que fue realizado en cerámica esmaltada en un mural de grandes dimensiones en la ciudad de Lima.
La trayectoria de Iván Macha nos muestra sus exposiciones desde 1970, en importantes galerías limeñas, Bienales de Arquitectura y pintura, en nuestra patria, en París, Israel, Nueva York – USA, Alemania o Polonia y sus presentaciones en la famosa “Bienal de Venecia”, desde el 2001.
Trabajador incansable, sabe que el verdadero talento se muestra en la concepción de la idea y en la elaboración de los trabajos, hasta su conclusión total, su enmarcado y exposición.
La exposición titulada Iñiy (creer), es, extrañamente, su primera individual, que está abierta para el disfrute del público cusqueño, cuenta con el auspicio de la Universidad Federico Villarreal, Arrecife - Servicios y Kamikase
Vaya pues, de parte nuestra, un abrazo fraternal, para este “Qolla sabio”, como muy bien lo definió el enfervorizado artista Guido Avendaño, cuando le dedicó, con su natural espontaneidad, hermosas melodías andinas, a dúo con otro artista de la quena, la noche de la inauguración.
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EL NUEVO ARTE TEATRAL CAMPESINO DE HUANCCARA
JILIAT ZAMBRANO Y SU OBRA PERUANISTA
(En memoria de Bacílides Zanalia, teatrista y cuentista indígena de Huanccara)
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Volver a Huanccara, una comunidad campesina cercana a Urcos, en la provincia de Quispicanchis, luego de veinte años ha sido para mi una gran revelación. Habíamos visitado este lugar, en nuestro años juveniles, subiendo a pie por una enorme montaña, una tarde inolvidable, recogiendo plantas, insectos y minerales, y descubriendo en los comuneros de esa comunidad campesina un corazón inmenso y acogedor, pues, luego de un partido de fútbol, pudimos intercambiar el arte que profesábamos: la música, el teatro y la poesía, con el arte milenario y raigal de los comuneros. A contrapunto, desplegamos, bajo el sol amarillento de la tarde y el eco de nuestras quenas devuelto desde las montañas que encajonan la quebrada, todo lo que el espíritu había atesorado; cómo no recordar las agudas voces de las sopranos indias, el ulular del pututo, el actuar recio y viril de Don Bacílides Zanalia, contándonos en quechua teatralizado, el cuento del zorro y el oso (“Atoqmanta willakuy”), que él mismo había recopilado de la memoria colectiva de su pueblo.
Fue sólo una tarde; una tarde suficiente para amalgamarnos el alma con el alma andina; para hacernos, finalmente, indios de poncho, chullo, ojota, zampoña y quena. Indio – mestizos, que rodaríamos el mundo mostrando con orgullo el acervo cultural de nuestra tierra peruana. Éramos, pues, un grupo de jóvenes ansiosos por conocer el Perú profundo del que nos hablaban, en sus escritos: Uriel García, José Carlos Mariátegui o José María Arguedas. La militancia comunista y el indigenismo nos habían empujado a adentrarnos a nuestras raíces a buscar el manantial mítico de donde manaba, a raudales, el elíxir de la eterna juventud de nuestra cultura nativa.
El motor y vector de ese cambio y descubrimiento, fue nuestro admirado amigo el artista Jiliat Zambrano del Castillo, un alma extraordinaria, talentosa y fina, que había calado hondo compenetrándose en la vida, vivencias y pasiones de un pueblo que conservaba vivas las tradiciones y costumbres del lejano incario, una comunidad cuya cerviz jamás había inclinado ante el látigo del antiguo encomendero o del moderno gamonal. Jiliat había contribuido a recuperar las virtudes y valores de ese pueblo, con ellos había participado, en 1974, en los años de la revolución velasquista, (que los necios y reaccionarios llaman, todavía, “dictadura militar”, confundiéndola con el remedo encabezado por el traidor Morales Bermúdez), en los festivales Inkari y de la Mujer Campesina en la capital de la república. Jiliat había venido como alfabetizador del programa ALFIN, y fundó, junto con Bacílides Zanalia Nina (comediante), Francisco Huanca (poeta), Honorato Nina Huamán, Estanislao Ccañihua, el Teatro Campesino de Huanccara, como reza en un recorte del diario La Crónica, de aquellos años. Con Bacílides, el más esclarecido y talentoso, habían recogido relatos, cuentos, adivinanzas, que teatralizados, causaron grata impresión en los escenarios populares del Cusco y Lima.
No podía ser de otra manera, Jiliat, provenía de la Escuela de Periodismo LLAQTA, que dirigía Pablo Ojeda y de donde salieron, como de un semillero, importantes personalidades de la cultura cusqueña contemporánea; fue organizador de Amauta Agrupación Artística, en el barrio de San Blas y militante de nuestra causa proletaria. Durante su estadía en Huanccara y en toda actividad, fue importantísima la ayuda, colaboración y participación decidida de su señora esposa María Cáceres Bengóa y sus hijos Fidel, Amilcar y Álvaro. También de sus hijos John y Peter, de un compromiso anterior. En quechua y usando su humorismo sarcástico nos refiere la razón por la que su primer compromiso había fallado : “Wayna-sipas reqsenakuytiyku manan tiapuykuchu”.
Bacílides Zanalia, el recopilador de literatura oral tradicional quechua, cuentos, leyendas, adivinanzas e insultos era, también, creador y humorista; él había satirizado a los políticos demagogos con anatemas quechuas como el que sigue: “Asnoq siquin hina, barararaq faramalla runa” .
Bacílides estuvo casado con Justina Huanca Quispe y tuvo tres hijos: José, Yesabela y Elio. Este formidable intelecto campesino falleció víctima del abandono y de la destrucción que protagonizara el extremismo senderista en nuestra patria. Los años ochenta fueron nefastos para su familia, falleció, también su esposa dejando en la orfandad a sus hijos.
RECUPERANDO LA RAIZ PERDIDA.
Urgido por una necesidad vital de volver a sus raíces perdidas y recuperar el trabajo realizado, Jiliat, luego de dedicarse a trabajar con proyectos y ONGs, siempre en comunidades campesinas como: Miska, San Lorenzo, Raura Q’asa y comunidades del valle sagrado y Paucartambo, decidió retornar a Huanccara, donde podía dar continuidad al trabajo realizado. Escribió un artículo titulado “Construyendo Región” y se propuso construir, él mismo, un modelo de gestión cultural y educativa denominado: “Cultura, educación y arte en la comunidad campesina”. Sabedor de las potencialidades de la cultura y el idioma nativo con el que se puede teatralizar los relatos dándole a su mensaje la contundencia del relato cinematográfico; aspectos que los estudiosos de la oralidad aún no han desentrañado.
Idealista, en el sentido de “llevar el ideal a un fin supremo”, como nos lo enseñara el “Che” Guevara, emprendió su cometido; felizmente, muchas circunstancias le fueron favorables: su padre le ayudó con la venta de un bosque en la quebrada de Pumahuanca y el alcalde de Urcos, el profesor Lizardo Ángeles Revollar, le apoyó con pasajes y viáticos por unos meses, fructíferos, porque con el concurso de su hijo Fidel, director del grupo musical “KMT UMIÑA”y el artista César Aguilar “Chillico”, hizo la filmación del video titulado “HAYCHAY” sobre el tradicional cargueo de la cosecha del maíz que realizan los campesinos cantando y tocando una flauta de cuatro cañas denominada “Cañaris”, película que luego de enormes sacrificios, para conseguir un proyector, fue mostrada en esta mi última estadía en Huanccara, a sus propios protagonistas o actores: los comuneros. Como en los dibujos de Guamán Poma, del Aimoray, hoy en día los campesinos realizan el Haychay, cantando un estribillo no traducible para darse ánimo y fuerzas:
“Wayu haychay yuhaychayá
yujaychayá wayuhaychay”.
Encabeza la fila un capitán al que conocen como “Inca Qollana”, quien toca el “cañaris” con sonidos codificados, sea, para comenzar el cargueo, para proseguir o para hacer un descanso; o un “mio” (palabra quechua que significa hacer un breve descanso, para arreglar la carga, “chapchikuspaka samairikunapaq”).
Con el “Teatro Campesino de Huanccara” ya reactivado, Jiliat ha realizado sendas presentaciones teatrales: El 30 de abril, en la propia comunidad de Huanccara; el 6 de agosto en Urcos y el 19 de agosto en el Teatro Municipal del Cusco, contando con el apoyo del cineasta Luis Figueroa que facilitó la proyección de la película “Yawarfiesta” filmada en Huanccara y protagonizada por sus comuneros; con el apoyo de Chistian Dardenne, Director de la Alianza Francesa; Oswaldo Montufar de “Bronces-sonido” y el concurso de maestros del arte como César Aguilar y Edwin Chávez Farfán. Algo curioso que debo resaltar, es la existencia de un afiche donado ¡por el Gobierno Regional!
Mi último retorno (“kutiriy”) a Huanccara lo hice en auto, acompañado de la ceramista japonesa Hideko Iwakuni, quien no cesó de fotografiar las escenas vistas en la fiesta comunal, la algarabía de la multitud al reconocerse en el film, los músicos y niños danzantes, y el paisaje colorido de esta comunidad andina arquetípica. Estuvimos alojados en casa de Estanislao Ccañihua y esposa Florentina Guerra, con sus hijos Ricardina, Ernestina y Germán; desayunamos con Jiliat en una acogedora cocina, cerca del fogón, donde hervía el mote y el phuspu de habas, y nos merodeaban, curiosos, los cuyes y las gallinas. Elio, el niño huérfano, hijo de Bacílides, nos obsequió, en quechua, un divertido monólogo tetralizado del ratón y el muñeco de brea.
Volvemos a pie por la carretera y cortamos camino por entre los barrancos, siempre, con mi manía de coleccionista: recogiendo, piedrecillas de colores, semillas, yerbas aromáticas como un “maicha” o brujo andino. Y, Hideko, pese a los esfuerzos de Jiliat, se resbaló tres veces, como para no olvidarse de Huanccara.
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ADIOS A JULIA CHAMBI LOPEZ
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez.
Señoras y señores:
Tengo el penoso encargo de la presidencia del Instituto Americano de Arte, de rendir el homenaje póstumo a nuestra querida consocia la artista Julia Chambi López, la infausta noticia de su fallecimiento enluta a esta antigua institución, fundada hace 66 años por un grupo de artistas e intelectuales cusqueños entre los que se encontraba el artista de la fotografía, Don Martín Chambi.
Julia Chambi siguió las huellas dejadas por su ilustre padre, fue ayudante en su estudio donde aprendió los secretos técnicos y artísticos del manejo de la luz y los insumos químicos para la obtención de imágenes, retratos, estampas y paisajes del Cusco contemporáneo, que hoy son el testimonio de una época crucial de la historia de esta tierra.
Fotógrafa por mérito propio, documentó la vida cultural cusqueña con su infaltable cámara de bolsillo en exposiciones, reuniones sociales, gestas de protesta y certámenes culturales y artísticos. Junto con el cineasta y fotógrafo Eulogio Nishiyama gestaron la creación de la "Fototeca del Cusco antiguo" del Instituto Americano de Arte, donde se recogió y amplió obras de los fotógrafos más importantes del siglo XX cusqueño.
Julia Chambi guardó con celo la preciada herencia cultural dejada por su padre, un archivo conservado y puesto en valor con abnegado y amoroso afán por ella, que consta de centenares de placas fotográficas con la vida social, económica y cultural del Cusco; sus atractivos turísticos, retratos de personalidades importantes, hombres y mujeres ilustres y escenas de la vida de los más humildes pobladores indígenas, que hoy son la admiración del mundo entero y se muestran en los museos más importantes del orbe.
Fue activa participante de las más importantes instituciones culturales del Cusco, vice-presidenta del IAA y dirigió los destinos de la Asociación de Artistas Plásticos, distinguiéndose en la promoción de jóvenes valores que exponían sus obras en la "Galería Justo Béjar Navarro".
Su militancia sincera en la causa de la cultura y el arte se hizo sentir en la defensa del IAA en los momentos en que esta entidad corría el peligro de perder su local y ver destruido su patrimonio cultural y su museo de arte. Siempre entusiasta y colaboradora aún en perjuicio de su propia salud y economía, trabajó por esta casa cultural que ahora se ve enlutada por su partida y manifiesta su dolor por la irreparable pérdida de una amiga y consocia admirada que tuvo en su vida un único derrotero: El amor inmarcesible al Cusco y a su patrimonio artístico monumental.
Por todo ello es triste y doloroso expresarle este último adiós.
Cusco, 17 de Octubre del 2003
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LA AGRESIÓN IMPERIALISTA AL IRAK
Escribe: Julio A. Gutiérrez Samanez
El mundo, ahora más globalizado que nunca por medio de la televisión, asiste atónito como espectador al ataque alevoso que realiza el imperio yanqui y sus aliados a un país soberano.
Por supuesto, la indignación ha crecido como maremoto en todo el planeta, millones de personas salieron a protestar aún en los mismos Estados Unidos.
Si bien es cierto, que la guerra de rapiña o de conquista es la institución más vieja de la humanidad, pues en diez mil años de historia, siempre el paz grande se comió a los pequeños y muy pocas veces apareció un “David” que derribara al abusivo gigante.
Esta guerra tiene como particularidad el ser absolutamente producto de la prepotencia del más fuerte. La alianza yanqui-anglo-española, surrándose en toda racionalidad y en las normativas de la ONU, ha desplegado una campaña de extermino, conquista y crimen. El objetivo es el asesinato de Sadam Hussein y la consiguiente captura y “conquista” de la riqueza petrolífera del país que posee una de las mayores reservas, así de simple. A nombre de la “democracia y la libertad”, del mismo modo a como lo hicieran antes, en las cruzadas, a nombre de Jesucristo y el rey, cuando salían de europa hordas de invasores y saqueadores para arrazar pueblos y países de los “impios”, Sarracenos, musulmanes o árabes con el cuento de recuperar el santo sepulcro. Los yanquis lo hacen hoy por “santo petroleo”.
En la antigüedad los guiegos agredieron Troya; los persas invadieron Grecia; Alejandro conquistó Persia, Egipto llegando hasta la India. Tras las luchas dinásticas y religiosas se ocultaba la búsqueda del dominio de las rutas comerciales de especias, seda y alucinógenos.
Al cierre de estas rutas, los invasores europeos se lanzaron a la conquista de los mares y para llegar a la India bordearon las costas africanas, y al aventurarse hacia el occidente tropezaron con un nuevo continente, listo para ser engullido por sus fauces.
Con los siglos esta historia de agresiones y conquistas occidentales, desembocó, descaradamente, en esta última guerra de rapiña y de conquista. Con una lógica estúpida, por sospechas y suposiciones o por odio racial y prejuicios, (los árabes son feos, sucios, adoran a un Dios diferente y poseen “nuestro” petróleo). O por vamos a liberar al Irak de una tiranía. Es realmente increíble que con esos torpes argumentos y con tanta irresponsabilidad y vileza se haga la historia.
Esto nos demuestra que estamos entrando, peligrosamente, a una etapa inédita del dominio imperialista autoproclamado gendarme del mundo, que recoge los sueños hitlerianos de un milenio de grandeza.
El Imperialismo “neo liberal” ha pateado el tablero de juego, para imponer la ley del más fuerte, la única ley que gobernó el mundo sea a nombre de dios, el diablo, el oro o el petróleo.
El imperio calculó bien el negocio de la guerra, se sabe que sin guerras su sistema colapsaría, pues no funcionarían su industria bélica y sus arsenales quedarían obsoletos sin ser usados. La guerra agiliza su economía, y para quienes priorizan las ganancias sobre el ser humano, no les importa la sangre ni el genocidio: La guerra de extermino y crimen es un gran negocio para el imperio.
Fue así los conquista de América por los españoles, para los ingleses, franceses y holandeses la conquista del Africa y Asia. El derecho de conquista, repudiado por toda la civilización actual, siempre ha funcionado, dando grandes ganancias.
Recordemos en nuestra propia historia americana, después de la emancipación, los ingleses pretendieron conquistar la Argentina; los españoles tentaron reconquistar el Perú con su escuadra derrotada el 2 de mayo de 1866. Hasta en México fue intervenido y tuvo un Emperador austriaco. Los Yanquis, invadieron México y se apoderaron de la mitad de su territorio; seccionaron Panamá de Colombia, para manejar el canal. Nuestros propios vecinos chilenos, conquistaron a sangre y fuego territorios peruanos y bolivianos y, durante cuatro largos años, saquearon, incendiaron y asesinaron civiles en casi todo el territorio peruano. Cuando se retiraron quedamos con una enorme deuda de guerra. En pleno corazón de Sudamérica, la triple alianza de Brasil, Argentina y Uruguay, casi borraron del mapa al Paraguay.
Los “americanos” yanquis, intervinieron en todo lugar: Invadieron Cuba en Bahia de Cochinos, Atacaron Panamá, para secuestrar a Noriega; asaltaron Granada y asesinaron a su presidente, intervinieron en Nicaragua apoyando a los “contras”, intervinieron el El Salvador, ¿Cuántas veces no intentaron asesinar a Fidel Castro, en Cuba?.
Todavía están frescas las guerras de rapiña “contra los comunistas” en Corea y Vietnam; el asesinato del “Che” en Bolivia, el derrocamiento y asesinato de Allende en Chile, los asesinatos de Omar Torrijos, en Panamá y Torres en Bolivia, todos por orden de la CIA.
Los yanquis, también son responsables de sostener las dictaduras más cruentas en Brasil, Argentina y Uruguay. ¡Dónde no ha metido el tío caimán su colmillo inmundo! Y siempre a nombre de la “libertad y la democracia”. Después de Irak ¿En cual de nuestros países actuará?.
Por lo pronto, tiene las miras en Colombia y nuestro país, donde tiene a un lacayo y chupamedias como presidente.
Realmente las únicas derrotas infringidas al imperio yanqui han sido la de Vietnam y la jornada sangrienta del 11 de setiembre en la cual, los talibanes, sus antiguos aliados, le dieron de su propia medicina.
Y nuestra “llaqta”, sus autoridades y organizaciones “vivas” y de “base”¡Callaron en todos los idiomas!.
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A LA MEMORIA DE DANIEL ESTRADA
Escribe: Julio A. Gutiérrez Samanez.
Profundo pesar ha causado el fallecimiento del Dr. Daniel Estrada Pérez, ocurrido en la ciudad de Lima, víctima de un cancer avanzado. Con su muerte, el Perù pierde a uno de sus mejores patriotas, demócratas a carta cabal y ejemplo de político honesto e idealista. ítico honesto e idealista. Y, el Cusco, pierde a su líder más prominente; al defensor de su patrimonio cultural; al promotor de su cultura, por el ancho mundo; al político que encarnó los ideales de las masa populares y de las élites pensantes.
Hijo de una ilustre familia cusqueña. Su padre el Dr. Alcides F. Estrada, fue tribuno connotado; jurisconsulto, historiador y escritor de talento y fino estilo; autor de la “Monografía de la provincia de Calca” y de la biografía del matemático calqueño Eusebio Corazao.
Daniel Estrada Pérez, abogado salido de las aulas de la Universidad cusqueña, comenzó su carrera política ayudando a los más pobre, defendiendo a ciudadanos humildes de los abusis perpetrados por los poderosos, cuando fue presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, en las heroicas jornadas contra la brutal envestida de la dictadura militar del traidor Morales y el retorno de la reacción civil del segundo gobierno belaundista. Estrada lidió, junto con su pueblo y sus dirigentes, contra la prepotencia gubernamental que apresó y torturó a líderes sindicales, inculpándolos, sin pruebas, por delitos de terrorismo y que asesinó vilmente a campesinos como Teresa Flores de Cutipa y al estudiante universitario Marco Antonio Ayerbe , en las protestas por el alza del precio de los pasajes en los años 81 al 82. Allí, en el fragor de la lucha, creció el liderazgo de Daniel, como defensor indesmayable de su pueblo, como duro crítico y político intransigente con sus principios e ideales, en las heroicas épocas del FUDIC, entidad que agrupaba a todas las fuerzas vivas y organizaciones sindicales y políticas del Cusco, y que presidiera Monseñor Vallejos Santoni, llamado con justicia “Obispo de los pobres”, pues llevó su apostolado a la vanguardia de la lucha por la justicia, la paz y la solidaridad, enfrentando a los más fieros esbirros de la reacción como el prefecto Rosasco Gerques. Otro líder de humilde origen que hizo relucir su grandeza y valentía fue don Gregorio Ramos Mamani, el último de los grandes secretarios generales de la gloriosa FDTC.
En ese caldeado ambiente se fortaleció la figura de çDaniel, hasta la formación de Izquierda Unida, en cuyo seno, se perfiló como indiscutible líder y llegó a la alcaldía de Municipio cusqueño.
En ese entonces, a un grupo estudiantil, nos tocó colaborar con la campaña imprimiendo afiches serigráficos sobre hojas del periódico “El Peruano”, que el propio Daniel nos proporcionaba y venía a supervisad el tiraje en nuestro taller. Aún obran en mis archivos los originales de dicho trabajo.
Durante su alcaldía, realizó una huelga de hambre para arrancarle a la cervecería cusqueña el edicto municipal 002, con cuyo sacrificio se logró la suma de 180,000 Dólares anuales para subvencionar la cultura y realizar obras de alcance social.
Cuántas obras no le debe el Cusco a Daniel Estrada, obras como la remodelación y puesta en valor de los barrios históricos de San Blas y San Cristóbal; la mejora del ornato de la ciudad, con la introducción de fuentes ornamentales o pacchas; plazas y parques nuevos; la recuperación de la explanada del Qoricancha; el mural monumental de la Historia del Qosqo, obra del maestro Juan Bravo Vizcarra, la alameda y monumentos a Pachacuteq y al Cóndor, obras del desaparecido artista, escultor y cineasta Fausto Espinoza.
Además, mostrando su sentido de equidad, justicia y su generosa visión, entregó la medalla de la ciudad a los más preclaros intelectuales, artistas, luchadores sociales, educadores y personalidades que dieron lustre y loor a esta ciudad, y a quienes, por descuido, discrepancia ideológica o simplemente por cretinismo provinciano, no se había reconocido antes.
La obra editorial de los tres periodos del Dr. Estrada, es fuera de duda, insuperable, pues no tuvo precedente alguno ni continuidad por las autoridades que le sucedieron. Se publicaron trabajos de gran valía en historia, literatura, arqueología, antropología, educación, ecología, bellas artes y diferentes campos de la ciencia. Y, en todo brilló el nombre quechua de esta tierra : el Qosqo; topónimo este, reivindicado personalmente por Estrada.
Junto a esa portentosa obra editorial, cabe destacar el inmenso apoyo que dio a la cultura y al arte que significó la edificación del nuevo Teatro Municipal y la salas de exposición del Museo de Arte Contemporáneo del Qosqo.
Estrada inauguró una etapa de modernización de nuestra cultura arcaica y provinciana; se proyectó una visión compartida a futuro, desde las élites pensantes del Cusco; se cimentó y se llevó al poder una ideología contestataria y raigal que es el cusqueñismo, que no era como obtusos críticos capitalinos dijeron: “Una mezcla del indigenismo de los años 20 con el marxismo de los 80” sino, natural consecuencia de la reivindicación sentida y urgente de la cultura andina, aun con su etnocentrismo y todo; la recuperación o recreación simbólica de nuestra identidad, sin la cual, los pueblos no son sino, bazofia, carne de cañón o ganado arrastrado a la servidumbre por fuerzas invasoras e imperialistas y, al tiempo que se construía la proyección del Cusco moderno al concierto de universal de las ciudades patrimonio cultural de la humanidad, por medio de los hermanamientos.
Allí radica, según mi entender, la verdadera apreciación de la vida y obra de Daniel Estrada, la unidad entre la teoría y la práctica; la visión universalista y global de un Cusco para el siglo XXI y la obra material conducida y creada con pasión y desbordante energía. Obra cuya trascendencia crecerá con los siglos, con el transcurrir del tiempo y de las generaciones. De Daniel quedará su impulso generador de inquietudes, su terca esperanza en un mañana mejor; su postura positiva, optimista; su límpida trayectoria y honradez a toda prueba. Su lucha tenaz y viril, contra un centralismo limeño venal, corrupto, traidor, “amariconado” como dijera Arguedas, que hasta el último instante se ensañó cruelmente con él; cuando descubrió que sus propios compañeros de bancada, habían negociado con el oficialismo su salida de la presidencia de la Comisión de Justicia. Esta ha sido la última puñalada que recibió Daniel. Quizás, en su interior murmuró como César: “¿Tú también, Bruto?”.
La experiencia parlamentaria en Lima, acabó con la salud de Daniel; lo consumió en un estrés nacido de la constante lucha, postergación, traición y derrotas, en contra de las cuales luchó como un león, como un verdadero “qosqoruna”. Y, pese a su último mensaje en que instó a preservar la unidad entre peruanos, yo me revelo pues desearía que esta mi tierra cusqueña fuera cabeza de un país independiente, lejos de Lima y su garra cruel, su ultra-centralismo que está destruyendo como un cáncer al Perú.
Daniel, ahora descansa en paz. Quizás, para ser equitativos señalemos como sus únicos defectos, su soberbia e individualismo, nacidos de su propia orgullosa raigambre de cusqueño y porque prefirió rodearse de áulicos y adulones de baja estofa y no de amistades que le señalaran los errores en el camino, le previniesen de yerros políticos y cuidasen de la siembra que él dejaba; no confió en los verdaderos amigos en aquellos que no se humillan como siervos serviles, sino que discuten y critican fraternalmente. No generó liderazgo que le continúe ni organización partidaria que debieron crecer bajo su sombra protectora, más bien, contribuyó con el desmembramiento y derrota de su propio movimiento.
Al final, muchos de los leales ciento por ciento, a los que él había encumbrado, le mordieron la mano como serpientes venenosas y lo traicionaron vilmente. Esos mismos, sin ocultar su oportunismo fariseo y afán de figuración derramaban lágrimas de mujer ante el cadáver del hombre que traicionaron y combatieron. ¡El propio pueblo cusqueño! Que desfiló por millares durante el velorio y entierro ¿No lo abandonó, en las últimas elecciones, de modo que casi “Hualaycho” y otras nulidades políticas (lujos que se gasta el populacho) casi lo desplazan del parlamento?
Y... ahora.... lloran al líder... cuando ya no hay nada más que hacer....
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CUANDO EL JOVEN GARCILASO SE HACÍA “LA VACA”
LA “CH’ITADA” DEL INCA
Por: Ingº. Julio Antonio Gutiérrez Samanez
(Dedicado a mi maestro primario en el Colegio Nacional de Ciencias, el profesor Domingo Gibaja)
“Ch’itarse”, hacerse la vaca, tirarse la pera, son distintas maneras de referirse al hecho de abandonar las aulas escolares y pasar el tiempo jugando o caminando, como bicho mostrenco, por calles parques o montañas. La palabra “ch’itarse”, muy cusqueña y proveniente del Quechua, es la más usada entre nosotros ya que cada cual, a su tiempo, se “ch’itó” del colegio; a veces sin quererlo, cuando se llegaba retrazado y ya las puertas del “glorioso” se habían cerrado y los inspectores señores “Tumba” Pezúa o el “Sapito” Florez, llamaban la atención e increpaban a los vagos y tardones, sin permitirles ingresar al claustro. No había otra alternativa que irse a deambular por las calles, haciendo mataperradas o acudir a las funciones de cine; subirse al “rodadero” o irse a las faldas del cerro Picchu, pero no volver a casa si no ya a la hora de salida.
Hay muchas “Ch’itadas” históricas, pero ninguna más célebre que la descrita por el insigne e “ínclito” mestizo (como repiten los historiadores) y paisano nuestro el Inca Gracilaso de la Vega. Dicho “ínclito” personaje, en sus años escolares se había tirado la pera, como él mismo nos lo describe, por una causa muy especial; un acontecimiento único en su género que merecía hacerse la vaca; se trataba de presenciar la primera vez en que una yunta de bueyes traídos por los españoles araría en la tierra de los incas.
El espectáculo no era para menos pues ocurriría en el andén de “Chaqmana”, cuyos restos aún existen en la calle Santa Clara, sobre cuya planicie se hallaba el convento de San Francisco y posteriormente el Colegio de Ciencias y se prolongaba por la calle llamada del “Hospital”, (porque durante la colonia estuvo ubicado allí el Hospital de Naturales) hasta la quebrada del río Sipaspujio y el puente colonial de la Almudena.
En ese terraplén se reunieron las autoridades, los notables de la ciudad: incas y españoles y un gran número de curiosos, cierto día de ¿Setiembre? de 1551. El infante y futuro cronista, para no ser visto por su padre se inmiscuyó entre sus tíos y abuelos maternos y el populacho indígena, donde escuchó los comentarios de esos incas, quienes criticaban a los extranjeros y barbudos por ociosos, pues, por no labrar ellos mismos la tierra, explotaban a estos enormes animales. La ley natural mandada por los viejos amautas obligaba a cada cual, inclusive al propio Inca, labrar la tierra con su propio esfuerzo para sacarle provecho. Norma ética, indudablemente superior a la ética occidental de hombres que se valían del trabajo de esclavos humanos y de indefensos animales que movían sus máquinas. Garcilaso consigna el nombre de los privilegiados bueyes: Chaparro y Naranjo y otro Castillo –quizá el nombre de Chaparro que posee una de las calles que cortaban el andén proceda del nombre de aquel buey-. Oigamos al propio Inca historiador contarnos este cuento en el capítulo XVII del Libro Noveno de sus “Comentarios” :
“..Los primeros bueyes que vi arar fue en el valle del Cuzco, año de mil y quinientos y cincuenta uno, más o menos, y eran de un caballero llamado Juan Rodríguez de Villalobos, natural de Cáceres; no eran más de tres juntas; llamaban a uno de los bueyes Chaparro y a otro Naranjo y a otro Castillo; llévome a verlos un ejército de indios que de todas partes iban a lo mismo, atónitos y asombrados de una cosa tan monstruosa y nueva para ellos y para mi. Decían que los españoles, de haraganes, por no trabajar, forzaban a aquellos grande animales a que hiciesen lo que ellos habían de hacer. Acuérdome bien de todo esto porque la fiesta de los bueyes me costó dos docenas de azotes: unos me dio mi padre, porque no fui a la escuela; los otros me dio el maestro, porque falté de ella. La tierra que araban era un andén hermosísimo que está encima de otro donde ahora está fundado el convento del Señor San Francisco; la cual casa, digo lo que es el cuerpo de la iglesia, labró a su costa el dicho Juan Rodríguez de Villalobos, a devoción del Señor San Lázaro, cuyo devotísimo fue; los frailes franciscanos compraron la iglesia y los dos andenes de tierra años después; que entonces, cuando los bueyes, no había casa ninguna en ellos ni de españoles ni de indios. Ya en otra parte hablamos largo de la cómpreda de aquel sitio; los gañanes que araban eran indios; los bueyes domaron fuera de la ciudad, en un cortijo, y cuando los tuvieron diestros, los trajeron al Cuzco, y creo que los más solemnes triunfos de la grandeza de Roma no fueron más mirados que los bueyes aquel día”...
Por seguir a ese ejército de indios “noveleros” el joven mestizo faltó a clases, y cómo no recordar ¡Dos docenas de azotes! De la época en la que se decía “La letra con sangre entra”.
¿Qué estudiaría el Inca? ¿lecciones de gramática?¿Latín o griego? ¿Historia Sagrada?, no lo sabemos, pero nada era tan importante como asistir a ese momento especial de la historia peruana.
Es injusto que mientras, fuera de las aulas, pasa el río de la Historia: los grandes acontecimientos, mítines, revoluciones, protestas y hechos notables; el escolar tenga que permanecer amarrado como un buey a la yunta o al pesebre y al forraje de las aburridas lecciones escolares, Lo que constituye, desde antaño, una deficiencia en los sistemas educativos.
Forzado por las circunstancias de haber llegado tarde al colegio, también yo, de muchacho, me hice la vaca con mis compañeros; en una bellísima y soleada tarde de junio, nos fuimos al cerro Picchu, donde abundaban los Chachacomos en los que se criaban hermosas mariposas rojas que llamábamos “huaytampu”, las que cogíamos con mucha facilidad pues recién estaban saliendo de sus crisálidas.. El paso de las horas se sentía con cierto remordimiento; el paisaje y la ciudad se veían apacibles, debajo del altozano, a lo lejos se divisaban los nevados montes del Ausangate y el valle profundo y azul. Mi mente no podía apartarse de los que estaba ocurriendo abajo, sobre el mismísimo andén de Chaqmana, en el Colegio de Ciencias. Mi profesor Domingo Gibaja ¿Estaría tomando las lecciones?¿hablaría de la Naturaleza? Mientras en mis brazos se deslizaban los “huaytampus” tratando de volar, mis bolsillos estaban repletos de piedrecillas de colores, y mi cerebro “llenito” de tarde, paisaje y nostalgia que no podría nunca olvidar. Llegó la hora del recreo y el bullicio del alumnado llegó hasta nosotros, los huidos, como reos ausentes del colegio. Cómo podría poner atención al juego de los trompos, ni a los “tiros” o canicas. Era una sensación de pesar que mitigábamos capturando grillos y saltamontes, hasta que escuchamos el sonido de la campanada de salida, su ulular llega “clarito” hasta nosotros, entonces bajamos a tropel, de la montaña, a la calles Nueva Alta y Desamparados, a reunirnos con los demás compañeros. Pero mal de males, mi madre me buscaba precisamente esa tarde y supo que yo no había estado en el colegio. No recibí 24 azotes, -felizmente, la letra y los números con sangre ya no entraban-, pero sí recibí una reprimenda que nunca olvidaré. ¡Cómo no supe que el “ínclito” paisano lo había hecho hace tanto tiempo!, aún así, no desperdiciaría la ocasión para “ch’itarme”, nuevamente, cualquier otra soleada tarde de abril o de junio.
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NUEVO TEATRO ANDINO
“LA CONTROVERSIA DE VALLADOLID” EN ESCENA
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Era la mañana de un sábado soleado en la plaza de armas del Cusco, mi amigo el arquitecto limeño Iván Macha, me narraba un hecho curioso: había visitado una tienda de textiles indígenas en un portal de la plaza y al preguntar por la procedencia de tan bellos ponchos, una anciana, probablemente la propietaria, se había negado a darle información, arguyendo que ella no lo sabía y que ni los mismos “indios” lo sabían, pues eran “ignorantes, ociosos, ladrones, mentirosos y degenerados”. Que yo recuerde, esa señora posee un Museo Textil en Plateros y ha hecho fortuna con “esas cosas de indios”, tenía una tienda en Santa Clara, en el local de la Municipalidad y se opuso tercamente a que fuera demolido para la construcción de un parque. En ese establecimiento, un solo poncho, -adquirido por nada a algún campesino-, se vende a doscientos o trescientos Dólares. Pero, la mentalidad feudal o gamonal y racista de la dueña no le permite tener un poquito de gratitud con nuestros hermanos andinos. Así como esta señora, todavía en pleno siglo XXI, hay gente que por ignorancia o estupidez, continúa segregando al “indio”, aún engordando y enriqueciéndose a su costa.
Por esta razón, me empeñé a que el amigo Macha se quedara un día más en esta ciudad con la finalidad de asistir a la presentación teatral de la magnífica obra: “La Controversia de Valladolid”, obra que cayó como anillo al dedo para encontrar el origen de esa mentalidad feudal que se resiste a la extinción y pervive en algunas viejas y vejetes cusqueños, pues nació en tiempos de la invasión castellana como ideología de una fracción reaccionaria del clero hispano que creía que la esclavización, masacre y genocidio de los indígenas americanos, perpetrados por los soldado adoradores del oro que se apodaban a sí mismos “cristianos”, era una obra dirigida por la mano de Dios, pues éste les había encargado “evangelizar” a sangre y fuego, con espadas trabucos y cañones.
Se decía que en la Biblia nada había escrito sobre el “indio”, por lo que, probablemente, “no poseía alma, ni sentimientos” y, cosa peor y abominable: adoraba al “demonio” con idolatría y ritos.
Para Ginés de Sepúlveda, un detractor gratuito del indio americano, era un mandato divino el hecho de azolar pueblos, degollar seres humanos, trozándolos en pedazos para alimentar a sus perros, lanceando a los niños y cercenado senos y despanzurrando a las mujeres gestantes. Todas esas atrocidades eran obra divina, en honor a Jesucristo, pues había que castigar a esos seres “inferiores”, que desconocían o se resistían a recibir el “evangelio” y al “Dios único y verdadero”, y que, además, se empeñaban, tercamente, a vivir sin la “luz” de la “verdadera religión”, persistiendo en sus supersticiones.
Contra toda esa ignominia se alzó un hombre santo y sensato, el padre Bartolomé de las Casas y opuso su alegato de defensa del indígena americano contra la perorata racista de Ginés de Sepúlveda, en la famosa “Controversia de Valladolid”.
Al anochecer, fuimos a presenciar la obra puesta en escena en el Teatro Municipal, en ella, excelentes actores cusqueños dieron vida a la polémica crucial realizada en 1550, -hace 450 años-, en el recinto de un convento español, ante un cardenal enviado desde Roma por el propio Papa.
Esta admirable obra fue escrita por Jean Claude Carriere, su idioma original es el francés y fue traducida por Manuel Chaparro; la presenta un colectivo de grupos teatrales cusqueños tales como: Teatro Impulso, Grupo Darte, Desnudoteatro, Volar distinto, Teatro de Barro y Teatro Trashumante. Y es un gran acierto, por la calidad interpretativa de sus actores, por el profesionalismo demostrado sobre las tablas.
Se subleva el espíritu al escuchar la virulencia y la ignominia de las palabras pronunciadas por Sepúlveda, sosteniendo tales aberraciones amparadas en tesis aristotélicas de la inferioridad de ciertas razas: “nacidas para obedecer” y ser esclavas; negando humanidad a otros semejantes, a quienes, para evangelizarlos, había que someterlos, primero, a la más despiadada esclavitud.
Ante esas sinrazones, el fraile dominico Bartolomé de las Casas, el autor de la “Brevísima relación de la destrucción de la Indias”, con los evangelios en la mano y libros enteros de testimonios y crónicas de la destrucción del continente y sus pobladores nativos, oponía su dialéctica, esgrimiendo la doctrina del amor y fraternidad humanas de Cristo y sus seguidores como Pablo de Tarso, que incluían, sin restricción alguna, a los hombres de todas las razas y naciones.
¿Cómo predicar amor, fraternidad, vida eterna cuando hablan los cañones, las espadas, los cuchillos y corre la sangre de infelices inocentes? – Se preguntaba De las Casas-, exigiendo que termine tanto horror.
Las escenas desgarradoras y desnudas de esta obra, impresionaron a los asistentes, pues el tema les tocaba los cordajes más íntimos del alma. Nuestro amigo el “indio” Macha, talentoso artista y arquitecto, profesor universitario, defensor de todo lo andino e indígena, lloraba de emoción e indignación, como mucha gente que presenciaba esta actuación. Así el arte cumplía su papel educador de multitudes, sensibilizador y modelador de espíritus, imprimiendo imágenes, diálogos actitudes y escenas imborrables en la memoria de los espectadores.
Nada más elocuente, nada más subversivo, o mejor dicho, sublevante, que esta obra señera y fundamental para el reconocimiento del trauma, aún no resuelto, de la conquista; magistralmente interpretado por actores de primera línea como: Luis Castro García (Prelado enviado por Roma); Francisco León Farfán, (Ginés de Sepúlveda) o Humberto Chaparro (toda una revelación actoral en el personaje de Fray Bartolomé de las Casas) y el elenco de actores y personal técnico de apoyo.
Ha sido un acierto de la nueva administración municipal el haber hecho este regalo gratuito a la población cusqueña, gracias al empeño de la propia alcaldesa Sra. Marina Sequeiros y el funcionario Sr. Edwin Flórez, quienes, al final del evento, invitaron un vino en honor de los esforzados actores de esta “Controversia”.
La obra es un medio de reflexión de crítica moral y ética que contribuye al reforzamiento de nuestra identidad y, por esas virtudes, debería ser mostrada a las grandes masas populares en las ciudades de la región y en los rincones apartados de las comunidades campesinas tanto de nuestro departamento como del país entero.
“La controversia de Valladolid” en el teatro, es el mejor antídoto para acabar con el espíritu retardatario, reaccionario, racista, anticristiano y feudal que, infelizmente, todavía subsiste en cada uno de nosotros. Pues en el taxi, en los micros, en los mercados, en la tienda de la vieja que vende ponchos o en los elegantes salones de algún Club del Cusco; sin vernos el color de la piel, sin medir el porcentaje de sangre india que corre por nuestras venas mestizas, y, en un país en el que, “si no tienes de inga, tienes de mandinga”, continuamos discriminando y espetando, como el peor de los insultos para con nuestros semejantes, eso de: “Indio de mierda”. Contra, por sí acaso.
XXX
Identidad Cultural Cusqueña Esquema para el estudio de
LA GENERACION “LA SIERRA” Y SU INFLUENCIA
Ponente:
Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Antecedentes
Indigenismo anticlerical de Clorinda Matto de Turner.
El Centro Científico del Cusco y su Boletín:
Personajes participantes. Pedro J. Carrión, F. L. Herrera, Lorena, Corazao, Vega Enríquez, Robledo, Mendizábal, Manuel E. Montesinos.
Ideología del Centro Científico, Positivismo. Mito conquista de la selva y salida fluvial al Atlantico.
Acciones realizadas
Discípulos de CentroCientífico del Cusco
Generacion La Sierra o de la Huelga Universitaria de 1909.
Ideales de los huelguistas: Cogobierno, catedra por concurso Rçegimen digno y equitativo para el estudiantado para controlar la marcha de la U. Modernizar la universidad.
Toma de local y clausura de la U.
Loa integrantes: Demetrio Corazao, García Valcárcel, Cosio, hnos. Aguilar, M.J. Urbina La revista La Sierra. De la Aso. Universitaria.
Rectorado de Giesecke
Modernización de la Universidad: Un Rector joven y norteamericano.
Pragmatismo y positivismo.
Cusqueñización, estudio del pasado del Cusco el ndigenismo. Tesis sobre la realidad local y nacional, arte antropología arqueología, historia.
Creación de la Revista Universitaria, becas a estudiantes, Biblioteca moderna.
Visitas a centros arqueológicos.
Descubrimiento de Machupicchu H. Bingham. Visitas de cusqueños como Cosio, García Valcárcel.
Indigenismo cultural
Recuperación o invención de la identidad local y nacional. Mitos de identitarios
Indigenistas, incanistas, mestizos, cholos e indios.
Exaltación del pasado, visión romántica del incario, exclusión del indio
En artes plásticas: González Gamarra, Benjamín Mendizabal.
Tesis de Alviña sobre Música incaica, tesis sobre Arte incaico (García, González Gamarra).
Instituciones de La Sierra
Centro Nacional de Arte e Historia, 1915
Revista Estudios.
A. Vega Enríquez
Instituto Histórico del Cusco, 1913
Valcárcel, García, Caparó,
Sociedad Anónima del Arte, 1919.
E. Olazo y Figueroa
Evolución del Indigenismo
Creación del discurso (ideología, símbolos, mitos, ritos) del cusqueñismo y la peruanidad,
Sentimientos emotividades, racionalidades para la identidad cultural local
Del Indigenismo emotivo de Clorinda y González Prada. Al Indigenismo 1909 1920 (indio imperial, indígena o inca ideal, sustituye al indio real).
indigenismo político 1920, 30 :
Fundación de la FEP en Cusco, Haya, Bustamente y Rivero,
La sierra segunda etapa 1921.
Embajada cultural a la Argentina, 1923
La universidades populares de 1924,
La Revista Kosko de Latorre, Paredes
en plena dictadura de Leguía
Latorre, Rado, Valcárcel, Grupo Resurgimiento. Pronunciamiento en Amauta
Indigenismo peruano y socialismo
La revista Amauta de Mariátegui
Mariátegui internacionalizó el indigenismo cusqueño
socialismo peruano ni calco ni copia.
El Grupo Ande y la Huelga Universitaria de 1927. Postulación de García al Rectorado. Clausura por 2 años
Grupo Ande y la Revista Kuntur. Saavedra, Rozas, Fuentes Lira, Caller, Gutiérrez Agustín Rivero, Rosa Rivero, Latorre y Rado. Anticlericalismo, gonzalezpradismo,
La revista “La sierra” de Lima. Guillermo Guevara, Victor J. Guevara.
Tempestad en los Andes, Luis E.Valcárcel.
Nuevo Indio, Uriel García
Polémica del indigenismo
“Nosotros los indios” José Angel Escalante Director de El Comercio. Sanchez, Mariátegui
Del indigenismo al socialismo
El Grupo Ande se inscribió al Apra 1927
Después del Congreso de Bruselas rompe con el Apra y funda la primera célula comunista mayo de 1929.
Constituyen los primeros sindicatos obreros clasistas: Construcción Civil, Metalurgistas, zapateros, carpinteros, sastres. Crean la Federación Obrera FOD. Sufren represión,encarcelamiento, expatriación por los gobiernos de Leguía, Sanchez Cerro y Samanez Ocampo.
Discípulos de La Sierra y la creación de la Identidad Cultural
El Cusqueñismo: Creación de tradiciones, símbolos y rituales: Inti Raymi, bandera, himno, adoptar danzas, poncho, chullu. 1944. Lo "nuestro”.
Humberto Vidal, IAA
Se crearon mitos para sostener la identidad nacional con un incario idealizado, socialista, ayllu comunista, el telurismo, la pachamama bondadosa.
Indigenismo político y social. Tomas de tierra 1962, Reforma agraria. 1968, Velasco: “Campesino el patrón ya no comerá de tu pobreza”.
Indigenismo de izquierda en el poder municipal años 80 y 90, la alcaldía de Daniel Estrada. Recuperación del topónimo Qosqo, vigencia del quechua, construcción de monumentos y recuperación de la ciudad para el turismo.
La migración a las ciudades la crisis y el terrorismo 80 90. La aparición de los emergentes la cultura chicha; búsqcan ascenso social y desindianizarse.
Conclusiones
La generación La sierra contribuyó a la forja de mitos de identidad cultural
y aun nos movemos en base a ellos. Hay Mitos futuristas Inkari o el retorno del inca, Pachacutiy renacimiento del incario moderno. Sacralidad del Cusco y Machupicchu (octava maravilla)
Todo esto responde a la necesidad de ser nosotros mismos, sentirnos legítimos para tomar las riendas de nuestra vida e historia.
Inventadas o reales las imágenes de nosotros mismos o nuestra identidad heredada de La Sierra, deben servir para la transformación social, el mejoramiento de la calidad de vida y mejores oportunidades para nuestro pueblo.
Para salir del estado de postración a que nos condenó el imperialismo, como países de tercera categoría.
: “Lo importante en la vida no es ser, tener o parecer, sino hacer, construir, desarrollar”
PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
“DANZA SAGRADA DE LOS APUS” DE SALUSTIO CONCHA TUPAYACHI
Todavía con el olor a tinta de imprenta, -como cuando nos llega el pan recién horneado-llega a mis manos el libro: “Danza Sagrada de los Apus, 50 mitos, leyendas y otras narraciones” del escritor Salustio Concha Tupayachi, trayéndonos los frutos del imaginario andino, recogidos en el más rico filón de nuestra literatura oral: el valle sagrado de los incas y las comunidades y pueblos sur andinos.
“¡Cuantas noticias y fechas históricas, salvadas para siempre del olvido, va a encontrar el lector en las preciosas páginas que entre las manos tiene!” Escribía el ilustre tradicionista Don Ricardo Palma, al prologar la obra de su discípula Doña Clorinda Matto de Turner, eso mismo podemos decir de esta obra, tan plena de emotivos recuerdos, tradiciones legendarias salvadas del olvido y trabajadas con la fértil imaginación de nuestro amigo Salustio Concha Tupayachi, quien, como profesor de escuela rural y con el mismo empeño de un investigador social o antropólogo, supo captar y plasmar en el libro.
Ésta ya es una segunda entrega. La anterior: “Epopeya de los Dioses Andinos” me causó grata impresión y a propósito escribí un comentario periodístico.
El nuevo trabajo sigue la misma línea, el lenguaje es sencillo, llano, asequible a cualquier lector; el cuidado puesto en la corrección y calidad es notorio.
Confieso que con suma delectación he leído estas páginas alimentando mi imaginación con un mundo de Apus o dioses andinos, -a veces vengativos, otras veces compasivos y enamorados de alguna bella pastorcita de la puna-; con fábulas que cuentan de intríngulis entre osos, zorros, burros y wallatas; con historias que hablan de ñustas enamoradas que fugan con amantes furtivos para amarse en lugares encantados donde sus imágenes quedaron petrificadas entre rocas, bosques, árboles añosos; toros salvajes que habitan ríos y lagunas misteriosas; lugares poblados por seres inanimados que, de pronto, cobrando vida, cuentan sus historias, narran la vida de animales mitológicos, -mezclas de reptiles y humanos-, epopeyas dolorosas como la de Qori Occllo la hermana y esposa de Manco Inca, que defendiera su honor, con bravura inaudita; hechos sobrenaturales protagonizados por héroes que compiten con titanes, pisthakos y condenados tenebrosos; historias a cerca del origen del agua, la kiwicha o la keuña; una versión del mito del Paititi que es una pequeña novela, sin dejar de lado pequeñas historias modernas o anécdotas de la autobiografía del escritor; en fin, acontecimientos magníficos que la imaginación indígena y mestiza tejió, durante cientos de años, como filigrana de plata entre hebras finas de vicuña, en el poncho representativo de la cultura peruana.
El libro consta de cincuenta trabajos muy bien logrados que, en su conjunto, constituyen un tesoro invalorable que de otro modo estaría perdido en la memoria secular de nuestro pueblo. Volcados al libro y con esta noble investidura, estos mitos, leyendas y narraciones, darán mucho que hablar y serán acicate para hurgar la creatividad de las nuevas generaciones de escritores del ande.
Julio Antonio Gutiérrez Samanez
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PARA PABLO SEMINARIO EN SUS BODAS DE PLATA ARTISTICAS
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
“Vuelvo desde lo ancestral, trayendo en mi zampoña y mi quena, arpegios de escalar geometría, sumido en la alquimia secular de colores y esmaltes texturados, manipulados al agua, aire, tierra y fuego elementales; he hecho surgir del barro este arco iris de mi esperanza”. Kutiry
Cumplir un cuarto de siglo en el oficio del barro cocido, es un privilegio que ostenta nuestro admirado amigo el artista Pablo Seminario, autor de una copiosa y exitosa obra creativa. Todos sus amigos y colegas en la pasión por la cerámica, celebramos con júbilo y entusiasmo estas bodas de plata artísticas y le ofrendamos, a la manera incaica, nuestro k’intu y pago a la tierra, con la sagrada chicha convidada a Pachamama y la T’inka a los Apus majestuosos de la benemérita ciudad de Urubamba, villa y señorío de los Reyes Incas.
Pablo y Marilú, como una pareja mítica, anclaron en estos valles, trayéndonos la magia encantadora de los colores y diseños precolombinos de la costa peruana en sus ceramios y en sus sonrisas. Desde aquellos floridos y añorados años ochenta, cuando iniciamos nuestra amistad, durante el Festival del “Para Raymi” o fiesta de la lluvia, que la joven muchachada hippie enarbolaba como un canto de libertad para el amor y la creación; pues, Para Raymi, simbolizaba el florecimiento generacional de una pléyade de valores entre artistas músicos, pintores, plateros, diseñadores y artesanos; todos ellos deslumbrados por el hechizo andino del Qosqo y practicantes de una filosofía de vida que nos unía en el culto a la Pachamama, por el regalo de vivir en estos soleados valles, donde la patria había sido grande, rica y feliz en otros tiempos, cuando se desconocía la miseria el hambre y la avaricia.
De aquella eclosión estelar de universos individuales, nos expandimos por el mundo, como semillas esparcidas a los cuatro vientos del Tawantinsuyo. Pablo y Marilú recalaron en Urubamba y juntos crearon una propuesta artística y empresarial de vida; un proyecto de creación, que es, en suma, un canto de amor, que, como un licor melífico o ambrosía divina, han sabido compartir con nosotros sus amigos, en nombre de la amistad.
Para los hermanos ceramistas y para Pablo y sus dioses voladores y buenos; sus fantasías coloridas con engobes, matizados y bruñidos en los que cimienta sus esperanzas constructoras y brinda mensajes de armonía universal: Kutiry, el poeta que mora dentro de mi alma, embelesado y perplejo ante la belleza de la creación plástica y la versatilidad de la cerámica ha escrito en otro tiempo lo que sigue:
“Del barro cósmico se desata la espiral / de mi incertidumbre”.
“Arcilla soy, crema de la tierra/ en millones de años, decantada; /confiéreme plasticidad el agua, / don que más atesoro; / me transforman talentosos afanes de alfarero; / ágiles pinceles me visten con óxidos/ y engobes multicolores; / sol y viento me endurecen / dándome solidez corpórea, / mezcla de fundentes y refractarios. / Entro al corazón del horno/ donde el fuego, / sagrado flogisto de mi ensueño, / fijará mis átomos/ cristalizándolos para siempre”.
“Del añejo barro del Cusco/ nacieron cántaros preciosos/ que albergaban en sus redondos vientres/ la sagrada chicha de los dioses”.
“Tengo un bruñidor de ágata pulida/ y hago brillar esta piel de arcilla/ decorada al engobe. / Araño la superficie/ con diestros surcos sangrantes/ que definen áreas y sectores aislados, / limitados por colores y texturas / superpuestas”.
“Del barro nací/ me hice hombre/ modelado con mis propias manos. / El rayo y el fuego diéronme vida, / ojos, luz prestada, / soberbia egolátrica exagerada, / que devolveré para retornar al barro/ que estamos amasando afanosamente/ contra el tiempo pétreo/ de esta artesa inmaterial, metapsíquica y transitoria de la carne; / como la vacuidad de toda esperanza, / de toda eternidad y optimismo humanos”.
“Thunupa, Dios alado, hijo del Cóndor/ y del trueno, / descubrió el íntimo secreto colorido/ de la arcilla. / Aquí, las cremas de color bruñidas, / brillan sobre los cacharros frescos, / secando lentamente, / al sol y al viento, / antes de ofrecerse al fuego. / Y yo, animal lúcido y consciente, me encuentro/ en este lugar extremo del universo, / amasando el barro, / arrancando a la luz de la estrella/ sus colores espectrales, / en la barbotina espesa/ de óxidos y pigmentos; / decorando a pincel el silbato, la ocarina, la antara, / la trompeta y el caracol sonoro/ hechos con mi barro, / con brillo de nácar, engastado. / Y vi mis rostros en cántaros, retratados; / como si fuesen retazos de vidas anteriores/ que no logro alcanzar a recordarlas”.
“Los cacharros secan/ al sol incandescente de este día,/ algunos se rajan, humildes, sin crujir: / por la base, por el asa, / por el pico, por los labios, / por el corazón; / los cacharros parecen caracoles marinos, / estrellas de mar, erizos secos/ que arrastra la mar de ilusiones con espumas/ desde lejanas playas orientales, antípodas/ como los ceramios de Carlos Runcie, / moradas de caracoles y cangrejos azulinos/ y cactos fósiles, hechos a fuego y fantasía, / caprichos de la arcilla. / Coloridos dioses voladores de Pablo Seminario, / Vasijas bruñidas y ahumadas de Polo Ramírez, en Chulucanas”.
“Ser ceramista es aprender y dominar/ el arte de la paciencia infinita/ viviendo en permanente lección de humildad, / fracaso tras fracaso. / Ser alfarero es componer poemas/ modelados con las manos/ con versos simples y profundos, / trabajando el sueño real, / transformando el barro en fantasía; / con tus críticas y súplicas, / con nuestros padecimientos; / hasta hallar la perfección/ en la obra maestra/ para esta humanidad justa y generosa, / dentro de ti, cerrado cofre/ donde se hallan retenidos/ todos los milagros”.
“Descanso, me extingo en el tiempo, / vuelvo a la tierra hecho cenizas, / quietud y polvo de huesos, / pero, mis verso son semillas/ que esperan sembrarse en tu corazón/ para volver a la vida: / Así, tercamente, / voy a renacer nuevamente, modelado, / con todos los átomos de mi barro original, / en otras manos de alfarero”.
(Fragmentos del poemario “Oficio del Barro”, de Kutiry, Cusco 2003.)
PINTORES CUSQUEÑOS ( Falta este trabajo ojo)
196.1
PINTORES INDIGENISTAS CUSQUEÑOS
Escribe Julio A. Gutiérrez Samanez
A fines del siglo XIX, en Francia, apareció un movimiento revolucionario en la pintura: el Impresionismo. Lo conformaron artistas que cansados del academismo reivindicaron el paisaje pintado al natural, a pleno aire, con efectos plásticos de pincelada suelta y ágil; buscando la vibración del color que eran ondas luminosas de diferentes longitudes, según el descubrimiento de Newton. Los impresionistas desterraron el color negro de sus telas alcanzando una luminosidad nunca antes vista en la pintura. Esta escuela se difundió por el mundo y llegó tardíamente a la América. Algunos pintores cusqueños como Ángel Vega Enríquez vivieron en Europa y adoptaron el impresionismo. Pero, Vega Enríquez, no era un pintor profesional sino un aficionado cuya influencia en sus discípulos fue, más bien, ideológica, ya que, además de ser periodista, era, también, crítico de arte.
El introductor de esta técnica y espíritu fue, sin duda, José Sabogal, durante su paso por el Cusco en 1919, en su viaje de regreso desde Europa, pasando por Argentina y Bolivia hacia Lima, donde presentó su exposición de motivos indígenas o serranos con la técnica impresionista. Su pintura mostraba costumbres indígenas y la vida del campesino indio sojuzgado en una sociedad feudal. Algún comentarista lanzó el motejo despectivo de “indigenistas” o pintores de indios, para Sabogal y sus discípulos: Julia Codesido, Camilo Blas, Camino Brent, entre otros.
En el Cusco, los representantes del academismo clásico por antonomasia, fueron: Francisco González Gamarra, pintor y músico, hijo de la culta clase terrateniente que vivió en París y Nueva York, como retratista y pintor de temas religiosos, costumbristas e históricos y don Benjamín Mendizábal Vizcarra, escultor que fue becado a Italia donde cobró prestigio por la calidad de su obra.
Los pintores jóvenes que recogieron el legado de Sabogal eran también, discípulos de la Academia de la Sociedad Anónima del Arte de Ernesto Olazo, Juan Manuel Figueroa Aznar, Natalicio Delgado y Víctor M. Guillén y de la Academia del Centro Nacional de Arte e Historia que regentó Vega Enríquez. Estos pintores jóvenes fueron: Francisco Olazo, Mariano Fuentes Lira, Alfonso González Gamarra, (hermano de Francisco) y Julio G. Gutiérrez Loayza. Un poco mayores que ellos fueron los artistas: Agustín Rivero Ricalde, Juan G. Medina (discípulo de Daniel Hernández) y Juan Manuel Figueroa Aznar, retratista y fotógrafo.
En busca de un lenguaje pictórico impresionista, los nuevos pintores se acercaron al mundo indígena y se sensibilizaron con la situación denigrante de abuso a que eran sometidos los indígenas en manos de los hacendados terratenientes o gamonales; por ello avanzaron hacia ideales revolucionarios, tomando militancia política por esa causa.
Olazo viajó por Europa, vivió y pintó en París desde 1927, logrando una depurada técnica colorista que difundió a su retorno, fue sin duda el mejor interprete del paisaje cusqueño como se ve en sus obras conservadas en el Instituto Americano de Arte y en la pinacoteca que conservan sus familiares. Publicó “Cunan” y animó la cultura sur-peruana, exponiendo sus trabajos en La Paz, Puno, Arequipa y Lima. .
Fuentes Lira, perseguido y preso por sus ideas políticas se exilió en Bolivia donde realizó su obra cenital en el núcleo indigenal de Warizata, junto a su maestro don Cecilio Guzmán de Rojas, allí dejó murales, tallas en madera y escultura en piedra. Una vez vuelto al Cusco, como director de la Escuela de Bellas Artes, ya no produjo, sino, pequeñas obras, en cambió, nos legó formidables proyectos murales, con temas de realismo social y de esperanza en la construcción de un mundo sin explotados ni hambrientos.
De don Agustín Rivero Ricalde, pintor autodidacto y líder sindical, han quedado pocas obras, algunas de gran formato como la “Anunciación” para el Templo de Belén, temas de inspiración en el incario y escenas folclóricas.
Julio G. Gutiérrez L. pintó paisajes, rincones cusqueños, retratos a la acuarela y óleo. Algunos de sus dibujos denuncian las condiciones de semiesclavitud de los indígenas en aplicación de la Ley de Conscripción Vial y el Servicio Militar Obligatorio. Pero derivó al periodismo, la política y la crítica de arte; una selección de sus artículos se publicó en su libro “60 años de arte en el Qosqo” (1994).
La pintura indigenista o localista cusqueña, es el correlato del impresionismo europeo pero con muchas diferencias: No sólo se pintó el paisaje y el hombre con colores luminosos y gruesos empastes, mostrando un mundo pintoresco y exótico, sino, se denunció las condiciones sociales de explotación en que se hallaba el indígena. Los pintores fueron sensibles a los cambios de su época protagonizados por el proletariado industrial, por ello muchos de ellos fueron encarcelados, perseguidos, torturados y deportados por sus ideas y actividades políticas.
Otros artistas indigenistas fueron: Ernesto Corbacho, Ángel Rozas, Juan G. Medina, Domingo Velasco Astete, Santiago Guillén Cobarruvias. Posteriormente aparecen los artistas: Emilio Mendizábal Losak, Nemesio Villasante, Franz Oróz Villena, Juan Bravo Vizcarra y los egresados de la Escuela de Bellas Artes: Hugo y Justo Béjar, Juán de la Cruz Machicado, etc. Estos últimos artistas derivaron al expresionismo y el abstraccionismo de la segunda mitad del siglo XX.
212.1
UN LIBRO DE TONY ALCAZAR (FALTA COMPLETAR EL ARTICULO)
Tony , su esposa Elizabet y sus dos hijos nacidos en EE.UU.
En esta historia se muestran en juego emotividades, lealtades, traiciones, odios raciales, discriminaciones entre blancos, latinos y afro-americanos. No se hacen uso de vocablos despectivos como gringo, negro o indio.
Alcázar a
-De la lectura se desprenden lecciones de vida a manera de máximas:
Aprender a trabajar bajo presión (que fue su mejor escuela).
En esta sociedad no es suficiente ser un trabajador, hay que ser un trabajador excelente (P-52)
Si uno desea fervientemente se fija una meta y se prepara para lograrla, el subconsciente nos empuja a hacer cosas extraordinarias que normalmente ni soñaríamos en hacerlas.
Cuando llegas a una meta de inmediato hay que ponerse otra (P-167)
-No hay suerte si uno no está preparado.
- Ponerse una meta despierta al gigante dormido que tenemos dentro (P-170)
-El sufrimiento y la carencia agudizan los sentidos y nos hacen más sagaces (P-170)
Lo que hace que uno logre sus objetivos es la preparación. El saberse preparado crea confianza y fe en uno mismo.
Cualquier trabajo por grande y aburrido que sea no es difícil si lo divides en partes, por orden de importancia y comienzas de inmediato.
Nadie nace más inteligente ni mejor que los demás. Uno puede expandir su inteligencia
Yo no trabajo fuerte para nadie, yo trabajo fuerte para mí mismo, para mi desarrollo personal, porque al trabajar fuerte yo soy el que aprendo todos los trucos del oficio, yo soy el que me convierto en un experto, no el dueño.
-El libro está muy bien escrito, el estilo es llano, la lectura ligera, sin tropiezos, se le puede leer de un tirón. Los temas están bien articulados, la extensión de los capítulos está balanceada, hemos encontrado muy pocos errores ortográficos o tipográficos.
El lado débil está en el discurso, pues, Alcázar, llevado por el entusiasmo de su experiencia personal exitosa, se constituye en un apologista del individualismo y cree que la pobreza y la riqueza, son cuestiones de actitud y aptitud, es decir problemas de la voluntad y no frutos de la problemática histórico social fundada en consideraciones económicas. Es cierto que el pobre, como individuo, si desea fervientemente y actúa conforme a un plan puede hacerse rico, pero la confrontación social, la división por clases, castas; países ricos y pobres, es un problema complejo que tiene que ver con sistemas de explotación del hombre por el hombre, a través de la historia, desde el régimen del comunismo primitivo, al esclavismo, la servidumbre feudal y la moderna explotación asalariada, todavía la sociedad humana no puede llegar a la igualdad de oportunidades y condiciones de vida sino es a fuerza de enormes sacrificios.
Tony admira la historia americana y eso es bueno, porque hay personajes como: Washington, Lincoln, Jefferson, Wilson, hasta Reagan y de él -dice Alcázar- que liberó a USA y al mundo del comunismo. Pero no advierte que con ello se convirtió en un gendarme del mundo, y aplicó políticas agresivas para monopolizar el control de los recursos energéticos, interviniendo en la vida de los pueblos y atacándolos con sus poderosas armas y ejércitos, que es el más país poderoso y más rico de la tierra, es cierto, pero mantiene un odiado sistema de intervención, que enfrentado al fundamentalismo islámico, ha puesto al mundo en la peor crisis.
Una cosa es conseguir la prosperidad personal por mérito propio y legítimo, pero otra es buscar la prosperidad de los pueblos y países como los nuestros que se encuentran encadenados a una deuda impagable y a tratados desiguales. Lo que ha hecho, que menos del 10 % de la humanidad viva en riqueza y prosperidad, cuando el 90% vive en pobreza y la mitad de estos, en pobreza extrema y desesperación, de lo contrario nadie, ni mucho menos Tony, se vería en la necesidad de emigrar y sufrir en otros países y culturas, lejos de su hogar y de su pueblo, ni inmolarse, inútilmente, en atentados terroristas.
Sin embargo, de la lectura se desprende que el autor, quizás sin saberlo tiene aspiraciones socialistas cuando confronta su ética con la de los explotadores y abusivos dueños con los que trabajó y sufrió, haciendo respetar sus ideales de solidaridad con los más pobres, humildes y explotados; marginados o discriminados; cuando descubre que los latinos podemos ser una gran fuerza de transformación si nos uniéramos; cuando encuentra la sinergia al expresar que cuando más ayudas, más ayuda recibes o si enseñas, aprendes dos veces, etc.
En el tiempo en que Tony se desvivía por alcanzar el “Sueño americano” hubieron dos guerras en el medio oriente, cayeron las torres gemelas con miles de inocentes, y en represalia la población civil de Afganistán e Irak fue cruelmente bombardeada. En el Perú el pueblo sufrió el ataque por dos frentes las fuerzas represivas y el terrorismo demencial, 70,000 peruanos fallecieron, mientras se sucedían gobiernos de políticos venales que se dedicaron al pillaje y a estafar las expectativas populares de bienestar, justicia, alimentación y educación.
Este libro estará en la cabecera de muchos latinos emigrantes en EE.UU. convocándolos a la excelencia y al orgullo latino, por que en él se exhiben los frutos de una cultura de excelencia y de éxito, que convence el subconsciente del individuo y lo empuja al triunfo. Confiemos que de esa misma manera el subconsciente de nuestros pueblos despierte, algún día cercano y nuestros “Estados Desunidos de América” en palabras de Basadre, puedan llegar a ser una potencia económica y ética, sin fuerzas militares ni aparatos de destrucción o sistemas de usura y explotación y dominación; pues, como dijo Octavio Paz: El hombre es como el olmo, a veces produce peras increíbles.
Ñ
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“LA POESÍA DEL QOSQO Y DE AMERICA LATINA”
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Difícil tarea la de comentar un libro de tan amplio panorama, ante el cual se tiene que ser sincero para serlo, también, con a los demás.
Acaba de salir de la imprenta el libro “Poesía del Qosqo y de América Latina”, antología dirigida por la escritora apurimeña Luz Samanez Paz, con la participación de cuarenta poetas -25 peruanos y 14 latinoamericanos-, en 225 páginas, que se me encargó presentar, luego de una circunstancial conversación con su mentora.
Como toda obra humana este es un aporte a la cultura, cumple su propósito que es brindarnos el placer de la lectura y tiene la virtud de presentar la ya escasa producción lírica de nuestros paisanos y de algunos poetas de la patria grande latinoamericana.
Su publicación ha sido un trabajo arduo y por lo mismo loable, porque publicar un libro en este país es una aventura digna sólo de gente valiente y tesonera. Aunque se señalen las falencias que la crítica especializada no dejará pasar.
Encontré a Luz Samanez en la Imprenta de Edmundo Pantigozo, en plena tarea de la publicación de este libro y coincidimos, pues yo trabajaba, igualmente, en la publicación de mi librito que no es precisamente de poesía. Ella desesperaba, pues tenía, ad-portas, un encuentro internacional de poetas donde debía presentar el libro editado, casi con su propio peculio y algunos soles acotados por los autores. Como soy cusqueño y conozco la idiosincrasia nuestra, sé que quien pone un mísero sol, exige como si hubiera puesto mil.
El trabajo ya está hecho, con sus casi cuarenta poetas, quienes exhiben las creaciones que yo, lector empedernido, pero no por eso especialista ni crítico, he leído y releído entresacando, lo que me parece, son las crestas de las olas que nos traen los poemas, en las que se leen trozos de profundo lirismo metafórico; evocaciones; interrogantes y sobre todo, arrebatos de emoción estética que inician con definiciones de la misma poesía como las que siguen:
“Poesía es la brisa suave/ que adormece los sentidos./ La primavera que llega/ pintando un jardín florido.”(de la poetiza boliviana Luz Cejas de Aracena). “Si no salgo es porque estoy/ matizando este poema/ un poema que quiero/ gritar al viento/ y que vaya ligero/ sobre la tierra y el mar/ bajo celajes de nácar”. ( Luz Samanez Paz).
O versos de hondo contenido filosófico y metafórico: “El cielo azul, es un parque sin límites/ En el escribo golondrinas/ los postes son pentagramas/ donde no se han jubilado mis sueños. Quiero escribir una canción/ que tenga el tono preciso/ de los canarios del aire,/ que pinte duraznos en las mejillas. O simplemente un poema triste/ en las plantillas de mis zapatos/ que se descosieron por el tiempo/ que busco la libertad” (Germán Bausch Bedoya).
“Hay un puente de luz/ uniendo nuestras sombras/ sus rayos nos alientan/ a conquistar los sueños”. (Guido Núñez del Prado). “Soy como una frágil escultura/ moldeada de barro/ que su fina blancura/ es sólo un beso/ de la luna llena” (Luz Samanez).
“Desordenadas horas/ me convocan/ a desandar recuerdos/ de soles y de lunas/ con alquimia de tiempo/ Y rumorosos vientos/ corren sobre mi cuerpo/ mientras crecen ambiguas/ señales y reflejos/ y aquí entre mis manos/ agonizan febriles/ crepusculares sueños (María Cristina Cordido, Argentina).
“Ausculto tu recóndito secreto con las antenas/ azules del encanto/ que corre como un río/ donde ha caído el sol del mediodía/ enciendo tus pupilas/ con la luciérnaga esmeralda de la esperanza/ que se desboca en alas/ y vuela hacia mi cuerpo”. (Marietta Cuesta- Ecuador).
“Nadie se va;/ cualquiera sea su estirpe;/ cualquier valor que sea;/ cualquiera sea su suerte;/ cualquiera su ralea,/ mezclados en el semen/ del universo vienen;/ mezclados con el humus;/ al universo vuelven. (José Domingo Guerrero, Venezuela).
Versos arrancados al estro poético que expresan soledad como:
“Cielo límpido cual transparencia/ de cálida azucena,/ se pierde en el color del tostado siena,/ mientras que un sentimiento/ ahoga una honda pena,/ ¿Pena, qué profunda será?” (Esmeralda Acuña- Cusco).
O de ausencia y olvido:
“Se van un día/ cuando el calendario,/ marca esta hora triste./ Se van .../ dejando tanto vacío,/ junto al puerto/ donde empieza el llanto y la pena./ Se llevan nuestra alegría,/ nuestros sueños/ y un puñado de nuestra vida” (Julia Acevedo de Reinaga- Cusco).
“Tu silencio es profundo/ estás en cada instante dolorido / de nuestra vida. (Julia Acevedo de Reinaga).
“Me iré calladamente/ hacia el olvido,/ sin penas, ni alegrías/ Y cuando me vaya,/ sabrás que has perdido/ la más fragante/ de las rosas rojas/ y la más bella sirena,/ de los azules mares” Luz Samanez).
“ Tú; me recordarás, / temblando en el rigor del frío/ en la serenidad de la noche/ buscándote en mis sueños./ Yo te recuerdo en la dulzura/ de un beso,/ en un te quiero/ en la suavidad de unas manos” (Luis Enrique Torres, Cusco).
“Vivo en las tinieblas/ buscando soledad/ esa que en la ciudad/ nunca ... nunca pude encontrar. (Adriana Luz Menéndez, Chile).
Dolorosos versos que revelan el hondo sentimiento ante la pérdida irreparable de un ser amado: “Yachanin Ñaq’arisqaykita/ nanayqa qhasqoykitan k’irin/ yawraq choqemantaqa aswantaraq/ Ichaqa hath’un walla, thakniykuy/ Inkillqa wañupun Inti taytaq sumaq ususin hina/ munay kayninqa awqanakuywanmi tukupun/ Ichaqa wañuyninqa ch’askakunaq hawantaraqmi wasapachin/ payqa ñustakunaq ch’uya kaynintan wiñaypaq kawsachin/ kay saruchasqa llaqtapaq-qa, allin qhawarisqan.”, “Se que estás sufriendo/ que el dolor te lacera el pecho/ más que un fierro ardiente,/ pero, ¿Oh noble guerrero, consuélate!/Inquill murió como una digna Hija del sol,/ la violación fue el precio que pagó por su belleza,/ pero su muerte la eleva por encima de las estrellas,/ ella inmortalizó la pureza de las Ñustas./ Es el ejemplo, para este pueblo oprimido”. (palabras de la princesa Qori Oqllo al prometido de la Ñusta Inquill, que luego de ser violada por los Pizarro prefirió suicidarse.)
Hay versos bucólicos que exaltan el paisaje y la naturaleza como: “He nacido en la tierra de los pájaros,/ Un pequeño país donde los ríos/ Abren surcos de luz entre los cuarzos./ Un territorio azul donde el estío/ Es un pulso continuo de gaviotas/ Y un ir izando el sol desde el rocío”.(Sylvia Puentes, Uruguay). “Testigo colosal/ del fuego arcano/ en estrategias pétreas;/ fiesta vital de la totora/ ante el beso de la ola/ tras la apoteosis del silencio.” ( de Titicaca,Germán Lecaro, Bolivia). “¡No me digan que está muriendo/ la vicuña de ojos grandes!/¡No me digan que está agonizando/ la libertad de su carrera!” (Germán Bausch)
Tenemos también poemas de exaltación patriótica al terruño: “¿Salve Cusco ciudad puma!/ antorcha de oro inextinguible,/ cuna inmarcesible del imperio de los inkas,/ bandera rutilante del mundo,/ izada en el pedestal de los andes” ( Flavio Uscamayta). “Abrí sentidos.../Cusco catedrales.../Cusco templos.../Cusco museos../Aroma a antigüedad de calles diminutas./ Postales alimentadas por niños,/ Relatores de historia y de ladrillos/ De sus ecos y de sus ruidos” ( Guillermo Cavieres, Chile). “Encumbrada mole del macizo rocalloso,/resguarda de los vientos/ la capital del inca./ Abigarrado testigo en milenario esfuerzo/ de silentes amautas en la roca esquiva” ( De Mística cusqueña, Miguel Martínez, Argentina). “Cusco. Te entrego mi corazón/ como si fuese un libro/ y sin esperar respuesta,/ te entrego yo también,/ la lluvia de la cuesta,/ el sol de los nevados/ mis versos iluminados/ de amor y de pasión”. (Germán Bausch)
No podía faltar la presencia telúrica de los Apus: “El rugiente orgasmo del illapa/ con la cresta de la montaña/ engendró la dura semilla/ De nuestra predestinada estirpe/ Auroleada por el rubor padre del Inti./ Y peinados por los dedos/ del k’uichi” (Juan Bravo Vizcarra). “¡De la tempestad cayó una lágrima,/ resbaló sobre mi cabellera y dejó/ sentida mi memoria, desesperada!/ quise evadir su oscuridad y no pude”. ( Rocio Escalante G.). “En el preciso momento,/en que el intihuatana marca/ las doce de la noche, / los incas abandonan sus tumbas/ toman flautas y quenas,/ y se elevan dulces notas/ en maravillosa Sinfonía”. (Milenka Enríquez Vidal.). “¡Machu Picchu!/ desde la montaña/ hasta la aguja de piedra/ desde la Apacheta/ hasta ¡Huaina Picchu!/ desde la cima/ al río sagrado/ enroscado al espolón/ tu selva apretada/ con su manto verde y azul/ ¡Machu Picchu!/ soy tu amante/ consagrada/ a tu eternidad/ estática majestad/ de los incas milenarios”. (Melina Gamarra)
Poesía romántica al amor en delicados versos que el desaparecido intelectual y quechuista Dr. David Samanez Flores dedicará a su esposa. “De mis sentimientos yo haré un altar/ y de ese altar serás tú la reina/ Para amarte eternamente/ con el más ardiente de los amores. / De mi corazón haré un relicario/ y será tu cariño preciada reliquia/ para guardar tu amor toda mi vida/ como la más valiosa de las joyas”. (David Samanez Flórez). “El amor es idéntico/ a sí mismo, yo soy/ una multitud sobre la tierra./ Todo el amor es nuestro:/ toco una mano y toco/ toda la hermosura”.(Washington Delgado.)
Igualmente, encontramos bellos versos de contenido erótico y sensual: “Quisiera,/ envolverme en tus nubes/ como si ellas fueran/ todos los afectos y sentir que me amas./ Quisiera, hacer del arco iris/ un pañuelo hermoso,/ para decirte adios”. (Esther Sumire). “mirar tus ojos es mirar el cielo:/ no sé si son luceros y diamantes.../ No existe en este mundo más consuelo/ que el poder mirar a cada instante” (Felix del Carpio, México). “Recibí el amor/ Sólo pedazos.../ y que a pesar de todo,/ tuve tanta miel/ en mis labios”. “ A tientas abro tu cielo/ de margaritas desnudas./ El amor ha dejado/ las formas de tu rostro/ mientras el deseo transita/ debajo de mi piel”, “Estoy desnuda,/ separada del tronco/ de mis huesos, /desterrada a la orilla/ de mi sangre” (Luz Samanez). “Cuando / yo celebre/ el privilegio/ de poseer/ tangiblemente/ el fulgor/ de tu cuerpo/ entonces/ renacerá/ el alba/ de mi alma/ para adorar/ la eterna/ belleza/ de tu nombre”. (Jaime Choque Mata, Bolivia). “Beso tu suelo oscuro/ de vientre prodigioso/ Beso tu ala de arcilla ocre-dúctil y dócil/ Beso la arena tibia/ de tus playas doradas/ la gema de tus lagos/ nutridos de luceros/ el bramar de los mares con crestas/ ondulantes”. ( Marieta Cuesta, Ecuador). “Y hoy, tantos siglos después,/ cambiaría el cielo por un beso tuyo,/ abrazaría el infierno/ por pecar, nuevamente, contigo/ Pero mis átomos se han desperdigado/ como el humo; /y sólo existo, cuando pienso en ti”. (J. Gutiérrez, Perú).
También poesía infantil o mejor dicho para poesía para infantes: “Angelita tiene dos trenzas muy negras:/ son como sus ojos,/ color capulí. Morena Angelita/ de cara redonda/ ¿tienes un secreto/ para estar tan linda?/ Será tu sombrero/ prendido de rosas./ ¿Será tu sonrisa,/ tu inquieta, mirada?” (Nohemí Estrada Pérez, Cusco).
Finalmente el tema de la esperanza: “Donde voy las sombras huyen/ con ese destino que no deseo./ espero la luz matinal que ilumina/ siempre una esperanza./ Donde voy las sombras huyen/ porque no las siento ni las veo/ esperando solo la noche que dormita/ con los encantos de mis sueños” (Julio Rosasco Gerkes, Callao). “Renacen en los hombres, cual arroyos/ de aguas cristalinas y ríos bullidores,/ las esperanzas de una vida mejor,/ y de este aventurado mundo los moradores/ recomienzan la lucha por la existencia,/ vivificando los rocíos primaverales;/ sus anhelos de gloria, de triunfo y de pervivencia” (José Angel Escalante Gutiérrez)
Todos estos bellos ejemplos contiene este volumen; pero, para lograr la maestría debería poseer un equilibrio ático, en sencillez, simetría y solidez, necesarias para lograr unidad, orden y sentido que, infelizmente, no se ha conseguido. Un sólo poeta consume 36 páginas de poemas, algunos presentan sólo un par de estrofas y hay una invitada de la que sólo reza su nombre y reseña biográfica. Otra falencia de la que eximo a la compiladora, por lo recargado de su trabajo, pero que se la endilgo a algunos autores, es no haber seleccionado rigurosamente su producción, pues hay poemas intrascendentes que desmejoran el libro; balbuceos poéticos, pedestres y vacíos, huérfanos de calidad. La poesía es vuelo metafórico del pensamiento; es la palabra estéticamente revestida de encanto artístico y profundidad filosófica: Es explosión simbólica del espíritu refinado y culto. Cualquier escrito o panfleto no es poesía, tampoco los cánticos narcisistas de pésimo gusto que nuestra antologista muy bien pudo haber tamizado. Antologar es escoger lo mejor de lo mejor, es coleccionar lo más selecto de una obra artística. No puede darse cabida a versificadores aficionados o hacer un trabajo para satisfacer todos los gustos y colores, peor cuando se trata de poesía de todo el continente.
Pero, esto no empaña lo acertado de la obra. Luz Samanez Paz, poeta recorrida por el mundo y dedicada con responsabilidad a su labor artística sabrá darnos frutos aún mayores y mejores, pues, todo verdadero poeta, tiene como meta alcanzar la perfección apolínea y, como sabemos, la gran obra, la de perfección, nunca es la presente, es la obra que aún no se ha realizado, que está en el futuro y que, con tenacidad y ardor, se logrará aun a costa de la propia vida.
PRESENTACION
Nuestro apreciado amigo, el antropólogo y artesano ayacuchano Joel Núñez, nos sorprende gratamente con una obra que marcará época e incrementará la escasa bibliografía especializada sobre temas de arte popular y artesanìa, en especial, sobre el “Retablo” ayacuchano o “sanmarcos”. Tema que él lleva en la sangre, porque, proviene de una familia ilustre de artesanos ayacuchanos, que, por generaciones, dieron vida y prestiguio al arte singular del retablo.
Joel Núñez, pone pasión y sangre en sus ideas; vuelca todo su conocimiento ancestral en esta obra, repensando lo escrito por los entendidos, haciéndoles los reparos pertinentes con conocimiento de causa y una diferencia fundamental: él mismo es un artesano. Un artesano que luego de años de experiencia y contacto con su señor padre, don Heracleo Núñez Jimenez, “Gran Maestro o Amauta de la Artesanía Peruana”, pasó de la producción manual de los retablos, del conocimiento de la técnica artística y la destreza manual, a la reflexión teórica y estética; al repensar el proceso histórico, premunido de un amplio bagaje intelectual y un marco conceptual y lógico, que le brinda su profesión de antropólogo. El es, pues, el artesano intelectual, que haciendo un alto en el camino y hurgando en su pasado busca rescatar y sacar a la luz, las raíces, personajes, sentimientos y apreciaciones de lo suyo propio; no sin mostrar un orgullo natural, legítimo, expresa su propia identidad y habla por los otros artesanos retableros como Don Joaquín López Antay, recordado maestro de maestros, cuyo “Premio Nacional de Cultura”, encendiera apasionadas polémicas y desencuentros en un país en formación con una cultura popular olvidada y postergada por las élites reaccionarias.
Ayacucho o Huamanga, esa bella ciudad de tradiciones coloniales y cofre de exquisitas expresiones del arte neo indiano de América, se exhibe en esta obra, a través de su maravillosa artesanía y de sus artífices selectos. Y, como no sería de otro modo, junto con las exaltaciones a la creatividad y revaloración histórica del retablo sanmarcos y de sus magníficos creadores, se encuentran, también, los puntos críticos o polémicos, descritos con honestidad y preocupación.
Joel Núñez, describe el proceso productivo del retablo; las diferentes técnicas usadas, la tipología de los productos, las variaciones y novedades introducidas e inspiradas, a saber: Cruces, cofres, baúles, máscaras y juguetería artesanal, estudiando sus significados, su verdadero sentido,(objeto mágico-religioso para los arrieros) quizás, enajenado por el comercio y el turismo, que despojándole de su utilidad y su estatus de objeto destinado al culto, lo han mercantilizado y secularizado hasta dejarlo en el modesto nivel de “artesanía” destinada al mercado.
Pese a la comercialización alienante, el arte “kirsch” y la masificación a molde; los colores chillones, el delineado con negro y extrañas deformaciones en las dimensiones (enanización y gigantismo, como observa el Dr. Macera) el arte del retablo tiene vida plena, y es un medio de expresión de la realidad vivida en esta sufrida parte de la patria, castigada por el abandono, la postergación, la pobreza y la secuela de veinte años de violencia y subversión, que hicieron del artesano ayacuchano, en general y del retablero en particular, un paria, un expatriado de su propio suelo, de su lar nativo, su querencia. O, como es el caso de Joel Núñez, asentado por varias décadas en el Cusco, convertido en el heraldo de una cultura local, de personalidad tan fuerte que universaliza y define al arte peruano actual, tanto como la pintura de la Escuela Cusqueña, durante la Colonia, los cerámios de Písac o los tapices de San Pedro de Cajas.
Así como los acordes dolorosos y trágicos, pero, extrañamente, alegres y festivos, de la música ayacuchana; el retablo nos convoca a la contemplación religiosa o a la exaltación revolucionaria. El retablo, como la novela o el cuento, es la puesta en escena del complejo imaginario colectivo. Más allá de su valor de uso o de cambio, radica su trascendencia cultural.
La lectura de esta obra, confeccionada como un retablo, hecha a mano, matizada con leyendas, historias, reflexiones, procesos de producción, testimonios de vida, genealogías, variedad de diseños y canales comerciales, vivificará como una lumbre, el alma del artista popular peruano.
Como buen creyente y devoto de un arte noble, Joel Núñez, en este libro, nos da de beber de la sangre y comer de la carne de la creación más original y bella de su tierra ayacuchana: el retablo.
Cusco, noviembre del 2002
Julio Antonio Gutiérrez Samanez
220
A LA MEMORIA DEL PROFESOR PHILLIPE SALOMON CARDENAS.
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez.
Con pesar nos enteramos del fallecimiento del maestro antoniano Phillipe Salomón Cárdenas, inteligente profesional cuya sapiencia abarcó muchas ramas de la ciencia, la ingeniería y las artes plásticas. Una dolencia irreversible truncó esta existencia valiosa y sus amigos y alumnos hacemos un alto en el camino para rendirle, de pie, nuestro fervoroso homenaje.
Ahora que se pone en discusión la esencia misma de la universidad, y se ha dicho que ésta ya no corresponde a una realidad social cambiante y crítica, -pues está organizada en base a una idea colonial de repetir los alcances ideológicos y científicos venidos del extranjero, sin cosechar los propios frutos de nuestro intelecto, ni fomentar la investigación ni canalizar la creatividad de las juventudes, razón por la que la universidad peruana está desvinculada con la realidad y requiere pronto y seguro remedio-, fallece este noble maestro.
Precisamente el profesor Salomón Cárdenas era un prototipo de maestro moderno, entregado a su labor docente, al estudio, la actualización profesional y, también, a la reflexión de los temas candentes de la reforma universitaria. Era el antípoda de aquellos ganapanes que “cachuelean” estafando a la sociedad y a los estudiantes en nuestro primer centro de estudios. Siempre fue un crítico severo y profundo de la modorra universitaria, de los maestros machacones y repetidores de seudo ciencias anquilosadas o petrificadas. Él deseaba que, tanto arte como ciencia, sirviesen a la sociedad y reivindicasen al ser humano.
En la “Invitación a la Lectura” de mi libro “La Cuadratura del Círculo. Sí, es posible” hizo un erudito recuento de cómo el edificio continuo de la matemática se había erigido sobre las realizaciones creadoras del pasado. Como humanista nos dice en ese texto que: “la popularización de la ciencia es un deber a cumplirse para infundir valor y proporcionar satisfacciones a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que, en todas las partes del mundo, hoy están perdiendo, paulatinamente, su fe en la vida y la razón” .
Quizá ese sentido pragmático de su pensar lo llevó a aceptarme hacer ese texto para un libro y un tema que otros eruditos tomarían con pinzas, pues, es una papa caliente. Con mucha inteligencia guardó distancia con mis opiniones, hizo hincapié en lo válido de mi trabajo, expuso las dificultades a las que me sometía al irrumpir, con audacia, en esos predios más sagrados que los predios místicos. Hizo un recuento de los estudios relativos, los axiomas y teorías que habían establecido la imposibilidad de la cuadratura del círculo, con regla y compás; pues estaba limitada por la irracionalidad del número Pi.
Y en ese entender escribe: “Hemos hecho este recuento, para demostrar por su misma variedad, algo del carácter de las matemáticas, de su espíritu osado y libre de trabas, y de cómo en su doble aspecto de arte y ciencia, han continuado guiando las facultades creadoras más allá de la imaginación y de la intuición, en su aspecto más digno como es la Geometría”
Era pues, para él, -un convicto y confeso matemático-, someterse a prueba al apadrinar mi trabajo y mis hipótesis, cuando escribió: “Por todas estas consideraciones, hoy me encuentro en un fuerte compromiso de mostrar la validez del trabajo de investigación: “La Cuadratura ….etc.” cuyo autor…nos presenta un trabajo serio, sensato y eficaz, digno de la madurez y sobre todo de su constancia; nos recrea a través de cinco fases en que ha dividido la obra, con una didáctica que realmente, dan ganas de tomar el lápiz y seguirle en ese camino lúcido que nos conduce con mucha propiedad”.
Más abajo concluye haciendo referencia a los aportes del Dr. Eusebio Corazao y los míos propios diciendo: “Han tenido que pasar cien años de su publicación para que un joven e inquieto cusqueño (…), muestre, en reconocimiento, nuevos caminos de validación de aquellos teoremas como propósito de la presente obra; llegando a concluir con la proposición de tres nuevos teoremas. En la quinta parte nos muestra una interesante propuesta de estética gráfica. Por todo ello me permito recomendar su lectura”.
Cuando estamos a punto de entregar una nueva edición de aquel trabajo primigenio, ya en el formato de libro, corregido y aumentado, nos deja este maestro generoso y sabio, que alentaba a la juventud a seguir por los caminos de la superación, el estudio y la creación, con su propio ejemplo de vida, pues fue hombre de múltiple inteligencia y capacidad, digno de ser imitado y venerado.
Lo recordaremos como ese sencillo profesor al que apodábamos: “Fumanchú” o simplemente, “Profe Fuman”, no sabría decir si era por sus bigotitos dalinianos que le daban una personalidad inconfundible o por su parecido con algún héroe cinematográfico; pero, al que todos respetábamos por su don de gentes, su inteligencia avasalladora y su fino e irónico humor.
Sabemos que a maestros de la estirpe de Phillipe Salomón Cárdenas, no alcanza la muerte, porque, para un espíritu superior es sólo es un lamentable accidente físico.
XXX
LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES
LUCES Y SOMBRAS DE DOS PUBLICACIONES CUSQUEÑAS
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Recientemente, la Municipalidad del Cusco ha patrocinado la publicación de algunas obras bibliográficas importantes, siguiendo la tradición iniciada o potenciada por el ex-Alcalde Dr. Daniel Estrada Pérez, cuando, a punta de huelgas de hambre y movilizaciones, arrancó la suma de 180,000 dólares anuales a la Compañía Cervecera del Cusco como impuesto en aplicación del Decreto de Alcaldía Nº 002, en el año 90, con el que se creó un fondo para asistir las necesidades de los asentamientos humano-marginales y, que sólo una décima parte de él se usa para beneficiar a la cultura, mediante publicaciones y apoyo a actividades de esa índole.
Es pues plausible que nuestra Municipalidad haya editado, por ejemplo: LA NUEVA ANTOLOGÍA DEL CUSCO, Compilación dirigida por el Dr. Manuel Jesús Aparicio Vega, en ella aparecen trabajos de más de medio centenar de cronistas, escritores, historiadores, arqueólogos, viajeros e investigadores sociales etc., que trataron temas sobre nuestra ciudad, obra que constituye un aporte invalorable a la cultura local y nacional, pues, en ella el lector beberá de las fuentes originales, conceptos, ideología y el pensar de grandes personajes que dejaron escritos sus vivencias y estudios en torno a nuestra querida tierra, su paisaje, sus actores históricos, su problemática y vías para su desarrollo, así como los potenciales de su identidad cultural y auto estima, ahora, tan venidos a menos, por las constantes agresiones del centralismo capitalino.
Pero, a tan interesante antología la ensombrecen ausencias clamorosas que, aunque por obedecer criterios personales, en una antología, puede ser arbitraria la elección de los autores y textos, no siendo siempre hecha con justicia; pues, primará las simpatías y antipatías del antologista, quién, como, el periodista, por ejemplo, difícilmente podría actuar con imparcialidad y, peor aún, con generosidad. Además es sabido que una antología nunca puede ser completa. Entiendo que con los adversarios ideológicos o con la competencia profesional en pugna se debe polemizar, aclarar ideas, discutir posiciones, aclarar matices, pero no obviar su existencia o desaparecerlos del medio; por el contrario se sabe que de esa pugna cordial nacen las mejores ideas e iniciativas creadoras.
Digo, pues, que hay clamorosas omisiones, y me permito dentro de los límites de la cordialidad y el respeto, señalarlas. Por ejemplo: La escritora cusqueña más importante de nuestra historia, Doña Clorinda Matto de Turner, no está presente, quizá por su anticlericalismo y resuelta posición política en favor del indio. Tampoco está el padre del “Cusqueñismo” el periodista y artista Ángel Vega Enríquez, otro “come curas”, anti-feudal y beligerante de verbo y acción. Faltan escritores como el autor de “La Verdad sobre el Fango”, Luis Velasco Aragón, polemista de verbo punzante y viril, José Angel Escalante, el del histórico discurso “Nosotros los Indios”, incendiario, polemista, capaz de batirse a duelo en defensa de sus ideales.
Cosa curiosa, para quien ha escrito todo un libro laudatorio en honor del Dr. Alfredo Yépez Miranda, valorando sus dotes de ideólogo, historiador y acendrado cusqueñismo, no quiso a honrarlo en esta antología. Como no lo está el olvidado historiador cusqueño Julián Santisteban Ochoa, muerto trágicamente en un accidente de aviación y víctima de la soberbia y egolatría de Porras Barrenechea quien lo acusó, injustamente, de plagiario. Otro ausente es el historiador Jorge Cornejo Bouroncle, el autor de “Sangre Andina” ¿quizá por ser arequipeño? El antologista, no recordó la importancia de escritores como: Manuel E. Cuadros Escobedo, del jurista e historiador Alcides F. Estrada; los aportes del ilustre investigador John H. Rowe y del no menos acucioso arqueólogo Manuel Chávez Ballón, que ha dejado desperdigados muchos escritos valiosos. Igualmente, no figura el autor de la revista “Tradición” Dr. Efraín Morote Best; no lo están los poetas Baltazar Jara Eguileta, Ángel Avendaño y Gustavo Pérez Ocampo; como no figuran, seguramente por iconoclastas, rebeldes y “comunistas”: Julio G. Gutiérrez Loayza o “Pancho Fierro”; Román Saavedra o Eustaquio K’allata, que dirigió “Kuntur” y Roberto Latorre, director de “Kosko”, inmisericordes demoledores de ídolos de barro y de figurones de hojalata, todos ellos tan apartados del pensamiento y filiación del antologista de esta obra, por lo que tales omisiones, tal vez, serían comprensibles.
Pero, lo que nos perece inaudito es que el Dr. Aparicio, no haya considerado a su propio maestro el Dr. Horacio Villanueva Urteaga, eso constituye un olvido freudiano o ¿un intento parricida?, quizás por viejos resentimientos, como dijo el profesor universitario Jaime Pantigozo. Quizá, -y en esto estoy especulando-, por esos odios de campanario, el antologista, –que conocemos como profesional avisado y estudioso-, no haya reparado la falta de un historiador cuya obra hace tiempo que ha trascendido las fronteras locales y nacionales: el Dr. José Tamayo Herrera. Aquí cabe recordar en el sentido negativo, la frase de Garcilaso: “Cusco madre de hijos ajenos y madrastra de los propios” que, irónicamente, el mismo Dr. Aparicio, en un largo discurso, se encargó de rectificar y salvar la honra del cronista historiador, pues, sacada esta frase de su contexto, no guardaba fidelidad con el sentido con que había sido escrita.
Estas omisiones, voluntarias o no, opacan esta antología, muestran las sombras que acompañan a su intensa luz y nos dan pié a proponernos la tarea de preparar otra, que complemente y remedie esas faltas y que se publique, no importa, sin los auspicios del Municipio y de la popular bebida alcohólica.
Con la misma buena voluntad el Municipio presidido por el Ing. Carlos Valencia y bajo los auspicios de Cervesur, -con una pompa extraordinaria, que nos parece muy bien, pues se trata de nuestra cultura-, se presentó el segundo tomo de “Cusqueños Ilustres” (no sabemos cuándo ni donde circuló el primer tomo). Este es un “paquete” cultural de bella presentación en libro, video BHS y CD, destinado a servir en los colegios y escuelas de la región, en un loable intento de reponer nuestra historia regional, desconocida y preterida por las currículas impuestas desde Lima.
Todo hubiera estado bien si los realizadores, personajes de segundo orden, pues exculpo de ello al Alcalde y los directivos de Cervesur, no hubieran incurrido en el defecto- considerado como un “seudo mito cusqueño” por Rossano Calvo- de la mezquindad. Pues, omitieron deliberadamente, los nombres de los autores, tanto del libro como de los audiovisuales, dizque en “virtud del tiempo”. ¿El personal que condujo la ceremonia no reparó en este error? o éste fue premeditado.
Sin embargo, en honor a la verdad, es bueno decir que el Dr. Enrique Rozas Parravicino, que dirigió el equipo y a quien apenas le hicieron una mención, escribió las biografías de Túpac Amaru y de Luis Nieto Miranda; Marcela Tejada escribió sobre la vida de Uriel García; Tania Gutiérrez Samanez es autora del trabajo sobre Trinidad Enríquez y el suscrito trabajó la biografía de José Pérez Armendáriz. Del mismo modo, se debió presentar en los videos los créditos de su director, actores y actrices, que estuvieron allí desairados por los conductores de la ceremonia. Aunque, el opíparo buffet y la cerveza amainaron los ánimos.
Finalmente, hubiera sido decoroso que alguien recordara al “Qosqoruna” Dr. Estrada, porque fue él, quien consiguió que la Cervecería, a la fuerza y no “voluntariamente”, como dijeron, entregara esos dineros al Municipio.
XXX
CULTURA, AUTOEDUCACIÓN Y BUEN USO DEL IDIOMA
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Dice un viejo adagio que: “Cultura es lo que queda cuando ya no queda nada”, es decir, que cultura es un resto, un sustrato, un residuo de nuestros aprendizajes totales de la vida.
La cultura se adquiere por educación, por socialización desde en el hogar, la comunidad o el medio social, la escuela, academia o universidad y por los medios de comunicación.
Hay diferencia entre educación e instrucción.
El hombre educado es el que ha conseguido conocimientos, universales tanto científico-técnicos como humanistas; ha modelado su carácter y personalidad, puede enfrentar con éxito problemas diversos del diario vivir. Tiene una conducta honrada, se guía por valores y cultiva virtudes, pues su educación le ha modelado y desarrollado las inteligencias múltiples, las aptitudes y las destrezas.
El hombre instruido, es experto en alguna rama del conocimiento, la técnica o el arte, pueden faltarle conocimientos universales, formación ética y moral o tener problemas de adaptación a su medio social.
Pero la educación escolar formal, por ser masiva, tiende a mediocrizar al hombre, recorta sus capacidades, enraza a todos por igual; y, por lo general, daña o resiente el talento individual, tiende a sacar personalidades deformadas en serie. A lo sumo los vuelve adaptables, sumisos, adocenados, incapaces de surgir de su medio, es decir mediocres o pertenecientes a las llamadas medianías o mediocracias.
Si esta educación lograra sólo disciplinar al individuo en la auto-educación, en el hábito de la lectura y la capacidad de análisis, haría bastante. Si además, hiciera que en el alma del estudiante nazca una sana ambición por dejar algún aporte individual a su sociedad, a su historia. Habría logrado lo suficiente. Para eso el maestro tiene que ser el mejor ejemplo. Pues sus discípulos lo superarán.
Con esos elementos el hombre puede caminar solo, y desarrollarse para ser un individuo de bien, un ser exitoso o un guía social.
Otros elementos importantes son el acceso al conocimiento sistemático, el contar con una biblioteca y saber cómo llegar a los conocimientos requeridos. Ya no es necesario atiborrar la memoria, lo que se requiere es usar los conocimientos, razonar y tomar buenas decisiones. Ahora que los medios electrónicos han abaratado y socializado el conocimiento como en ninguna era de la humanidad. Esta es la verdadera mundialización o globalización, pues el acceso al conocimiento, antes privilegio de las clases acomodadas, está, ahora, a un “clik” de distancia de cualquier simple mortal.
Realmente, si la enseñanza del maestro no es procesada y repensada, como producto inteligente, ya no vale la pena. Peor si es repetitiva, memorística, copia de copia.
Ahora se puede estudiar de las fuentes directas, “bajando” las obras de los principales autores en cada tema; y si viven es posible consultar y discutir con ellos mismos.
Les recomiendo que visiten la web www.monografias.com y allí tendrán millares de trabajos especializados sobre los temas de su preferencia, y lo que es maravilloso, ustedes mismos pueden aportar, aprendiendo el formato de esa web, siguiendo a sus reglas y recomendaciones.
En ella tengo yo un par de trabajos aceptados y publicados en el tema de matemáticas. También hay clubes, grupos de expertos, enciclopedias informáticas como Wikipedia; proyectos que buscan vida en el cosmos como SETI; webs con las que se puede “viajar” virtualmente por toda la geografía terrestre, como Google Earth; o en las que se puede visitar museos, galerías, universidades y páginas personales de personajes de interés histórico científico, artístico, literario o deportivo. El maestro que desconozca esto, está condena a la extinción y es, aún, peligroso, pues, estaría retrazando el progreso de sus alumnos. Del mismo modo, es una pena constatar que los jóvenes desperdician su valioso tiempo visitando páginas “porno” o estupidizándose con juegos electrónicos.
Nuestro último tema es el cuidado del idioma, en especial, en el hablar.
Por causa del bilingüismo Español-Quechua, (que es una fortaleza y no una debilidad) hemos heredado y mantenemos, muchas incorrecciones en el habla. Se las llaman relajaciones. Como nadie nace sabiendo es bueno compartir, cordialmente, los conocimientos y corregirnos de modo social, pues sabemos que, en una sociedad desigual, se discrimina a la gente aún por el lenguaje.
Basta escuchar a alguien decir la palabra NADIES, o decir: Te voy a decirte, para que, se la vea de arriba para abajo.
NADIE es un pronombre indefinido, significa, ninguna persona, no admite plural, pero esto se escucha incluso a profesores de lenguaje.
Del mismo modo, no se puede decir la palabra ningunos.
La repetición de partículas como
Me van a decirme. Te voy a decirte. Me están llamándome; es muy común en nuestro medio y los maestros hacen muy poco por corregir. Se sabe que debemos decir: Me van a decir o van a decirme, pero no “me van a decirme.
Todavía hay gente que dice: Más peor, en lugar de, mucho peor o, simplemente, peor.
Dicen: más mejor por mucho mejor, etc.
También es común escuchar:
De repente voy, por, quizás vaya
Capaz voy, por, es posible que vaya
Endenantes por hace poco.
De acuerdo a lo señalado por de acuerdo con lo señalado
Hay que preveer el hecho por hay que prever el hecho.
Estaba leendo por estaba leyendo, pues se cree que leyendo provendría del verbo inexistente: leyer.
La jerga, la replana y los modismos empobrecen el idioma, también lo hace la coprolalia o habito de proferir groserías o palabrotas, tan generalizado entre la juventud.
Cuando decimos nos divertimos “cualquier cantidad” por nos divertimos muchísimo.
Se escucha, igualmente:
Hasta hace un tiempo atrás, por hasta hace un tiempo, pues, tampoco, se diría: hasta hace un tiempo adelante.
Voy a salir afuera por voy a salir
Voy a entrar adentro por voy a entrar; se supone que se entra a un espacio que está hacia adentro y no hacia fuera.
Finalmente, es risible que personas provenientes de la costa, concretamente, de Lima, cuando hacen documentales sobre el “Cuqco”, - pues, por alguna razón no pueden pronunciar “Cusco”-, digan “Machu pichu” por Machupijchu, o Hatunrumiyój y Wancháq o que el “Cuqco” es una ciudad cosmopólita, -así con acento, como el nombre de esa revista norteamericana de modas y belleza-, cuando sabemos que nuestra ciudad del Qosqo es, efectivamente, cosmopolita, por ser una meca del turismo mundial.
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“EL CUSQUEÑISMO” EN DEBATE
Escribe Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Cuando el antropólogo Rossano Calvo, presentó su libro: “Ideologías Locales del Perú, El Cusqueñismo” me invitó a participar con mis puntos de vista, lo hice con la convicción de abrir el debate sobre el tema y creo que por mis ímpetus reflexivos afecté la susceptibilidad del autor y de quienes estuvieron presentes con mis palabras disonantes y contrapuestas a los criterios del autor. Pues siempre se espera, en estos casos, un discurso encomiástico para con el autor y su obra. Yo sacrifiqué ese parecer en arras de expedir algunas ideas y generar las condiciones para que ese libro, lejos de caer en el complot del silencio, sirva de leña para atizar el fuego. Pues se trata de nuestra ideología local, la que se estuvo gestando conforme el hombre de estos lares iba tomando conciencia de su rol histórico, su protagonismo, su búsqueda de porvenir, acudiendo a la exhumación de su pasado para encontrar raíces y tradiciones que le den sustento en su presente.
No es gratuito ni ilegítimo que toda etnia, pueblo o nación repiense su pasado y lo use como elemento de su propio “empoderamiento”, (del mismo modo como en ciertos pueblos indígenas se desentierran los huesos de los muertos para tenerlos consigo en la memoria). Ese es un modo de proceder general en todo el género humano. Y es trasversal a la lucha de clases y a la lucha político-económica, porque es un aspecto de la cultural y la civilización. Es legítimo que la gens, la tribu o la etnia, reclame por los aportes que le hizo a la humanidad y sienta legítimo orgullo, esto es fáctico, no es intuicionismo, ni esencialismo. Además pueden probarse vínculos históricos y de sangre, mediante la arqueología, la etnohistoria, la biología y la genética.
Por otro lado, el reconocimiento y el prestigio son también fuerzas, que como la lucha de clases, el inconciente colectivo, el eros y el tánatos, mueven la rueda de la historia. Merced a ello, hay renacimentos, que no son reinvenciones ni expropiaciones (que eso se hace con lo ajeno y no con lo propio), pues con elementos dejados por sociedades fenecidas o muertas, nada podría forjarse si no es al calor de la vida, el esfuerzo contemporáneo, que conciente o inconcientemente, recrea, crea e innova sobre referentes fácticos, objetivos o históricos sean estructurales o súper-estructurales. Cada sociedad crea su filosofía, su credo, su acción, sus principios. Los filósofos exploran y acondicionan su cauce histórico, sus poetas, artistas, científicos o sus visionarios, colocan hitos para el florecimiento futuro. Dejan tareas, misiones por cumplir a sus descendientes generacionales y así es como los pueblos engrandecen, superan y florecen abonándose a sí mismos con el detritus de sus propias vivencias.
Esa es la fuerza mítica de un pueblo que la inteligencia traduce o sintetiza en ideologías locales; mucho más, cuando se la vive desde dentro, cuando se la tiene como suya propia, como una religión laica que orienta la propia vida del ser mismo o de un grupo de individuos.
Esta ideología, al madurar, conforme maduran las condiciones económico-sociales, se torna en trueno o en avalancha cuando cobra energía y fuerza en las multitudes y puede transformar la historia y enderezar los cauces equivocados por la corrupción, la felonía y el crimen. Por todo eso es respetable y creo que no podemos acercarnos a su interpretación, con la flema del que diseca un cadáver, sino con el fuego, la emoción y el dolor de quien la siente en la propia carne, en el latir de la sangre por las venas y en la explosión entusiasta de sus ideas, obras e iniciativas.
Es cierto que una ideología local puede echarse a perder en el chauvinismo o perecer en la esquizofrenia al no encontrar solución a su cause y ser una lucha destructiva e interior consigo misma. Pero eso no suele ocurrir en las sociedades sin que alguien, algún sector social o un individuo denuncien y combatan.
En una época racionalista, en que lo instrumental ha llegado a los extremos de lo imaginado; cuando toda la realidad histórica del minuto y segundo en que vivimos está entrelazada por cadenas de comunicación electrónica en “tiempo real”, es prácticamente imposible sustraerse de la globalidad, por lo tanto ante las avasalladoras ideologías globalizantes, no queda otro bastión que la ideología local, como lugar donde se gestan los liderazgos de resistencia, y, también, las fuentes de alta creatividad. Allí es que hay que buscar y rescatar su importancia, racionalizar su fuerza o connotación telúrica, sin cuya existencia, no habría asidero para la creación estética ni pretexto para la creación científica ni mucho menos razones para la insurgencia política y social.
A nivel individual, el darnos cuenta de lo que hemos sido nos ayuda a entender lo que somos ahora, eso nos obliga a querer saber lo que seremos en el futuro, invitándonos a crear una irrealidad factible, imaginar un sueño, para cuya consecución podemos entregar la vida entera.
En el discurso de la post-modernidad se considera la alteridad como un alto valor, la coexistencia entre diversos y la variedad asumida como riqueza, contra la dictadura de las mayorías, los fuertes, el sentido común y la razón; experiencias irracionalistas, como el abstracto y el surrealismo en el arte, la deshumanización del nazi-fascismo, la intolerancia estalinista, el terrorismo de toda tendencia ideológica, la creación de armas de destrucción masiva, la usurpación de la ciencia y la tecnología por parte del imperialismo transnacional; la guerra imperialista que Mr. Busch desató contra los países musulmanes, rebasando toda la racionalidad de las normas e instituciones del derecho internacional, y la despiadada destrucción de la naturaleza, nos han demostrado hasta la saciedad, que sólo la coexistencia en equilibrio, tolerancia y colaboración entre diversos es la clave para garantizar una vida digna y larga para nuestra civilización.
Por eso es más importante aún, rescatar símbolos, crear nuevas formas de fraternidad e identidad humanas, superar limitaciones ficticias en territorios, razas, etnias, religiones e ideologías. La humanidad quiere ser una gran confederación de diversos respetuosos, libres y felices.
Y, a ese río es que afluye nuestro modesto “cusqueñismo”, de cuya taxonomía se ocupa el amigo Calvo en su libro mostrando en atisbos, lo que la antropología colonialista y burguesa en boga, al no poder entender el decurso histórico, pretende encasillarlo en fórmulas y teorías rígidas como carriles ferroviarios, cuando, en realidad, la vida marcha por causes naturales.
Finalmente debo agregar que comentar un libro es también discutir con él, mejor dicho con la ideología que lo anima, y eso es complementarlo, abrirle puertas y horizontes, engrandecer su arquitectura. Y si “El Cusqueñismo”, el libro de Rossano Calvo, convoca al estudio y la reflexión creemos que está cumpliendo el mejor de sus cometidos.
Noviembre 2006
DISCURSO DE AGRADECIMIENTO AL RECIBIR EL PREMIO TENERIFE AL FOMENTO Y LA INVESTIGACION DE LA ARTESANIA DE ESPAÑA Y AMERICA.
Sr. Juan Antonio Núñez Rodríguez, Director Insular del Área de Desarrollo Económico Comercio y Empleo del Cabildo de Tenerife.
Sr. Arturo Cabrera González Director General de Comercio de la Consejería de Industria, comercio y Nuevas Tecnologías del Gobierno de Canarias.
Sr. Vicente Blanco, Director de la Muestra Iberoamericana de Artesanía de Tenerife 2006.
Señoras y señores:
Recibo este premio en nombre de los ceramistas indígenas y mestizos de mi tierra el Cusco y del equipo de colaboradores con los que trabajé durante largos años en la investigación, desarrollo y rescate de la cerámica colonial cusqueña.
Lo dedico a la memoria de mis padres: el Periodista y Crítico de Arte Julio G. Gutiérrez Loayza y la Sra. Consuelo Samanez Cáceres, quienes cultivaron mi alma en el amor al conocimiento, el arte, la ciencia y las bellas letras. A mis cinco hermanos, a mi hermana Lucía que ha venido desde Madrid para acompañarme. A mi esposa Ana María, quien me impulsó a realizar este trabajo.
Nací en la milenaria ciudad del Cusco, crisol de razas y culturas del nuevo mundo. Trabajé en un medio cultural que recuperaba su identidad revalorando el fabuloso pasado precolombino y la cultura Inca, aquella cultura única en la historia que, sin recurrir a la esclavitud y al saqueo, derrotó el hambre y la pobreza y nos legó la esperanza de construir una nueva primavera para la humanidad entera.
No se podía soslayar el aporte occidental español en las bellas artes y la tecnología, siendo la cerámica vidriada, nacida en el lejano oriente y desarrollada por los árabes en la España medieval, una de las grandes contribuciones de occidente.
Tres siglos de presencia española habían generado una gran industria cerámica y un medio de expresión plástica y estética, junto con la pintura colonial cusqueña y la arquitectura barroca e indígena.
Con la emancipación, la cerámica vidriada decayó hasta desaparecer como estilo a principios del siglo XX.
Nuestro proyecto se orientó a recuperar la cerámica vidriada de estilo colonial generando una cadena productiva de gestión privada, que aunando el aporte de muchos actores sociales ONGs como PRA, CARITAS, CARE, IDESI, AID TO ARTISANS, CORREDOR PUNO – CUSCO) e instituciones como el Instituto Americano de Arte, SENATI, Escuela de Bellas Artes, UNSAAC; municipios y nuestro propio Taller Inca, trabajamos aspectos de tecnología, diseño e innovación de la oferta y eslabonamos el proyecto con el mercado, con entidades como: Idesi, ATA y Gobierno Regional del Cusco, para participar en ferias nacionales e internacionales como las ferias de Milán y Nueva York; gracias a las cuales accedimos a trabajar con brokers y compradores especializados.
Con la perspectiva de recuperar nuestras raíces y superar la pobreza de los artesanos indígenas con el trabajo auto generado y solidario. El trabajo no sólo trajo beneficio espiritual sino, también, económico para todo un pueblo en la recuperación de su identidad cultural y su autoestima.
Agradezco a los organizadores, al Cabildo Insular de Tenerife, al Sr. Vicente Blanco, Gerente del Centro de Documentación e Investigación de la Artesanía de España y América y a la Sra. Nieves Álvarez, pues, gracias a sus gestiones se hizo posible nuestro arribo a Tenerife.
Este premio es el laurel dorado para una obra colectiva de más de veinte años de trabajo.
Puedo decir, satisfecho y lleno de sano orgullo que, cuando se quiere con ardor y se trabaja con entusiasmo, sí se pueden lograr los sueños.
Gracias amigos de España
Gracias hermanos de Tenerife.
Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife, miércoles 29 de noviembre de 2006.
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UNA EXPOSICIÓN DEL PINTOR VÍCTOR BASELLY
“PERU, ENTRE LO SAGRADO Y LO PROHIBIDO”
Escribe: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
Para un observador común el arte moderno, a primera vista, resulta un capricho sin sentido, un producto del facilismo y el libre albedrío. Sabemos que eso no es así; pero, al ver las exposiciones de jóvenes egresados de escuelas de arte, encontramos cantidades de lienzos que no son sino estridentes embadurnados de colores y no productos de una paciente y cotidiana búsqueda de un lenguaje plástico, que transmita al observador el convencimiento sincero e íntimo del pensar y sentir del artista, pues ello va de la mano con el dominio de la técnica, la composición y todo lo que conocemos como oficio. De lo contrario, cualquiera haría arte.
El arte, casi siempre, transmite ideas más bien vagas, suscita pensamientos e interpretaciones, no nos da todo masticado, ni nos espeta una ideología como un panfleto, no exhibe teorías, ni leyes; por eso, no es con la ciencia social ni con la tecnología con las que podemos acercarnos a su interpretación, si no, acudiendo a disciplinas filosóficas como la estética y la filosofía del arte.
Para un pintor, una exposición es igual que un nuevo libro para un novelista, es un momento del tránsito, un estadio de un largo proceso, donde se patentiza la evolución del artista, sus cambios, estancamientos, titubeos y pasos firmes, su intencionalidad, su grado de madurez: su estilo.
Conocí al pintor Víctor Baselly, hace algunos años, junto con su esposa la ceramista alemana Katrin Heinrich -con quién compartimos labores docentes en el SENATI-. Víctor, artista nacido en Cajamarca, ciudad norteña andina con fuerte tradición pictórica: bástenos citar a pintores como Sabogal, Camilo Blas o Mario Urteaga, para traer a colación, los componentes culturales del arte cajamarquino como son: el paisaje, el hombre, la tradición y el color.
Vi lienzos de Baselly, llenos de color vibrante distribuidos por planos delineados como en los tejidos andinos. Eran colores de fuerte contraste: rojos, violetas, azules y naranjas. La propuesta era no figurativa: abstracta. A veces, había algo figurativo, como reminiscencias de la pintura rupestre, uno que otro símbolo; pero, el trabajo de búsqueda parecía ser el color, que era aplicado a pincel y a espátula, como dije, en amplios campos y con texturas.
Víctor ha recorrido el mundo, vivió en Europa, especialmente Alemania, donde expone su obra con cierta frecuencia. Su arte ya no expresa el indigenismo peruano, pero sí deja traslucir el espíritu, la esencia de nuestra realidad.
“Perú, entre lo sagrado y lo prohibido”, pintura y cerámica. Exposición presentada en el Museo de Arte Contemporáneo de la Municipalidad Cusqueña, es la muestra del trabajo de un artista profesional, renuente a la bohemia y la chismografía que corrompen tanto a otros artistas. Él dedica todo su tiempo al arte, de ahí su alta productividad; ha transitado, últimamente, por los predios del laborioso arte de la cerámica, mostrándonos esculturas y jarrones de bello acabado, aunque, todavía, experimentales.
El tema pictórico de sus lienzos es el Perú andino como escenario, y sus problemas derivados del uso ritual, “sagrado”, de la hoja de coca (aunque para un comentarista herético como yo, detrás de lo “sagrado”, tan protegido por los seguidores de una antropología colonialista, se esconden con frecuencia supercherías a título de “cultura”). Y la intromisión yanki, en la pretensión de erradicar el cultivo de la coca en nuestro propio país.
En ese contexto contradictorio, el artista ha abstraído el paisaje punero, con simbólicas llamas que parecen moverse sobre ruedas (elemento también explotado por el pintor Quintanilla) rompiendo la quietud obligada por las dos dimensiones del lienzo; apoyándose en las asimetrías de los planos de color, los contrastes tonales complementarios y los ángulos de inclinación de las llamas rodantes. Ello da una agradable sensación de movimiento como en: “La llama y el sol rojo”-en bellísimos tonos azules- y “Maternidad” en colores cálidos.
En el lienzo metafóricamente titulado “Sol negro”, unas hileras de llamitas rojas recuerdan las pinturas rupestres de cobertizos rocosos de Kutimbo, en Puno. En la pulcritud de “Llama y luna roja” hay algo de Klee, Mondrian y Tamayo. En cambio, en “Hoja de dioses I” y toda la serie “Taptana con hojas de coca” y “Perú entre o sagrado y lo prohibido”, el espacio plano cede su lugar protagónico a la línea, a los elementos gráficos y simbólicos y, a la hoja de coca. Se nota la “mesa” del omnipresente “Pacco” o sacerdote andino. La Taptana, lliqlla o unkuña, exhibe sus coloridos pallais o aguayos geométricos que recuerdan los trajes de los arlequines picassianos, son juegos experimentales de color y contraste armonioso.
Se observan, también, elementos como las diminutas cadenas de hombrecillos y árboles. Un ave-pez, central, sugerido en algunos lienzos, con colores rojiblancos y grafismos a lo Miró o Dufy, recuerdan las telas de la cultura Huari y las decoraciones caligráficas de la cerámica cajamarquina preincásica.
La mesa, es un lienzo blanco, expuesto al sol en medio de un campo colorido, donde domina la silueta de una hoja de coca de colores peruanos en oposición a otro lienzo con la misma hoja, pero con los colores de la bandera estadounidense. ¿Qué significan?, acaso la oposición Coca Q’intu, que une lo “divino” y lo humano, perenniza normas y comportamientos éticos milenarios y socializa rituales que dan sentido a una racionalidad humana diferente de la racionalidad tecnocientífica e instrumental, deshumanizada de occidente o del imperio del Dólar. Esa dualidad enfrenta, sin claroscuros, el uso cultural de la coca en los andes con el de la cocaína, droga mortal, mercancía asesina producida con exclusividad para el mercado yanki. Después de esta última guerra abusiva y criminal, por el dominio de los campos petrolíferos, contra el pueblo indefenso del Irak, torturado por una larga dictadura ¿No vendrán los “Marines” a destruir los cultivos de la “Planta sagrada” y asesinarán a los humildes pobladores campesinos de las selvas? ¿No será para imponer en los mercados sus nuevas patentes sintéticas como el crack, el éxtasis, el LSD y otras drogas tan nocivas como la cocaína?.
Como puede notar el lector, el artista sólo sugiere en su obra, somos nosotros, los observadores, los que conjeturamos, exageramos, filosofamos y ponemos otros significados, allí donde el artista sólo se limitó a plasmar en su lienzo una idea vaga por definirse.
Tales elucubraciones nos sugirieron la observación de las obras de Víctor Baselly, en el Museo de Arte de la Comuna cusqueña.
2…
VORTEX: Una generación cusqueña del siglo XX
Escribe: Julio A. Gutiérrez Samanez
Hoy, 20 de octubre del 2007, me visitó el joven pintor cusqueño Luis Vargas (luisvargascereceda@gmail.com) trayendo una propuesta de trabajo para el taller Inca, luego de hablar de ese tema y agotarlo, nos pusimos a charlar sobre cómo cada generación de esta ciudad dejó su trabajo y sus aportes, para las generaciones siguientes, eso me dio pie para conversar y recordar a la generación de mi padre que se forjaron con la revista KOSKO (1924) de Roberto Latorre y continuaron con el grupo ANDE (1926) que conformaban artistas y escritores universitarios, protagonistas de la huelga universitaria de 1927. Esa generación creó un periódico o revista oral que circulaba de mano en mano, con escritos o estudios e ilustraciones hechas por los artistas. El nombre fue PUTUTO; yo pude ver el ejemplar encuadernado y empastado que su director, Román Saavedra, le prestó a mi padre, en tiempos en que aún no había la facilidad de la fotocopiadora o la fotografía digital. Esa experiencia del año 1926, la revivimos en 1977, un grupo de amigos del barrio de Santiago, aprovechando nuestra vieja amistad, con una rica tradición de cultura comunitaria, colectiva y la situación única de poseer un local que nos unificaba y en el que comenzamos a crear periódicos murales, collages, expresiones de arte, poesía, ensayos y polémica (que llamamos RIMAQ PERKA o El Muro que habla), que iban paralelamente, con nuestra vida juvenil, la "joda" o mofa entre nosotros mismos, el "chongo" o la manera de expresar nuestras criolladas. Sin olvidar el cultivo del deporte, el futbol informal callejero y nuestras excursiones a las montañas más altas como el Apu Pachatusan.
VORTEX fue nuestra catarsis, donde, colectivamente, aportamos todos a la mediada de nuestras posibilidades y entusiasmo; allí exprimimos el jugo de nuestra juventud idealista y enloquecida en plena dictadura militar; estábamos infestados por todas las lacras y bondades del Hippismo liberador. Ingredientes con los que crecimos generacionalmente, siempre críticos del sistema imperante, iconoclastas y anarquistas que en nuestro afán, comprometimos a decenas de jóvenes, viejos intelectuales y hasta niños. Todo esto está documentado gráficamente en sendos libros o TAQES (una suerte de códices hechos a mano), en ellos y en los cuadernos de diario, en los murales de cartulina, en un pequeño museo de historia natural y la ilustración del proceso histórico realizado con criterios del materialismo histórico, como resultado de nuestros estudios políticos y filosóficos, en los diarios personales de los participantes, etc. Tantos materiales que es improbable que generación alguna pudiera exhibir, hacen del VORTEX, después de treinta años o tres décadas, una rarísima muestra de lo que puede hacer una juventud unificada capaz de canalizar sus inquietudes y realizar sus sueños románticos y utópicos.
VORTEX o vorágine fue un término que tomamos de ZARDOX una película de ciencia ficción dirigida por John Boorman; era una utopía del futuro que nosotros jóvenes cusqueños y santiaguinos, pusimos en la realidad y generamos inapreciables inquietudes generacionales. Con el tiempo, unos meses después, dimos contenido semántico a la palabra VORTEX, y es el que sigue:
V= Voluntad; O= Orden; R= Revolución; T= Trabajo; E Estudio o Espontaneidad (aunque nunca nos pusimos de acuerdo en privilegiar alguna de estas palabras) y X= la incógnita que nos deparaba el futuro después de esta extraordinaria experiencia colectiva.
VORTEX duró poco, entre 1976 y fines de 1979. En 1978 salimos a la luz pública cuando hicimos una gran exposición en los salones de la FARTAC (Federación Revolucionaria Túpac Amaru del Cusco) como Comité Preparatorio del XI Festival de la Juventud y los Estudiantes que se realizó en La Habana Cuba, a la que ninguno de nosotros pudo asistir. Nos acompañaron los grupos AMAUTA, dirigido por el teatrista Giliat Zambrano (que venía del grupo LLAQTA); el grupo EMILIANO HUAMANTICA de Zarzuela que dirigían Héctor Alegría y José Roa. Con ellos y otras organizaciones culturales encabezadas por el Instituto Americano de Arte, formamos parte del Frente Cusqueño de Cultura que presidió el Dr. Julio Miranda Bernal.
Pero, en ese tiempo, nos dividimos primero entre fumadores y no fumadores de estupefacientes; entre comunistas y no comunistas; comunistas moscovitas, pequineses y trotzkistas, cuando no, entre artistas músicos o pintores y no artistas. Un hecho anecdótico fue que un conocido proxeneta cusqueño nos ofreció pagar una importante suma de dinero por la decoración de su establecimiento. Nosotros extremamos nuestras capacidades creativas y preparamos medio centenar de bocetos eróticos inspirados en las ilustraciones de los fascículos de la excelente revista Fascinum, que publicaba en Lima el sexólogo Marco Aurelio Denegri, revista que liberó nuestras mentes de los tabúes y tapujos de la hipocresía frailuna de la sociedad. La colección obra en uno de nuestros códices vortexianos.
En 1980, al grupo de músicos nos tocó comenzar con la Diáspora. Ronald Papsi Marín fue llevado por INKAQUENAS a Colombia y Centro América; Henri Castelo y el que escribe, nos fuimos a Alemania invitados por Ingrid Birgmann, una militante socialista alemana, para participar en el X Festival de la Canción Política en Berlín Oriental, de donde inició nuestra aventura europea.
En 1981, con algunos integrantes del VORTEX, que habían sido ganados por el trotzkismo y con los que habíamos polemizado furiosamente, como “enemigos políticos”, encontramos la oportunidad de editar un poemario titulado JUEVES COMO SIEMPRE, el cual no llevaba número, pues sabíamos que iba a ser el único. Casi toda la edición la obsequiamos a todos los amigos, alegres por la seguridad de que habíamos dejado de ser inéditos.
Como en una verdadera vorágine, del VORTEX, como de la mitológica caja de Pandora, salió de todo, junto con la consabida esperanza: males, escándalos, inconfesables vicios, excesos, blasfemias, herejías, actos masturbatorios, experimentos científicos, exposiciones de arte, teatro, música, polémicas apasionadas, teorías científicas y filosóficas, broncas politiqueras y muchísimo humor y humo, como muestra del modo de ser del andino contemporáneo nacido en una ciudad histórica abrumada por el peso de su pasado y su angustia por crear y forjar una personalidad propia o burlarse de todo lo que había. Así dejamos para la posteridad, un enorme corpus de materiales escritos, gráficos e ideológicos, anécdotas, mitos, grabaciones y films en espera de “arqueólogos” que las descubran y clasifiquen.
Yo creo que VORTEX fue un extraordinario experimento digno de ser imitado y superado por las nuevas generaciones o degeneraciones.
Gracias al amigo Lucho Vargas por haber suscitado estos recuerdos y notificarnos de su importancia, cuando vio por vez primera estos códices polvorientos. En este blog, ¿narración?,¿novela? los vortexianos, integrantes, locos y amigos o enemigos de aquel movimiento podremos incrementar los recuerdos y acaso reiniciar una nueva aventura con todo el caudal de experiencia y sabiduría que adquirimos en estas tres décadas de vida exagerada. (kutiry@hotmail.com)
Cusco 20-10-07s 21 hs.
FALTA EL ÍNDICE...
Buenos días,
ResponderEliminarHe léido por internet su muy interesante resena acerca de la vida intelectual cuzquena. Me interesa particularmente saber si puede informarme algo acerca de la novela Kori Champi de Lizandro Caller (padre de Sergio, diputado comunista por le Cusco durante la presidancia de Bustamente)
Le agradeceré mucho,
Vladimir Caller, de Bruselas (hijo de Sergio)
vladimir.caller@hotmail.com